Personal Anthology Antología Personal María Aveiga del Pino Translation by Alison Posey Valparaíso USA, Edición bilingüe Clayton, GA, USA, 2019 |
SELECCIÓN PROPIA
Los rasgos indispensables de María Aveiga del Pino (Latacunga, Ecuador,
1964) definen su riguroso estar como
escritora, antropóloga y el trayecto laboral dedicado a la gestión empresarial.
En el discurrir biográfico ha pasado largas temporadas como residente en Zimbabue, Madagascar, Honduras y El Salvador.
Y es protagonista de un itinerario creador que incluye las entregas de poesía Bajo qué carne nos madura (Mantis, ed.
1990), Oc (Abrapalabra, 1993), Puerto Cayo (Eskeletra, 2000), el conjunto de ficciones breves Cuentos populares y mitos indígenas del
Ecuador (Olañeta/Librimundi, 2003), el espacio de investigación etnográfica
La Pasión de Jesús (Premio Ministerio
de Cultura del Ecuador 2012), la muestra lírica Poemas (La Cabra, México, 2013), el volumen Deseo y Tierra (El Ángel Editor, Quito, 2013 ) y la antología en
edición bilingüe Personal Anthology
(Valparaíso USA, 2019) cuya traslación al inglés es de la profesora Alison
Posey, investigadora literaria, traductora y docente de la Universidad de
Virginia. Su poesía ha sido vertida al italiano y al inglés.
La corriente que integra Personal
Anthology recorre casi tres décadas de escritura que inicia el poemario Oc. Sus textos marcan un discurso de
levedad y esencia que postula un comienzo. Así se define ese amanecer de la
identidad femenina marcada por el fuego y la humedad como principios activos
del ser. Detrás del proceso de construcción de cada latido hay un fuerte deseo
que se convierte en voluntad e impulso innominado y sin rostro que erige
mutaciones y cambios. El concepto de ser se empapa de una intensidad paradójica
y extraña: “Cruzo la espesura / del ardiente animal. / Manuscrita mi lengua /
descifro en su estéril lomo / la profundidad / de una crecida muerte, / el
chasquido que mi silencio / sin apuro bebe”. Los poemas definen un viaje de
conocimiento y búsqueda, repleto de onirismo y magia como esos libros abiertos
del mito y la leyenda, núcleos centrales de la tradición antropológica. El
origen cultural del término Oc como
lengua provenzal en los albores de la Edad Media acrecienta la idea de un
lenguaje interior y secreto que hace de las palabras una invención liberadora.
Ser mujer es crear a través de la lengua, habitar las palabras, alzar vida en
el vientre verbal.
Desde su construcción dialogal, el poema “Menthos, el niño” transmite
una densa sensación de soledad y desamparo, como si al mirarse en el espejo del
día, solo se reflejaran líneas de soledad y ausencia de la madre. La voluntad
de estar de quien ha perdido ajenos refugios y solo le quedara la experiencia
interior, esa manera fuerte de reconstruir la realidad desde dentro.
La
selección integra el poemario Puerto Cayo
en el que la geografía local del enclave playero ecuatoriano adquiere una
contundente configuración. Quien habla desde sí mismo nos deja los indicios de
una contemplación que busca armonizar pensamiento y entorno. Cada lugar invita
a la dubitación y al rastreo; la playa promueve un lejano horizonte sumergido
en la profundidad donde se vela la memoria de los ancestros. En el poema
homónimo “Puerto Cayo” el sitio, más que espacio físico y tangible, es una
superficie de representación y símbolo: “Encalla / en la irisada necedad de las
olas / animal de piel negra / Esfinge / su rostro guarda el mío / su palabra mi
memoria / diluvio de arena”.
La contemplación nunca es estática. Concede al mar un impulso continuo
de renovación y movimiento para que en él germine la visión de Ofelia sobre el
agua, la fuerza estrepitosa de la desolación en el tsunami o el esfuerzo
apagado de los náufragos. Se integra como coda final el poema “Mar” una
composición dividida en seis secuencias autónomas que hace de la conjunción
entre profundidad y superficie de las aguas un hilo argumental. Desde la
desnudez apacible de su estar llega el recuerdo y un tumulto de sombras que
guardan en su sugerencia el secreto. Los enigmas del sujeto que se adentra en
su propia naturaleza.
Las vivencias del recorrido por los refugios de la memoria se plasman en
Otros lugares que aporta a esta
antología personal un conjunto de poemas en prosa. Esta estrategia expresiva
permite confrontar la singularidad geográfica y su fuerza de persuasión sedimentada
en la memoria. Cobran vida en el poema vivencias de Itzamá, Nueva York,
Manakara o Madagascar.
El camino hacia nuevas estaciones literarias se hace luz con algunos
inéditos en los que conviven la prosa poética y el verso libre. Así se clausura
Personal anthology un volumen que muestra un riguroso proceso de selección para definir el
ideario estético de María Aveiga del Pino. Poesía donde se expresan las rutas de la imaginación y los sustratos del itinerario
vivencial. Palabras con luz de lluvia y tiempo que abren una oquedad pequeña
donde cabe el mundo.
José Luis Morante
Excelente lectura, José Luis.
ResponderEliminarMuchas gracias por tu afecto lector, Gino Lofredo, y comparto contigo la alegría de conocer un poco mejor el trayecto creador de María Aveiga. Un saludo cordial desde Madrid.
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