En mi recuerdo |
RECUERDO DE MI PADRE
Mi padre ponderaba la eficacia
como un tesoro extraño y valiosísimo,
escondido en el vientre de la tierra.
Solía levantarse muy temprano,
con el tictac grabado en la memoria,
y dilataba, oscuro, una jornada
que concluía laso y taciturno.
Era su empeño inmune al frío o la canícula.
Por él estuve interno tantos años
con la sola misión de hacerme un hombre.
(Entendamos, un hombre de provecho,
un atinado buscador de logros).
Mas tanto esfuerzo no valió la pena.
Él no tiene conciencia del fracaso.
Descubrió en la derrota
una patria feliz, compensatoria.
Ahora que es tarde (La Garúa, 2020)
Estupendo poema, querido amigo. Buen día
ResponderEliminarEs un día, querido Luis Ramos, marcado por la ausencia y percibo, y eso me alegra mucho, que sus palabras siguen buscando la misma tonalidad en mi memoria. Fuerte abrazo.
EliminarLos padres siempre ayudando y pendientes de convertirnos en "atinados buscadores de logros". Estupendo poema, amigo José Luis. Buen día y feliz Santo!
ResponderEliminarLa verdad es que ese objetivo paternal de hacernos moldes gustosos de la voluntad me parece una muestra muy clara de cuánto nos querían; así que procuraremos no decepcionar a tan entrañable memoria. Fuerte abrazo, poeta.
EliminarHas captado en el poema uno de los grandes empeños de los padres labradores que en nuestra tierra han sido: que sus hijos lograran zafarse de lo sabido y sin futuro que significaba la explotación familiar de la tierra, pero no por coniderar su trabajo vejatorio, sino porque entendían que su trabajo duro y cotidiano solo tenía sentido si lograban algo mejor para sus hijos. Sentirse orgulloso de ellos, de que habían volado, que tendrían un futuro con menos agobios y rutinas, era señal de que su esfuerza había tenido sentido. Recuerdo a mi padre. Sé de que habla este poema. Un abrazo.
ResponderEliminarQué mundo tan laborioso y ejemplar el del campo castellano, Paco Caro. Fascinó a escritores admirables como Antonio Machado y Miguel Delibes. Y por eso mis palabras suenan torpes, pero llevan en su ovillo un hilo inmenso de gratitud. Fuerte abrazo.
EliminarEste poema tan hermoso ya lo había leído antes en tu libro. Gracias por traerlo.
ResponderEliminarGracias a ti, querida Carmen, por ser corazón y abrigo, por alentar a diario el sol de las palabras.
EliminarNunca es tarde, José luís.
ResponderEliminarPD.
Felicidades y un beso en tu medio santo.
Nunca es tarde, querida Tracy, el tiempo miente y nos divide entre presencias y ausencias; pero todos estamos en el mismo barco, el que recorre sin cansancio el mar sentimental que nos mejora.
EliminarEmotivo recuerdo en estos versos. Feliz onomástica, tocayo. Un abrazo.
ResponderEliminarMuchas gracias por tu felicitación, María José, y celebremos juntos este día que encierra sensaciones paradójicas, el recuerdo tenaz de los ausentes y la calidez festiva de los que continuarán nuestra ruta en el tiempo. Un gran abrazo agradecido.
EliminarSi hubiera meta existiría la derrota, pero no hay nada para nadie.
ResponderEliminarUn abrazo.
Hay que ser optimista, somos finitud y ceniza, pero antes fuimos madera, fuego y brasa, y aquí queda la voz al amor de la lumbre. Fuerte abrazo.
EliminarPuse esta mañana un comentario pero no lo veo.
ResponderEliminarte decía que nunca es tarde y además te deseaba felicidad en el día de tu medio santo.
Besos
Es mía la culpa, Tracy, estreno filtro de admisión en el blog; no sé que ha pasado pero se han colado algunos spam como comentarios y he optado por regular un poco los mensajes, así que ya está tu comentario y ya está en camino mi mensaje de afecto y gratitud. Un gran abrazo, Tracy.
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