martes, 17 de junio de 2014

PAULA BOZALONGO. AURORA.

Diciembre y nos besamos
Paula Bozalongo
XXIX Premio de poesía Hiperión
Madrid, 2014

LA PERCUSIÓN DEL TIEMPO
 
   El Premio Hiperión de poesía es un certamen proclive al descubrimiento. En sus mejores convocatorias suele dejar sobre el tablero nombres desconocidos que pasan a convertirse a corto plazo en esperanzada realidad. Así ha ocurrido en la XXIX convocatoria, que premia el libro Diciembre y nos besamos, epifanía poética de Paula Bozalongo.
   La escueta biografía apenas deja sitio a dos o tres pormenores. La poeta ha nacido en 1991 en Granada y es estudiante de la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Madrid. Nos hallamos, sin más, ante una primera entrega, sin los titubeos previos de cuadernillos o colaboraciones en revistas, que recurre para iniciar trayecto a dos pilares: Wislawa Szymborska y Joan Margarit, dos estéticas que aglutinan intimidad existencial y coloquialismo.  También la poética de Paula Bozalongo apuesta por el deje confesional y el poema breve; sus versos se caligrafían con la tinta natural del diálogo que hace del encuentro con el interlocutor una confidencia: "estamos en diciembre / y hay tormentas que rasgan / su duelo en el cristal / para que no te olvides / de quererme en invierno ".
   Con buscada sencillez, los poemas recurren los meandros del cauce sentimental, esas orillas dispersas que van quedando al filo de los días y conforman el patrimonio sentimental de cada identidad, aunque no falta la mirada al entorno y la percepción del desajuste. Por ejemplo, esa inquietud que expande el callejero erosionado de Sarajevo, marco de la barbarie de la guerra de los Balcanes, y escenario permanente de la mejor poesía de Izet Sarajlic.
   En los rastros del instante habitan sensaciones encontradas y de nuevo en Diciembre y nos besamos el cauce argumental explora la temporalidad y su relación con la vida diaria en sus rincones más umbríos. La ausencia propaga vacío, esconde soledad y frío, deja en la sombra el humo alarmado de la incertidumbre. Y esa temperatura en la conciencia encuentra su reflejo en el poema porque cada verso es la formulación de un derecho de réplica, hace que nos escuche la percusión del tiempo. Es sabido que la poesía es un asunto de palabras justas, de voces que iluminan y escriben con pulsión firme en el papel incierto de las horas.
  Paula Bozalongo acaba de llegar, pero llama a la puerta de la poesía con gesto sereno y contundente. Diciembre y nos besamos ofrece una certera muestra de poesía cristalizada en torno a los alrededores del amor. Para que un poeta sea él mismo, siempre igual y siempre diferente, necesita fijar su voz  en la página escrita; esta amanecida desprende ilusión y esperanza, la nítida estela de una voz nueva.

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