Entre dudas Fotografía de Lucila Sesma (José Luis Morante, septiembre, 2016) |
DESCONFIANZA
. Desconfío de las biografías
legendarias, que no saben de quién es su pasado.
. Desconfío de la vida sana, ese túmulo
de hábitos saludables que antes o después acabará metiéndonos en el ataúd.
. Desconfío de los que visten,
con monotonía e insistencia, el abrigo de los compromisos y carecen de tiempo
para el otro.
. Desconfío de quienes tienen
temprana conciencia de su genialidad.
. Desconfío de los que piensan
que el talento brota de la nada.
. Desconfío de quien hace de las relaciones
personales un insalubre trastero, un lugar siberiano.
. Desconfío de esa obsesión indígena
que llena de himnos, banderas y escuadrones la plaza de su pueblo.
. Desconfío de las amistades
aparentes, con exuberancia decorativa.
. Desconfío del escritor que hace
de la vida una actividad subalterna, llena de signos de puntuación.
. Desconfío de mí, también cuando parezco yo.
Me encanta!!!! Palabras muy acertadas, sí.
ResponderEliminarUno se mira en el espejo, querida Isabel, y se encuentra con un extraño que monopoliza el tiempo personal y toma decisiones por su cuenta. Así que la desconfianza es una estrategia en defensa propia. Un fuerte abrazo, poeta, y espero que la presentación de tu libro sea una fuente de alegría y complicidad.
EliminarDesconfianza de la sana, José Luis.
ResponderEliminarClaro que si, querido Pedro, hay que mirar los pasos de sujeto y entorno con ojos dubitativos, calculando qué guarda cada apariencia, cómo es la sombra que deja la luz en el cristal. Gracias por tu presencia, es una alegría afectiva.
EliminarLa desconfianza, para mí, es consecuencia de nuestra experiencia vital. Los que ya tenemos años,José Luis, desconfiamos. Qué grato es equivocarse en este tema. Piensa uno," aún se puede encontrar personas, cosas, etc. con salud en este confuso y a veces, nauseabundo mundo". Saludos poéticos.
ResponderEliminarSi la desconfianza es un fruto maduro de los años, me temo que en mi casa no va a caber tanta desconfianza y deberé añadir al jardín un adosado nuevo. Qué grato tu comentario querido Antonio, la desconfianza no tiene un carácter tan umbrío como algunos sospechan; es solo aceptar que en lo aparente habita la duda, que en el retrovisor hay distancias que se calculan mal. Un fuerte abrazo.
EliminarLos siguientes aforismos podrían quizá empezar por "Confío...". Confiar, claro, entraña el riesgo del desengaño y la decepción. Pero convendremos todos en que, en ese mar de miedo y desconfianza, algún contrapeso es necesario.
ResponderEliminarQué buena idea, lo apunto, hay que buscar un elogio urgente de la confianza que cree en la literatura y en el protagonista verbal una sensación de equilibrio y simetría. Al cabo, el mundo no es más que un lugar intermedio, a medio camino entre la confianza y la desconfianza. Muchas gracias por tu comentario y feliz jornada.
EliminarSabias palabras José Luis, pero yo me pregunto: la desconfianza se aprende? Porque la desconfianza es una defensa del ser mismo, sin embargo, cuando me miro en el espejo solo veo ingenuidad, indefensión y me digo: " chica, tú eres tonta". Y sí, tendría que aprender..., pero solo cuando aprenda a comprenderme, aprenderé a defenderme.
ResponderEliminarNo hay que defenderse, Lucinda, la desconfianza no es más que los efectos secundarios de la experiencia vital, y por tanto es bueno que vayamos caminando entre luces y sombras, compartiendo oscuridad y deslumbramiento. Eso evita la monotonía en el ánimo y concede a nuestro tiempo la posibilidad de avanzar hacia nuevas amanecidas. Ser ingenuo es un privilegio, es tener los ojos puestos en lo posible.
EliminarY sigue como eres, Lu, es una delicia sentir tu compañía cerquita.
Y esa desconfianza nos mantiene alerta y ayuda a crecer. Verbo y penumbra donde afianzarnos. Un abrazo.
ResponderEliminarSi cualquier caminante saliera a descubierta con los ojos cerrados se perdería de inmediato; así que es bueno mirar las cosas desde una retina insatisfecha. Un gran abrazo, Antonio, con verbo y con ninguna penumbra, que la amistad deja todo diáfano.
EliminarYa lo dice el refrán, "piensa mal y acertarás", jejejejeje
ResponderEliminarDudar no es sinónimo de malos pensamientos, querida Tracy, sino de ignorar qué espera al otro lado del umbral. Plena confianza en la amanecida y en este templado aliento de septiembre. Y un fuerte abrazo para ti.
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