martes, 4 de abril de 2017

JOSÉ MARÍA CUMBREÑO. EDICIONES LILIPUTIENSES

Novedades de Ediciones Liliputienses
(Un regalo de José María Cumbreño)

MAPA POÉTICO DE LILIPUT

  Todo encuentro es el relato de una confirmación y el manifiesto vitalista de nuevas incertidumbres. Así que tenía ganas de coincidir sin horarios con José María Cumbreño, poeta, impulsor de Ediciones Liliputienses y persistente convocante de “Centrifugados”, encuentro anual de literatura periférica (aunque el término es aleatorio y nunca se sabe dónde está el centro y dónde las afueras, porque con permiso de Jaime Gil de Biedma y de Pablo García Casado “estar en las afueras también es estar dentro”).
   Un viaje personal a Cáceres para participar en la Feria del Libro de Trujillo me concedió la oportunidad de la cita pactada y una tarde de amistad y poesía que paso a describir sin más esgrimas caligráficas que la gratitud y el afecto. Tras el paseo urbano por la ciudad y su casco antiguo, con despliegue de historia y vida, el poeta sacó de la chistera de la generosidad más de una decena de libros de poesía que puso en mis manos con la sonrisa de quien dice: disfruta sin más. Y mi silencio perplejo fue sumando datos de ediciones recientes y aprendiendo la orografía lírica de Liliput. Está llena de vértices y núcleos porque José María Cumbreño se ha propuesto saltar al otro lado del castellano para unir en su editorial autores relevantes como Eduardo Chirinos, Marcelo Díaz u Omar Pimienta, con casi recién llegados como Daiana Henderson o Valeria Román Marroquín que todavía no cumple los veinte años. Son salidas no reductivas; en la cartografía liliputiense también hay plaza para realidades de nuestro entorno, como Juan Carlos Mestre, Elías Moro, Pablo Fidalgo Lareo o Miriam Reyes.  Títulos y autores que dieron para una jugosa conversación sobre el panorama creador y sus líneas de fuerza, mientras se calentaba la cerveza y se quedaba frío el té con limón.
   José María Cumbreño tiene una percepción profunda del momento literario actual; sabe seleccionar aperturas, derivaciones y descubrimientos sin la imposición de un restrictivo canon estético. Los que están son y escriben.
  Solo me queda ahora ir conociendo estas novedades con el gesto tenaz del lector que busca ángulos abiertos. Y lo haré. Ya despliego sobre mi mesa de trabajo la claridad festiva del verano, un resplandor de tinta.

   

2 comentarios:

  1. Muchísimas gracias a ti, José Luis, por una tarde estupenda. No todos los días tiene uno la suerte de estar con un maestro como tú. Un abrazo.

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    1. Gracias José María, no me sentí maestro en absoluto, sino un invitado a la complicidad que aprendió mucho del laberinto urbano y de ese otro laberinto que es la literatura. Adela disfrutó de tu hospitalidad y solo queda seguir cerquita en la amistad y en los libros. Nos vemos.

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