Unas pocas palabras necesarias Poética y poesía de Luis Felipe Vivanco Andrés Romarís Pais Visor Libros, Madrid, 2014 |
EL POETA CALLADO
La literatura española de la primera mitad del siglo XX soportó tras el trienio de la Guerra Civil una escisión insondable. La lucha fratricida
condicionó las biografías literarias de la época con numerosos efectos
colaterales derivados de la toma de partido. Pero fue la Generación de 1936 –Miguel
Hernández, Rosales, Panero, Ridruejo… - la que acabaría padeciendo con más
rigor aquel trasfondo infame. A ella pertenece Luis Felipe Vivanco, autor con
Luis Rosales de la antología Poesía
heroica del Imperio (1940) una panorámica parcial de la poesía del momento,
complementada por otras muestras elocuentes del bando vencedor, como Antología de la poesía sacra de Ángel
Balbuena Prat, y Poesía en armas de
Dionisio Ridruejo.
Al itinerario de Luis Felipe Vivanco y a su evolución en el
tiempo, el profesor Andrés Romarís Pais, Licenciado en Filología Románica y con
acercamientos de interés a Rafael Morales, José Luis Hidalgo, Carlos Sahagún y
José Ángel Valente, dedica el ensayo Unas pocas palabras necesarias,
subtitulado Poética y poesía de Luis
Felipe Vivanco. Es la labor investigadora de casi una década que
recurre al criterio cronológico para analizar cada tramos escritural.
El poeta había nacido en San Lorenzo del Escorial en 1907 y fallece en
1975, cuando alumbran los madrugadores destellos históricos de la transición, donde
la monarquía sustituye al oscuro régimen franquista. Ya en la adolescencia, Vivanco
descubre su amanecer poético; aquellos tanteos juveniles comprenden un periodo
que dura desde 1924 a 1932; la fase aglutina probaturas y tanteos y será
sometida a una laboriosa reescritura posterior, así que estos pasos tiene más
interés sociológico que literario y acusan reminiscencias y magisterios
asentados como Antonio Machado y Juan Ramón Jiménez, cuyas sombras dejan sitio
también a libros tempranos de las voces del 27.
Entre 1933 y 1937 Luis Felipe Vivanco escribe sus dos primeras entregas
publicadas, Cantos de primavera y Tiempo de dolor. Son obras en las que ya
se define un pensamiento estético que Lucía Cerutti encuadra en la etiqueta “ Poesía
del ser”; son entregas con fuerte entramado simbólico y afinidades manifiestas
con el cauce de pensamiento que llena las páginas de la revista Cruz y Raya. En las composiciones de
ambos libros se entrelazan naturaleza, sentimiento religioso y emotividad
amorosa. Estos rasgos perduran en los textos de postguerra, como si el vínculo al
ideario de los vencedores hubiese anquilosado su evolución creadora.
En 1945, tras la boda del poeta con María Luisa Gefaell, se percibe una
mutación en la escritura. El punto de inflexión es el poemario Los caminos, obertura de un ciclo de
madurez que integra cuatro obras, hasta 1974. Sigue manteniendo lazos
generacionales con Rosales, Panero y Vivanco, pero su palabra poética se
mantiene al margen de los movimientos estéticos de posguerra, tanto de la poesía
desarraigada como del verbo social de Celaya y Otero, en busca de una poesía
del misterio y del conocimiento, definido como "realismo intimista
trascendente".
Prosas propicias cierra la
obra; es un epílogo inacabado en el que se recupera la indagación formal y el poema en prosa, acaso
por la influencia de Juan Larrea, a quien el poeta analiza y traduce. En lo
personal, esta última década es un paréntesis complejo en el que sitúa en las
antípodas del régimen, al que considera una larga e inacabable mentira.
En la introducción, el profesor Romarís precisa con acierto el objetivo
principal de este ensayo: mantener viva la aportación poética de Luis Felipe
Vivanco, porque “un escritor no muere cuando su corazón deja de latir sino
cuando su palabra deja de ser leída”. Unas
pocas palabras necesarias
constituye un acceso directo;
enmarca la tarea escritural en un contexto histórico y contribuye a diluir
algunos tópicos sobre el inicial alineamiento ideológico para centrarse
en su legado literario y en su concepción estética de que la
poesía no es un sueño, un esqueje imaginario de la realidad sino un intenso
diálogo constitutivo y esencial del hombre con su ser temporal.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.