jueves, 18 de marzo de 2021

JUAN ANTONIO MORA. NUBES

Nubes
Juan Antonio Mora
Prólogo de Juan Carlos Mestre
Editorial Corona del Sur
Colección Almud Literario
Málaga, 2021

 

LAS HERIDAS DEL TIEMPO


   Los poemas compilados en La alegría del aire (2019), un balance intenso del trayecto lírico de Juan Antonio Mora (Andújar, 1950), prologado por la complicidad lectora del poeta y ensayista Alberto García-Teresa, mostraban una manera de entender el hecho literario desde la hondura existencial. La palabra escenifica la geografía dolorosa de un espacio interior y postula un lugar en el presente en el que conviven los aguafuertes de la evocación y la percepción crítica de una realidad desapacible. Al cabo, un diálogo tonal entre lenguaje y existencia que muestra el testimonio personal del sujeto biográfico y su vigilante actitud en lo transitorio.
  La estela creadora de Juan Antonio Mora continúa senda con Nubes, un poemario abierto con la palabra sabia del poeta y artista multidisciplinar Juan Carlos Mestre. El prólogo alza vuelo subrayando el humanismo derramado del poeta, su compromiso cívico y su adscripción permanente a la utopía de la libertad, base fuerte de la reconstrucción de un mañana habitable. Mestre vincula la mirada poética del escritor a ese estar que entrelaza subjetividad y ser colectivo: “La poética de Juan Antonio Mora nos habla de la condición amorosa, también del dolor y del sentimiento de pérdida. Su palabra ejerce su conjuro, como una letanía laica, contra la enfermedad que cerca lo más querido, la irradiante figura simbólica del hijo, el espacio clausurado a la felicidad, lo paradójico de cuanto se aúna en el fervor sagrado, la consolación y los estragos de toda duración hacia el horizonte de la pérdida”.
   El sustrato cultural suma citas de poesía y pensamiento, los latidos luminosos de Hegel, Cioran, Emilio Lledó, Jorge Riechmann y Juan Carlos Mestre. Abre ventanas a la pulsión directa de un decir despojado, exento de ornamentación metafórica, que contrasta el estar desaliñado de una realidad paradójica, en la que se dan la mano vida y muerte. La soledad del protagonista lírico busca su verdad, esa larga búsqueda del sentido vital donde el dolor transpira fuerte. El marcado deambular del desasosiego muestra la zona umbría de la enfermedad y cómo su peso lastra la felicidad y el tacto remansado del amor; es difícil entender lo que no tiene pautas racionales y es muy complejo librarse de la angustia en las amanecidas rutinarias de los días. Aún así, la poesía de Juan Antonio Mora mantiene la llama encendida del amor y la ternura: “Tu felicidad  me eleva / me hace parecer feliz / en un mundo de infelices. / Y yo, a veces, lo soy.” Desde esa alegría, perecedera y subversiva se abren las ventanas a la calle. No se ignoran las grietas, ese aspecto erosivo de una sociedad desatinada que aletarga la conciencia y pierde la brújula de las emociones.  Esta presencia firme de lo real desvela el pensamiento e invita a la reflexión: “La ventana por donde miro / este cielo azul y único / me conduce a la luz tardía / del sueño y del pensamiento” (P. 36).
  Cauce existencial y senda literaria se sientan en la misma mesa para compartir sensaciones y confidencias. Y en ese puente de palabras y vida, el ser para la muerte cobra aliento, perdura, camina a contraluz. Pero no es un yo solitario y ensimismado, sino un sujeto cívico que hace suyas las reivindicaciones necesarias de la dignidad y la ética: “He hecho de mi vida un poema / y de este dolor una canción. / Y no me arrepiento de nada. / Todo está escrito en el aire /y en la cabeza de un pájaro loco / que vuela en mi corazón”. Así crece el poema desde el pacto con la coherencia y la renuncia de la decepción, desde una escritura emotiva, llena de sentimientos que hace de los poemas de Juan Antonio Mora un reducto de sueños, un lugar sencillo y natural, no exento de materiales emotivos donde la amada y el hijo se definen como presencias centrales. Nubes de paso que llenan el cielo y hacen de la levedad etérea de las palabras una casa encendida.
 
JOSÉ LUIS MORANTE
 
 


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