Adela, St Augustine, Florida (agosto, 2013) |
Amanecida
(Para Adela, en su cumpleaños)
La claridad de pronto,
al otro lado de la piel del día.
Permaneces
con los ojos abiertos
porque ignoras
si el sueño concluyó
o si la amanecida
es imagen neutral de la costumbre,
una verdad creíble.
Estoy despierto.
Mientras discurre el día
me acompañas,
a salvo del reloj.
(De Ninguna parte, Sevilla, 2013
Ediciones de la isla de Siltolá)
Ella es tu hora y tu tiempo. Que hermoso poema.
ResponderEliminarQuerido amigo, describes muy bien esa sensación que aporta la compañía en el camino. Conocí a Adela cuando estudiaba en Ávila; los dos teníamos diecisiete años. Seguimos juntos, la vida es muy extraña sin ella cerca.
EliminarSin amigos como tú también lo cotidiano discurre a trompicones. Muchísimas gracias; disculpa esta vez el sentimentalismo.
Un abrazo.
La red deja estos milagros cada día. Que las palabras escritas encuentren un itinerario cómplice. Muchas gracias por la invitación y ahora mismo veo tu página.
ResponderEliminarUn saludo cordial desde Rivas (Madrid, Spain)
Me gusta tu poesía porque me asombras sin pretenderlo, porque dejas caer las palabras para unirlas y darle sentido al final de la poesía, y, además, porque haces sencillo lo difícil. Un fuerte abrazo y que te vaya bonito en la presentación de Madrid, -seguro que así pasará-.
ResponderEliminarLa vida se hilvana cada día con puntadas pequeñas, también el poema exige la misma disciplina; la palabra que suena natural y sencilla, que oculta las muchas horas de trabajo diario.
EliminarYa te contaré cómo fue la presentación. Queda muy poco. Un fuerte abrazo.
...suave como una pluma, rotundo como una piedra.
ResponderEliminarGracias Antonio, sabes como yo que el amor deja una luminosa retrospectiva sobre los días gastados. Cualquier historia interior está sujeta a las leyes del tiempo.
EliminarUn abrazo cordial.