miércoles, 4 de marzo de 2020

ERNESTO CARDENAL. (ANTOLOGÍA POÉTICA)

Antología poética
Ernesto Cardenal
edición, selección y prólogo
de
Daniel Rodríguez Moya
Valparaíso Ediciones
Granada, 2012


ERNESTO CARDENAL. POETA CÍVICO.

In memoriam

   El nítido perfil de Ernesto Cardenal (Granada, Nicaragua, 1925) desacraliza la figura del poeta ensimismado en el cielo azul y recrea un proceder ético en las antípodas del esteticismo: el  escritor se compromete con la Historia, ajusta plenamente itinerario biográfico y labor creadora para hacer causa común con aspiraciones colectivas. Así lo manifiesta en la atinada introducción el poeta Daniel Rodríguez Moya, el mejor conocedor del varillaje cultural nicaraguense, donde por su magisterio en las generaciones más jóvenes sobresalen dos voces: Claribel Alegría y Ernesto Cardenal, tras el fallecimiento en 1998 de Carlos Martínez Rivas.
    Esta compilación, en la que ha participado de forma manifiesta el propio autor recomendando textos de su preferencia, selecciona composiciones de una decena de libros, a los que se incorpora un inédito, “El celular”. El volumen da cuenta de la uniformidad de tono y del discurrir coherente de una veta ética, reconocida con hitos significativos como el reciente Premio Reina Sofía de Poesía iberoamericana, en 2012.
  La voz de Ernesto Cardenal es heredera directa de la poética de José Coronel Urtecho. Entronca con el verbo realista de Bertolt Brecht, César Vallejo y Pablo Neruda; asimismo tiene amplias afinidades con la denominada “antipoesía”,  etiqueta que integra, de forma amplia y con una textura verbal diferenciada, el trabajo de Jaime Sabines, Mario Benedetti, Roberto Fernández Retamar, Juan Gelman o Nicanor Parra. Es una lírica enfrentada a la verdad oficial y a los discursos del poder, que cree en la utilidad del arte y rechaza la mirada contemplativa; se define por su acento testimonial y por su inmersión en las singularidades de cada momento histórico. Su afán expansivo practica el arte de la escucha e incorpora al verso el debate, la controversia y la crítica.
   Lo confesional concreto, como expresión de un latido individual, alcanza su plenitud en el discurrir solidario de lo colectivo. De este modo, el yo verbal se torna transmisor de un canto común.  La carnalidad de las palabras acrecienta su voluntad descriptiva para poner lindes al expresionismo de lo real, sin ningún tipo de idealización. De ahí el empeño comunicativo, la confianza en la intuición, la depuración estilística y el propósito firme de despojarse de recursos expresivos secundarios. El maquillaje erudito se limita al máximo para que el mensaje llegue directo, claro, conciso para testimoniar una situación que transciende el mero destino individual.
  Los mayores riesgos de esta poesía son el prosaísmo y el aire con fervor de consigna. A veces los versos se convierten en un documento de una denuncia, exento de vuelo poético; en el poema no cabe la pureza sino una relación práctica con las convicciones. La poesía afianza su utilidad social y no precisa otras revelaciones que una manifiesta rebeldía.
   Y ese es el mayor mérito para muchos de la  poética de Ernesto Cardenal; las palabras pretenden liberarse de la opresión introspectiva del yo, su escritura hace habitable un territorio en el que se reafirma la intensidad de lo vivido, ese pan necesario cuyo molde precisa de igualdad y justicia.






2 comentarios:

  1. Yo también creo en la poesia intimista que te libera y salva de una sociedad destructiva y con la que mucha gente se puede identificar.

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    1. Veo en la red que la poesía de Ernesto Cardenal tiene muchos detractores. Acusan al poeta de prosaísmo y de hacer de la poesía una defensa de un ideario político; sé que los valores poéticos son siempre relativos, así que ahí queda su obra para que cada cual la ubique donde le parezca. Un saludo cordial.

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