viernes, 18 de noviembre de 2022

SIHARA NUÑO. LA FILTRACIÓN DE LA LUZ

La filtración de la luz
Sihara Nuño
Chamán Ediciones
Colección Chamán ante el fuego
Albacete, 2022

 

 MOLDES DEL POEMA

 

  
   Gestora cultural, librera, firma habitual de publicaciones digitales y autora polivalente, Sihara Nuño (México, 1986) abre la propuesta poética de La filtración de la luz a las incertidumbres del conocimiento lector mediante el prólogo “Dudario”. Es la investigación en torno a las fuentes energéticas de la palabra y a su vértigo continuo; a la necesidad de rescatar evidencias y desplegar una estructura argumental sobre la inexplorada información genética de la poesía. Si la conciencia nos permite trazar recorridos para indagar en las cuestiones básicas de cómo somos, qué elementos nos conforman y cuál es su funcionamiento, hay que hacer posible que nuestras reflexiones colonicen campos definidores de la personalidad completa del yo y de la naturaleza en su conjunto. Hay que buscar en lo inaprensible principios y leyes físicas, conocer, advertir, indagar, porque nada está aislado y hay que adentrarse en sus claves a través del lenguaje, un embalaje nunca exento del riesgo de la recusación y el enfoque subjetivo. El pensamiento emplaza teorías e hilvana otras aportaciones. Las motivaciones de La filtración de la luz alzan propósitos que no quieren ser sino un boceto de divulgación poética, aunque sean evidentes las relaciones cualitativas con la ciencia. De este modo, las cavilaciones de Sihara Nuño advierten en nota final: “la médula de este libro es la vida, la física y la poesía”.
   El avance escritural elige como disposición orgánica del conjunto una subdivisión en tramos, cuyos títulos parecen desbordar los núcleos del territorio literario para acoger contenidos conceptuales de la física, concretamente para protagonizar un sugerente “juego intertextual” con el libro Seis piezas fáciles de Richard P. Feynman. Es uno de los físicos más notables del siglo XX y en sus investigaciones sobresale la elaboración de los diagramas homónimos, una forma intuitiva de visualizar las interacciones de partículas atómicas en electrodinámica cuántica mediante aproximaciones gráficas en el tiempo. Por ellas recibió el Premio Nobel de Física en el año 1965, por sus contribuciones al desarrollo y aplicación de la electrodinámica cuántica.
   La dicción poética se volatiza para integrar en su punto de mira el lenguaje científico y los relieves conceptuales de la introspección. Si durante siglos, la poesía ha sido uncida a la evanescencia con las aleatorias coordenadas de la inspiración, ese arrebato sutil  que da lugar a un vuelo místico que trasciende la propia intimidad del poeta para trasportarlo a otra dimensión de la identidad, la ciencia define una estela de precisión que forma parte del conocimiento. Ambas disciplinas forman parte de un saber complementario; su cercanía adquiere en el quehacer literario de Sihara Nuño un puente integrador.
   La poeta cree en las posibilidades de la cohabitación. Defiende que en el pensamiento científico hay elementos líricos y, desde esas afinidades electivas, construye vínculos para alumbrar un espacio reflexivo indivisible, un juego interpretativo en el que la ciencia convence y la poesía conmueve. Ambas olvidan las tradicionales convenciones genéricas como si la escritora hubiese conseguido una aleación de palabras con una semántica nueva, como en aquel hermoso aforismo de Kafka: “Una jaula fue en busca de un pájaro”.  Se define así una fenomenología estética, desde la reflexión fragmentada en la que se filtra una amplia variedad de fenómenos físicos. Las explicaciones se hacen trazos y aproximan sus respuestas al ensayo. El verso alienta aperturas, recorre otras dimensiones capaces de definir una llanura intelectual, donde la poética nace desde el desconocimiento de las cosas.
   Las composiciones establecen una física básica, hecha de núcleos, partículas y palabras. El binomio ciencia y poesía estudia procesos, conexiona partículas de una realidad incomprendida y dinámica. La escritura realiza un continuo trasvase de principios físicos como si la lírica necesitara, en su inquietud, una estimulación de componentes verbales. Justo en ese trasvase se percibe una interrelación de la física con otras ciencias como la biología y la química.
    Sihara Nuño empuja a reaprender; obliga a la escritura a ser generadora de conocimiento; busca relaciones entre realidad y experiencia, con criterios clarificadores y capaces de superar el simple emerger sensible de las cosas. Se trata de “Socializar la ciencia a través de la poesía.  De este empeño de clarificar el olor del espacio afloran las palabras, como embriones que colonizan el centro de todo. En su quehacer buscan sensaciones, desdeñan el todo pensado que pretende establecer el logos como columna, para crear un nuevo discurso desde el pensamiento y la contemplación.
    Sobrevive en la mirada poética de La filtración de la luz de Sihara Nuño una necesidad de explorar fronteras y romper moldes. Así lo ratifica en el epílogo Gustavo Ariel Schwartzl. Más allá de la soledad creadora está el mestizaje de géneros, las exploraciones de las vanguardias, la necesidad de que se enreden y articulen nuevas sendas expresivas. En La filtración de la luz toma cuerpo un estilo y una actitud. El sosegado hablar del lenguaje tradicional se hace volátil para escribir desde el prosaísmo de la indagación científica. Nace así un estilo propio, vinculado a la observación y análisis de las infinitas páginas “escritas con la variación del átomo” que sumirá a muchos lectores en la perplejidad ante la contundente sintaxis científica. El poema se asoma al espejo para dar voz a su razón de búsqueda: “Yo sueño con saber. / Con el sueño lúcido y soportable. / Con una realidad utópica, con un pesimismo realista / que, pese a la falta de esperanza, no deja de buscar la fórmula”.  
 
JOSÉ LUIS MORANTE



 

 

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