Atasco de libros:
Llegué de la Librería Alberti, tras el acto de Esther Muntañola, cargado con una bolsa de libros que deposito sobre mi mesa, junto a cuatro sobres acolchados y al lado de una torre de papel pendiente de lectura. A veces el camino por recorrer entre libros es tan largo que asusta. Indeciso, no sé cuál abordar primero, aunque de inmediato sobresalen tres ediciones, como situándose en la primera fila. Me gusta la cubierta que tiene la edición de Laura Freixas sobre la mejor obra de André Gide, su Diario, ese dibujo minucioso de una personalidad extrema, de polos opuestos.
Su atractivo lector compite con un regalo que Josune García puso entre mis manos a principios de semana, Gustavo Adolfo Bécquer. Obras Completas, una edición con introducción y notas de Joan Estruch Tobella.
Me traje además Historia poética de Nueva York en la España contemporánea , un completo censo de textos literarios que hacen de este espacio vertical el epítome de la ciudad contemporánea. El ensayo está firmado por el profesor Julio Neira.
Dejo el reloj sobre la mesa, desconecto el móvil y pongo en el correo electrónico, como en aquellos comercios de los setenta, el cartel de " CERRADO". Después me exilio en el sillón favorito junto al flexo grande y las fotografías que más luz aportan a mis ojos. LO DEMÁS ES SILENCIO y rumor de leños crepitando.
Espero que hayas pedido varias prórrogas de vida. Porque en esta no cabe tanto libro, tanta felicidad sencilla, tal crepitar de leños y de invierno.
ResponderEliminarQuerida Pilar, estoy en esa edad serena del escepticismo, con preguntas continuas sobre casi todo, y encuentro en los libros las mejores respuestas, el tono justo de la conversación a media voz.
EliminarEnvidio tu cercanía al mar; uno de los momentos más gratos del día, cuando estoy junto al Mediterráneo, es pasear a primera hora, por la línea de arena con la única compañía de las olas rompiendo. Así que aprovecha tu paseo.
Un abrazo fuerte y espero que esté pronto mi envío en tus manos.
Que bien suena eso del silencio y los leños crepitando, "arropaico en la mantica a cuadros con los flecos caídos por doquier".
ResponderEliminarMe encanta la estampa que nos describes, quién pudiera. . . tener esa chimenea en casa.
Un fuerte abrazo
Querido Paco, lo de la chimenea en casa se incluye con la hipoteca y el préstamo bancario. También están la dos "manticas", la de flecos y la de cuadros... Hace años que sé que el paraíso es una construcción personal, no un espacio indeterminado que se esconde en algún rincón del futuro. Que tengas un buen día. Un abrazo grande.
EliminarQuerido José Luis: Comparto contigo el Diario de Guide (que compramos juntos después del maravilloso acto que resultó ser la presentación del libro de Esther) y un libro llegado ayer mismo de Asturias ("El niño de Arena" de Carlos Iglesias Díez) y que viene avalado por la colección gijonesa Deva, para arrebujarme esta tarde en mi manta verde y disfrutar de la lectura. Me falta la chimenea con el mágico crujir de fondo de los troncos al arder, pero, aún así, qué felicidad.
ResponderEliminarCarlos Iglesias Díez también ha tenido la deferencia de enviarme su primer libro, magníficamente editado por Deva, bajo el timón de José Bolado.
EliminarAsturias es el vivero poético más fértil de la poesía contemporánea.
Ya he comentado lo grato que resultó todo. También sabes que detesto la frialdad y la asepsia de algunos actos, como si fueran una operación de cirujía. En la librería el clima fue tropical.
André Gide es el gran referente de Luis Cernuda. Pasó por todas las fases en su biografía. Y leer esa evolución nos ayudará a entender nuestras propias contradicciones. Un besazo (o siete) Herme.
Hay atascos, querido amigo, que son toda una bendición, a pesar de que la tarea pendiente llegue al punto de sentirse uno abrumado. Como existen periodos de convalecencia ciertamente frugales para el apetito del espíritu (¿dónde queda el tiempo, ahora mismo, cuando se nos escapa inexorable entre los dedos?). Lecturas provechosas, alimenticias y muy recomendables. Tomo nota.
ResponderEliminarUn abrazo.
Querido Ismael, no dejes secuestrar tu tiempo por asuntos ministeriales. hay que guardar las gotas de cada existencia para la familia, los amigos y los afectos... Y TODO LO DEMÁS LITERATURA.
EliminarUn fuerte abrazo y mi alegría por saber que seguimos cerca, con una página blanca a punto de escribir entre las manos.
Ser segoviano es un privilegio. Es una ciudad con un conjunto monumental de cine y con la sombra paciente de Antonio Machado en sus callejas.