Color de abril Fotografía de Javier Cabañero Valencia |
CONTINGENCIAS
Primero fue deseo. Después,
nostalgia. Más tarde irrealidad y al poco tiempo olvido. Ahora no queda espacio
para sospechar que la existencia nunca se despoja de un inevitable poso de
melancolía.
Marcar pasos en lo diario es
buscar sitio en la quietud, y la escritura no es sino un modo de sortear lo
transitorio y hallar en las palabras la compensación de una mínima brisa, la
posibilidad de estar. Con labor incansable, la voluntad borra heridas, respira
un tiempo cíclico y mudable; conjuga elementos aleatorios de un acontecer
mesurado. Pone flores entre la ceniza.
(De Cuentos diminutos)
¡Precioso!
ResponderEliminarMuchísimas gracias por el ánimo. Nada hay más grato para un escritor que sentir entre las palabras la voz del afecto. Un saludo entrañable desde Rivas.
ResponderEliminarMe gusta tu voz desde la experiencia.
ResponderEliminarMuchas gracias remedios, esos cuentecillos buscan sobre todo unir emoción y experiencia, lenguaje y vida y ahí seguimos, ya con ganas de conocerte pronto y de ver el libro de Guillermo. Feliz día.
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