viernes, 17 de febrero de 2017

YOLANDA DELGADO BATISTA. PURO CUENTO

Puro cuento
Yolanda Delgado Batista
Baile del Sol, Sitio de Fuego
Tegeste, 2016

PURO CUENTO

   Leí el primer libro de Yolanda Delgado Batista, La isla de las palabras desordenadas, en el otoño de 2012, casi un año después de su publicación en Izana Editores. Aquella novela, tras la nota de gratitud a quienes habían impulsado aquella travesía literaria, contenía un prólogo del periodista Juan Cruz. Evocaba una anécdota protagonizada por el poeta Ángel González en la que el ovetense manifestaba sus deseos de seguir viviendo ante la temeraria conducción de Yolanda por alguna carretera sinuosa. Me gustó aquel enfoque de Juan Cruz que, frente al tono erudito de lo didáctico, quiso esbozar el humanismo; saludaba los méritos de una amanecida que enlazaba una historia intimista, al cierre de un ciclo amoroso con los efectos secundarios del desamor.
   Ahora Yolanda Delgado Batista, con un largo periplo laboral, regresa a la escritura con Puro cuento y esta vez comenta la colección de relatos Julio Llamazares, también periodista, y autor plural. El narrador señala dos claves sugerentes en estos cuentos: la condición insular de la escritora y el sentido de las palabras como esencia de lo imaginario, ese espacio también presente en la bitácora personal “La isla de san Borondón”, sustantivo  de geografía intermitente, ubicado entre la realidad y el sueño.
  El título se presta a una semántica interpretativa: la voz narrativa vela lo real para dejar paso sin más al cauce suelto de lo fantasioso; o, y es una posibilidad no desdeñable, la escritora se empeña en precisar la naturaleza general de sus cuentos que son sin más ejercicios de ficción enunciativa, no disimulados episodios biográficos, o prosas líricas que enaltecen las aceras cotidianas de la realidad.
   En la entrega conviven treinta y dos relatos, algunos de los cuales son microrrelatos que apenas sobrepasan la extensión de un párrafo. Es un número alto de piezas por los que se pone de manifiesto la diversidad  y una convivencia de atmósferas y personajes que confirman la vitalidad del cuento en esta práctica escritural.  Los relatos iniciales aparecen tendidos al sol del realismo y se deshilvanando con la voz de un narrador omnisciente o de un nosotros oral. El argumento sale de su refugio para capturar al lector con su discurso hilvanado y natural que espera a dar el último paso en el cierre; lo aparente es solo una manera de cerrar los ojos porque debajo de lo cotidiano la epidermis recubre otra realidad.
   La amenidad es manifiesta, aunque hay una cierta inclinación a buscar personajes solitarios que sortean la fragilidad de su destino entre el estar callado de la soledad: el extranjero, el parado de larga duración o el recluso son roles que ponen a prueba el  sesgo convivencial de un tiempo manchado por la desconfianza y el rechazo, por la violencia y el miedo. En Puro cuento la escritora y periodista Yolanda Delgado Batista se incorpora a los que creen que la mínima estructura del relato descubre una realidad enriquecida que se aliña con el onirismo y lo simbólico, que admite unos hilos de crítica social y propone sendas abiertas para que los itinerarios de la memoria se ensanchen con recorridos por explorar. Al cabo lo aparente no es sino el tacto imprevisto del asombro.

   

2 comentarios:

  1. Querido José Luis. Qué emoción leer una crítica sobre mi libro. Unas palabras que van directas al tuétano de lo esencial. Palabras son caricias y hoy las celebro contigo. ¡Gracias!

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    1. Querida Yolanda, siempre es un privilegio acercarme a las costas habitables de tu amistad y de tu escritura. Muy contento de que mis palabras te causen alegría. Un abrazo.

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