Haber nacido me arruinó la salud
CLARICE LISPECTOR
Mi ausencia de sentido del humor se incrementa cuando aparecen algunas
carencias físicas como el temblor, la afonía y la otitis; mientras me quejo, percibo que la pérdida auditiva transforma voces y ecos
en veces y ocas, una alternativa verbal que no oculta la magia del relato.
Hay sueños que estremecen por su voluntad de personalizarse en un cuerpo
concreto. Nacen desde la urgencia y recorren la distancia con el paso eficaz de
quien no teme ni la humedad ni la nieve.
Cuando discuto conmigo, me cuesta refutar mis argumentaciones.
La salud ignora su naturaleza de paréntesis; es una funambulista perezosa sobre un
cable sin red.
Quiero cambiar de muebles, que merezcan otro cuerpo eficiente y destinado a la alegría. El mío parece una cáscara inservible, un discurrir agostado.
(Anotaciones del diario)
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