viernes, 5 de marzo de 2021

JOSÉ MARÍA CUMBREÑO. LÍMITES Y PROGRESIONES

Límites y progresiones
José María Cumbreño
Ediciones Liliputienses
Colección Los cuadernos ególatras
Isla de San Borondón, España, 2021

 

AUTOBIOGRAFÍA DEL OTRO

 

   José María Cumbreño (Cáceres, 1972) comienza itinerario creador en el cambio de siglo con el libro Las ciudades de la llanura, un poemario escrito en plena exaltación del figurativismo y la escritura antiexperimental. Pero la estética del autor cacereño nada sabe de prefijados tópicos. Camina al margen. Difunde un trayecto ensimismado en el que persevera como centro gravitatorio la introspección. Ese bucear bajo la piel impulsa un ideario disidente y verista que exalta la sinceridad, sea cual sea la estrategia expresiva empleada: el relato, los aforismos, el ensayo, la poesía o el enunciado autobiográfico. Tras publicar el año pasado la antología poética bilingüe Teorías da Ordem, recupera la escritura fragmentaria de Límites y progresiones, libro editado por primera vez en 2010, dentro de la colección Narrativa de Baile del Sol.
   Se ha sugerido con frecuencia que el diario es un género de ficción empeñado en la construcción de un personaje que toma rasgos del sujeto biográfico. Esa aseveración define también los textos narrativos de José María Cumbreño, que arrancan con una hermosa dedicatoria. La copio aquí porque tiene un valor referencial y clarifica la identidad de uno de los personajes mejor trazados del diario: “Para Chose, que sabe mantener el equilibrio sobre el hielo”.
   El enunciado Límites y progresiones construye una proposición paradójica, depurada e intensa; el diálogo entre el sedentarismo del límite y el activismo nómada del afán de seguir en ruta, en las manos de un tiempo cotidiano que empuja a tantear desde el pensamiento. La conciencia del yo formula dudas, busca sentido a lo cotidiano, irrumpe en la zona de sombras de la inteligencia, surca las horas con la esperanza de que la existencia aporte conocimiento y plenitud. Pero el devenir temporal, que en las páginas del diario inicia su cronología en julio de 2007, deja un vacío abierto porque “No resulta posible copiar algo que no existe. No hay realidad alguna sino perspectivas de la realidad” (P. 13)
  Junto a las secuencias vitales, goteando la loza picada del entorno cotidiano, José María Cumbreño integra microficciones, aforismos y versos sueltos que potencian el significado de Límites y progresiones. Son esquejes hiperbreves, que dan continuidad al cauce manso de los días, como si las secuencias reales formaran parte también de un ciclo de sensaciones e incertidumbres, de teorías al paso que nunca acaban de fijar su anclaje: “El destino de la poesía es el lenguaje matemático, lleno de límites, equidistancias e incógnitas sin despejar”.
  El entrelazado convivencial, ratificado por la escritura, concede a cada protagonista un quehacer inacabado, disperso en varias direcciones. Quien escribe hace inventario, “lima las palabras hasta dejarlas sin aristas”, abriga la sensación de que percibe desde el papel la vida de otro, como si fuese un simple reflejo en la fría superficie del azogue. Mira también, desde la luz despierta de los sentimientos, el papel esencial de quien pone coordenadas de espacio y tiempo, como si el amor fuese núcleo central de la armonía; necesidad de equilibrio y orden.
   En Límites y progresiones José María Cumbreño caligrafía, con la letra menuda de la incertidumbre, los lugares, afectos y quehaceres que conforman el aterido balance de los días. Las anotaciones fechadas reinventan lo vivido, afirman los ejes básicos en los que se sustenta; sendas aleatorias que cumple un extraño aplicado en la tarea de ser y estar; en el melancólico empeño de conocerse un poco mejor. 
 
JOSÉ LUIS MORANTE
 
 


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