Simetrías visuales Fotografía de Adela Sánchez Santana |
DESCONFIANZA
. Desconfío de las biografías
legendarias, que no saben de quién es su pasado.
. Desconfío de la vida sana, ese túmulo
de hábitos saludables que antes o después acabará metiéndonos en el ataúd.
. Desconfío de los que visten,
con monotonía e insistencia, el abrigo de los compromisos y carecen de tiempo
para el otro.
. Desconfío de la temprana conciencia de ser un genio.
. Desconfío de los que piensan
que el talento brota de la nada.
. Desconfío de quien hace de las relaciones
personales un insalubre trastero, un lugar siberiano.
. Desconfío de esa obsesión indígena
que llena de himnos, banderas y escuadrones la plaza de su pueblo.
. Desconfío de las amistades
aparentes, con exuberancia decorativa.
. Desconfío del escritor que hace
de la vida una actividad subalterna, llena de signos de puntuación.
. Desconfío de mí. Desconfío.
(Notas de amanecida)
Desconfía de todo, menos de la belleza. Desconfía, poeta.
ResponderEliminarDesconfío, Gabriela, es el estado natural del frágil. Un abrazo.
EliminarGarcía Morente sentó la confianza como base de la amistad. Y Aristóteles la amistad con uno mismo (autofilía) como base de lo amigable. Digo esto como contrapunto melódico de tus muy justificadas desconfianzas...
ResponderEliminarQuerido José, qué regalo esta mañana tu amistad y tu sabiduría crítica. Muy agradecido por tu estar en estos puentes y mis mejores deseos de un trabajo común desde ahora mismo. Abrazos.
EliminarMe enseñaron hace tiempo a desconfiar. El mundo piensa que una mujer sola es blanco fácil y frágil: error, porque me dejaron la ternura y en ella, sí confío. La intuyo.
ResponderEliminarGracias por ti.
Gracias por lo que escribes cada día.
Gracias por estar.
Querida María, la desconfianza es solo una manera de mirar las cosas con distancia, pero nunca existen distancias para mirar la ternura ni los afectos, así que esa reflexión en ti muda de significado porque pertenecen a la habitación del cariño, a esa ventana sin rejas de la verdadera amistad. un abrazo.
EliminarEncontrar en qué confiar realmente... he ahí la cuestión.
ResponderEliminarAcertadas desconfianzas José Luis.
Y no es una búsqueda sencilla, Sandra, porque el propio yo también tiene su parte umbría, esos rincones donde habita lo desapacible. Un fuerte abrazo, Sandra, y muchas gracias por tu lectura.
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