Mostrando entradas con la etiqueta Baile del Sol Ediciones. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Baile del Sol Ediciones. Mostrar todas las entradas

lunes, 15 de julio de 2019

MIGUEL ÁNGEL GÓMEZ. VERSOS Y PROSAS

Caída libre
Miguel Ángel Gómez
Libros Al Albur, Apeadero de Aforistas
Sevilla, 2019 



MIGUEL ÁNGEL GÓMEZ: VERSOS Y PROSAS


   Aunque algunos poemas sueltos se publicaron en proyectos colectivos anteriores como las antologías Soledades juntas (2005), Perro sin dueño (2007) y El triunfo de la muerte (2011) el quehacer literario de Miguel Ángel Gómez (Oviedo, 1980), Licenciado en Filología Hispánica y docente de Enseñanza Secundaria, protagoniza en los últimos años un insólito crecimiento en verso y prosa.
   Hace apenas un año, ediciones Camelot, publicaba Sombra, sexto poemario del autor y muestra clara de un ideario que hace del surrealismo, más que del culturalismo, uno de sus veneros centrales. A pesar de que el poeta alude a magisterios como Allen Ginsberg, Gary Snyder o Sharon Olds, voces en las que el pacto realista se convierte en estrategia enunciativa, la poesía de Miguel Ángel Gómez confía en la imagen y vela con frecuencia los significados con una notable arquitectura de símbolos. El resultado es un decir que expande temas de un modo personal, hermético y con amplia libertad para dar cauce a los contenidos sentimentales. Sombra es un poemario amoroso que deja al yo verbal en ese estado de intimidad desbordada que contrae lo racional y vaporiza el onirismo.
   Frente al pautado discurso de lo racional, la voz poética del escritor completa un decálogo que hace de la norma un entrelazado de confabulaciones imaginarias, de fantasmas en libertad, de especulaciones sobre lo real: “Escribir es lo que te permite decirle que se quede cuando ya se ha ido”.
   Su séptimo aporte, Canciones acusadoras (Baile del Sol, 2018), con prólogo entusiasta de Marcelo García, está centrado en la actitud poética y en su cultivo del asombro y echa a volar sus composiciones con similar impulso amoroso. Para el sujeto enamorado el deambular diario es un entorno sentimental y habitable que justifica cada gesto. De cuando en cuando, habitan los poemas presencias rescatadas que rompen la verosimilitud intimista para dar a las composiciones el evanescente aspecto de algún sueño o el recorrido sosegado por las calles tranquilas de la imaginación. 
  Miguel Ángel Gómez bifurca su taller literario; cultiva la narrativa, el relato breve y la crítica, géneros que ahora dejan sitio a su primera salida aforística, Caída libre (Libros al Albur, 2019). El escritor se suma así al cauce de lo fragmentario en Apeadero de Aforistas, con una entrega abierta con dos textos casi programáticos de Leopoldo María Panero: “Qué vana es la caída, digo el verso” y Max Aub: “esta minúscula caída”.
   En la codificación habitual del aforismo filosofía y senda poética mantienen un trazado casi equidistante: “El poeta y el filósofo permiten que nos despojemos de todo menos de la mente”. El pensamiento busca materiales de uso en la introspección y manifiesta sus incursiones en el yo desde una expresión esencial, donde nada sobra, con esa convicción de que cada palabra es necesaria porque capta la esencia, especula, busca el asombro, sin miedo a caminar por el laberinto porque “Equivocarse con precisión es brillar con una llama nueva”.
   El aforismo es también un estado de ánimo: “Felicidad”. Qué palabra. Todos sabemos que empieza por “Fe”; la manera de embocar una perspectiva sobre el trayecto existencial sin que los pasos adquieran el peso alevoso del cansancio para renovar el vigor y la espera.
   La identidad de la escritura busca un espejo para la reflexión: “El poeta es un sastre con voz sonora que hace ropa para fantasmas”, “Escribir es que un millar de perfumes choquen entre sí”; “Un poema debe abrir la puerta con fuerza y lanzarse a través de ella”; “Es posible que la lógica sea incompatible con la inspiración y el caos sea un fogoso caballo de carreras”. Y un enunciado que sirve también para perderse de nuevo entre los poemas de Sombra y Canciones acusadoras: “Los que no entienden mi poesía están en el callejón sin salida del análisis de las causas y los efectos”.
   Fiel a sí mismo en cada género, Miguel Ángel Gómez escribe sus aforismos con la tinta colmada del poeta –“Los mejores aforismos alcanzan un esplendor tan rebosante que el alma se derrama”- para que la realidad se expanda en nuevos espacios reflexivos. Lúcido para abrir con cautela  los abismos del tiempo y explorar contraluces y trayectos, nos deja en Caída libre la mirada abierta de quien desea convertir el aforismo en un viajero, una conciencia en marcha que guarde sobresaltos y sentir.




lunes, 25 de febrero de 2019

YOLANDA DELGADO. "ANTES DE ARROJARSE AL MAR, LA SEÑORA BROWN FUE A MISA"

"Antes de arrojarse al mar, la señora Brown fue a misa"
Yolanda Delgado
Ediciones Baile del Sol, Colección Sitio de Fuego
Tegeste, Tenerife, 2018


INCIDENCIAS


   La escritura de Yolanda Delgado (las Palmas de Gran Canaria, 1957) fortalece un fuerte perfil literario que elige como estrategia más recurrente el relato. Con Estudios en Publicidad, Relaciones Públicas, y un quehacer laboral relacionado con la televisión y la gestión editorial, firmó en 2016 la compilación de relatos Puro cuento. Aquel volumen difundía un ideario ficcional basado en el realismo, pero siempre atento a sorprender el lado onírico de lo real, esos espacios de líneas difusas que amplían las apariencias sensoriales con líneas de sombras.  
  Abre su nueva entrega, también integrada en el catálogo de Baile del Sol, el relato que da título al libro “Antes de arrojarse al mar, la señora Brown fue a misa”. El aserto enunciativo corresponde a un verdadero titular de prensa que siembra su significado entre la sugestión y el absurdo. Con él arranca su cuaderno de viaje por esta travesía argumental que deja entre las manos el sabor agrio de la convivencia. El itinerario de pareja tiende a la marejada y a una fuerte erosión de identidades que van minando el afán de seguir y convierten a los dos en ramas solitarias y desgajadas, quemadas por la intemperie.
  Si en el relato inicial, la autora emplea el tono objetivo del narrador en tercera persona, la cercanía ficcional se acentúa cuando emplea el lenguaje directo del testigo. La estrategia permite percibir en el relato afinidades con lo biográfico, como sucede en “Cuando una tortuga y Primo Levi me salvaron”. El cuento adquiere la apariencia de un diario autobiográfico que introspecciona los baches diarios. Las secuencias textuales “son brochazos dispersos, pienso. Un cuadro de impresiones, la estela que dejan los días tras de sí, la vida en un collage, sin trama ni final, como los cuentos de Chéjov”.
  El engarce narrativo contrasta asuntos argumentales y registros formales dispares para que se preserve de manera intacta el interés del lector; así se yuxtaponen cuentos líricos, como el de “¡Penélope no corras!”, donde la carga sentimental trasciende el relato de iniciación al desamparo; o la prosa casi ensayística de “El Efecto mariposa en la psique humana” que parece extraída de un informe científico. Junto a ellos el relato breve que hace de la ironía el chispazo final, que alza vuelo en el cierre, o ese monólogo interior de “Solos” que me parece uno de los mejores del conjunto. En él, un yo indagatorio repite las acciones aleatorias de lo rutinario mientras hace por dentro un repaso, casi balance, de su relación sentimental en el tiempo. Queda en su desembocadura un estado de extrañeza que solo concluye cuando la química de alguna pastilla convoca al sueño.
  Junto al entrelazado de la pareja, otro venero fuerte del libro es la voz del recuerdo. Regresa como un bumerán aquella sensibilidad desplegada de la niñez, cuando todavía era posible la claridad del sol de mediodía. Un paréntesis existencial capaz de alojar la transición diaria entre los renglones de la cartilla Palau, o corregir torpezas con goma de borrar. Ejemplos de estos fragmentos cristalizados de lo autobiográfico son cuentos como “El bello durmiente”, “La cartilla de leer” o “Exploradores del aire”.
   La diversidad alecciona. Hay humor, ironía, recuperación de la memoria histórica y del anecdotario cultural, leves microrrelatos y una entrevista apócrifa a James Joyce, que puede leerse como una entrevista al taller creativo en el que la escritora nos deja una buena pincelada de aseveraciones del máximo interés: “Lo corriente de la literatura nos conduce a la vida corriente. todo es vida y lenguaje… Lo que importa es cómo se cuenta la historia. las emociones que eres capaz de trasmitir”.  
  Yolanda Delgado añade al relato una visión rica y plural. Convierte al cuento en un espejo humedecido que muestra los difusos contornos de la existencia. En su superficie proliferan, como elementos de un escaparate, las asimetrías. Hay sitio para el trampantojo de algunos sueños y esa búsqueda del mañana en la que cada identidad quiere participar. Todos somos aleatorios transeúntes en el afán inútil de una vida perdida.



    

lunes, 18 de enero de 2016

MARIO PÉREZ ANTOLÍN. OSCURA LUCIDEZ

Oscura lucidez
Mario Pérez Antolín
Prólogo de Joan Subirats
Baile del Sol Ediciones, Colección Textos del Desorden
Tegeste, Tenerife, 2015 


RINCONES DE LA RAZÓN


   Resulta curioso que la contención expresiva del aforismo se haya convertido en los últimos años en incontinente fuerza creadora. En las estanterías del presente se multiplican títulos, nombres propios y colecciones monográficas. El impulso, creo yo, no proviene de un legado literario renovado, aunque magisterios centrales como Antonio Machado o Juan Ramón Jiménez escribieran aforismos, o aunque las greguerías de Ramón Gómez de la Serna desbrozaran sendas lúdicas a los recorridos habituales del texto breve. La copiosa floración actual obedece más bien a las cualidades de un entorno cambiante, a la pugna por esencializar el mensaje para una difusión más global en las redes sociales y al carácter fragmentario de lo real que se va renovando con paso inestable marcado por la intensidad de la urgencia. Es hora de mostrar en público los rincones de la razón.
  Mario Pérez Antolín (Backnang, Alemania, 1964) es Licenciado en Geografía y completó su formación universitaria con un máster en Ordenación del territorio y política ambiental, un campo formativo que ha dado pie  a aproximaciones, estudios y ensayos y a foros de debate donde tiene un activo protagonista. Su prisma creador es diverso; integra poesía, ensayo, colaboraciones en medios de comunicación y aforismos. Este último género ha propiciado las entregas Profanación del poder, con liminar del filósofo Eugenio Trías, la entrega La más cruel de las certezas y el volumen  Oscura lucidez. Entre estos pasos no hay fracturas; las compilaciones aforísticas comparten el diálogo indagatorio entre filosofía (el yo), sociología (los otros) y lenguaje (ese puente que une el trayecto continuo entre el ser y el estar). 
   Las líneas prologales de Joan Subirats nos dejan una definición relevante del género como labor asistemática que admite en sus costuras lirismo, reflexión, consecuencia moral o postulado político. Y un selfie del autor: una mezcla de poeta de la quintaesencia y de cirujano de lo superfluo. Sin duda, un atinado retrato que se mantiene en el curso del tiempo...Así pues, Mario Pérez Antolín enfoca el renglón aforístico con un criterio amplio, de puertas abiertas, que acoge cuestiones dispares y las huellas más profundad del ahora para convertir la escritura en realidad reflexiva. El escritor no es un esteta desubicado sino una retina con luz que comparte intrahistoria y necesidad colectiva con un lenguaje claro, conciso y esencial. Un ideario que extiende su semántica también a la poesía. En los diferentes apartados surge de cuando en cuando el poema, versos que buscan las transiciones que abren emociones e ideas. 
   El libro Oscura lucidez de Mario Pérez Antolín no busca una memoria compacta y orgánica sino una visión parcial del simple vivir. Así se va enunciando una sensibilidad, una conciencia interrogativa que trata de ubicarse en el cable tenso de una irreprochable coherencia. Pasos de un funambulista que aspira a comprender.   



miércoles, 23 de octubre de 2013

RICARDO VIRTANEN. LUZ NATURAL.

Feria del Libro de Madrid, 2008, con Ricardo Virtanen



 RICARDO VIRTANEN

Hace algunos años, en 2007, decidí dejar la coordinación de la revista literaria Prima Littera. Había perdido la ilusión necesaria para encabezar aquel proyecto, estaba cansado con demasiadas sendas por recorrer al paso, y percibía cerca el amargo rocío de la desconfianza. Además mi retirada había encontrado el relevo perfecto para pilotar Prima Littera: Ricardo Virtanen. Era un profesor recién llegado a Rivas, con fuerte vocación literaria y un currículo de confianza. Prima Littera no volvió a visitar la imprenta y Ricardo nunca fue el coordinador necesario para reflotar aquellas páginas, pero aquella contingencia no importó para que hiciéramos juntos un largo recorrido vivencial. De nuevo este jueves- 24 de octubre, a las ocho de la tarde- compartimos micrófono en el Centro Cultural Federico García Lorca (Rivas-Urbanizaciones)  para presentar su diario Cuaderno de interior y un documental inspirado en el libro y elaborado por nuestra amiga común Candela Arevalillo.
En esa autobiografía editada por Baile del Sol se habla de libros inéditos, de grupos musicales y de la melancolía de ida y vuelta que circula, con música de jazz, directa a Rivas. En Cuaderno de interior habita también el misterio diario de la amanecida, esa suma de instantes transitorios que miden los relojes.