Límites y progresiones José María Cumbreño Ediciones Liliputienses Colección Los cuadernos ególatras Isla de San Borondón, España, 2021 |
AUTOBIOGRAFÍA DEL OTRO
José María Cumbreño (Cáceres, 1972) comienza itinerario creador en el
cambio de siglo con el libro Las ciudades
de la llanura, un poemario escrito en plena exaltación del figurativismo y la escritura antiexperimental. Pero la estética del autor cacereño nada sabe de prefijados tópicos. Camina al margen. Difunde un trayecto ensimismado en el que
persevera como centro gravitatorio la introspección. Ese bucear bajo la piel
impulsa un ideario disidente y verista que exalta la sinceridad, sea cual sea
la estrategia expresiva empleada: el relato, los aforismos, el ensayo, la
poesía o el enunciado autobiográfico. Tras publicar el año pasado la antología
poética bilingüe Teorías da Ordem,
recupera la escritura fragmentaria de Límites y progresiones, libro editado por primera vez en 2010, dentro de
la colección Narrativa de Baile del Sol.
Se ha sugerido con frecuencia que el diario es un género de ficción
empeñado en la construcción de un personaje que toma rasgos del sujeto
biográfico. Esa aseveración define también los textos narrativos de José
María Cumbreño, que arrancan con una hermosa dedicatoria. La copio aquí porque
tiene un valor referencial y clarifica la identidad de uno de los personajes
mejor trazados del diario: “Para Chose, que sabe mantener el equilibrio sobre
el hielo”.
El enunciado Límites y
progresiones construye una proposición paradójica, depurada e intensa; el diálogo entre el
sedentarismo del límite y el activismo nómada del afán de seguir en ruta, en
las manos de un tiempo cotidiano que empuja a tantear desde el pensamiento. La
conciencia del yo formula dudas, busca sentido a lo cotidiano, irrumpe en la zona
de sombras de la inteligencia, surca las horas con la esperanza de que la
existencia aporte conocimiento y plenitud. Pero el devenir temporal, que en las
páginas del diario inicia su cronología en julio de 2007, deja un vacío abierto
porque “No resulta posible copiar algo que no existe. No hay realidad alguna
sino perspectivas de la realidad” (P. 13)
Junto a las secuencias vitales, goteando la loza picada del entorno cotidiano,
José María Cumbreño integra microficciones, aforismos y versos sueltos que
potencian el significado de Límites y
progresiones. Son esquejes hiperbreves, que dan continuidad al cauce manso
de los días, como si las secuencias reales formaran parte también de un ciclo de sensaciones e incertidumbres, de teorías al paso que nunca acaban
de fijar su anclaje: “El destino de la poesía es el lenguaje matemático, lleno
de límites, equidistancias e incógnitas sin despejar”.
El entrelazado convivencial, ratificado por la escritura, concede a cada
protagonista un quehacer inacabado, disperso en varias direcciones. Quien escribe hace inventario, “lima las
palabras hasta dejarlas sin aristas”, abriga la sensación de que percibe desde
el papel la vida de otro, como si fuese un simple reflejo en la fría superficie
del azogue. Mira también, desde la luz despierta de los sentimientos, el papel
esencial de quien pone coordenadas de espacio y tiempo, como si el amor fuese
núcleo central de la armonía; necesidad de equilibrio y orden.
En Límites y progresiones José
María Cumbreño caligrafía, con la letra menuda de la incertidumbre, los
lugares, afectos y quehaceres que conforman el aterido balance de los días. Las
anotaciones fechadas reinventan lo vivido, afirman los ejes básicos en los que
se sustenta; sendas aleatorias que cumple un extraño aplicado en la tarea de
ser y estar; en el melancólico empeño de conocerse un poco mejor.
JOSÉ LUIS MORANTE
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