Rivas-Vaciamadrid (Madrid) |
EN EL ESPEJO DE NINGUNA PARTE
Porque la memoria es
distraída, hoy quiero comenzar por el final, por anotar las deudas contraídas
que ha dejado en mis manos el libro Ninguna
parte. Debo la respiración de sus poemas a Javier Sánchez Menéndez, poeta y
editor sevillano, que abrió camino hasta La Isla de Siltolá. En la librería Alberti Lola Larumbe me
dejó una habitación con vistas, esta quietud de libros, hospitalaria y cómplice, donde he
escuchado la voz de tantos amigos y maestros. Hoy conmigo, en la misma acera
del afecto, Javier Lostalé, que dio forma y palabra a muchas horas de amistad.
Y naturalmente, mi deuda con todos ustedes que hoy me acompañan y dejaron en
cualquier parte el gastado papel de las excusas para viajar juntos hasta las
impresiones y paisajes de Ninguna parte.
A todos: muchas gracias. Nos pasamos la vida buscando lo
que no está en Ninguna parte. Todos
perseguimos la quimera de la felicidad, esas huellas en la arena que al final
de trayecto nos dicen que la meta fue cada uno de los pasos que hilvanamos para
llegar. Lo dijo Kavafis en un verso memorable que todos
recuerdan y que da sentido a la amarga ceniza del adiós.
“Patologías”, la
primera parte de este poemario, está invadida por el desajuste
existencial; la erosión del tiempo en el entorno más próximo y en la propia carne incrementa la dependencia de lo fisiológico; el desgaste nos
convierte en seres dependientes y vulnerables que hacen de la incomunicación
una resignada espera en la que se va ratificando el final. La existencia
entonces se torna oscuramente dramática y dispara el sentimiento de culpa. Mucho
más optimista, el segundo bloque, “Deshielo” hace del amor y la amistad una
forma de estar en compañía y compensar carencias. Los sentimientos son hálito
fundamental para seguir el viaje o recorrer trayectos que mudan paisajes y
afectos. Poemas para una cristalera con luz. La existencia como decurso conlleva una inevitable cesación. El epitafio no es sino la voluntad
de seguir hablando cuando consumimos el turno de palabra que, de este modo, se
convierte en rebeldía frente al silencio. Nunca entendí la poesía como
algo misterioso e inefable, sólo al alcance de iluminados que esperan la
azarosa llegada de la inspiración. Creo en ese trabajo intelectual que
transforma lecturas y vivencias en expresión lingüística. Esta consideración
del ideario poético está presente en el último apartado “Y todo lo demás…”que
difunde impresiones sobre asuntos internos de la literatura: el mensaje, la
expresión comunicativa, la distancia entre idea y logro, la identidad del yo
lírico. Literatura, al cabo. Pretendo que Ninguna
parte, por su constitución interna, sea expresión fiel de una mirada de
pautas crepusculares, cuyos contenidos mezclan imágenes y sentimientos.Son los
ojos del ocaso, aunque no olvido que el anochecer siempre tiene un inseparable
enlace con la amanecida, una íntima simbiosis. Nos quedan la palabra y la
esperanza.
(Presentación de Ninguna parte)
"Ninguna parte" es un libro extraordinario. Gracias por recordarlo. Buen fin de semana, poeta.
ResponderEliminarEres muy amable y te agradezco de veras tus palabras de ánimo. Sabes bien que estamos hechos para la ceniza y en ese libro están unos pocos poemas de despedida.
EliminarQue tengas un buen fin de semana, con lluvia en el cristal.
Sólo dos palabras que resumen mi sentimiento hacia el libro y hacia este post: me encanta.
ResponderEliminarNo hace falta más,sólo seguir disfrutando (y aprendiendo) con su relectura.
Feliz sábado amigo José Luis.
Sandra.
Qué pena no poder verte el martes Sandra, en esa lectura con José Luis García Martín y Cristian David López. La Alberti es una tertulia viva y pujante que siempre habla en el corazón de la buena poesía. feliz sábado.
EliminarEstoy leyendo Nunguna parte y tus palabras no pueden llegar en mejor momento porque me ayudan a gozar más de tu poesia y a descubir zonas que me parecian ocultas. Gracias.
ResponderEliminarMil gracias, poeta, siempre es grato compartir esos itinerarios sin regreso que nos llevan a ninguna parte. Yo acabo de subir una fotografía que me hiciste en la Cuesta de Moyano junto a Pío baroja y hoy María José Muñoz saca en ABC Cultural una página completa de "Re-generación". La amistad tiende puentes a diario, puentes altos como los de Brooklyn. Un gran abrazo.
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