martes, 14 de agosto de 2018

TRAS EL INCENDIO

Cualquier bosque, cualquier verano
Fotografía de internet


TRAS EL INCENDIO


   Tras el incendio, cuando el bosque dejó de beber agua, ni las termitas ni las procesionarias pudieron guarecerse. Satisfecha, la mirada del bárbaro medía aquel bajorrelieve discontinuo, hecho piedra y ceniza. Ningún brote futuro gastaría aquí su voluntad de crecimiento.
   Una nube negra levitaba en la noche. Sus límites informes contenían el canto ausente de los pájaros.

(De Cuentos diminutos)





8 comentarios:

  1. Precioso y triste querido José Luís, aunque otra emoción me embarga: el enfado, el enfado de no entender cómo el ser humano es capaz de hacer tal barbarie a sí mismo.
    Un abrazo fortísimo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Es el mismo pesimismo terrible de todos los veranos, Pilar,muy cerca deaquí, en Valencia, un incendio ha estado activo una semana, devorando casas, bosque y vida natural... casi todos los incendios del país son provocados,responden a una voluntad siniestra de hacer daño, así que comparto tu enfado y tu pesimismo Pilar. Yo tampoco entiendo. Besos grandes.

      Eliminar
  2. Voluntad de crecimiento o lucha por la vida. Una buena receta para luchar contra la anestesia que tan bien lleva a cabo la poesía. Saludos y buen día amigo!!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Un fuerte abrazo, Luis, sigo con los microrrelatos que a veces tienen esa cara pesimista y amarga de una realidad desapacible, como la de los incendios. Disfruta del verano, que el tiempo sigue caminando repleto de amistad y poesía. Un abrazo.

      Eliminar
  3. Un cuento diminuto grande, grande. Poesía y denuncia. Impotencia y dolor que cualquier persona con un mínimo de sensibilidad ambiental seguro que comparte. Enhorabuena, amigo

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muchas gracias por tu confianza, Antonio, y disculpa el pesimismo de mi cuento. Es la intemperie de todos los veranos, esa siembra de tizne. Saludos cordiales.

      Eliminar
  4. Terrible como toda maldad intencionada. La vida a precio de saldo. Un abrazo, José Luis.

    ResponderEliminar
  5. Muchas gracias por tu regreso a este puente de papel. A mi me cuesta mucho encontrar un gramo de humanidad en los que provocan estás catástrofes ecológicas. Muchas gracias de nuevo.

    ResponderEliminar

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.