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| "Soledad" Fotografía de María Jesús Ayuso |
DE AMICITIA
Pasan lentos los días
y muchas veces estuvimos solos.
Pero luego hay momentos felices
para dejarse ser en amistad.
JAIME GIL DE BIEDMA
Esos abrazos
bonancibles y puros
de la amistad.
Esta semana, Alianza Editorial me remitió sus novedades. Entre ellas la reedición de la magnífica antología de Jaime Gil de Biedma, prologada por Javier Alfaya. Fue un libro mágico para mí durante años -tengo anotadas cinco lecturas en la hoja de cortesía- que me lleva a reflexionar sobre la amistad. Aquellos compañeros de viaje de la Escuela de Barcelona fueron poetas pero fueron antes entrañables amigos. Qué distintinto ese tiempo del ahora, tan lleno de soledad y ensimismamiento. El haiku certifica esa sensación...
ResponderEliminarPoeta imprescindible que nos dejó demasiado pronto.
ResponderEliminarUn abrazo, amigo.
Querida Tracy, el poeta imprescindible perdura intacto. Solo se fue su cuerpo. Según sentencia del tiempo, su poesía permanece para ahuyentar la soledad. Feliz sábado.
EliminarEs una suerte visitarte, leer tus haikus, aforismos y reseñas... además, me descubres publicaciones que me interesan. Aún no conozco a este poeta y voy a comprar la antología. Besos,
ResponderEliminarQuerida Susana, es una suerte para mí tu amistad porque siempre me deja un poco de sosiego en este trajinar de páginas y soledad. Un fuerte abrazo.
EliminarA UN AMIGO- Jorge Luis Borges
ResponderEliminarNo puedo darte soluciones para todos los problemas de la vida,
ni tengo respuestas para tus dudas o temores,
pero puedo escucharte y compartirlo contigo.
No puedo cambiar tu pasado ni tu futuro.
Pero cuando me necesites estaré junto a ti.
No puedo evitar que tropieces.
Solamente puedo ofrecerte mi mano para que te sujetes y no caigas.
Tus alegrías, tus triunfos y tus éxitos no son míos.
Pero disfruto sinceramente cuando te veo feliz.
No juzgo las decisiones que tomas en la vida.
Me limito a apoyarte, a estimularte y a ayudarte si me lo pides.
No puedo trazarte limites dentro de los cuales debes actuar,
pero si te ofrezco el espacio necesario para crecer.
No puedo evitar tus sufrimientos cuando alguna pena te parta el corazón,
pero puedo llorar contigo y recoger los pedazos para armarlo de nuevo.
No puedo decirte quien eres ni quien deberías ser.
Solamente puedo quererte como eres y ser tu amigo.
En estos días oré por ti...
En estos días me puse a recordar a mis amistades mas preciosas.
Soy una persona feliz: tengo mas amigos de lo que imaginaba.
Eso es lo que ellos me dicen, me lo demuestran.
Es lo que siento por todos ellos.
Veo el brillo en sus ojos, la sonrisa espontánea y la alegría que sienten al verme.
Y yo también siento paz y alegría cuando los veo y cuando hablamos,
sea en la alegría o sea en la serenidad.
En estos días pensé en mis amigos y amigas,
entre ellos, apareciste tú.
No estabas arriba, ni abajo ni en medio.
No encabezabas ni concluías la lista.
No eras el número uno ni el número final.
Lo que sé es que te destacabas por alguna cualidad que
transmitías y con la cual desde hace tiempo se ennoblece mi vida.
Y tampoco tengo la pretensión de ser el primero, el segundo o el tercero de tu lista.
Basta que me quieras como amigo.
Entonces entendí que realmente somos amigos.
Hice lo que todo amigo:
Oré... y le agradecí a Dios por ti.
Gracias por ser mi amigo.
Muchas gracias.
ResponderEliminarJosé Luis, acabo de llegar de Plasencia, donde he ido a darme una vuelta por Centrifugados para dar un abrazo a algunos amigos y conocer a otros con los que sólo he tenido contacto virtual. Sin duda, el alma de estos versos tuyos se respiraba en el encuentro.
ResponderEliminarUn abrazo.
Yo creo que el encuentro es un reflejo de lo mejor que nos concede la literatura: el puente solidario, la posibilidad de compartir una forma de ver el día a día. Abrazos y gracias por estar.
EliminarEn ti abrazo la poesía, abrazo la amistad.
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