Sombras de la Plaza Mayor
Rosa Huertas
Edelvives, Colección Alandar
Madrid, 2015
ENTRE LOS SOPORTALES
El espacio urbano de la Plaza Mayor, sitio clave en la sociología diaria
de Madrid y elemento central de su capitalidad, sirve de marco narrativo para
la novela Sombras de la Plaza Mayor,
última cita literaria de Rosa Huertas. La escritora es Licenciada en Filología
Hispánica y Periodismo y comparte el ejercicio
de la docencia y la escritura, por lo que conoce muy bien los trazos de la
etapa juvenil. Así se manifiesta en su extenso trabajo creador; ha publicado, junto a manuales didácticos
destinados a fomentar hábitos lectores en el aula, las entregas Mala Luna, Tuerto, maldito y enamorado, La
caja de los tesoros, El Blog de
Cyrano, Los héroes son mentira, Theotocópuli. Bajo la sombra del Greco y
el libro Sombras de
la Plaza Mayor.
Para el paseante habitual la porticada arquitectura barroca está repleta de tópicos: da vida a un enclave atestado de turistas que buscan la visión más superficial, esa pupila llena de
bares abiertos, tiendas de recuerdos, mostradores filatélicos y grupos gregarios
que no perciben otros pliegues identitarios. Ésa es
la instantánea marcada en los planos turísticos, sin más relevancia que
monumentos visibles como “la Casa de la Panadería” o la estatua
ecuestre de Felipe III. Pero la autora sondea otra perspectiva, alejada del
bullicioso ambiente y del reclamo idílico de las guías de viaje.
La voz narrativa se hace testigo y protagonista curioso de la madrugada, cuando el silencio forma el telón de fondo y los rasgos
diluidos de los edificios acogen un tiempo habitado por personajes
sombríos, en el que unen sus lindes pasado y presente. Guiado por uno de los pintores habituales de la plaza,
el joven Gonzalo recobra los acontecimientos del ayer, con sus
leyendas y su inventario de sucesos dramáticos bajo los arcos de granito. Una realidad muy alejada de la imagen que mira el cielo azul de cada
amanecida.
Como lugar abierto, la plaza difunde salidas a otras paradas de interés
que también son refugios de historias reseñables. Así sucede con
las dependencias cercanas del instituto de San Isidro, en la calle
Toledo; en ese centro educativo se citaron figuras de nuestras
letras, como Lope de Vega y nombres propios del siglo XX que forman parte del acervo cultural: los Machado, Francisco Ayala, Vicente
Aleixandre o Camilo José Cela. Entre su
alumnado, Rosa Huertas elige a la principal figura de Sombras de la Plaza Mayor.
El relato entremezcla amena erudición y aporte argumental,
memoria del pasado e historia personal de un joven ilusionado en el aprendizaje
vivencial y en esos sentimientos que afloran tras la adolescencia,
incontinentes y profundos. Las mutaciones en el ánimo de Gonzalo no
pasan inadvertidas para los amigos de siempre. La historia de Rodrigo, el
pintor, y de su compañera de instituto Inés copa cada vez más
su interés y convierte al narrador en una voz solitaria y callada, como
si su existir se hubiese contagiado de las historias que guarda el mismo instituto de San Isidro, relatadas en uno de los episodios de Benito
Pérez Galdós, o en las leyendas cortesanas que eligieron la Plaza
Mayor como suelo de representación.
El mapa creativo de Rosa Huertas se define con señas de identidad muy
precisas: dicción selecta para abordar tramas que enriquecen su trazado lineal
con asuntos complementarios, personajes de cuidado perfil y apuesta por asentar
en el discurso ficcional actitudes solidarias y valores éticos como la
amistad, el compromiso o el afán cultural. En Sombras de la Plaza Mayor estos caracteres emergen renovados,
próximos y reconocibles. Nos cuentan que entre los soportales de ese lugar diáfano
que asombra al visitante se cobija en la noche un mar de sombras, un oscuro
rumor de gemido incansable bajo los pies del tiempo.
El día 6 de mayo, dentro del plan de animación lectora diseñado por nuestro centro, Rosa Huertas visitó el IES Duque de Rivas para hablar de "Tuerto, maldito y enamorado". Es un libro que tiene abundantes elementos comunes con "Sombras de la Plaza Mayor" y así lo he reseñado en la presentación de la escritora.
ResponderEliminarDejo también aquí mi gratitud y mi afecto hacia Rosa Huertas, entrañable amiga y compañera en las aulas. Un privilegio su amistad y su belleza.
Gracias, José Luis. Fue un encuentro entrañable. Da gusto encontrar docentes como tú, comprometidos con la cultura. Gracias por contar conmigo y por el trabajo bien hecho.
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