Reflexiones y epifonemas Rafael Barrett selección, edición y prólogo de Cristian David López Renacimiento, Sevilla, 2014 |
UN AFORISTA ETICO
Como senderos intactos que se borran cuando dejan de transitarse,
convertidos en campo abierto, los escritores sufren la erosión del tiempo o
acaban diluidos en las notas de pie de página de manuales amarillos. El rescate
de los olvidados por la cronología literaria tiene mucho de reivindicación y es un acto de justicia.
Cristian David López (Lambaré, Paraguay, 1987), poeta y narrador
asentado en Oviedo, es el responsable directo de esta amanecida en Renacimiento de Rafael
Barrett, cuyos avatares biográficos conectan con la bohemia, el modernismo y,
tras su exilio en Latinoamérica, con el mapa cultural paraguayo en el que tuvo
un notable papel galvanizador. El prólogo recoge de forma ejemplar un
itinerario que, tras ser reconocido y jaleado por sus coetáneos, cambió de
rumbo por contingencias que provocaron el abandono del país y una pérdida del lugar.
El meditado acercamiento de Cristian David López instala en la memoria
la travesía de Rafael Barrett desde su nacimiento en Torrelavega (Cantabria) en
el año 1876. Tuvo una amplia formación intelectual y una continua presencia
social, junto a renombrados protagonistas de la época. Una acusación judicial
determinó el quebrantamiento. Abandonó España para asentarse primero en
Argentina y más tarde en Paraguay donde trabaja como corresponsal de prensa.
La situación del entorno radicalizó ideas y acrecentó sus continuas
denuncias contra el gobierno de la dictadura. La salud estos años se debilita,
aunque llevará a cabo una intensa labor hasta su muerte en 1910.
Reflexiones y epifonemas compendia
su labor aforística. Incluye los textos reflexivos del autor y además trazos
dispersos en su obra que pueden considerarse apuntes del género. En los
aforismos de Barrett es esencial la curiosidad de intereses, aunque sobresale la
mirada ética. El acercamiento crítico al entorno percibe disonancias graves y
por ello sus “reflexiones” postulan el epitelio de una realidad en la que se
advierten fracturas. El lenguaje preciso
y directo de “Reflexiones” muda en “Epifonemas”, una zona creadora que exige un
desarrollo argumental más amplio; los textos adquieren un enunciado argumental
o, por momentos, se aproximan al cierre conclusivo de las fábulas, como si fuese preciso descubrir un sentido didáctico. Es verdad que el
epifonema, como figura retórica, tiene como efecto principal el subrayado de
una idea anterior, sobre todo a partir de una exclamación de cierre, pero esta
norma retórica no supone para el escritor un reducto dogmático y emplea el
epifonema con un carácter bastante amplio, en el que caben la parodia, el humor,
la crítica o la secuencia costumbrista.
Barret percibe el acontecer como un concepto movedizo y cambiante y convierte a su literatura es un estado de alerta, dispuesto a percibir su carga paradójica y a dejar sitio a sus pensamientos sobre un único tema: el hombre.
¡¡¡Tanto por leer...!!!, que me entra desasosiego cuando me encuentro con una entrada como esta y para leer lo que menos se necesita es nerviosismo por no tener tiempo para leer todo cuanto quisieras.
ResponderEliminarQuerida Tracy, la lectura es siempre un acto hedonista y grato, no una oposición a Notaría en la que hay que aprenderse de memoria un temario completo. Así que no debes agobiarte nada; sólo leer poco a poco aquello que esté cerca de ti o que encuentres en las librerías... Sin más; a todos nos faltan horas para leer lo que quisiéramos... Qué alegría encontrar de nuevo tus palabras aquí.
EliminarGracias por una nueva recomendación. Quedan dos semanas de feria, habrá que aprovechar.
ResponderEliminarHola querido amigo, vuelvo de la feria con un montón de libros en cartera; había un ambiente animado y con excelentes propuestas. iré haciendo sitio en el blog a las nuevas lecturas. Gracias por el afecto.i
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