Lengua de madera (Antología de poesía breve en inglés) Hilario Barrero Ediciones de la Isla de Siltolá, Sevilla, 2011 |
ÁRBOL INGLÉS
En el primer tramo años de la transición, tras el ocaso de la dictadura,
Hilario Barrero (Toledo, 1946) viaja por motivos laborales a Nueva York, para
trabajar como profesor titular en el CUNY. La estancia se prolonga hasta hoy.
Allí desarrolla su perfil como poeta, traductor y firmante de un extenso dietario compuesto
por cinco entregas. La muestra de versiones Lengua
de madera acoge poesía inglesa en dos ámbitos geográficos, Gran Bretaña y
Estados Unidos. El trasvase lingüístico arranca en los primeros meses de su
periplo americano con el aporte al castellano de un poema de Ezra Pound y ha
ido creciendo hasta abordar una senda de cuatro siglos representada por
setenta y seis autores, con claro predominio de contemporáneos.
Un recorrido tan extensa exige
una acotación, siempre aleatoria y circunstancial. La cronología se inicia con
Robert Herrick, párroco rural del siglo XVII, nacido en Londres, y autor del poemario Hespérides que apenas tuvo
incidencia crítica hasta su rescate, dos siglos después, por el crítico Charles
Lamb, quien elogió su enfoque melancólico, su sentida palabra en la descripción
de la belleza fugaz y su intimismo. Barrero selecciona dos clásicos del siglo
XVIII, Alexander Pope y Robert Burns. Los problemas de salud de Pope fomentaron
el aislamiento y una temprana vocación lírica; en ella destacó su lucidez crítica y
una poética de carga irónica y satírica, definidora de actitudes colectivas o individuales, muy del gusto popular, que ha convertido a Pope en un inventario de citas. Son conocidos los méritos
de Robert Burns como fundador de la lírica tradicional escocesa y avezado
precursor del movimiento romántico que acogerá las obras de Coleridge,
Wordsworth y el apogeo creador de Keats, Byron y Shelley.
Emily Dickinson personifica la luminosa amanecida de la poesía
norteamericana. En ella habita esa soberbia sorpresa de la verdad interior, expresada con delicadeza, que convierte su obra es una tradición. Reproducimos uno de
los poemas seleccionados por Barrero: “Para hacer una pradera se necesita un trébol
y una abeja, / un trébol y una abeja / y ensueño. / Bastará con el ensueño / si
las abejas son pocas “. No está en la muestra el poeta-río Walt Whitman, que
tanta influencia ejerció en Vallejo, Neruda o Nicanor
Parra. La voz americana encuentra una amplia representación en el siglo XX;
anticipa el encuentro entre las dos orillas Stephen Crane, escritor y
corresponsal de guerra que cubre varios escenarios bélicos de Europa. Él
escribe el poema que da título a esta selección: “Había una vez un hombre con
una lengua de madera / que intentó cantar…”. El pasado siglo anula distancias,
los medios de comunicación y los progresos científicos desarrollan enlaces que
borran fronteras y dan una idea global de la economía y la política, a veces
con consecuencias catastróficas como las dos guerras mundiales. Pero la
literatura se beneficia del continuo intercambio, de esa sensación de vasos
comunicantes compartiendo recursos expresivos. En la obra de Housman, Yeats o Robert Frost hallamos una
similar atmósfera creativa, y etiquetas literarias como The movement y la generación beat ya no definen conceptos insulares sino colindantes
con las dos geografías.
El itinerario recorrido por la lírica inglesa en el arco temporal que
une la edad moderna y el arranque del siglo XXI resulta decisivo. El idioma
inglés se mantiene como primera lengua de Occidente. Son muchas las sendas
exploradas y está muy poblado el canon de autores que ha propiciado una
herencia cultural inolvidable. Hilario Barrero sigue su evolución y la
resume en textos breves entre los que abunda el epitafio, esa reflexión sucinta
donde se plasma la sensibilidad de una conciencia. El poeta y traductor nos
deja en Lengua de madera una vehemente
afirmación de pluralidad lírica, llena de emoción y encanto verbal.
Muchas gracias, amigo José Luis por tu recordatorio. USA es el rayo que no cesa en cuanto a poetas se refiere. Muy a menudo uno se encuentra con voces que son muy valiosas. Ahora he vuelto a Sara Teasdale a raíz de la traducción que hice el otro dia de uno de sus poemas. Es una poeta por descubrir. Abrazos cordiales.
ResponderEliminarGracias, querido Hilario, por tus continuas aportaciones a este blog. Disculpa mis erratas, me dejan una enorme preocupación porque demuestran a diario cuánto me queda por aprender, cuándo debo trabajar para que la escritura no deje al descubierto mis torpezas... A ver si también Emily Dickinson me perdona...
EliminarUn gusto tener, previo a la lectura, un comentario sabio como mapa del viaje. En cuanto pueda...me hago con una Lengua de madera. Gracias, Hilario Barrero, por la pista dada.
ResponderEliminarla antología de Hilario Barrero es una delicia; aporta una completa mirada a las dos orillas del inglés y deja en manos de los lectores un puñado de poemas memorables, de esos que ponen en el día más gris unas nubes de luz. Un fuerte abrazo y muy agradecido por tu interés y por tus consejos.
EliminarCon el Poeta Hilario Barrero como fondo, tus palabras abundan en hacer "Lengua de madera", imperdible. Abrazos y gracias siempre.
ResponderEliminarEs una antología referencial, María; reúne a las estaciones más habitables de la lengua inglesa y las acerca al castellano con manos de poeta. Un gran abrazo y un privilegio compartir amistad con Hilario Barrero y contigo. feliz sábado.
EliminarMuy interesante propuesta José Luis, gracias. Un abrazo
ResponderEliminarLa antología de Hilario Barrero es un referente en el catálogo editorial de Siltolá; sus poemas y su conocimiento del entorno norteamericano como profesor de CUNY dan al traductor un papel relevante que invita a la lectura. Muy agradecido por tu interés, querida amiga.
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