martes, 31 de enero de 2023

CHARCOS

Ascensión
Imagen
de
Internet

 

CHARCOS
 
   Mientras caminaba, despacio bajo el paraguas, recordó que de niña buscaba charcos para saltar sobre su transparencia. En su cara se dibujó una sonrisa. Siguió caminando y vislumbró un círculo de agua en medio de la calle. No dudó. Plegó el paraguas, lo dejó dormir unos minutos sobre la acera y ensayó un primer salto. Después otro y otro, antes de que le faltara el aliento… Entre las punzadas del pecho, se sintió renacida.
  Recogió el paraguas y ya no lo abrió. En la tarea del regreso, pensaba cómo justificaría ante el personal del geriátrico el desaliño de los zapatos mojados. Daba igual si no hallaba una excusa. De niña, también creía en el final feliz.  

(De Cuentos diminutos)


2 comentarios:

  1. Un microrrelato precioso. Todos hemos sido niños y, con la edad, lo volveremos a ser. ¿Quién, de niño, con unos zapatos recién estrenados, no pensó romper ese cristal de un charco? Enhorabuena, José Luis.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Un abrazo entrañable y muy agradecido por tu comentario; sí, esa calidez de la infancia y esa búsqueda de la luz más hermosa es una plena celebración que merece un final feliz. Gracias por estar cerca.

      Eliminar

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.