La sangre
Andrés García Cerdán
Ediciones Valparaíso, Granada, 2015
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LA SANGRE
En La sangre, sexto poemario de Andrés García Cerdán (Fuenteálamo,
Albacete, 1972), poeta, crítico y antólogo, el sujeto verbal percibe la realidad inmediata como
un paisaje pleno, expuesto ante la claridad del día. En él habita un tiempo
transitorio donde se acoge un nítido anecdotario que formula su propio
discurso reflexivo. Leemos en “Incendio”: “Vorazmente el incendio. La madera /
crepita y cruje, se astilla en las cenizas. / La melancolía es el aura azul /
donde estalla el calor, donde las formas / se resienten y desembocan. Poco queda
del fuego que encendimos / escogiendo las ramas con cuidado”. De esa
formulación sosegada del tránsito nace el sobrio papel del lenguaje, su
búsqueda tenaz de la certeza, su impulso natural por hacer de las cosas quietud
y permanencia. La escritura recrea un gesto adánico, una búsqueda cognitiva que
convierte al protagonista en un solitario robinson autosuficiente: “Aprendo a
escribir como quien aprende / a revolverse en su lenguaje”. De esta filosofía
del lenguaje como activo compromiso ante la realidad vivida, se nutre también
la composición inicial “Nada más”, una poética que aborda el acto de escribir,
no como un argumento teórico, sino como constatación de que el poema
salvaguarda los pliegues de la memoria.
El trayecto biográfico de Andrés García
Cerdán hace de la música una bifurcación necesaria. En los primeros meses de
2013 grabó Grizzly! Con la banda de
punk-rock Leñadores. La música también busca sitio en La sangre en forma de homenaje, como ilustra el poema “Velvet
Blues”, gratificante repaso de preferencias sonoras incrustadas en la memoria
personal.
El tramo final del libro tiene la
disposición natural de un dietario que acoge en sus fragmentos las impresiones
sembradas por el acontecer; son los latidos de un tiempo cíclico y renovado que
traza recorrido y deja en el tránsito los indicios gastados de un reloj con
grietas.
La mirada al ahora recrea secuencias que no
eluden la percepción moral. Así, en el poema “Kiev”, que toma como referente
real el conflicto civil de Ucrania, se describe con enfoque objetivista la
ignominia del francotirador, ese gesto atroz de pulsar el gatillo desprovisto
de cualquier remordimiento, una hilación de causas y efectos sobre la barbarie.
La
sangre compila poemas donde las palabras encierran en su semántica la
pulsión temporal de la conciencia, un estar en vela donde convergen planos y
direcciones que encuentran en el hueco tenaz de cada verso un poco de verdad y
de belleza, unas gotas de luz.
Gracias por la reseña José Luis.
ResponderEliminarSandra.
Hola Sandra, qué alegría saber que el libro te gusta; debo confesarte que Andrés García Cerdán ha sido para mí un descubrimiento en los últimos meses y que su itinerario creador incluye también las facetas de crítico y antólogo; dos facetas que desempeña con singular solvencia.
EliminarLa reseña es estupenda e invita a acercarse al autor del que he tenido la oportunidad de leer algún poema suelto pero que se merece profundizar en su obra. Me apunto el libro para su lectura. Gracias.
ResponderEliminarEs el libro el que es estupendo, querido José Antonio; la poesía de Andrés G. Cerdán tiene una expresividad notable, está muy trabajada y unifica emoción y sentir reflexivo; es un autor a seguir. Un abrazo cordial y muchas gracias por tus palabras.
EliminarParece un autor interesante. No he leído nada de él.
ResponderEliminarGracias por compartirlo.
También yo he llegado tarde a la poesía de Andrés; pero los libros están ahí y estamos en septiembre, querido poeta: todavía es tiempo de recuperaciones. Un fuerte abrazo y espero que el comienzo del curso te sea leve.
EliminarEse tipo de voces necesitamos, que a cara descubierta nos seducen. Un fuerte abrazo.
ResponderEliminarHola poeta, espero que tu verano haya sido un remanso de imágenes para la memoria. Seguimos viaje en la costumbre. Un abrazo.
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