YO SOY OTRO
Je suis autre
Arthur Rimbaud
Mientras camino, percibo a mis espaldas las idas y venidas de un rumor inconforme. Aguanto el repicar de nuevos pasos en silencio, hasta que mi inquietud formula dudas:
-¿ Quién eres?
Pasa un tiempo... Responde, paradójico:
- El otro que eres tú.
La extraña frase repite letra a letra mis sospechas.
-¿ Dónde estás?
- Lejos -me dice, con un tono de voz conspiratorio.
Sigo ruta, arrastrando en la marcha mis gastados zapatos. Sus palabras me dejan tranquilo. Certifican, sin más, el final de mi fuga. Los relojes dormitan.
¿En dónde dice Rimbaud, "yo soy el otro"? JE est un autre.
ResponderEliminarEsta es la carta en donde lo dice:
Estimado señor:
Ya está usted otra vez de profesor. Nos debemos a la sociedad, me tiene usted dicho: forma usted parte del cuerpo docente: anda por el buen carril. — También yo me aplico este principio: hago, con todo cinismo, que me mantengan; estoy desenterrando antiguos imbéciles del colegio: les suelto todo lo bobo, sucio, malo, de palabra o de obra, que soy capaz de inventarme: me pagan en cervezas y en vinos. Stat mater dolorosa, dum pendet filius, — Me debo a la Sociedad, eso es cierto; — y soy yo quien tiene razón. Usted también la tiene, hoy por hoy. En el fondo, usted no ve más que poesía subjetiva en este principio suyo: su obstinación en reincorporarse al establo universitario —¡perdón!— así lo demuestra. Pero no por ella dejará de terminar como uno de esos satisfechos que no han hecho nada, porque nada quisieron hacer. Eso sin tener en cuenta que su poesía subjetiva siempre será horriblemente sosa. Un día, así lo espero, — y otros muchos esperan lo mismo —, veré en ese principio suyo la poesía objetiva: ¡la veré más sinceramente de lo que usted sería capaz! Seré un trabajador: tal es la idea que me frena, cuando las cóleras locas me empujan hacia la batalla de París —¡donde, no obstante, tantos trabajadores siguen muriendo mientras yo le escribo a usted! Trabajar ahora, eso nunca jamás; estoy en huelga. Por el momento, lo que hago es encanallarme todo lo posible. ¿Por qué? Quiero ser poeta y me estoy esforzando en hacerme Vidente: ni va usted a comprender nada, ni apenas si yo sabré expresárselo. Ello consiste en alcanzar lo desconocido por el desarreglo de todos los sentidos. Los padecimientos son enormes, pero hay que ser fuerte, que haber nacido poeta, y yo me he dado cuenta de que soy poeta. No es en modo alguno culpa mía. Nos equivocamos al decir: yo pienso: deberíamos decir me piensan. — Perdón por el juego de palabras.
YO es otro. Tanto peor para la madera que se descubre violín, ¡y mofa contra los inconscientes, que pontifican sobre lo que ignoran por completo!
Usted para mí no es Docente. Le regalo esto: ¿puede calificarse de sátira, como usted diría? ¿Puede calificarse de poesía?
Es fantasía, siempre. — Pero, se lo suplico, no subraye ni con lápiz, ni demasiado con el pensamiento.
De Arthur Rimbaud a Georges Izambard
Charleville, [13] mayo 1871
¿Acaso no somos siempre otro además de nosotros mismos? El Yo es siempre confuso.
ResponderEliminarQué excelente lección literaria. Tomo nota. Después de la demostración palpable y erudita, yo soy otro. Un abrazo y una gratitud enorme por ser siempre tan atento con mis textos.
EliminarQué gran relato, José Luis. Así lo veo yo; como un relato. Yo soy borgiano por naturaleza literaria y de ahí esta apreciación. Otros -sé- mantendrán otras opiniones. Yo prefiero quedarme admirando la extrañeza existencial de tu -insisto- relato de corte fantástico. No sé si he estado acertado con mi interpretación. Enhorabuena, amigo José Luis.
ResponderEliminarEs un relato, claro que sí, no sé si deudor de Borges -que es una relectura continua para mí- o deudor de mis muchas dudas existenciales; en cualquier caso, un sondeo en la identidad que siempre camina con el rumor a la espalda de la incertidumbre. Un abrazo amigo y una enorme alegría porque estés.
EliminarHola, José Luis. Trato de ponerme al día en visitar los blog amigos, y tú estás entre los favoritos.
ResponderEliminarTienes mucha habilidad para, en breves textos, dejarnos mucho.Mucho que pensar. Creo que somos varios en uno.Tenemos muchas facetas, a veces contradictorias, incluso. Tal vez por esa complejidad es tan difícil conocer el alma humana.
Un abrazo.