Esas formas, ciudades, tiempos, personas y momentos, así como la suma de unos y otros, su acumulación, sus movimientos en nuestra memoria y el entrar y salir de nuestros recuerdos son, al fin y al cabo, nuestra vida. O al menos, la ilusión que nos hacemos de la misma. Quizá, sólo lo que pervive entre recuerdos y olvidos. Al fin, como dices, lo que resiste, puede que sólo eso.
Sí, no tengo muy claro que mi infancia fuese como hoy la imagino; pero mis ojos se empeñan en dibujarla de ese modo. Este fin de semana paseé de nuevo por el románico abulense y el corazón y los sentidos se me llenan de plenitud. Un fuerte abrazo.
Tú lo dices..."como hoy la imagino". Seguro que eso es lo que nos ocurre,: creemos recordar y en realidad imaginamos. Probablemente, como dice Chogyal Namkhai Norbu, " En sentido real, todas las visiones que vemos en nuestras vida con como un gran sueño".
Y casi siempre el sueño es infinitamente más estético que una realidad que muestra a los sentidos erosiones y desajustes; así pues, soñemos, aunque sea con los ojos miopes.
Claro que sí, resisten las hilachas del tiempo en que fuimos otros, más optimistas, más limpios, con más ganas de descubrir. Un fuerte abrazo,amigo; resistir es estar.
Gracias por la joya, José Luis, este presente de cumpleaños. Ya la he colocado en mi dedo para que dure, para que venza al tiempo, como todo lo que deseamos inmortal: personas, presencias, palabras e ilusión por la vida. Nunca solos del todo.
Ese era el mensaje de un regalo tan humilde para decirte que estabas cerca. Lo malo de facebook es el chismorreo acelerado; a las doce y cinco de la noche ya figuraba tu tarta de cumpleaños en las "obligaciones digitales". Así que hay que hacer caso a las máquinas. Y en este caso, de muy buena gana; llega otro tiempo, Pilar, para que tu belleza y tu optimismo se llenen de luz. Besos grandes.
Sabes, como yo, que aquellos años marcaron sus señales con tal intensidad que son los que definen palabras limpias como "amistad" ,"estudios" ,"sueños"... Todo estaba por hacer y las sombras no habían aparecido. Viajo a Ávila con mucha frecuencia, está muy cerca de Rivas y su entorno monumental siempre resulta sugerente. Un abrazo, Hilario, y muchas gracias por tus palabras y tu calidez
La poesía, la mejor muralla contra la intemperie del tiempo. Hermoso, delicado, sugerente y luminoso haiku, José Luis. No dejas de sorprender a tus lectores con tanta belleza necesaria. ¡Salud!
Los afectos siempre tienden al optimismo, así que encantado de saber que el invierno, contigo cerca, es un poco más cálido. Como buen castellano, sabes que el patrimonio monumental de nuestra tierra es único. Así que la muralla eligió al haiku para hacerse más próxima. Un fuerte abrazo.
Por lo que veo, a la vista de los anteriores comentarios, llego algo tarde a este haikú "fotográfico", que tan bien define y acota un tiempo que resiste con la misma firmeza que la muralla.
Nunca llegas tarde, Antonio, estás siempre; además creo que entiendes muy bien esa nostalgia de unos años que alzaron el árbol del ahora. Un fuerte abrazo.
Esas formas, ciudades, tiempos, personas y momentos, así como la suma de unos y otros, su acumulación, sus movimientos en nuestra memoria y el entrar y salir de nuestros recuerdos son, al fin y al cabo, nuestra vida. O al menos, la ilusión que nos hacemos de la misma. Quizá, sólo lo que pervive entre recuerdos y olvidos. Al fin, como dices, lo que resiste, puede que sólo eso.
ResponderEliminarSí, no tengo muy claro que mi infancia fuese como hoy la imagino; pero mis ojos se empeñan en dibujarla de ese modo. Este fin de semana paseé de nuevo por el románico abulense y el corazón y los sentidos se me llenan de plenitud. Un fuerte abrazo.
EliminarTú lo dices..."como hoy la imagino". Seguro que eso es lo que nos ocurre,: creemos recordar y en realidad imaginamos. Probablemente, como dice Chogyal Namkhai Norbu, " En sentido real, todas las visiones que vemos en nuestras vida con como un gran sueño".
EliminarY casi siempre el sueño es infinitamente más estético que una realidad que muestra a los sentidos erosiones y desajustes; así pues, soñemos, aunque sea con los ojos miopes.
Eliminarresisten, ergo se recuerdan
ResponderEliminarsaludos
Claro que sí, resisten las hilachas del tiempo en que fuimos otros, más optimistas, más limpios, con más ganas de descubrir. Un fuerte abrazo,amigo; resistir es estar.
EliminarGracias por la joya, José Luis, este presente de cumpleaños. Ya la he colocado en mi dedo para que dure, para que venza al tiempo, como todo lo que deseamos inmortal: personas, presencias, palabras e ilusión por la vida. Nunca solos del todo.
ResponderEliminarEse era el mensaje de un regalo tan humilde para decirte que estabas cerca. Lo malo de facebook es el chismorreo acelerado; a las doce y cinco de la noche ya figuraba tu tarta de cumpleaños en las "obligaciones digitales". Así que hay que hacer caso a las máquinas. Y en este caso, de muy buena gana; llega otro tiempo, Pilar, para que tu belleza y tu optimismo se llenen de luz. Besos grandes.
EliminarHay murallas que ni el olvido puede derribar. Felices los ojos que recuerdan la piedra de la infancia porque ellos serán siempre un poco niños.
ResponderEliminarSabes, como yo, que aquellos años marcaron sus señales con tal intensidad que son los que definen palabras limpias como "amistad" ,"estudios" ,"sueños"... Todo estaba por hacer y las sombras no habían aparecido. Viajo a Ávila con mucha frecuencia, está muy cerca de Rivas y su entorno monumental siempre resulta sugerente. Un abrazo, Hilario, y muchas gracias por tus palabras y tu calidez
EliminarLa poesía, la mejor muralla contra la intemperie del tiempo. Hermoso, delicado, sugerente y luminoso haiku, José Luis. No dejas de sorprender a tus lectores con tanta belleza necesaria. ¡Salud!
ResponderEliminarLos afectos siempre tienden al optimismo, así que encantado de saber que el invierno, contigo cerca, es un poco más cálido. Como buen castellano, sabes que el patrimonio monumental de nuestra tierra es único. Así que la muralla eligió al haiku para hacerse más próxima. Un fuerte abrazo.
EliminarPor lo que veo, a la vista de los anteriores comentarios, llego algo tarde a este haikú "fotográfico", que tan bien define y acota un tiempo que resiste con la misma firmeza que la muralla.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo
Nunca llegas tarde, Antonio, estás siempre; además creo que entiendes muy bien esa nostalgia de unos años que alzaron el árbol del ahora. Un fuerte abrazo.
EliminarDías y noches
ResponderEliminarrodeé el perímetro.
Quedan los sueños.
Quedan los sueños y queda ese haiku, pequeñito, tenaz, hospitalario, para dar cobijo a lo soñado. Un abrazo.
EliminarQué maravilla de resistencia la de la vida frente a toda muralla...
ResponderEliminarY qué tenacidad para saber que lo frágil y lo perecedero permanecen. Un abrazo, con tacto de muralla sentimental.
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