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jueves, 23 de enero de 2025

ERNESTO CARDENAL. MEMORIA Y VIDA

Ernesto Cardenal
(Granada, Nicaragua, 1925-Managua, Nicaragua, 2020)

 
EL POETA CÍVICO
 
Antología poética. Ernesto Cardenal
Edición, selección y prólogo de Daniel Rodríguez Moya
Valparaíso Ediciones, Granada, 2012
 
   El nítido perfil de Ernesto Cardenal (Granada, Nicaragua, 1925) desacraliza la figura del poeta ensimismado en el cielo azul y recrea un proceder ético en las antípodas del esteticismo: el  escritor se compromete con la Historia, ajusta plenamente itinerario biográfico y labor creadora para hacer causa común con aspiraciones colectivas. Así lo manifiesta en la atinada introducción el poeta Daniel Rodríguez Moya, el mejor conocedor del varillaje cultural nicaraguense, donde por su magisterio en las generaciones más jóvenes sobresalen dos voces: Claribel Alegría y Ernesto Cardenal, tras el fallecimiento en 1998 de Carlos Martínez Rivas.
    Esta compilación, en la que ha participado de forma manifiesta el propio autor recomendando textos de su preferencia, selecciona composiciones de una decena de libros, a los que se incorpora un inédito, “El celular”. El volumen da cuenta de la uniformidad de tono y del discurrir coherente de una veta ética, reconocida con hitos significativos como el reciente Premio Reina Sofía de Poesía iberoamericana, en 2012.
  La voz de Ernesto Cardenal es heredera directa de la poética de José Coronel Urtecho. Entronca con el verbo realista de Bertolt Brecht, César Vallejo y Pablo Neruda; asimismo tiene amplias afinidades con la denominada “antipoesía”,  etiqueta que integra, de forma amplia y con una textura verbal diferenciada, el trabajo de Jaime Sabines, Mario Benedetti, Roberto Fernández Retamar, Juan Gelman o Nicanor Parra. Es una lírica enfrentada a la verdad oficial y a los discursos del poder, que cree en la utilidad del arte y rechaza la mirada contemplativa; se define por su acento testimonial y por su inmersión en las singularidades de cada momento histórico. Su afán expansivo practica el arte de la escucha e incorpora al verso el debate, la controversia y la crítica.
   Lo confesional concreto, como expresión de un latido individual, alcanza su plenitud en el discurrir solidario de lo colectivo. De este modo, el yo verbal se torna transmisor de un canto común.  La carnalidad de las palabras acrecienta su voluntad descriptiva para poner lindes al expresionismo de lo real, sin ningún tipo de idealización. De ahí el empeño comunicativo, la confianza en la intuición, la depuración estilística y el propósito firme de despojarse de recursos expresivos secundarios. El maquillaje erudito se limita al máximo para que el mensaje llegue directo, claro, conciso para testimoniar una situación que transciende el mero destino individual.
  Los mayores riesgos de esta poesía son el prosaísmo y el aire con fervor de consigna. A veces los versos se convierten en un documento de una denuncia, exento de vuelo poético; en el poema no cabe la pureza sino una relación práctica con las convicciones. La poesía afianza su utilidad social y no precisa otras revelaciones que una manifiesta rebeldía.
   Y ese es el mayor mérito para muchos de la  poética de Ernesto Cardenal; las palabras pretenden liberarse de la opresión introspectiva del yo, su escritura hace habitable un territorio en el que se reafirma la intensidad de lo vivido, ese pan necesario cuyo molde precisa de igualdad y justicia.

 
 
 
 
 
 

viernes, 3 de enero de 2020

PAPEL DE ANTÓLOGO: RE-GENERACIÓN

Re-generación
Antología de Poesía española (2000-2015)
Selección de José Luis Morante
Editorial Valparaíso
Granada, 2016


PAPEL DE ANTÓLOGO

   Ejercer como antólogo es asumir de entrada algunas limitaciones evidentes que se concretan con mucha más claridad con el paso del tiempo. Pensar, por ejemplo, que se ha leído todo es un desvarío fantasmal, así que seleccionar una lista de nombres propios es reconocer de inmediato la mirada subjetiva y parcial y ese algo de incertidumbre que habita en los desplazamientos entre espacios creativos.
  Cada antología atestigua un proceso de conocimientos  previos, una acotación pactada y un criterio selectivo que unifica lo que por naturaleza está desperdigado. El resultado da cuenta de la pertinencia de un deseo integrador y de la determinación de mirar un paisaje, una colección enumerativa de voces que halla en la percepción del antólogo un reposado despliegue.
  La antología aparece como una experiencia comunicable protagonizada por un sujeto plural que pugna por resaltar el rostro versátil de los escritores incluidos. En la polifonía de Re-generación está un amplio trabajo en el tiempo que comenzó agestarse en 2013, cuando el poeta Xosé Bolado, director de la revista Lliteratura me pidió un artículo sobre la poesía más joven. Nunca cumplí aquel encargo pero el estudio fue creciendo hasta convertirse en una larga etapa de dos años dedicado a leer las entregas editadas en la primera quincena del siglo XXI. Así se acotó esta lista de veinticuatro poetas nacidos entre 1980 y 1995 que forman el nítido perfil de un momento creativo. La introducción repasa los signos más conocidos de esta primera generación, a saber las relaciones básicas entre lírica y tecnología, el afán de continuidad, la pluralidad de idearios estéticos, la expansión del trabajo creador en la red y otras nociones como el contexto histórico creador. También se clarifica en la introducción el itinerario de cada poeta con breves pinceladas definitorias de su identidad. Pero es el muestrario de poemas editados o inéditos  el que da cuenta, con suficiencia, del arte verbal del grupo escogido.
  Es evidente la voluntad de diálogo entre los incluidos. Varios compartieron aprendizaje juvenil al ser elegidos por fundaciones como la Fundación Antonio Gala, otros figuran en muestras antológicas tempranas, comparten páginas en similares revistas y han asistido a mesas de debate o ciclos literarios para presentar sus creaciones. También se percibe una sensibilidad acorde en su apertura hacia espacios lingüísticos fuera del idioma natal y hay una rotunda negación del localismo  por el continuo cambio de modelos.
   En la antología Valparaíso que coordiné para la editorial Valparaíso hay aciertos y errores; casi repetiría el listado de incluidos al completo (solo cuatro o cinco se quedarían fuera si tuviese que hacer la muestra ahora) y el resto continuaría con dos o tres incorporaciones que en su día no había leído. En sus páginas está el avance de una promoción activa, la primera del siglo XXI, un elenco de autores  que alienta una obra en ciernes, que hace de la palabra poética revelación y conocimiento; que mira hacia el futuro con voluntad plena y el deseo de ensanchar los límites del lenguaje.


  



domingo, 26 de marzo de 2017

EN LA FERIA DEL LIBRO DE TRUJILLO

Trujillo, Cáceres
FERIA DEL LIBRO 2017


RE-GENERACIÓN, UNA ANTOLOGÍA DEL AHORA POÉTICO


Prensa, Valparaíso Ediciones


 En marzo de 2016 pobló las librerías Re-generación, una antología sobre poesía española (2000-2015) preparada por José Luis Morante, poeta, editor y crítico literario. Sobre esta antología de la primera generación del siglo XXI, hablamos con el escritor en Rivas, la ciudad de la periferia madrileña donde vive y trabaja desde hace treinta años.

El título de su antología Re-generación parece tener una connotación ideológica…

JLM.- Es posible que muchos lectores compartan una sensación parecida; vivimos un tiempo histórico complejo y lastrado por sombras que requieren una amanecida, una luz nueva, una cerilla encendida, una regeneración. El título es un acierto del editor Javier Bozalongo, la brújula de Valparaíso Ediciones; pero yo solo percibo connotaciones estéticas. La poesía precisa ramas renacidas que germinan en el nuevo siglo, las primeras voces del siglo XXI.

¿Cómo surge el muestrario de voces jóvenes?

JLM.- Llevo muchos años leyendo poesía joven y Re-generación es una consecuencia natural de ese hábito. Suelo colgar en el blog “Puentes de papel” reseñas de primeros libros porque defiendo que impulsar y dar aire a los que inician senda es una buena práctica. Así que la idea estaba latente y se concretó, tras una entrevista en la Feria del Libro de Madrid, con Javier Bozalongo, cuando Valparaíso asumió mi iniciativa.

¿Cuáles han sido las mayores dificultades de su trabajo?

JLM.- Delimitar las voces más representativas me ha exigido leer obras de un centenar de autores, algunos con publicaciones en pequeñas editoriales que dificultaban la distribución. Aquí ha sido clave el envío de originales por parte de los antologados. Casi todos han facilitado al máximo mi trabajo con encomiable generosidad. Así fui cribando nombres hasta llegar a la lista final de veinticuatro poetas  nacidos entre 1980 y 1995.

¿Por qué esas fechas?

Por asumir la teoría generacional clásica, que integra la producción entre 2000 y 2015. Un periodo que aglutina los poemarios de quienes cuentan veinte años al finalizar 2015 y cuyo tope se sitúa en los treinta y cinco años, una edad que ya cede el paso a la madurez creadora.

¿Apuesta por nombres conocidos o prefiere seguir un criterio más personal?

Creo que el antólogo debe partir de ciertas coordenadas ya trazadas: los autores que publican en editoriales relevantes, ganan premios prestigiosos y son protagonistas frecuentes de revistas y suplementos, merecen una confianza sin prejuicios. Sería extraño no antologar a Elena Medel, Fernando Valverde, Javier Vela, Francisco José Martínez Morán, Alejandra Vanessa, Martha Asunción Alonso, Luna Miguel, Ben Clark, Javier Vicedo Alós o Rodrigo Olay… Pero hay inclusiones con itinerarios de amanecida que hallarán inmediatas afinidades lectoras, como Miguel Floriano, Diego Álvarez Miguel María Alcantarilla, Xaime Martínez, Paula Bozalongo, Javier Temprado Blanquer… Por cierto siempre me ha parecido un error manejar listas parciales, así que pido disculpas por esta mención; es  solo una respuesta obligada para no hacer interminable la pregunta.

¿Qué otros datos le han sorprendido?

Las conexiones entre otras disciplinas artísticas y la poesía convierten al taller del poeta en un marco para el asombro. He disfrutado al percibir los puentes entre disciplinas artísticas en el taller literario de los antologados: Pablo Fidalgo Lareo y Javier Vicedo Alós son actores, Xaime Martínez y Elvira Sastre llevan tiempo en la música, Fernando Valverde ha trabajado un proyecto innovador que fusiona lírica y flamenco; María Alcantarilla apuesta por lo visual y el experimento gráfico.

¿Cómo queda el mapa poético actual?

Bueno algunos datos del mapa geográfico de la poesía actual merecen un comentario reflexivo. Por ejemplo: la cantera asturiana es ejemplar y la alargada sombra de José Luis García Martín sigue siendo impulsora de excelentes poetas jóvenes. Están Pablo Núñez, Rodrigo Olay, Diego Álvarez Miguel, Miguel Floriano Traseira, Xaime Martínez y podrían estar otros nombres como José Luis Sevillano, Laura Casielles, Sara Palicio o los jovencísimos Mario Vega y Rocío Acebal…
También es muy rica la hornada de Albacete con tres nombres propios en plena cosecha, como Rubén Martín Díaz, Constantino Molina Monteagudo y Javier Temprado Blanquer.      
  Hay también un persistente respeto a la tradición en voces como Verónica Aranda, José Alcaráz, Constantino Molina Monteagudo o Paula Bozalongo… No faltan las apuestas de riesgo; me encanta la fuerza colonizadora de Luna Miguel, siempre dispuesta a convertir el páramo diario en un poema, o el estrépito inconformista de Alejandra Vanessa, Aitor Francos, José Alcaraz, oy María Alcantarilla.

¿Cabe este libro en una sola frase?

Claro que sí; Re-generación  es una coral donde confluyen veinticuatro solistas.

(El día 1 de abril de 2017 José Luis Morante firma ejemplares de Re-generación en la Feria del Libro de Trujillo (Cáceres) 







viernes, 8 de abril de 2016

"RE-GENERACIÓN " EN RIVAS

Revista Covibar
Rivas-Vaciamadrid, abril, 2016

Entrevista a JOSÉ LUIS MORANTE

El próximo 14 de abril presenta la antología “Re generación” en el Mirador Literario. El poeta y profesor vuelve a Covibar para hablar de esta antología sobre los poetas españoles más jóvenes, y lo hace acompañado de algunos antologados como Francisco José Martínez Morán, Aitor Francos, Javier Temprado o Paula Bozalongo.

Qué es Re-generación

Es una panorámica sobre la poesía más reciente que se escribe en español a partir de la obra de veinticuatro poetas jóvenes, nacidos entre 1980 y 1995. Es una muestra plural, no de tendencia, que pretende acoger en sus páginas a las aportaciones más singulares de la primera generación literaria del siglo XXI.

Cómo ha sido el proceso de creación de esta antología

Todo estudio crítico requiere una dedicación plena, y así ha sido a la hora de adentrarme en el mapa poético contemporáneo de las voces más jóvenes. Había que leer más de cien nombres que han ido publicando entre 2000 y 2015 y apostar por los trayectos más representativos, aunque algunos no sean conocidos todavía por el público general.

¿Hay autores de nuestro municipio en el libro?

Como crítico –y llevo treinta años haciendo crítica literaria- no existen en Rivas-Vaciamadrid poetas jóvenes que tengan una calidad contrastada para competir con aportaciones nacionales de primera categoría. Al menos, yo no conozco a nadie que cumpla esos criterios estéticos, a pesar de la pujanza de los escritores jóvenes ripenses.

¿Quiénes están en esa selección poética?

Ya he comentado que la lista de autores está formada por veinticuatro poetas. Pensaba seleccionar veinte, pero al ir realizando lecturas hubo nombres que se fueron imponiendo de manera natural y me pareció justo proponer al editor que se ampliaran las páginas de la antología para cobijarlos.
Están Fernando Valverde, Rubén Martín, Pablo Núñez, Francisco José Martínez Morán, Alejandra Vanessa,  Javier Vela, Verónica Aranda, José Alcaraz, María Alcantarilla, Ben Clark, Pablo Fidalgo, Elena Medel, Javier Vicedo, Constantino Molina, Martha Asunción Alonso, Aitor Francos, Rodrigo Olay, Luna Miguel, Diego Álvarez, Paula Bozalongo, Javier Temprado, Miguel Floriano, Elvira Sastre y Xaime Martínez.

¿Están en esa lista los nombres propios del siglo XXI?

Seguramente faltan nombres, y es posible también que otros incluidos no alcancen metas relevantes. No hay que olvidar que una antología no es un dogma sino una propuesta de trabajo y el futuro poético se va construyendo al paso, día a día, con bifurcaciones. 

¿Por qué ese título, Re-generación y qué significa la cerilla de la portada?

Es un concepto que tiene vida propia en nuestros días; todo parece en trance de demolición y es necesario vislumbrar brotes nuevos, hacer caminos que lleven a la esperanza en lo social y en lo personal; ese es el significado más evidente de un título que apuntó el editor, el poeta Javier Bozalongo, y que yo asumí por su precisión. Y la cerilla no es más que el deseo de poner un poco de luz en el ahora poético, aunque sea una luz mínima, como el brillo transitorio de una cerilla.

Regresas a El Mirador Literario de Covibar, donde has presentado otros libros…

 Y lo hago con la misma ilusión de siempre. Es hermoso pensar que el compromiso cultural de Covibar sigue pleno y lleno de fuerza y que ciclos como El Mirador Literario, que han ido creciendo con los años, se mantienen fuertes para que nuestra gente pueda conocer a los mejores autores del momento. Así que no me queda sino dar las gracias. 



lunes, 28 de marzo de 2016

LABOR DE ANTÓLOGO

Presentación en la Librería Alberti (Madrid) de la antología Re-generación
LABOR DE ANTÓLOGO

  Con incansables signos de interrogación, el propósito general de un antólogo es levantar una arquitectura confortable para que en ella convivan, de acuerdo y satisfecha, la obra creadora de los elegidos. Hay que precisar que en la confluencia de veinticuatro nombres propios que propone la antología Re-generación, poetas nacidos entre 1980 y 1993, el aporte es equitativo. Pensé incluir también nacidos en 1994 y 1995 pero no quedó espacio entre los racimos de años anteriores. Confío en el inventario. Creo que anula cualquier monolitismo estético y el bricolaje excluyente de los compromisos. Los reparos de los no incluidos son justos; la antología Re-generación es una panorámica parcial del ahora poético, una visión de una etapa histórica que muestra una realidad con ojos didácticos.
  El pensamiento crítico preserva cuestiones perennes que parecen no admitir acercamientos definitivos, que exigen de cuando en cuando que algunas respuestas duerman a la intemperie. Es el caso de la teoría generacional, un intento de comprensión de sustitución y permanencia en cada tramo temporal. La teoría generacional es parte esencial de la historia y permite articular las etapas; en el organismo social cada porción es diferente y enuncia sus particulares circunstancias. Las identidades que aglutina encarnan un espíritu epocal, tienen un fondo de ideas comunes y mantienen una relación natural con sus precedentes.
  La cultura intelectual de una generación no es uniforme. Contrastan valores individuales, se comparten manifestaciones y convergen facetas existenciales que hilvanan un tejido de relaciones sociales. La ecuación de las generaciones ha impulsado un amplio marco de estudios en el que sobresale el análisis de Ortega y Gasset. El filósofo argumenta que una generación es una suma de individuos signada por intereses comunes en el tiempo; en ese tiempo todos son contemporáneos que respiran una similar atmósfera o un espacio vivencial parecido; pero cada sujeto contribuye a formarlos de forma diferente.
  Fue Petersen quien marcó un punto de inflexión en la semántica generacional al concretar las condiciones de existencia: herencia cultural, fecha de nacimiento, factores educativos, comunidad de intereses, lazos personales, intereses comunes del grupo, presencia de un jefe o caudillo, un lenguaje común y anquilosamiento de la generación anterior… Son condiciones que no pueden aplicarse de forma rigurosa y cuya semántica requiere una interpretación cauta y una convicción relativa.
  En la muestra Re-generación se percibe el primer núcleo poético del siglo XXI, una nómina que no puede desvincularse de la eclosión digital en la forja de nuevas maneras de comunicación social y en la fijación de un sistema de convicciones que va modificando la dinámica social. En cada época la creación literaria es diversa y discontinua. Aquí están los poemas para demostrarlo.




jueves, 3 de marzo de 2016

"RE-GENERACIÓN" EN LA REVISTA ESTE DE MADRID

José Luis Morante
Madrid, Reina Sofía
Fotografía de Hilario Barrero 


JOSÉ LUIS MORANTE PUBLICA RE-GENERACIÓN


   Treinta años como crítico literario han convertido a José Luis Morante (El Bohodón, 1956) en uno de los mejores conocedores del panorama poético actual. El  poeta y profesor, que vive y trabaja en Rivas desde hace tres décadas.acaba de publicar Re-generación una antología de voces jóvenes que incluye veinticuatro poetas nacidos entre 1980 y 1995, es decir la primera fila del siglo XXI. El resultado da cuenta de un momento creador muy fértil no solo en poesía sino también en otros géneros como el relato, la novela o la traducción.
  Con una atractiva cubierta y un título que anima a disfrutar de su contenido, la antología aparece en la editorial granadina Valparaíso y se distribuye al mismo tiempo en España y en Latinoamérica para resaltar el rostro versátil de los escritores contemporáneos incluídos. Según nos cuenta Morante, el proyecto Re-generación comenzó a gestarse en 2013, cuando un poeta amigo, Xosé Bolado, director de la revista asturiana Lliteratura pidió al crítico un sondeo en la poesía más joven; aquel encargo fue creciendo hasta convertirse en una larga etapa de dos años dedicada a leer las entregas editadas por la nueva hornada, los poetas que llegan a las librerías en la primera quincena del siglo XXI. Así se acotó esta lista de veinticuatro poetas nacidos entre 1980 y 1995. La introducción repasa signos de esta generación, a saber las relaciones básicas entre lírica y tecnología, el afán de continuidad, la pluralidad de idearios estéticos, la expansión del trabajo creador en la red y otras nociones como el contexto histórico. También se clarifica en la introducción el itinerario creador de cada poeta con breves pinceladas definitorias de su identidad. Pero es el muestrario de poemas editados o inéditos el que da cuenta con suficiencia del arte verbal del grupo escogido.
  Es evidente la voluntad de diálogo entre los incluidos con una sensibilidad abierta hacia espacios lingüísticos fuera del idioma natal. En la antología Re-generación está el avance de una promoción activa, la primera del siglo XXI, un elenco de autores  que alienta una obra en ciernes, que hace de la palabra poética revelación y conocimiento, que mira hacia el futuro con el deseo de ensanchar los límites del lenguaje.
 El poeta José Luis Morante comienza ahora una intensa promoción de su antología con presentaciones en Madrid, Alcalá de Henares, Albacete, Cartagena, Oviedo y Granada. En Rivas-Vaciamadrid se presentará el día 14 de abril en El Mirador Literario de Covibar, acto del que informaremos en su momento.

                                                                                          REDACCIÓN

( Revista ESTE DE MADRID, nº 273, marzo de 2016)



miércoles, 25 de noviembre de 2015

MANUEL RICO. LOS DÍAS EXTRAÑOS

Los días extraños
Manuel Rico
Valparaíso Ediciones
Granada, 2015


CONCIENCIA DE LO EFÍMERO


   Desde la amanecida de los años ochenta Manuel Rico (Madrid, 1952) protagoniza una biografía literaria que entrelaza varios géneros. Su taller aglutina novelas, ediciones críticas, libros de viajes, colaboraciones en prensa y poesía. El poeta comienza senda en 1997, tras ganar el Premio Juan Ramón Jiménez con el libro La densidad de los espejos. Ese transcurso lírico, ampliamente representado en el volumen Monólogo del entreacto. 100 poemas, se prolonga ahora con la entrega Los días extraños.
   El libro comienza con un poema prólogo que hace del estar transitorio sustrato central. El mutable territorio de la temporalidad marca la existencia y permite desgranar episodios evocativos donde se oye un mantenido contraste dialogal entre el ayer y el ahora. El sujeto verbal es parte activa de un acontecer indagatorio en el que se marca la estela de lo recorrido y el regreso al origen, como si la experiencia de ser fuese un aprendizaje aceptado que somete a un sostenido desplazamiento.
  En ese tiempo se integra el cauce de los días extraños, la contingencia de un proceso complejo que afecta a todas las esferas de la personalidad. Así se va definiendo la imagen de un yo que cultiva el asombro y hace de la naturaleza un cúmulo de elementos cercanos y hospitalarios. También se vuelve la mirada hacia los pliegues de la memoria, ese telar que hilvana recuerdos de un paréntesis epocal y propicia una reconstrucción que recupera sus momentos con extraña plenitud, cuajada de simbología y misterio: “Tardes de luz marchita, tardes ocres como el otoño / y como el fuego, tardes como la niebla y como los bosques, / umbrías tardes de juventud, soñadas / o vividas, qué más da, cuando la claridad hacía / de la vida  un sendero que ocultaba los fríos / y los desistimientos, que nos llevaba en volandas / a cumbres no previstas y mundos improbables “. Los poemas encarnan fotogramas en los que van fluyendo los renglones del tiempo. Todo es recuerdo, un mapa de reflejos que sale a la luz con claridad antigua para que conformen sus contornos aquellos pasos que trazaron un tránsito vital.
   El segundo apartado del libro “Noticia del otoño” introduce una coda explicativa: leyendo a Auden, El explícito magisterio de Auden se concreta en el libro La edad de la ansiedad cuya lectura comparte sitio con una intensa meditación otoñal; el ciclo estacional transforma el valle de la sierra norte madfrileña, hace más perceptible el cambio paisajístico y convierte al hablante lírico en testigo de cargo. La voz se hace cronista de lo temporal, expande dudas e inquietudes, sensaciones y pensamientos que perciben la proximidad de otras identidades que ya buscan sitio en las aguas del tiempo, en esa intemperie empeñada en borrar su identidad y su coherencia.
   La realidad del poema muestra un amplio campo visual. En el conjunto “Retornos” conviven las secuencias de itinerarios que conceden un amplio patrimonio sentimental; los topónimos se unen a experiencias que tienen sobre sí una textura emotiva. También el acontecer de sueños y proyectos es tema evocativo. Como es sabido, el poeta dirige la colección de poesía Bartleby Editores, y aquí celebra los tres lustros de andadura con los versos de “Quince años editando poesía”, un homenaje al largo pasadizo de letras perdurables y conjuras de tinta.
   El camino prosigue por las anotaciones de un diario intimista y lírico que deambula por ciudades imprevistas y lugares de paso. La agenda del poeta deja en anotaciones líricas sus compromisos literarios, sus estancias de paso en las que nunca se borra la condición de forastero o esa reflexión sobre el tiempo que pone frente a frente la faz del poeta y otros rostros que llevan en sus facciones la erosión del tiempo. letraheridos cercanos que iniciaron la estela de la literatura en la cronología lejana de una década que ahora solo anecdotario de melancolías y fragmentos de algún sueño crepuscular.
   Sirve de cierre un conjunto de sonetos en el que de nuevo se escucha, junto al propósito formal, la voz incontinente del reloj. Las estrofas clásicas siembran con fuerza la sensación del autorretrato, el estar presente de una identidad que dirime inquietudes existenciales y hace de lo biográfico punto de partida y conclusión elegíaca: “Vengo de los inviernos y la duda. / De una casa de frío y tos ferina. / Del campo amanecido y de la encina / angustiada de escarcha y luz desnuda…”
  Los días extraños  enlaza en sus tramos el yo biográfico y el sujeto poético; retoma la idea de que la verdadera poesía no es más que un acercamiento a la intimidad para poner sobre lo vivido un destello de luz. La mirada limpia del poema explora afanes del oficio de escritor e intercambia emotivas confidencias antes de que el tiempo acumule olvidos o se haga tardío escenario de las pérdidas.


martes, 22 de septiembre de 2015

ANDRÉS GARCÍA CERDÁN. LA SANGRE

La sangre
Andrés García Cerdán
Ediciones Valparaíso, Granada, 2015
LA SANGRE
  
   En La sangre, sexto poemario de Andrés García Cerdán (Fuenteálamo, Albacete, 1972), poeta, crítico y antólogo, el sujeto verbal percibe la realidad inmediata como un paisaje pleno, expuesto ante la claridad del día. En él habita un tiempo transitorio donde se acoge un nítido anecdotario que formula su propio discurso reflexivo. Leemos en “Incendio”: “Vorazmente el incendio. La madera / crepita y cruje, se astilla en las cenizas. / La melancolía es el aura azul / donde estalla el calor, donde las formas / se resienten y desembocan. Poco queda del fuego que encendimos / escogiendo las ramas con cuidado”. De esa formulación sosegada del tránsito nace el sobrio papel del lenguaje, su búsqueda tenaz de la certeza, su impulso natural por hacer de las cosas quietud y permanencia. La escritura recrea un gesto adánico, una búsqueda cognitiva que convierte al protagonista en un solitario robinson autosuficiente: “Aprendo a escribir como quien aprende / a revolverse en su lenguaje”. De esta filosofía del lenguaje como activo compromiso ante la realidad vivida, se nutre también la composición inicial “Nada más”, una poética que aborda el acto de escribir, no como un argumento teórico, sino como constatación de que el poema salvaguarda los pliegues de la memoria.
   El trayecto biográfico de Andrés García Cerdán hace de la música una bifurcación necesaria. En los primeros meses de 2013 grabó Grizzly! Con la banda de punk-rock Leñadores. La música también busca sitio en La sangre en forma de homenaje, como ilustra el poema “Velvet Blues”, gratificante repaso de preferencias sonoras incrustadas en la memoria personal.
   El tramo final del libro tiene la disposición natural de un dietario que acoge en sus fragmentos las impresiones sembradas por el acontecer; son los latidos de un tiempo cíclico y renovado que traza recorrido y deja en el tránsito los indicios gastados de un reloj con grietas.
   La mirada al ahora recrea secuencias que no eluden la percepción moral. Así, en el poema “Kiev”, que toma como referente real el conflicto civil de Ucrania, se describe con enfoque objetivista la ignominia del francotirador, ese gesto atroz de pulsar el gatillo desprovisto de cualquier remordimiento, una hilación de causas y efectos sobre la barbarie.
   La sangre compila poemas donde las palabras encierran en su semántica la pulsión temporal de la conciencia, un estar en vela donde convergen planos y direcciones que encuentran en el hueco tenaz de cada verso un poco de verdad y de belleza, unas gotas de luz.

      

lunes, 29 de septiembre de 2014

TRINIDAD GAN. PAPEL CENIZA.

Papel ceniza
Trinidad Gan
Ediciones Valparaíso
Granada, 2014


ANDÉN VACÍO
 

  Tras una primera entrega, Las señas del pirata, en 1999, en el discurrir de los últimos años y en un tramo temporal muy breve, han visto la luz pasos referenciales del camino creador de Trinidad Gan (Granada, 1960), avalados por importantes premios literarios. El que ahora nos ocupa,  Papel ceniza, editado en el sello Valparaíso, es la quinta salida y da continuidad a un itinerario figurativo, que busca materiales literarios en lo cotidiano y en los estados vivenciales del hablante lírico, como si contempláramos el sosegado crecimiento de un diario íntimo en el que se constata un azaroso registro de incidencias.
   Versos de Luis Cernuda y de Javier Egea abren el horizonte del poema inicial, “La secuencia”, un texto en el que hallamos indicios claros del dictado estético de Trinidad Gan. En él prevalece un enfoque narrativo, las confidencias sosegadas de una voz omnisciente que busca objetividad y distancia frente al yo biográfico, y hace la crónica de un emplazamiento en el ahora. Asistimos a un pautado encadenamiento de acciones, un hilo de causas y efectos que articula la tensión y resuelve el conflicto. Cada sujeto es protagonista obligado de un devenir temporal; ha de tener conciencia de su estar transitorio. Su estela es fijada por las palabras con una caligrafía tenue, cuyos trazos se amortiguan en la distancia.
  Los versos nacen a partir de esa percepción del entorno que adquiere sentido en el decir. La voz da cuenta del cúmulo de ausencias y de pérdidas, suena a elegía, y preserva el retrato del pasado con signos escritos que lo mantienen despierto. Con aire de amanecida, las imágenes retornan, se asientan en nuestras pupilas y van reconstruyendo las formas al paso, como apariencias cercanas y tangibles. Nunca despejan del todo la sensación de soledad e intemperie. La luz parece ajena, como un rumor de pasos que resuena lejano en la distancia de cualquier laberinto urbano.
   Entre los poemas iniciales resalta por su calidad y autonomía “El fugitivo”. En sus versos habita un yo superviviente, un viajero que llega desde otro tiempo para olvidar la noche y despejar el frío que destila cualquier andén abandonado, mientras evoca un tumulto de imágenes en fuga.  No es el único texto que hace de la soledad motivo para una reflexión indagatoria. En las distintas secciones percibimos con frecuencia un hablante lírico que guarda entre las manos una única certeza: la realidad nunca confirma sueños, solo crea espejismos y obliga a guardar el equilibrio sobre la cuerda tensada por la incertidumbre. Y el tiempo va acumulando en ese deambular una cosecha reiterativa y maltrecha  en la que suena la voz del silencio. El avance titubea, como quien extiende las manos en la oscuridad y busca un rumbo nuevo. También hay hueco para la esperanza y para hacer del amor una orilla habitable. El deseo descubre un cuerpo por leer a plena luz del día.  
  En Papel ceniza Trinidad Gan nos deja una articulada meditación sobre lo contingente. La poeta convierte la evocación en latido del verso; lúcida y emotiva sabe que cualquier interpretación de la realidad es cuestión de palabras. Los sutiles efectos de lo vivido también, son simples hojas sueltas de un cuaderno gastado, papel ceniza hecho precariedad, renglones desvaídos donde el pasado deja constancia de que el yo es fragmentario y está hecho de teselas sueltas.

miércoles, 4 de diciembre de 2013

IZET SARAJLIC. MEMORIA VIVA.

Sarajevo, Izet Sarajlic, Valparaíso, Granada, 2013 

MEMORIA VIVA

   En febrero de 2003, el poeta y editor lucentino Manuel Lara Cantizani incorporó a la exquisita colección de poesía Cuatro Estaciones el libro Una calle para mi nombre, de Izec Sarajlic (Deboj, 1930, Savarejo, 2002) con prólogo de Juan Vicente Piqueras, también responsable de la traducción junto a Raffaella Marzano y Sinan Gudzevic. Fue mi primera conversación con la escritura más universal de Bosnia-Herzegovina, y me afectó profundamente; aquel encuentro supuso una pequeña convulsión, como sucedió a tantos lectores – el libro se reeditó casi al año siguiente, un asunto a reseñar en poesía -  que hicieron propiedad privada el aporte confesional de Una calle para mi nombre.
   De nuevo llega a las librerías el intimismo transparente de Izet Sarajlic, esta vez en los estantes de la editorial Valparaíso, con selección y liminar de Fernando Valverde. El joven poeta de Granada analiza al detalle la senda biográfica porque ha condicionado, con dolorosa pulsión, su sensibilidad estética. Sus escritos de amanecida afloran tras los derrumbes de la Segunda Guerra mundial, cuando uno de sus hermanos fue fusilado por los camisas negras del fascio italiano. Aquella fase inicial de crónica y testimonio muda, poco después, y se remansa en una lírica amorosa, despojada, precisa y emotiva, que vuelve a convertirse en versos de desolación cuando estalla el conflicto fraticida de los Balcanes. El estallido produce un cataclismo político en Europa Central y el desmembramiento de Yugoeslavia. Entonces Sarajevo, ciudad donde vivía el poeta desde 1945,  se convierte en una azarosa cita con la muerte. A esa circunstancia debe su nombre esta entrega, Sarajevo, como si aquel escenario sombrío fuera la última estación de la existencia.   
   Cuando en 1992 se resquebraja la convivencia por las ideologías nacionalistas, la avenida principal de la ciudad se convierte en predilecto enclave de francotiradores. A cada paso, hombres, mujeres y niños aguardan la fatal incertidumbre del disparo en un asedio que dura más de tres años y que tendrá dramáticas consecuencias para los pobladores.
   Ese es el material que da pie a los poemas de Izet Sarajlic. Palabras cuya semántica certifica  el dolor y la barbarie. Poemas que se hacen caligrafía de la sangre y donde unas gotas de amor sirven como cálida excusa para guardar algunos hilos de esperanza. Quien ama no puede renunciar a seguir caminando, a forzar sendas nuevas de superviviente, a sentar en la silla de la esperanza un presente lleno de soledad vulnerable.
   Triste como una ventana al cementerio, la poesía de Izec Sarajlic es un testimonio a media voz pero lleno de intensidad. Trasmite esa incapacidad de comprender la mutación de un entorno habitable en un infierno. Cercano y táctil cada poema denuncia la falta de firmeza de lo real cuando todo se difumina o se ensucia con interrogantes lacónicos y brutales. Izec Sarajlic nos hace mirar esa pantalla viva de la memoria con el corazón encogido y los ojos llenos de lágrimas.