miércoles, 6 de febrero de 2019

PIEZAS SUELTAS

Piezas sueltas
Fotografía de
Javier Cabañero Valencia



PIEZAS  SUELTAS

Los jóvenes se abrazan, y en el árbol los pájaros,
que no saben que mueren, cantan

YEATS


Un porte sólido. De fantasma.

Cuando tenía veinte años, Jaime Gil de Biedma no era un poeta cualquiera. Era el poeta.

La biblioteca, ese amplio gremio de deudas contraídas que no podré saldar.

Crepúsculo, aleteo, sopor, engarce, azul… Esas palabras con reputación asentada en lo insulso.

Los malos poemas tosen; tienen respiración errática.

Conspiración entre sustantivos comunes, verbos fríos y adjetivos ecuánimes.

En el camino, piezas sueltas. Nombres propios que ya no recuerdo; el final de una biografía deja sitio para mucho olvido.

(De Motivos personales)





4 comentarios:

  1. En las fotos me reconozco, en el poema me reflejo...

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    1. Y en tu amistad disfruto, Chisme, que ya mismo nos vemos en las mejores condiciones posibles: tertulia, cervecita y amistad...

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  2. Los malos poemas tosen, José Luis, tienen la deferencia de advertirnos. A veces los paseamos un poco distraídos, pero ellos lo saben. Y tosen. Otras veces los verbos, los sustantivos y los adjetivos en empeñan en peleas interminables. Nada grave.

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    1. Un fuerte abrazo querido poeta y aquí ando con toses leves y libros nuevos...Así que siempre con la esperanza de que la salud poética se fortalezca... nada grave.

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