En el parque Fotografía de pampanos wordpress.com |
LOS QUE ESPERAN
Llegan temprano al parque desde
algún itinerario común y repetido. Caminan lentos, con un rumor de brisa en los
zapatos y los ojos clavados en el suelo. De vez en cuando relatan vidas
improbables, hechos que ahora parecen tangenciales y oscuros. Cuando están en
el parque nada ocurre, pero son más ellos, con la vista fija en ese oficio que
tan bien conocen: esperar.
Cuánto me gusta esa mirada sobre la vejez...lo de las vidas improbables es un acierto, yo veo eso en los viejos cuando hablan de sus vidas, y también lo de la espera. Precioso texto.
ResponderEliminarQuerida Isabel, nada sugiere más ternura que la belleza crepuscular. Y los años van dejando a nuestro alrededor identidades en ese tiempo. Así que comparto plenamente tu reflexión. En un acontecer marcado por la prisa diaria ellos tienen el monopolio de la calma, el vano abierto de la espera.
EliminarEs tan dulce que duele!
ResponderEliminarUn abrazo,
G
Gracias por tus palabras, querida amiga, lo sentimental es una piel cálida que nunca debería envejecer, así que feliz si mis palabras te han dejado un tacto de ternura entre los dedos.
EliminarToda la ternura, amigo.
EliminarBella estampa escogiste. Precioso texto, sigo con la mirada en el suelo y la mano en el pecho.
Gracias a ti,
G
Reitero mi gratitud, Gabriela; al cabo -ya lo he dicho más veces- la literatura no es sino una conversación a media voz en la que cada texto busca con empeño su lector ideal, la retina feliz que lo cobije. Que tengas un gran día.
ResponderEliminarCuánta emoción y sensibilidad en esas cinco líneas. Gracias, maestro.
ResponderEliminarEs un mero acto de justicia, querido Antonio; estamos en esa edad de puente entre la madurez y el crepúsculo, y cada vez entendemos mejor el esfuerzo que hicieron por nosotros, esa tenacidad callada que dejó en cada gesto un poco de vida, una ilusión por cumplir. Un gran abrazo.
Eliminar... Y ojalá que algún día engrosemos ese número de paseantes. Señal de que hemos llegado.
ResponderEliminarUn abrazo
Sin duda, Tracy, hay que aceptar con la sonrisa firme el sitio en el parque que el tiempo nos depare. A ver si es posible que ese sitio se pueda compartir con la gente que queremos, con esos pasos que sonaron reforzando los nuestros. Un gran abrazo.
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