Crepúsculo |
DESDE LA VENTANA
Aquel día amaneció seis veces. El impreciso estar del sol en la cornisa marcaba un ritmo de ida y vuelta que yo traducía en interrogaciones sobre la conveniencia de cerrar los ojos. Así discurrió toda la jornada, hasta que aparecieron en bandada las palomas del sueño.
(De Cuentos diminutos)
hola josé luis que bonito no es imposible que no amaneciera seis veces visto por tus ojos y lo que explica seria precioso feliz dia besitos
ResponderEliminarLa verdad literaria permite otra manera de medir el tiempo. Un abrazo grande y vuelvo a ver si amanece de nuevo.
Eliminar"la conveniencia de cerrar los ojos" sin duda todo un tratado.
ResponderEliminar¡Abrazos!
La mirada del corazón, querida poeta, precisa albas y ocasos en cualquier momento. Un fuerte abrazo.
EliminarIba a nombrar al corazón, al que se salva a sí mismo, pero en vez de ello decidí citarte.
EliminarMe lo llevo de epígrafe.
Abrazos con albas
Es un privilegio contar a diario con tu amistad. Son días que entrelazan escenarios del pasado y lectura. No sé que me dejarán entre las manos. Besos.
ResponderEliminarPoesía.
EliminarMi privilegio, poeta.
Abrazos
Tantos amaneceres dan para mucho.
ResponderEliminarSon los culpables de que todos perdamos el sentido del tiempo. Un fuerte abrazo y siempre un placer tu amistad.
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