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jueves, 19 de octubre de 2023

HIRAM BARRIOS. UN NAUFRAGIO PERMANENTE

Un naufragio permanente
Aforismos 2013-2023
Hiram Barrios
Collage de cubierta de Carmen Canet
Editorial Libros del Aire
Colección Alto Aire
Boo de Piélago, Cantabria, 2023

 

LA DUDA EN PIE

  

   El lector persistente suele plantearse esas dudas inquietas que empujan al libro. Advierte que entre las páginas buscan sitio dos posturas confrontadas en torno al quehacer creador: la aceptación o el cuestionamiento. De la primera nace una literatura enunciativa y sedentaria, satisfecha con los trazos que guarda la cortesía del espejo; que hace de la realidad llanura propicia para que todo emprenda un itinerario natural, un inventario de hábitos sin variaciones, los previsibles acordes de un pentagrama amarillento. Nace de la segunda postura –el cuestionamiento- una búsqueda continua, un viaje sobre el pavimento mojado de las palabras, un sitio donde todo en la página es fragmentario y mudable. Y aquí, como un zapador en la trinchera, deja su rastro el aforismo, la concisión introspectiva que no teme el salto al vacío ni el fondo sombrío de la hendidura.
   Hiram Barrios (Ciudad de México, 1983) hace mucho tiempo que forma parte de la eclosión aforística peninsular. Su escritura refleja un perfil plural que integra la edición creativa, la práctica de la traducción al italiano y el ejercicio de la docencia como catedrático universitario. Completó su formación en Letras y se especializó en Literatura Mexicana por la UAM. Comenzó pronto a difundir  creaciones y su fértil producción se expande en publicaciones de Hispanoamérica y Europa mediterránea. Desde el italiano, ha volcado al español a Edoardo Sanguineti, R. Roversi, Donato di Poce y Fabrizio Caramagna. Preparó Voces paranoicas, antología bilingüe de Eros Alesi (2013) y trabajos como El monstruo y otras mariposas (Ensayo, 2013) y Apócrifo, entrega de aforismos de 2014. Un año después editó Lapidario, balance de aforistas mexicanos que tuvo en España una extraordinaria repercusión, y en 2019 editó Aforistas mexicanos actuales. En Disparos al aire. Antología del aforismo en Hispanoamérica (Trea, 2022), otro hito del ensayista, reúne las voces esenciales de la escritura abreviada en América Central y América del Sur. Tantos aciertos le otorgan un lugar de relevancia entre los especialistas de la microliteratura.
   Como aclara de inmediato la mínima nota de autor, Un naufragio permanente. Aforismos (2013-2023) compila una selección concisa de una década, revisando y ampliando el material publicado en las entregas Apócrifo (2014, 2018), Artimañas (2021), junto a una representación textual de la antología Silenzi scritti. Aforismi. Antología Bilingüe Italiano-Spagnolo (2020) y un conjunto de inéditos “de corte experimental”, según el sugerente etiquetado del escritor.
   Antes de vadear por los ejes temáticos del decir breve, quiero resaltar la atractiva cubierta de Carmen Canet, otro de los nombres centrales del aforismo actual y directora de la colección Alto Aire. La escritora de Granada nos deja un collage cuajado de color, afín a la sensibilidad impresionista. También sorprende, como sucede en algunos libros del aforista Ramón Eder, la mínima ilustración monocromática de “Autorretrato”y el punto de ironía visual de la caricatura.
   Hiram Barrios ha definido el habla lacónica como una suerte de épica postmoderna. Una perseverante tarea para descubrir lo esencial, las formas ideales en un transitar proclive al desaliño de la banalidad, a los espejismos del presente y su particular geografía de saldos. De este modo, en el caminar de la creación, “el aforismo es atajo”. En él conviven el epitelio humanista y la reflexión donde respira el fluir de la conciencia: “El fracaso, cuando es contundente y sin aspavientos, tiene mucha dignidad”, “El aforismo no busca educar. Por eso es tan aleccionador”, “El aforismo sabotea la moraleja”. Este parco análisis de la naturaleza indagatoria del aforismo sirve de entrada a una compilación de textos mínimos donde la dispersión temática funciona como punto de encuentro. La curiosidad intelectual testimonia la diversidad; de este modo en los diferentes capítulos de Un naufragio permanente se escucha el rumor inquieto de una percepción en vigilia. Quien escribe mira, sondea las respuestas del silencio. El sujeto verbal personifica el lugar de la escucha. Camina a solas con su pensamiento. Dialoga consigo sin buscar respuestas. Deja que los enunciados sentenciosos dibujen el paisaje estacional de la interpretación. Al cabo: “Intrincar los enigmas tiene más sentido que tratar de resolverlos”.
   De cuando en cuando el habla lacónica sugiere un relato con personajes y argumento que se resuelve con la inmediatez de una microhistoria: “Niñería. Quería a toda costa ser un hombre”, “El choque. Caminé varios días para perderme; ¡ingrato destino!: terminé encontrándome”. Otras veces fecunda una grieta mental sobre la escritura, como sucede en el apartado “Tachaduras”. Allí lo metaliterario muestra una realidad cercana y transparente, que se mira en las aguas de la tradición y desmiente las propias certezas convocando al “Arte de borrar”: “Escribir y pensar son operaciones distintas. Pensar y borrar son la misma cosa”, “Borra las huellas para que las puedan seguir”.
  Un naufragio permanente recurre a rótulos orientadores para dar a su contenido la apariencia de un viaje reflexivo por andenes desperdigados. “Epitafios” ahonda en esa escritura que busca permanencia más allá de la finitud. Si el nihilista, como asevera un aforismo, es víctima propicia de su propio vacío, personifica también lo paradójico, el hecho de confrontar una realidad y su reflejo, de ubicar al escritor frente a su obra: “El librepensador. Luchaba por la verdad. Su obra lo desmintió”.
  Para quien esto escribe la sección “Manuscrito hallado en una botella” contiene una buena compilación de aforismos excelentes. Dejo una muestra: “La evolución es un fraude. Fracasamos como animales”, “No hay filosofía que pueda salvarte de ti”, “La inteligencia explica; la memoria implica”, o el esqueje verbal que inspira el título del conjunto: “La vida es un naufragio permanente; nunca dejas de hundirte”.
  Hiram Barrios sondea modelos expresivos formales para evitar la pulsión reiterativa de la frase aforística. En “El caminante y su sombra”, dedicado a Manuel Neila, otro gran impulsor del aforismo, ensaya la forma dialogal y el desdoblamiento entre enunciado y respuesta para que los aforismos personifiquen silencios escritos. En “Artimañas” y “Los hechizos de la noche” el destello conciso mantiene densidad reflexiva en su naturaleza filosófica, recordando el didáctico consejo de Nicolás Gómez Dávila: “Escribir corto, para concluir antes de hastiar”. Y en “Autoservicio” se extrema la apariencia gráfica, como si el escritor convocara la perplejidad del lector para completar los mínimos enigmas expresivos. También acentúa su apariencia de caligrama la secuencia verbal “Cuatro claves y un distractor” con disposiciones visuales aleatorias para cada uno de los textos que parecen conceder al mensaje un segundo plano.
  Cada antología es un muestrario de fragmentos que trata de convertirse, desde la brújula del azar, en un todo unitario. Un naufragio permanente aspira a ser una caja de resonancia en el tiempo, la bitácora de un itinerario que ha hecho del decir breve una estrategia expresiva testimonial y directa, en continuo peregrinaje interior, donde todo está en discusión. Sólo la duda sigue en pie.
 
 JOSÉ LUIS MORANTE





lunes, 3 de julio de 2023

MIGAS DE VOZ

Pan tierno
Imagen
de internet


 MIGAS DE VOZ


El insomne acumula ruidos con cautelosa paciencia.

Extremó la prudencia verbal, no aventura palabras si no es en presencia de su diccionario.

Afrontar sin amargura, sin gestos de abandono, que lo que pensamos oculta lo que somos.

Los actos mezquinos necesitan coartadas grandilocuentes.

El pensamiento comparte los atributos del cristal, esa síntesis entre delicadeza y transparencia.

Necesito la duda, el buceo y la búsqueda; todo se ha dicho con palabras de otros, pero no por mí.

Amasar aforismos, migas de voz.

(Migas de voz, Esquirlas, 2021)







viernes, 23 de septiembre de 2022

HIRAM BARRIOS (Ed.) EL PLACER DE FASTIDIAR

El placer de fastidiar
Aforística italiana contemporánea
Hiram Barrios (Ed.)
Prólogo de José Manuel García-García
Epílogo de Armando González Torres
Apeadero de Aforistas
Sevilla, 2022

 

AFORISTAS ITALIANOS DEL AHORA

 

   El catálogo esencial sobre literatura concisa de la editorial Apeadero de Aforistas, que impulsa y dirige José Luis Trullo, presenta El placer de fastidiar, balance de la aforística italiana contemporánea a cargo de Hiram Barrios, académico, aforista, editor y traductor y uno de los centros orbitales de la consolidación del género. Con magnífica resolución formal, la propuesta es un recorrido de aproximación al taller creador de treinta nombres representativos del itinerario lacónico en Italia, ahora en plena proyección mediática por la eclosión de publicaciones, versiones a otras lenguas, la difusión en red y los nuevos espacios editoriales.
  El pórtico “Este libro que en tus manos tienes”, escrito por otro cultivador de teselas verbales, el profesor de New Mexico State University, investigador y aforista José Manuel García-García, recuerda los quehaceres compilatorios de Hiram Barrrios, y el acierto de ediciones como Lapidario. Antología del aforismo mexicano. Son meridianos indagatorios que, más allá de los condicionamientos geográficos y el fundamento local, rastrean el legado minimalista y exploran su polivalencia conceptual. El prologuista recuerda también la adecuación al género que tienen las antologías; son costa abierta a la brevedad y marco de difusión de una estrategia expresiva que requiere “un lector que acepta el juego del asombro, el razosoñador, (muy hermoso neologismo), que busca en el aforismo el equilibrio literario y filosófico. Que entiende la forma sintáctica y la idea expresada en ella, que acepta la condición liminal de la prosa poética, los filosofemas literarios, las máximas abreviadas.”
  Los integrados en El placer de fastidiar conforman los estratos más sólidos de una renovación generacional, aplicada en la confección colectiva de un mosaico de teselas singulares. Nace así una aportación cultural intersubjetiva, una coral de voces que ausculta las posibilidades del decir hiperbreve desde encuadres abiertos; al cabo, como ha sucedido en la historia, el aforismo es un género discursivo, un muestrario de atajos alternativos y, no pocas veces, contradictorios, según constatan recuentos clásicos como la de Gino Ruozzi, Scrittori italiani di aforismi, la scritura aforística de Giulia Cantarutti, o Retoriche della brevitá  de Maria Teresa Biazon, todos citados por Hiram Barrios en su introducción.
   El antólogo clarifica también el aserto elegido para la compilación. El título, extraído de un aforismo de Leo Longanesi, alude a las contradicciones que habitan en cada identidad y a esa rebeldía que zarandea marcos reductores para respirar por libre, mediante un pensamiento abierto al aire. La brevedad suma, ramifica posibilidades en la fragmentación y muestra las conexiones entre paradojas, humor, ironía y mirada crítica, esos ingredientes fastidiosos para los sistemas cerrados y convencionales.
  En el inventario están contenidas varias promociones en activo. Representan a juicio del antólogo una quinta parte de los cultivadores actuales. Como en cualquier proyecto semejante, es un horizonte parcial, selectivo, pero polisémico y colectivo, empeñado en una visión diferente de la realidad bajo el techado de la literatura portátil.
   Abre la estela nominal Giovanni Papini (1881-1956) con media docena de ejemplos mínimos, y con una sustantiva definición del vector aforístico: “Aforismo: una verdad dicha en pocas palabras, pero dicho de un modo que asombra a más de una mentira”. Solo otro nombre, Giuseppe Prezzolini (1882-1982) pertenece al tiempo decimonónico; el cuerpo central de elegidos camina por el siglo XX (Fausto Melotti, Leo Longanesi,  Alessandro Morandotti, Ennio Flaiano, Gesualdo Bufalino, María Luisa Spaziani, Alda Merini…). Otros practicantes seleccionados marcan trazos en en el tramo intersecular y en los albores del nuevo siglo. Entre ellos nombres tan celebrados como Donato Di Poce y Fabrizio Caramagna, bien conocidos ya por los lectores en castellano. En suma, décadas de confluencia escritural y continuo trenzado de itinerarios y líneas de luz.             
   El libro añade como coda final una noticia bibliográfica sobre el anticipo de la antología en el espacio digital con el título Fragmentos del mundo: antología del aforismo italiano, y el epílogo “Post-scriptum” firmado por Armando González Torres. Es un fragmento que sondea la superficie heterodoxa y subversiva del ideario lacónico y compone una reflexión de urgencia sobre el temperamento escritural de lo fragmentario, más allá de la sistematización orgánica de la literatura sapiencial.
   De inmediato se percibe que estamos ante un compendio cálido, de paso ligero, que calienta sus manos en el combustible expresivo del aforismo; que invita a seguir caminado en el silencio poblado de la levedad, esa superficie de soporte humilde en la que cabe el entorno intimista de la amanecida.
 
 
 JOSÉ LUIS MORANTE





  

sábado, 11 de diciembre de 2021

MIGAS DE VOZ

Migas de voz
José Luis Morante
Colección Esquirlas
Universidad Autónoma Nacional de México
Ciudad Universitaria, Delegación Coyoacán
México, 2021
 

MÍNIMA SELECCIÓN

La escritura y yo, restaurante discreto en el que solo hay sitio para dos comensales.

***

Alguien escribe. Soy parte de la trama. Un personaje episódico.

***

Que el desconcierto no sea obstáculo interpuesto; camina junto a él.

***

Estoy aquí, creo. Aunque desconozco la ubicación exacta del aquí.

***

Ejemplos del vacío, las estatuas carecen de secretos.

***

Cualquier soledad está repleta de encuentros.

(Migas de voz, Antología)


 

sábado, 27 de noviembre de 2021

DONATO DI POCE. CLANDESTINI /CLANDESTINOS

Clandestini-Clandestinos
Antología de poesía bilingüe italiano español
Donato Di Poce
Introducción y traducción de Hiram Barrios
I Quaderni del Bardo Edizioni
Sannicola, Italia, 2021 (2ª Edición)



EN BUSCA DE LUGAR


   Como estrategia expresiva de percepción y búsqueda, como persistente interrogación sobre la identidad y sus aleatorias conexiones con el entorno, el legado poético vive en el intervalo digital una etapa de rearme ético y estético. Interpela la razón de escritura, su compromiso con las ecuaciones sin resolver de la realidad y su capacidad de análisis para adentrarse en las zonas a resguardo del personaje verbal, tanto como sujeto limitado y concreto, o como yo social, conformado por las asimetrías del nosotros. Esta radiografía de urgencia del momento presente, no niega la pervivencia en el tiempo por descifrar sombras y enigmas, la dimensión universal de la poesía y su pluralidad sostenida en el discurrir.
   La antología Clandestini-Clandestinos, con edición bilingüe preparada por Donato di Poce (Sora, Italia, 1958), poeta, artista visual, fotógrafo y crítico literario, e introducción y traslación al castellano del profesor, ensayista, antólogo, narrador, aforista y traductor Hiram Barrios (Ciudad de México, 1983), visualiza el término “clandestino” y su polivalencia a partir de una cita contextual de Icaro Ravasi integrada en la introducción: “… el poeta del absurdo es un clandestino / en la esperanza y en el deseo de vivir todavía”. Por tanto, vincula la mirada poética a una tarea casi evanescente, oculta, realizada a trasmano de cualquier repercusión social. Así se engarza este proyecto grupal de 65 voces que ha abierto surcos expresivos con estratos temáticos plurales, potenciando la dimensión cognitiva y emotiva del exilio, la emigración o la realidad de los refugiados como núcleos generadores del texto.
   El transitar histórico de Italia ha estado marcado en las últimas décadas por los movimientos migratorios; por ello, es prioritario asumir la busca de lugar desde el desplazamiento y el trasvase geográfico, realizados casi siempre en unas lamentables condiciones vitales. Esta situación de abandono y precariedad apenas se ha modificado en los veinte años transcurridos desde la primera edición de la antología Clandestini y marca el tono de denuncia y solidaridad estremecida que impregna buena parte de los poemas. El compilador y editor de la muestra Donato di Poce argumenta en “La tentación de existir” que la marginación de quien cambia de país, de lenguaje o de costumbres solo se expresa desde el rumor tenue de una voz sumergida. Es necesario refrendar esperanzas y aspiraciones, haciendo audible su llamada a la implicación directa y al compromiso. Estamos abocados a crear amanecidas de vida y un futuro de integración. Una integración laboral y social que facilite condiciones de acogida, movilice recursos y responda a las necesidades de la población desplazada. Que hurgue en las estrías del transcurrir y les permita superar la pobreza, la confrontación, la inseguridad y el rechazo. 
   Y a ello se postulan los 65 poetas integrados en Clandestini-Clandestinos desde enfoques estéticos plurales. Los escritores pulen el tono declamatorio y la aspereza del grito para incardinar reivindicaciones de verdad y belleza. El poema no es el menaje reducido de la queja sino el vuelo de asombro y la riqueza formal, la imaginativa aproximación a la belleza desde el cruce de caminos del lenguaje.
   La inmediata respuesta de la poesía ha generado un aliento común de cercanía y complicidad. Quien carece de suelo firme no está solo. Alguien con él despliega un mapa habitable, un espacio interior de libertad. El listado de colaboradores se organiza con criterio alfabético y abren la nómina Antonella Anedda y Marco Annichiarico. Los dos optan por el poema breve, desde la elusión y la sugerencia, lo que será una constante que aleja del patetismo descriptivo.  De inmediato se percibe que el trabajo literario opta por mantener una media distancia de objetividad al contemplar tantas presencias esposadas a la pobreza que buscan un poco de calor replegadas sobre sí mismas. Muestran la herida abierta de la indignación civil Simone bandirali, Diana Battaggia, Monica Barettini, Alesandro Broggi, Daniela Cabrini, Maurizio Cucchi o Antonio Della Rocca, por sintetizar la nómina de escritores que asumen el registro colectivo de ser hijos de las mismas aguas y que esas corrientes deben mezclarse para formar un gran mar abierto a la luz de aurora del futuro.
   Las instantáneas de los textos reiteran sensaciones. El viaje en la densa oscuridad, la gélida desnudez del mar, los rasgos maltrechos de los niños, la soledad o la aspereza de los paisajes… Son secuencias que acotan el perfil profundo de un destino de espaldas, que parece empeñado en dejar sitio a la intemperie. Como ratifica en su poema Donato Di Poce, quienes aguardan la remota cercanía del milagro sin ninguna vocación de épica: “Visitaron la sombra vestidos de luz / Y si ahora nos piden / memoria de la oscuridad / Es solo para enseñarnos a volar / Con el corazón al revés / En el corazón de una estrella”. En los poemas de Clandestinos el nomadismo no es orfandad sino el espacio amplio de una voz que aspira, después de la oscuridad,   al humilde esplendor de una amanecida habitable.
 
JOSÉ LUIS MORANTE


 
   
 


lunes, 17 de mayo de 2021

UNA CONVERSACIÓN CON GLORIA DÍEZ. MIGAS DE VOZ

Gloría Díez

 

JOSÉ LUIS MORANTE Y SUS MIGAS DE VOZ

 

Gloria Díez

(Periodista y poeta) 

Más allá del discurso, del pan trabado y denso, están las migas. Más allá de la declamación grandilocuente, la voz esconde vericuetos íntimos. José Luis Morante, poeta, aforista y crítico literario nos deja en Migas de voz el testimonio de Mejores días y la confidencia de Motivos Personales. Junto a los aforismos seleccionados de esos dos libros publicados en 2009 y 2014, aparecen los inéditos recogidos bajo el epígrafe de A sorbos. Migas de voz ha sido editado en la colección Esquirlas, coordinada por Hiram Barriosde la Universidad Nacional Autónoma de México, Delegación de Coyoacán.

(La entrevista se realiza mientas el cielo de Madrid se deshace en agua, como una gigantesca tubería horadada, pero, ¡oh milagro!, de pronto, el arco iris)  

- Cuando se habla de aforismos se buscan el cobijo de palabras que remiten al fragmento: esquirlas, migas… ¿Puede aspirar la parte a remitirnos al todo?

Las partes son verdades parciales, alumbran rincones, claros en el bosque y se convierten en moldes de una realidad cambiante y transitoria; no se trata de percibir un horizonte abierto, solemne, pleno, sino de asentarse en un mirador propio para otear los lugares de paso, esos sitios que encuentran en nuestro pensamiento interpretación y sosiego.  

- Sus “Migas de voz” ¿son migas de filosofía personal?

El yo es por naturaleza subjetivo y concreto, pero no es tan original como para elaborar una filosofía propia, distinta. En cada sujeto conviven aportes culturales y experiencias biográficas y de este abrazo nacen los breves textos de Migas de voz, cuya pretensión es tender puentes a otras formas de ser y de pensar.

- ¿Se siente cómodo en el discurso fugaz que no requiere una justificación previa y no aspira a demostrar nada?

El agua del tiempo fluye con naturalidad. Va dejando en su cauce estelas de sed y transparencia; es una buena imagen para definir el decurso del pensamiento, su nomadismo, que hace de lo fugaz un instante de plenitud reflexiva.

- La técnica del aforismo, ¿exige lanzar todo el lastre verbal por la borda?

Las claves aforísticas son conocidas: precisión, síntesis, autonomía semántica y afán comunicativo; así que no hay mucho sitio para los aderezos suplementarios; la esencia requiere máxima condensación expresiva. 

- ¿Cómo se sabe cuando se ha llegado al núcleo de la idea?   ¿Es sencillo el trabajo de la poda?

Cada texto es una propuesta, un quehacer tanteante que deja entre las manos incertidumbre; las dudas son energía, nutren la búsqueda que define cada taller literario. Casi nunca la realidad textual coincide con el ideal, muchas veces es una aproximación, otras solo sombra porque el destinatario final que asiente y conecta con el logro es ajeno a su autor.

 - ¿Sus aforismos se escoran hacia la poesía o hacia la filosofía?

Los ingredientes de epitelio lírico e indagación reflexiva son complementarios; en mis lecturas conviven los clásicos moralistas y la plenitud lírica de Juan Ramón Jiménez o Antonio Machado; debemos desconfiar de aquellos aforismos nacidos en serie bajo una única etiqueta, el reduccionismo anula la posibilidad literaria, es bueno afrontar distintas perspectivas creadoras.

- Dice usted: “Los aforismos marcan la piel del agua, como la huella frágil de una verdad”. Pero huellas en el agua duran poco. El aforismo, ¿busca más sorprender que convencer?

Convencer es tarea del púlpito. A los aforismos les viene bien una toma de tierra, el contacto con el tiempo histórico en el que se pronuncian. Nunca se escribe un libro con afán de eternidad; tantos lunes al sol deben ser insufribles, sino con un sentido limpio del instante.

 - Toda su obra se encuentra traspasada por el problema de la identidad, “yo y el otro”; los múltiples “yo” que me habitan. ¿Quién le da más sorpresas, los otros o usted mismo?

Los huéspedes que habitan nuestros espejos asumen la contradicción como parte del ser, el alboroto de identidades es asombro y estrategia contra el conformismo; cada amanecida es una y distinta y ese espíritu auroral está sumido en la tarea diaria del asombro; en la paradoja diaria, todo es igual, pero distinto. 

- “Derrumbar es ocupación de dinamiteros; reconstruir, oficio de arquitectos; preservar, labor para artesanos.” Dígame, ¿usted a qué gremio pertenece?

La existencia nos concede oficios laborables a tiempo parcial; en el tránsito vital desempeñamos labores contradictorias, derribamos propósitos e ideales, se rompen afectos, evocamos para que el olvido no convierta en un páramo lo que fuimos un día y buscamos itinerarios por las calles del sentimiento. Somos una empresa de multiservicios que, de cuando en cuando, perpetras algunas chapuzas…

- Déjeme citar otro aforismo: “Entre la ceniza, un brote agónico de lumbre recupera el fuego.” ¿Usted nunca ha tenido una crisis de creatividad? ¿Siempre es capaz de escribir?

Desde fuera el trabajo literario parece continuo, pero es un espejismo; hay muchos periodos de esterilidad creativa, de soledad y frustración; el sustantivo crisis se emplea mucho, es casi un argumento justificativo de la pereza; para mí la crisis es la exigencia de buscar nuevas puertas al laberinto, calzar zapatos a la voluntad para que siga caminando. 

- Ejerce usted la crítica literaria, pero no es partidario de expedir certificados de “buenas prácticas literarias”.  ¿El crítico debe separar el grano de la paja para orientar al lector?

Dentro de la crítica hay una variopinta diversidad de actitudes; hay policías literarios dispuestos a multar a los que contradicen su ideario estético, y hay también aplaudidores entusiastas, que jalean una propuesta creadora y su contraria; mi forma de entender la crítica es muy sencilla, dejo las impresiones de un lector informado, si esas líneas sirven de brújula a otros es un buen premio, pero cada lector debe descubrir su tramos de felicidad a solas. 

- Me ha llamado la atención uno de sus aforismos: “En el cajón oscuro de mi mesa los inéditos miran de reojo la papelera de reciclaje.” Dígame la verdad, ¿cuesta mucho devorar a los propios hijos?

El invierno es el tiempo de la poda, una labor que rastrilla, corta ramas, siembra estiércol y difunde insecticidas… Parecen trabajos destructivos, ajenos al ritmo de los espacios naturales; pero son tareas básicas para que encuentre sitio la pulsión germinal de la primavera. Con esa filosofía, corregir es una tarea de perseverancia y futuro.

 - Practica usted el relato breve y la poesía, cuando aparece una idea, ¿el poeta, el aforista y el narrador se pelean por la pieza?

Las estrategias expresivas son formas de caminar de un mismo paseante; el desplazamiento por uno u otro itinerario comparte latidos y esa red de músculos verbales que sostiene el cuerpo textual. No hay pelea sino un pautado diálogo de náufragos sentados en la arena, esperando que el mar deje en sus manos una botella con mensaje.

- El tiempo, los relojes, el calendario, el trabajo constante, la ingente tarea de leer a los otros, ¿practica usted la religión del esfuerzo?

Sé que mi respuesta no sorprenderá a algunos amigos porque ha estado con frecuencia en mis palabras: soy un torpe que trabaja muchísimo para que no se note mi torpeza; sí, creo en el esfuerzo, en esa sed intacta de la lectura que desconfía de vuelos inspiratorios.

Pues le dejo con su tarea. Muchas gracias por sus respuestas.

Gracias a ti por este hermoso diálogo que trasmite un sedentario conocimiento de mi trabajo, la amistad es también una práctica esencial del estar entre libros.

Gloria Díez

(Mayo de 2021)

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

viernes, 7 de mayo de 2021

TASIO LUNA: entrevista a JOSÉ LUIS MORANTE


 

AFORISMOS CON SESIÓN CONTINUA

 

Tasio Luna
  
Casi de forma simultánea han visto la luz dos entregas aforísticas del poeta, profesor y crítico José Luis Morante. La primera, Migas de voz es una antología editada en México por la Universidad Autónoma nacional; la segunda obra, Planos cortos es un cálido homenaje al cine.
 
La tarea de practicar varios géneros, ¿de qué manera condiciona a sus aforismos?
 
Creo que cuando se entiende la escritura como una casa abierta, cada habitación cumple su doble condición de refugio y hospitalidad; en mis aforismos conviven rincones afines a la poesía y la crítica; todos partes de la misma experiencia biográfica y cultural, de un modo similar de interpretar el entorno y el tiempo histórico.
 
Sus poemarios trasmiten un fuerte eco autobiográfico, ¿sus aforismos también?
 
Ningún género puede velar la pulsión expresiva que dicta sus renglones; la identidad respira también en los aforismos, comparte instantáneas, recuerdos, miedos, incertidumbres; en suma, la conciencia en marcha del sujeto que escribe.
 
¿Era previsible esta aparición estelar del decir breve en las primeras décadas del siglo XXI?
 
Hay una tendencia impostada que asocia el aforismo al despertar digital; la verdad es que en todos los periodos de la historia se han cultivado distintas formas del decir breve: sentencias, epigramas, refranes, aforismos; la celeridad de internet ha potenciado la fragmentación y la celeridad de los mensajes, pero el género tienen una intensa tradición en la literatura.
 
Parece  que es ejemplar la capacidad de escucha del aforismo; cualquier tema sirve…
 
Así es, el aforismo, como el poema o la reseña, es un hecho del lenguaje que admite cualquier hilo argumental, siempre y cuando se supere esa consideración que asocia el laconismo a la facilidad expresiva y la intuición; debajo de cada texto, por mínimo que sea, está la persistente labor del taller literario, su exigencia máxima en cada fragmento.
 
Cómo se gestó esa edición mexicana de Migas de voz.
 
Nació en 2017, cuando recogí una amplia selección de aforismos de los dos libros publicados y del inédito A sorbos, era la mejor manera de construir un mapa personal que subrayara las características reiteradas de mis aforismos. Y el profesor, ensayista y aforista mexicano Hiram Barrios impulsó la edición en una nueva colección, Esquirlas; la espera de tres años mereció la pena, el aspecto final es muy atractivo.
 
¿Y Planos cortos?
 
Es un giro fuerte en el trabajo personal, frente a la apertura temática aleatoria de mis anteriores entregas, supone construir un libro en torno al cine como núcleo único. Soy un cinéfilo antiguo y agradecido; en absoluto un experto en ese arte, solo un espectador que siempre halló cobijo en la butaca a oscuras.
 
¿No teme que la salida  de ambos libros a la vez solape reseñas o interfiera la distribución correcta?
 
No lo sé; en principio son ámbitos lectores distintos; Migas de voz está destinado al público universitario mexicano y no se distribuirá en librerías españolas, aunque mandaremos ejemplares a crítica y medios de comunicación; y hay que dar la batalla por Planos cortos que debe luchar contra la incertidumbre de la pandemia y la lánguida vida cultural del momento. Son retos que asumo con mucho gusto; siempre confío en la generosidad de los amigos y el incansable apoyo de los lectores.
 
TASIO LUNA





 

miércoles, 5 de mayo de 2021

HISTORIA DE DOS LIBROS: MIGAS DE VOZ y PLANOS CORTOS

Acogida
Fotografía
de
Javier Cabañero Valencia

 

MIGAS DE VOZ, PLANOS CORTOS

 
   En un intervalo temporal muy breve han llegado a casa dos libros propios: Migas de voz y Planos cortos. El primero, Migas de voz es una antología de aforismos que aglutina una selección de mis dos incursiones iniciales en el género, junto a un muestrario de breves del libro inédito A sorbos; el trabajo se completa con un aporte teórico fragmentario que analiza esta forma expresiva que entrelaza pensamiento filosófico y mirada poética. El segundo, Planos cortos conforma un homenaje al cine a través del tiempo y aglutina un lustro de trabajo creador, aunque recoge sensaciones visuales, instantáneas biográficas y secuencias vivas del espectador agradecido que siempre fui.
  Quiero eliminar de inmediato cualquier sospecha de fertilismo verbal y de superficialidad editorial. No, ambos libros son la labor callada de muchos inviernos. Si la antología Migas de voz llegó a México en 2017 y ha dormido sosegada casi cuatro años, sin más respiración que ir puliendo textos para conseguir la mejor calidad expresiva, el volumen Planos cortos en sus trescientos aforismos ha consumido cinco años de escritura hasta dar cuenta de mi retina cinéfila y de la respiración en la zona de sombras de la gratitud.
   Poco a poco iré hablando del periplo singular de cada entrega y de su llegada a las librerías en un momento histórico tan complejo, pero asentado en el optimismo. Ahora solo toca dar las gracias a Hiram Barrios y a Álvaro Díaz Huici; a la Universidad Autónoma Nacional de México y a Trea Ediciones por su minuciosa paciencia, voluntad e impulso editorial. Hoy toca abrir las manos; hacer de buhardilla hospitalidad y refugio. Quiero sentir con todos el parpadeo de sorpresa y emoción que alumbra cada libro. 

José Luis Morante


jueves, 19 de noviembre de 2020

HIRAM BARRIOS Y DONATO DI POCE. SILENZI SCRITTI / SILENCIOS ESCRITOS

Silenzi Scritti / Silencios escritos
Aforismi-Aforismos
Hiram Barrios - Donato Di Poce
Antología bilingüe Italiano- Español
Traducciones de Hiram Barrios y Yolanda García Arenas
I Quaderni del Bardo edizioni
Sannicola, Lecce, 2020

AFORISMOS CON DOS ORILLAS

 

   En su continua voluntad expansiva, la gravidez del aforismo cultiva estratos de silencio en distintos enclaves idiomáticos. De la propagación del género en Italia y México da cuenta la antología bilingüe Silenzi scritti / Silencios escritos, realizada en común por Hiram Barrios y Donato Di Poce. El viaje por ambos territorios del decir minimalista incorpora en su pórtico una doble perspectiva: “Introducción”, de Hiram Barrios, y “Elogio del Aforismo”, de Donato Di Poce. La apertura de H. B. opta por el decir fragmentado; construye teselas pensativas donde tienen presencia la paradoja y los contrastes: “El silencio es la nada que contiene el todo”. Con tan fértil propuesta, la ausencia de voz se percibe como un inadvertido diálogo que realza el ideario. Desde el laconismo, la estrategia discursiva reclama condensación y bordea el espacio en blanco. Asimismo, H. B. presenta la estructura de una selección que integra catorce practicantes del microdecir, siete mexicanos y otros siete italianos, con diez textos por autor de temática libre. Por su parte, Donato Di Poce, en “Elogio del aforismo” reclama el arraigo del legado conciso y su pulso germinal en un discurrir histórico que entrelaza escrituras hasta hoy. Un recorrido necesario para que el texto mínimo sea mirada crítica de nuestro tiempo, tan proclive a convertir los errores en brújulas.
   Los escritores mexicanos incluidos, con traducción de sus aportes textuales al italiano a cargo de Yolanda García Arenas, acreditan las prolíficas constantes vitales. Muestran sendas que persiguen una dicción singular en las intersecciones expresivas. En la selección están presentes Anna Kullick Lackuer, Armando González Torres, Benjamín Barajas, Geney Beltrán, Carlos Francisco Gallardo Sánchez, Hiram Barrios y Yolanda García Arenas. Desde su encarte formal, los aforismos crean evocaciones de la memoria, pensamientos indagatorios sobre lo diario, materia conceptual metaliteraria o apuntes de una biografía común, moldeada por incertidumbres y extrañezas.
   Por su parte, la nómina italiana acoge a Fabrizio Caramagna, Alberto Casiraghy, Camilo Cuneo, Donato Di Poce, Stefano Elefanti, Sandro Montalto y Giovanni Ronzoni, con piezas breves traducidas al español por Hiram Barrios. Tampoco existe en esta selección una poética nuclear; los temas fluctúan entre el aforismo lírico, la callada conversación con el contexto social, la fuerza del minimalismo expresivo o el cultivo del silencio como semilla germinal de la idea. Sorprenderá al lector la presencia del aforismo caligramático que vierte sobre la escritura concisa un molde que se acerca al poema visual.
  Retomo un acierto semántico de Yolanda García Arenas en torno a la esencia del menos es más, recordando que la pluralidad del aforismo es su unidad. Por tanto, no puede ceñirse a una única codificación, ni formal ni semántica, ni geográfica ni de grupo. En todo momento la estrategia sugiere un libre recorrido del sujeto, cuyos meandros despliegan nuevas propuestas. Desde la parquedad, el aforismo crece como un hecho del lenguaje que ofrece  eclécticas perspectivas.
    Silenzi scritti / Silencios escritos propicia una conjunción de nombres en dos orillas geográficas, que refrenda que el único paso que no pierde el hilo en el laconismo del aforismo es el enunciado autosuficiente y cerrado desde la brevedad. Y todo lo demás es un ovillo de polivalencias, un árbol neuronal complejo que requiere investigación, paciencia y disfrute lector.
 
 
 

martes, 10 de diciembre de 2019

HIRAM BARRIOS (ed.) AFORISTAS MEXICANOS ACTUALES

Aforistas mexicanos actuales
Antología consultada
Hiram Barrios (Ed.)
Libros al Albur
Apeadero de Aforistas
Sevilla, 2019


AUTORES DEL DECIR BREVE


   El atomizado caminar del aforismo en la tradición literaria hispana ha encontrado un ancho cauce creador en el despliegue del siglo XXI. Es un hecho, no un lugar común, que su cultivo ha prodigado títulos, cultivadores y muestras colectivas en el espacio peninsular. Pero la geografía del decir breve también aporta semilleros activos en otros ámbitos de Latinoamérica, como México. Así lo constató el profesor, ensayista y antólogo Hiram Barrios (1983) al preparar Lapidario. Antología del aforismo mexicano (1864-2014). El volumen compilaba un amplio florilegio de casi siglo y medio de cultivo. Era un magnífico mirador al pensamiento lapidario que ahora tiene continuidad en la antología consultada Aforistas mexicanos actuales.
   El texto introductorio focaliza, desde el título, el momento áureo del género. Vivimos una etapa “signada por la urgencia, la concisión y la diversidad” en la que el discurso fragmentado impulsa estrategias expresivas como la microficción, el haiku y la parquedad expresiva del aforismo, género que fomenta la mirada híbrida entre filosofía, crítica sociológica y apunte lírico. Este proceso expansivo se debe, según Hiram Barrios, a tres causas potenciadoras: la apertura editorial que acoge y fomenta el cultivo y la difusión de textos breves, tanto en los formatos tradicionales como en el activismo digital; en segundo lugar la consolidación del aforista, no como cultivador circunstancial del laconismo sino como creador que hace del fragmento una estrategia preferente; y, por último, el contexto de investigadores que aborda, desde los medios de comunicación o los estamentos universitarios, la cosecha aforística en condiciones de igualdad con otras estrategias expresivas, sin minimizar su validez literaria.
  La edición de Libros al Albur sitúa en el cierre los periplos bibliográficos de los escritores incluidos. Por ello, cada seleccionado se ordena por fecha de nacimiento y se justifica a sí mismo con los veinticinco textos aportados. La antología se abre con las decantadas espigas de Leonardo da Jandra (1951). y concluye con la amanecida de Víctor  Bahena (1993).
  Si en otros géneros como la poesía, se dan afinidades generacionales en los idearios estéticos, en el cultivo aforístico siempre predomina la sensación adánica, ese viaje en solitario que busca su voz en el entrelazado personal de experiencia biográfica y cultura. En las muestras queda patente la diversidad de enfoques. Entre las mínimas de Leonardo da Jandra la escritura asume la mirada social y el estrecho contacto entre escritor y personaje cívico; no falta tampoco la preocupación metaliteraria y el aporte ético que habla de un tiemplo complejo, con coordenadas cambiantes a la hora de proyectar el futuro. Raúl Acebes aliña su laconismo con una fuerte textura sentimental, pero vela lo autobiográfico con recursos como el humor o la ironía: “Sembró un huerto de árboles genealógicos”.
   En el margen del aforismo al uso, Gabriel Trujillo Muñoz tiende al fragmento; su formulación busca el tono argumental o el enmarque contextual de su particular cuaderno ético. En sus breves se instala una notoria densidad reflexiva. Anna Kullick Lackner recobra el molde tradicional, ese decir despojado que enuncia con mínima expresión: “Es tan corta la vida y son tan grandes las bibliotecas…”; “El placer es el instante en que huye el escepticismo”.Armando González Torres muestra una gavilla de textos intimistas y melancólicos, que confrontan los espacios angostos del yo y su propósito comunicativo con la realidad circundante. También Jorge Fernández Granados busca, con sencillez, la indagación en el arte de vivir e integra sensaciones interiores, marcadas por una nítida soledad afectiva. La inquietud lacónica de Benjamín Barajas, poeta y ensayista, es bien conocida en España como referente central del aforismo mexicano contemporáneo. Sus frutos plantean un decir breve de búsqueda y tanteo, no persigue el tono didáctico de la respuesta sino la zona umbría de las preguntas, expande la voluntad de un escepticismo pesimista que desconfía del moralismo caritativo de los dogmas y del suelo firme del ahora; su paremia no acalla la voz porque sobre ella gravita el discurso de ser.
  En Merlina Acevedo se constata un continuo recurrir a lo paradójico: “Puedo explicarlo todo. No entiendo nada”; “El arte es la forma de nuestros huecos” Sus frases plantean un traslado de intereses que buscan una dicción despojada y natural. Mientras, el corpus textual de Amaranta Caballero Prado se singulariza por dar un título a cada breve; se crea así la sensación de ubicar sus aforismos en un espacio próximo a la microficción, como si esa clave marcase la pauta del desenlace. Por otra parte, hay en esta escritora cierta tendencia a resaltar aspectos lúdicos del lenguaje. También Federico Fabregat emplea el título, aunque su escritura es más despojada y directa y condiciona menos el clima emocional. Los asuntos argumentales insisten en las cualidades del existir y en esa frecuente confrontación entre la ética y lo social, una veta que acerca sus contenidos a la aforística de Erick Nolazco, en quien encuentran sitio los efectos de la temporalidad, los quehaceres introspectivos del yo y lo metaliterario: “El aforismo puede no ser verdadero. Mas su gran mérito no es la verdad sino su seducción”
  En el aforista más joven, Víctor Bahena, el espacio literario se convierte en núcleo argumental básico. El escritor, los quehaceres de su trayectoria, el lugar propio en lo social están presentes en su decir fragmentario: “La escritura no es un acto sedentario, por el contrario, su nomadismo nos conduce a través de las palabras e ideas”, “Me miro a través de los demás. ¿Mi estampa? Un sujeto turbio presto a estrechar la mano o propinar un puñetazo”.    
   El trayecto creador antologado por Hiram Barrios en Aforistas mexicanos actuales abarca una docena de autores nacidos entre 1951 y 1993. Queda expuesta una cartografía que se decanta por la diversidad y recorre surcos argumentales yuxtapuestos. Los elegidos convivan sinceridad, intuición y textura emotiva; dejan en el lacónico cauce del aforismo la subjetividad de un pensamiento a menudo marcado por la decepción existencial y las asimetrías de un tiempo que tantea en manos de la incertidumbre.



sábado, 16 de noviembre de 2019

HIRAM BARRIOS. APÓCRIFO (AFORISMOS)

Apócrifo
Hiram Barrios
Prólogo
de
José Luis Morante
Editorial Naveluz
Colección La Hormiga
México D. F, 2018 



PRÓLOGO

Quien calla nunca es trivial;
quien habla lo es casi siempre.

HIRAM  BARRIOS


   Entre las incertidumbres del siglo XXI las formas literarias breves han conseguido reconocimiento inesperado y una resonancia especial que acrecienta su práctica. Son un signo de época. Conceden una percepción súbita de la realidad cuyo carácter, temporalista y mudable, tiene consecuencias inmediatas en los quehaceres del lenguaje. Sucede con el haiku, esa japonería aclimatada al castellano cuyo mensaje da cauce a la impresión instantánea, el microcuento, ficción de argumento resolutivo; y el aforismo, una miniatura reflexiva repleta de connotaciones.
   Hiram Barrios (México, D. F., 1963) creador plural, traductor y docente en ejercicio en las aulas del Instituto Tecnológico de Monterrey se adentró en la tradición literaria paremiológica en Lapidario. Antología del aforismo mexicano (1869-2014). Era un balance de la aportación cultural de autores foráneos, con algunas voces del exilio español asentadas tras la guerra civil, y firmas de otra geografías. El escritor definía el proyecto con tono humilde, “como un trabajo liminar, exploratorio y en construcción” y lograba un libro riguroso, de didáctica unitaria que sondeaba vínculos entre escuelas y autores en un paréntesis temporal de siglo y medio. Una obra excelente para un momento donde el ciberespacio está cambiando las reglas del género y las posibilidades de recepción.
  Con Apócrifo Hiram Barrios se integra en la práctica aforística aportando su versión particular de la economía verbal. La decodificación lectora concede al título, como elemento paratextual,  una tripe función: identificadora, referencial y distintiva. Así que antes de adentrarnos en el cuerpo de la obra conviene recordar las dos connotaciones básicas del término. En su acepción académica, alude a un adjetivo que califica lo simulado, inexistente o fingido; la etimología popular emplea el término para encuadrar comentarios u opiniones subjetivas que carecen de fundamento, que siembran rumores que no se pueden constatar. Así pues, Hiram Barrios pone bajo sospecha la práctica de este género de intensidad, que busca ahorrar pasos entre la niebla de lo digresivo.
  La observación estimulada por el rótulo no desdice la naturaleza singular del género. El aforismo preserva la autonomía de cada fragmento y la pluralidad de inquietudes semánticas. El escritor establece para los rasgos temáticos y formales del corpus una ruta de lectura de quince secciones. Su primer tramo es “Diario o culto” tiene una base testimonial, como si el yo biográfico personificara al protagonista en sus interacciones cotidianas con un entorno que difunde estrategias cognitivas: “Los mejores aforismos los escupo en la calle. En el asfalto está mi aforística”. Los breves nacen de circunstancias concretas y dejan constancia de una subjetividad que respira a pie de calle. Pero el cauce natural del aforismo es la contradicción;  si el sujeto busca a ras de suelo la huella firme de algunas certezas, esta actitud es compatible con “las videncias del oráculo”. La intuición predice. Esta clarividencia desconfía del logos: “Un hombre, a solas con su pensamiento mucho tiempo suele ser peligroso”, “No pensar como medida preventiva”, “Los mensajes más oscuros son los que alumbran más”. La construcción de los aforismos integrados en “microhistorias” dibuja un perfil de cercanía con el relato ultracorto, no solo por la precisión extrema del lenguaje sino por el carácter ambiguo y la capacidad de sorprender mediante una visión no convencional del hilo argumental. Así lo constatan estos ejemplos textuales: “Cordura. Antes escuchaba voces. El psiquiatra me recetó pastillas: ahora son las voces las que me escuchan”; “Irresistible. Mi esposa es atenta y complaciente: una delicia de mujer. Por eso busco amantes.”; “El legado. Pelearán hasta matarse por los bienes del difunto. Los males se heredan por igual.”
  Otra modalidad de frontera con el aforismo es el epitafio. Entre ambos abundan los motivos conectores e igualatorios: egocentrismo, solemnidad lapidaria, posicionamiento temporal. Queda recalcado en abundantes aciertos expresivos: “El genio. Lo enterraron vivo, siempre adelantado a su tiempo”, “El librepensador. Luchaba por la verdad. Su obra lo desmintió”.
   Escribir aforismos es alzar un entorno de habitaciones soleadas con una buena orientación que propicie borrar sombras y convoque al desaprendizaje para que el trazo sutil de la existencia avance con nutrientes nuevos, inmediatos, volátiles y el activo destello del relámpago.
   En el remanso de Apócrifo siempre hay sitio para la gota de claridad inesperada en la que se despliega la capacidad oratoria de la inteligencia y el necesario silencio: “Callemos mejor para entendernos”. Así afloran las aristas de un tiempo fermentado que el aforismo se empeña en moldear para lijar sus distorsiones. Es un quehacer continuo y atomizado, con voluntad, con fe, sabiendo mientras camina que “el aforismo es un atajo”.

José Luis Morante





martes, 21 de agosto de 2018

HIRAM BARRIOS. APÓCRIFO

Apócrifo
(Aforismos)
Hiram Barrios
Prólogo de José Luis Morante
Editorial Naveluz, Colección La Hormiga
Naucalpan, México, 2018


EXPECTATIVAS


   Los recorridos aforísticos en español tienen en Hiram Barrios un investigador constante. Se deben al profesor mexicano las ediciones de Gotas tóxicas. Aforismos y minificciones de Sergio Golwarz (Cuadrivio, 2015) y la extensa muestra Lapidario. Antología del aforismo mexicano (FOEM, 2015. Son aportaciones que delimitan campos léxicos del decir fragmentario y sus ensanches conceptuales. Estos enfoques se complementan con los ensayos El monstruo y otras mariposas (UNAM-Naveluz, 2013) y Las otras vanguardias (UANL, 2016) y la preparación de la antología bilingüe Voces paranoicas de Eros Alesi (Cuadrivio, 2013).
  Apócrifo muestra la propia práctica aforística. Compone una cartografía cuya primera versión amanece en 2014. Para esta segunda cita editorial se revisa y amplía con nuevas oscilaciones reflexivas, como si fuese una obra en marcha, en continuo crecimiento. Hiram Barrios estructura su libro en trece segmentos, en cada uno de los cuales se percibe una concepción autónoma. Así, el epígrafe “Aforística” encadena seis microperspectivas que abordan presupuestos teóricos personales. Hiram Barrios percibe en las constantes vitales del aforismo una suerte de antiproverbio donde se integran la objeción, la mirada crítica, el rechazo de la moraleja y la omisión de afanes didácticos; también subraya la brizna humorística que deja en esta forma expresiva un humor renacido, capaz de parodiar lo solemne. Otro tramo relevante, que sirve de foco al quehacer subjetivo es “Sofista”, donde se anuda una entrevista al yo apócrifo. La estrategia da pie a transferir a esa presencia intuida una relevante estética de la fragmentación. Ese desvío libera a Hiram Barrios del carácter individual de las opiniones.
   Los demás apartados constituyen un despliegue diverso y una convivencia de asuntos que abarcan desde la minificción hasta el decir lapidario. Todos los bloques son ramas verbales que siluetean una tupida fronda de brevedades. Hiram Barrios sabe que la indefinición genérica del aforismo admite el texto híbrido, esa escritura intergéneros que comparte la expectativa del microcuento con la intensidad reflexiva del pensamiento asistemático o la potencia creadora del  epitafio; asimismo entiende el aforismo como un texto de resolución provisional que admite variaciones.
   Apócrifo sobresale por la variedad de su propuesta, frente a la esquematización lineal. Sabe que la cartografía aforística transforma lo contradictorio en un caminar digresivo y abierto a la pulsión asistemática. El pensar aforístico es fragmentario, nunca tiene  una orientación monocorde y literal; especula, se abre a lo incierto, llena sus plasmaciones de ambigüedad
   Soy el agradecido autor del prólogo. La confianza cómplice del escritor deja mi reflexión crítica en el umbral de Apócrifo. Así que me parece obligado concluir esta reseña con los párrafos finales de contracubierta: “En el remanso de Apócrifo siempre hay sitio para la gota de claridad inesperada en la que se despliega la capacidad oratoria de la inteligencia y el necesario silencio: “callemos mejor para entendernos”. Así afloran las aristas de un tiempo fermentado que el aforismo se empeña en moldear para lijar sus distorsiones. Es un quehacer continuo y atomizado, con voluntad, con fe, sabiendo mientras camina que “el aforismo es un atajo”. 

       











sábado, 1 de julio de 2017

HIRAM BARRIOS. LAPIDARIO. Antología del aforismo mexicano (1869-2014)

Lapidario
 Antología del aforismo mexicano (1869-2014)
Estudio y compilación de Hiram Barrios
FOEM, Fondo Editorial Estado de México
Colección Letras, Ensayo
México, 2014 
UNA ANTOLOGÍA EJEMPLAR

   La notable difusión del aforismo contemporáneo ha trazado un claro perfil intelectual del género breve y su evolución en el tiempo, pero no ha mitigado una de las carencias esenciales en torno a esta estrategia creadora: la ausencia de bibliografía crítica. Abundan los libros de autores inclinados al discurso paremiológico pero faltan análisis reveladores, que exploren con acierto las grietas conceptuales y los matices de la escritura hiperbreve. La antología Lapidario. Antología del aforismo mexicano (1869-2014) es una excepción. El enfoque supera cualquier localismo y es, por ello, una obra de lectura obligatoria. Su compilador, Hiram Barrios (México, D. F., 1963) es profesor de Arte y Literatura en el Instituto Tecnológico de Monterrey y en la creación literaria recorre sendas como la poesía, la traducción, el relato, el ensayo, el aforismo y la edición crítica. 
   En el proceso de análisis del aforismo la primera cuestión que se plantea es la indefinición terminológica. En esa búsqueda de la identidad en el devenir, Hiram Barrios hace un demorado seguimiento diacrónico del cordón umbilical que va gestado de forma explícita las cualidades del género y sus variaciones nominales. Los enunciados breves no son patrimonio monolítico de ninguna civilización concreta; su difusión en ámbitos geográficos alejados entre si proviene de su capacidad para integrar en sus contenidos normas sociológicas, referentes éticos y tradiciones orales que van enriqueciéndose en las secuencias generacionales. Desde Hipócrates, el aforismo busca un molde inicial que se fortalece en autores de la Grecia Clásica y de Roma hasta buscar en la edad Media una expresión individualizada. Cada identidad creadora va adentrándose en sustratos argumentales novedosos, en los que siempre resaltan los límites ambiguos y los trasvases entre pensamiento y literatura, entre ética y estética, prevaleciendo uno y otro según los enfoques particulares. Tan válidos son los aforismos éticos de los moralistas franceses como los fragmentos filosóficos de Nietzsche o Cioran…Es la etapa contemporánea la que más ha privilegiado el carácter subjetivo de su filosofía genérica. 
  La recopilación de aforistas integrados en Lapidario abarca un amplio paréntesis temporal cuya arterias principales se integran en apartados yuxtapuestos. El paso de amanecida se confoma con tres nombres propios que funcionan como precursores del género en el siglo XIX: Juan M. Balbontín, Maximiliano de Habsburgo e Ignacio Manuel Altamirano. Desde esa raíz germinativa arrancan los practicantes más tempranos del siglo XX, una nómina compuesta por una decena de autores entre los que sobresalen Amado Nervo, Alfonso Reyes y Xavier Villaurrutia. La estética formal se consolida en el medio siglo con aportaciones, entre otros de Octavio Paz y  Salvador Elizondo. Especialmente cercano resulta recordar el legado de escritores españoles en la diáspora, tras el conflicto fratricida de 1936. México fue un incansable espacio de acogida para los republicanos exiliados y su contribución cultural también es palpable en el aforismo, como se vislumbra en las obras de José Bergamín, José Gaos y Enrique Jardiel Poncela, identidades diversas que Hiram Barrios incopora a esta muestra, junto con exiliados de otros espacios geográficos.
  El grueso de la selección corresponde a dos momentos estelares, el fin de siglo y el paréntesis temporal donde trazan sus itinerarios las propuestas para el nuevo milenio, dos etapas en las que el aforismo ya no figura como personaje secundario en el tablero creativo sino como presencia principal que pese a su formulación transitoria aspira a mantenerse, emancipado en su peculiar ontología.
 La reflexión sobre el lugar que ocupa la fórmula expresiva aforística en la cultura mexicana del siglo XX tiene en Lapidario un asiento clásico. En el estudio de Hiram Barrios confluyen la inmersión detallada en el trasfondo histórico, una coral de voces estelares que condensan la producción literaria más valiosa, y las diferentes posiciones semánticas que aborda la práctica paremiológica en su multiplicidad, sean los textos pensamiento lírico, meditaciones, preguntas, aciertos verbales o sentencias. Queda en la obra de Hiram Barrios el latido íntimo del aforismo en el tiempo, la mirada incisiva de un género llamado a superar el carácter efímero y cíclico de cualquier moda.