Tareas pendientes |
Y MAÑANA MEJOR
A
diario mantengo el cívico disfraz de la esperanza. Han sido meses de mucho
trabajo y este mes, donde el libro es elemento esencial, dejará sitio a dos
nuevas entregas personales y a dos estudios con otros autores. Una excelente
cosecha que merece celebración amistosa con los amigos. Cada libro no es más
que una actitud de asombro frente a lo contingente.
Permanecen
los garabatos del encuentro.
Si
ves un resplandor descarta el endiosamiento. Una vela no es una estrella.
Signos
de alegría frente al ordenador. Tras días en casa, vencido y desarmado por la
neurótica saturación de lo doméstico, otra vez la buhardilla adquiere su
apariencia natural. Ya están los libros en su sitio, he colocado en otros
estantes los que nunca releo y he reciclado la poesía que ha envejecido mal y
que ahora me mira con ojos de extrañeza.
Ojos
de vuelta; la vida es un reguero de ceniza pero hay que preservar el
sentimiento de positivismo con esas amistades que duran mientras somos útiles.
(Apuntes del diario)
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