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Un pájaro tan ligero Xosé Bolado (Antología) Edición, selección, versión al asturiano y notas de Esther Muntañola Bartleby editores, edición bilingüe Madrid, 2021
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LA VOZ DEL TIEMPO
El jueves 20 de mayo concluía el trayecto biográfico de Xosé Bolado (Oviedo
1946, Madrid 2021), profesor licenciado en Filología Románica, escritor en
castellano y asturiano, coordinador de la revista Lliteratura, impulsor de la colección Deva de poesía en el Ateneo
Obrero de Gijón e incansable investigador del cauce cultural como
ensayista y Académico de la Llingua, desde hace más de tres décadas. Pocos días
después -sin asimilar la dolorosa atardecida y aturdidos por la inesperada despedida,
quienes gozamos de su amistad, con la fuerza intacta de su generosidad y sereno
estar en lo cotidiano- arranca vuelo Un
pájaro tan ligero, balance preparado por la poeta, editora y responsable de
la traducción Esther Muntañola, quien compartió años de amistad con Bolado en
la tertulia madrileña, donde fueron presencias fijas y remansos de intimismo Herme G. Donis, José Javier González y Berta Piñán.
En el prólogo se hace notar el
conocimiento directo y la fijación de una perspectiva de complicidad en la
experiencia de ser. Los apuntes de Esther Muntañola, como se percibe en este
fragmento, tienen un teclado lírico de gratísima lectura: “La poesía de Xosé
Bolado se acrisola en el lugar que genera la intemperie, se destila en la
frontera del aire, en el límite entre lo conocido y su desdoblamiento
simbólico. Se convierte en refugio atemporal para la conciencia, acumulando una
sabiduría arcana y mansa”. La introducción explora un concepto nuclear del
físico alemán Rudolf Emmanuel Clausius, según el cual el universo está sometido
de continuo a la entropía, un proceso de desgaste, de caos y desorden que
afecta al fluir de la materia. De este modo, la existencia es una lucha contra
esa destrucción natural e inevitable, un ejercicio de resistencia al paso en el
que resuena, con lucidez inquieta, el laboreo de la memoria para recuperar
secuencias acogidas y cristalizadas entre las palabras.
Así ve la luz una senda poética
que dota de estrategias verbales al moroso aprendizaje de ser y a la búsqueda
de un equilibrio estable, frente a un entorno cambiante y frágil. El rescate de
la voz del tiempo se reafirma como amanecida del entorno diario; en él, la
poesía se afana en completar los pasos de un recorrido circular hacia sí misma,
preservando presencias sensoriales, vidas y sueños.
Se elige el criterio cronológico para hilvanar el balance; por tanto, abren
lectura las composiciones de Línea
imperceptible al temor (1988), que añaden a la selección original de Deva
dos poemas nuevos, “Siento el silencio del cristal” y “Acaso escribes desde la semilla”. En esta
entrega auroral, la semántica de la elegía
suena con un poso melancólico y se convierte en núcleo reflexivo. Nomade fue publicado en 1991 en la
colección Quaderni della valle, con
dirección y traducción de Emilio Coco, responsable también de la hermosa Antologia poetica (2005) y de su versión
al italiano. El protagonista de los escuetos textos integrados escucha el paso
transitorio de los sentimientos, esa vida tenue que aleja la belleza para
convertirla en pura abstracción. En Conjura
contra la decadencia (2002) la escritura se hace senda y cobija un paisaje
de pérdidas y encuentros, de despojamiento en cuyo vacío sopla fuerte el viento
del noreste. Los poemas integran indistintamente elementos oníricos y recuerdos
fragmentados, componiendo una escenografía de restos ajados por la intemperie,
bajo una luz grisácea.
En 2006 se incorpora al trayecto La
estación de los relevos. En la entrega hay un invisible tono metaliterario
que delimita preguntas e intuiciones sobre la anatomía de la escritura desde el
espíritu romántico. El yo lírico enlaza su voz con las palabras blancas del
intimismo. Quien percibe, escucha al otro para conocerse a sí mismo y recorrer
las claras habitaciones de una casa abierta, cuajada de elementos de la
educación sentimental y de presencias imborrables como la madre.
De este carácter introspectivo participan también las composiciones de La buena intención, cuya primera edición
en Impronta se fecha en 2012. El libro persevera en la pupila del recuerdo,
transciende el presente para recuperar instantáneas dormidas en el pretérito
que es siempre arcón abierto, subjetivo y protegido por un fuerte epitelio
emocional. El poema en prosa añade a los textos una clara dimensión
enunciativa, como si compusieran pequeños relatos que hilvanan los trazos de una época sombría. En este libro se integra el poema “Un pájaro tan ligero” que da
título al conjunto. En él nace la noción de exilio del entorno diario y la
sensación de nomadismo en otro territorio que hace del regreso un espejismo,
porque es difícil que las alas del día no le nieguen el vuelo a las alas de la
noche. Los últimos poemas del conjunto acentúan la voz crepuscular, como si
confluyeran en los versos sensaciones de soledad y despedida.
Esther
Muntañola, para ofrecer el rostro firme de una panorámica de conjunto,
recolecta poemas publicados en cuadernos y revistas, cuya contingencia
editorial se clarifica en notas a pie de página. No son textos de superficie,
sino composiciones autónomas, no acogidas en el hilo argumental de sus libros.
Algunas, como “Herida”, con dedicatoria a José Javier González y Julia
Gutiérrez, fechada en agosto de 2014, tienen una fuerte armonía expresiva. Y
presenta como coda una selección de cinco “Inéditos”, que reiteran los motivos
principales del poema: el confidencialismo sentimental, la ingratitud áspera
del discurrir, el mínimo apunte de belleza que sorprende en lo diario o la
evocación de identidades que marcaron la educación sentimental del yo.
La trayectoria lírica de Xosé Bolado retoma en Un pájaro tan ligero un vuelo
alto, cuyas vetas más fértiles son el amor y el tiempo; el amor como espacioso
ámbito del hombre en la búsqueda de la plenitud y el discurrir, como un proceso
de depuración. La hermosa edición de Esther Muntañola subraya que en la razón
poética se entrelazan motivos temáticos diversos, sin perder coherencia. El poema se hace tierra
común, presente, espera.
JOSÉ LUIS MORANTE