PASAR EL CEPILL0
El fanatismo es la epilepsia de las ideas
MARTÍN CERDA
El fanatismo es la epilepsia de
las ideas. Lo pienso mientras miro en el telediario la manifestación de
antisistemas. Reclama la liberación de los anarquistas encarcelados, tras los
graves disturbios vandálicos de Barcelona, sin apenas consecuencias penales. A
la luz solar, sin los pasamontañas y las espaldas mochileras, repletas de
artilugios destructores, estaban casi guapos. Eran la prole justa para pasar el
cepillo y pedirles una colecta voluntaria para reconstruir escaparates,
tiendas, sucursales y reponer contenedores. Ya se sabe, la libertad de
expresión de esta gente es pura solidaridad y contribuye al Ibex ideológico de
la utopía. Sus ideas también cotizan en las bolsas (de basura).
Despiertas y está el dinosaurio
de la presidenta con elecciones para mayo. Radical y sabia, cuenta con el
posible respaldo de la mayoría de votos. Perplejidad; debo operarme el cerebro
o buscar algún injerto en Turquía. Sus discursos, por mucho preparador
publicitario que tenga, son una continua infracción al lenguaje. Restos de
alguna idea de crecimiento tardío acerca de la pobreza de espíritu.
El entorno de intereses que
arropa la elección de una cabeza de lista electoral demuestra que no se busca
al candidato competitivo sino al colega que merece premio. Desde ese trasfondo
vivencial de la política, aunque no lo vean los militantes, no hay posibilidad
de regeneración y cambio; solo una cadena de favores que asegura la máxima
pensión jubilatoria.
Esa vida errante de las promesas
electorales: qué pasó con la España vaciada, el cambio de la ley electoral, la
disminución de aforamientos, la congelación de sueldos y partidas
presupuestarias a instituciones caducas, la separación de poderes… Todo era
mentira, pero sigue siendo útil para la próxima campaña electoral. Lo volveremos a oir; son mentiras con mucho pedigrí.
(Apuntes de un ciudadano triste)
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