Suma breve Pensamiento breve reunido (2001-2018) Miguel Catalán Prólogo de José Montoya Sáenz Ediciones Trea / Aforismo Somonte Cenero, Gijón, Asuturias, 2018 |
ELOGIO DE LA PARADOJA
El momento cenital del aforismo como estrategia expresiva tiene en
Miguel Catalán (Valencia,1958) un cultivador vehemente. Doctor en Filosofía,
profesor universitario y ensayista, su cosecha paremiológica abarca seis
entregas dedicadas al género. Todas se compilan en el volumen Suma breve. El trayecto completo abarca
desde 2001 hasta 2018, un intervalo conformado por las ediciones El sol de medianoche (2001), La nada griega (2013), La ventana invertida (2014) y el aporte
inédito que añaden tres conjuntos que anticiparon textos en revistas, Así es imposible, El altar del olvido y Paréntesis
vacío.
El conjunto permite definir
con lúcida solvencia el carácter ontológico del aforismo y su evolución en el
discurrir. El término siempre está vinculado a un territorio de intersección
entre literatura y filosofía que es base común de todas las entregas. Así lo recuerda
el texto de apertura de José Montoya Sáez, quien también examina de cerca el
concepto de paradoja como implosión del lugar común. A través de la paradoja se
puede expresar la constante fluctuación del entorno social y humano; de esta
forma adquiere un notable potencial subversivo en la contundente concisión de
sus reflexiones.
El aforismo postula la complejidad de su contenido, emprende en su decir
una interpretación del sujeto y de la realidad externa, en la que sondea una
continua búsqueda de sentido. Su exigencia estética se asoma a los estantes de
la verdad, con lo que adquiere en su definición una cierta claridad metafísica
al intentar captar la significación de la experiencia. El texto se llena de
matices, de este modo dentro del material común del género cada libro presenta
rasgos específicos, aunque estos a veces sean contradictorios o definan estados
de ánimo dispares, como si en su amanecida la escritura plegara pasos a la
condición de ser.
Ya se ha comentado que el primer paso aforístico de Miguel Catalán es El Sol de medianoche. El fenómeno
natural observable en las proximidades de las geografías polares ejemplifica
bien la antítesis y los contrastes. Esa visión de lo claro en la noche que prolonga
el día entre la sombra. Miguel Catalán asume el desvelo
incansable del observador. Sabe que el comportamiento del yo es reflejo de las
actitudes aleatorias del otro; por tanto es necesario sondear su sentido para
que el aprendizaje surta efectos interiores. Nada de lo humano resulta ajeno;
de ahí que la ética sea siempre un relevante proceso reconstructivo. Pero hay
que evitar los juicios sumarios, revestir las opiniones de calidez y argumentar
con el tacto sosegado de quien sabe, como Marcel Proust, que “cualquier idea
clara tiene el mismo grado de confusión que las nuestras”.
El corpus textual, tras la entrega epifánica, abre un largo tiempo de
silencio de más de doce años. Ese acantilado temporal no varía el paisaje
y su cartografía meditativa. Como si el autor apostara por una senda
coherente, los aforismos caminan de un asunto a otro, con paso constante. De
cuando en cuando varían los ingredientes para que nunca pierdan fuerza
meditativa. O hacen del humor una ventana para que salga al día la
carcajada: ”ANUNCIO POR PALABRAS. Se pintan casas a domicilio”.
Como
un regalo lector se recibe el material inédito de Suma breve, cuya voz siempre en guardia otea el paisaje frente a la
opinión recibida y común. Los textos, breves y lapidarios, aunque a veces con
un tallo argumental que los aproxima al microrrelato, marcan linden a la
experiencia en su etapa de madurez. Más allá del contraste y del juego de
palabras, apuntan una unidad vertebradora que confirma la permanencia del ser
frente a una realidad mudable, propicia al desmontaje. La lógica interna del yo
resiste la extrañeza, abre el paraguas frente a la intemperie de la
contradicción y defiende la razón como brújula, para buscar el norte del
sentido.
Suma breve descubre el
excelente volumen conceptual del decir fragmentario de Miguel Catalán. Apunta
que la lógica no es un logro en sí sino una aspiración aplicada en
solventar peraltes existenciales. Sobrelleva el discurrir, un
cielo informe de nubes y claros que obliga a caminar bajo el paraguas
desplegado de la introspección. Así nace un quehacer atomizado,
fresco, que tiene la claridad del manantial, esa sensibilidad que aleja la sed
y empuja a sumar sin cansancio pasos nuevos, la inteligencia práctica de la paradoja.
Sería estupendo poder leer algunos aforismos (seleccionados o al azar) del libro, a modo de "cata y cala", para así hacernos mejor a la idea.
ResponderEliminarSandra Suárez
No es nada difícil, querida Sandra, si buscas en cualquier buscador los aforismos de autor salen bastantes y muy atinados. Siempre es una alegría percibir tu cercanía en estos puentes de papel. Un fuerte abrazo.
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