sábado, 13 de octubre de 2018

LLEGADA A LAS ESTATUAS

templos de Angkor
(Camboya, 2017)
Fotografía de
Adela Sánchez Santana.

LLEGADA A LAS ESTATUAS

Cuando no supe de qué hablar con los hombres
caminé a una rotonda y me dispuse
a enmudecer, sin más, entre sus piedras.
Respiré con deleite la tibia arqueología,
y supuse fecundo aquel silencio
por alguna sonrisa en mármol cincelada,
y por ciertos residuos gestuales,
capturados
en los periplos grises de los viernes.

Miraban recelosas las estatuas,
posando en actitud mesurada y distante,
tal precoces alumnos de liceo burgués...
Fue preciso que tendiera mi mano
y dando tregua
a palabras, latidos, ademanes y toses,
viví aquel primer día
                                de muerto
con recién estrenada compostura,
harto conforme.

                   
                              Rotonda con estatuas (1990)




4 comentarios:

  1. Me encanta, sin más.
    Feliz sábado amigo José Luis!
    Sandra.

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    1. Hola Sandra, es un poema de mi primer libro, así que ha llovido un poco, por lo que me llena de alegría que te resulte próximo... Besos grandotes..

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  2. Jose Luis, da igual que haya llovido. El poema, al igual que la estatua, es atemporal e inmutable. Me encanta!
    Besosss para ti también.

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    1. Qué puedo decir sino que aciertas plenamente; la poesía tiene ese poder invisible de difuminar los calendarios y convertir el ayer en ahora, como un instante de lluvia que todavía cala los dedos.

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