¿Y si escribes un haiku? Josep M. Rodríguez (Ed.) La Garúa / Poesía Santa Coloma de Gramenet, Barcelona, 2019 |
MÍNIMO UMBRAL
Cada vez más alejado de la genealogía tradicional nipona y más cerca de
una estrategia expresiva abierta a modulaciones y matices, el haiku ya es una
estrofa normalizada en el ahora poético peninsular. Lo sabe muy bien Josep M.
Rodríguez (Súria, 1976), poeta y ensayista, que dedicó a la miniatura expresiva
la antología Alfileres en 2004 y dejó
en las estanterías el volumen Hana o la
flor del cerezo, expresiva indagación sobre el sentimiento poético
oriental. El barcelonés también ha coordinado un atinado monográfico de la
revista Ínsula, con aproximaciones
críticas sobre el haiku y una amplia selección de versos. Edita ahora en La
Garúa ¿Y si escribes un haiku? una
compilación de textos de poetas contemporáneos de fuerte renombre, aunque a
primera vista ninguno de los elegidos emplea la estrofa en sus itinerarios
creadores. No están Susana Benet, Jesús Munárriz, Luis Alberto de Cuenca,
Antonio Cabrera, José Cereijo, Aurora Luque, Lara Cantizani o Ricardo Virtanen,
poetas que sí han hecho del trío verbal un espacio habitable para su poesía. De
ahí que el lector se adentre en el prólogo con curiosa impaciencia para conocer
la razón básica de estos ejercicios de taller.
El editor de la antología enfoca el discurrir histórico de la estrofa en
su contexto original. El archipiélago japonés descubierto en el siglo XVI por
los navegantes españoles y portugueses no perderá su característico exotismo
hasta el siglo XIX por el tradicional aislamiento y el temor de sus poderosas
jerarquías a la colonización occidental. Este encierro afecta también al
arte y la literatura que no llegará a Europa sino por algunas traducciones al
francés de autores nipones y por la puesta de moda del exotismo oriental a
partir de la exposición Universal de París de 1897. El haiku debe a José Juan Tablada su
iniciación al castellano. Será reconocido como precursor de la estrofa por
Octavio Paz; es el impulsor de una larga senda que ha conocido excelentes
cultivadores en la época del modernismo y las vanguardias, etapas creadoras
sonde se implanta un modelo formal que mantiene intactos calidez y misterio. Y así lo ha percibido con fuerza Josep M. Rodríguez al invitar a
setenta y tres poetas, peninsulares y latinoamericanos, que nunca habían
escrito haikus.
Nace así una pluralidad de ópticas y un amplio semillero de
realizaciones que van desde la tradición más canónica, como el texto de Concha
García, que abre la selección, o el de Mercedes Roffé, Álvaro Valverde, Andrés
García Cerdán o Isabel Bono. Otros optan por la incisión reflexiva, como Joan
Margarit y Antonio Jiménez Millán, que convierten la contemplación en un
destello del pensamiento, o el apunte onírico, como Javier Lostalé. Francisco
Díaz de Castro verbaliza una sensación visual que interioriza la celebratoria
presencia del entorno, también perceptible en el enunciado lírico de Ada Salas y Alejandro López Andrada. En Ioana Gruia resalta la conciencia de
temporalidad, mientras que en el texto de Yolanda Pantin se descubre un alto
componente simbólico, en tanto que Gioconda belli opta por la mirada social. En
suma, paisajes y ángulos singulares.
Muy grata resulta la pluralidad idiomática del libro.
Integra escrituras bilingües en catalán, gallego y eusquera, que corroboran el
dinamismo del esquema versal y su capacidad de desplegar sus cualidades en cualquier ámbito idiomático. Un acierto más del editor.
Josep M. Rodríguez ha hecho de la tarea pendiente un mínimo umbral para
que voces fuertes de nuestra poesía se adentren en el haiku. El resultado es plenamente positivo. La plantilla
5/7/5 no es un mero envoltorio verbal sino la suma de posibilidades abiertas de
un registro tonal de progresiva emancipación. En el despliegue, las gradaciones
de luz de una estrofa humilde y renacida, que se apresta temprano a la labor
inagotable de la intuición. Los versos trasmiten el minúsculo temblor del instante, ese silencio del aquí y ahora
que requiere un testigo desvelado.
Aprovechando la entrada de hoy, y con permiso del editor del blog, os invitamos a visitar (pero solo si os gustan) los haikus que la gente que participamos en ZdeP venimos publicando desde hace años en
ResponderEliminaraitor-suarez.blogspot.com
(Sandra Suárez)
Claro que sí, será un placer; el haiku es una estrofa exigente y maravillosa, así que un placer visitar el enlace, Sandra Suárez. Y un abrazo entrañable por tu amistad.
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