martes, 14 de noviembre de 2017

FOTOGRAFÍAS DEL YO

En Rivas
Fotografía de
Javier Cabañero

FOTOGRAFÍAS DEL YO

   El discurrir de los años le llevó a la conformidad definitiva. No decía nada. Eran sus fotografías antiguas las que cambiaban de gestos a diario. Él consentía. Pensaba que las imágenes extendían zonas de paso entre pretérito y presente.
  Percibía en ellas esa ternura triste del silencio, la tangible textura del recuerdo.

(De Cuentos diminutos)

12 comentarios:

  1. Tan profundo como hermoso. Me gusta que lo escribieras en pasado.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias, María José; las fotos personales se revelan con el paso del tiempo, adquieren vida propia como si las habitara otra identidad que no soy yo. Siempre un placer tu compañía en estos puentes. Feliz día.

      Eliminar
  2. Qué grandes, los "Cuentos diminutos"! Un abrazo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Qué grande tu amistad, un neologismos inventado a diario, hecho de asombro y afecto. Un fuerte abrazo.

      Eliminar
  3. Tu cuento diminuto me ha recordado a todas las veces que al mirar la foto de mi madre (hace 18 años que ya no la tengo) a veces me parece que me sonríe y otras que se pone más seria conmigo dependiendo de lo que yo crea que tiene que reprocharme o de si pienso que estará contenta conmigo... Creo que no vas tan descaminado con eso de las fotos que cambian de gesto.
    Me parece precioso José Luis. Un fuerte abrazo y espero que vayas echando fuera virus y demás incomodidades otoñales.
    Sandra.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Esa sensación también la vivo yo a diario; ahora recién regresado del viaje y con los hermosos paisajes rodeándome me parece que es otro quien se asoma al papel, quien pone la sonrisa del asombro entre sus labios. Un fuerte abrazo, querida Sandra, y gracias por tu interés; hoy voy mejor, y solo a ratos se me atasca el oído... Un abrazo.

      Eliminar
  4. ¡Qué buena foto! y qué buenas palabras la corroboran.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias, querida Tracy; los cuentecillos siguen avanzando con lentitud, como esos deseos que solo habitan el presente. Un fuerte abrazo.

      Eliminar
  5. Diminuto abrazo. Nada gris, nada lejano.

    Eiz jornada!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Me alegra verte cerquita, poeta; sin ti mis cuentecillos languidecen y se hacen liliputienses. Un fuerte abrazo.

      Eliminar
  6. A mi tus cuentos me alegran.
    Gracias por tu estar.

    Abrazo largo

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. La verdad es que alguna vez debería plantearme completar un libro con esos microrrelatos, pero falta tiempo, poeta, y no quiero que los cuentecillos lleguen obligados, sino que presenten su mínima talla cuando les apetezca. Sin agobios. Muy agradecido por tu continuo estar.

      Eliminar

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.