FÁBULA
Carlos Villar Flor, director desde los pasos iniciales, comenta en el liminar
las mutaciones más evidentes de la revista, como el remozado formato. El proyecto aspira
a entrar en la madurez. Esa es la razón orgánica de que su diseño formal se acerque al
libro para dejar de ser material perecedero y convertirse en elemento de
estantería y biblioteca. Resalta también la dermis visual de las acuarelas y
el excelente nivel de las ilustraciones de César León Pérez. El esfuerzo por seguir en ruta, tras veintidós años, y proyectarse con más amplitud cuenta con un nuevo consejo editorial y con un padrino literario para el evento de presentación, que pone el
nombre a cada número. En este caso es la académica Carme Riera quien impulsa el sustantivo Fábula.
Los
contenidos yuxtaponen tramos habituales. Así, la poesía está presente en las secciones
“Se busca poeta”, con diverso abanico textual de Iosu Moracho Cortés, y “Letra
en verso”, que aglutina poemas de Luis García Montero, Trinidad Gan, Ana Pérez
Cañamares y Pablo Müller, entre otros. El apartado “Letra contada” suma relatos de Juan Manuel Sánchez Moreno, Carmen Tejada, Milagros López y Gillian
Clarke. Inés Lozano Palacio reflexiona y añade imágenes sobre
la literatura de subsistencia, llamada así por su capacidad para difundir
nutrientes a la identidad lectora.
Fernando Aramburu y José Luis Morante en “Dos veces bueno” dejan un
muestrario inédito del aforismo; y el ensayo breve que conforma las
páginas de “Letra importada” enfoca la literatura del Äfrica Subsahariana con
una mínima antología de voces.
El sumario despliega diversidad, desde el lenguaje plástico de las
viñetas hasta la entrevista demorada con Espido Freire, también preparada por Inés
Lozano Palacio. Sirve de coda el habitual apartado de reseñas, una estela crítica en
libros recientes como el poemario Mater
amatísima de Pilar Gorricho del Castillo, o el libro de relatos Las
cosas que perdimos en el fuego, de Mariana Enríquez.
El espacio caótico de internet ha ido minando lectores cómplices a las
publicaciones en papel. Adquieren, en el calendario del ahora, un innegable halo de romanticismo.
Son productos a trasmano, casi con pasos limitados. Así que hay que
agradecer a la Universidad de la Rioja su patrocinio y el apoyo incansable en
el tiempo. También hay que zarandear voluntades personales para que se animen con las suscripciones. Sorprenderá el buen gusto de una publicación que busca ser "una sinfonía armónica repleta de nuevos matices y sentidos", un trabajo empeñado en crecer que necesita el hombro con hombro, el empujón de todos.
Gracias por la reseña, todo un detalle.
ResponderEliminarUn saludo
Juan Manuel Sánchez
Un fuerte abrazo y muy agradecido por estar cerquita en el blog, por hacer de estos puentes de papel una geografía de amistad y diálogo. Creo que la revista merece difusión y espacio en esta nueva etapa. Me ha gustado mucho y seguro que a otros lectores también. feliz día.
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