martes, 31 de marzo de 2020

MARIA AVEIGA DEL PINO. PERSONAL ANTHOLOGY

Personal Anthology
Antología Personal
María Aveiga del Pino
Translation by
Alison Posey
Valparaíso USA, Edición bilingüe
Clayton, GA, USA, 2019


SELECCIÓN PROPIA


   Los rasgos indispensables de María Aveiga del Pino (Latacunga, Ecuador, 1964)  definen su riguroso estar como escritora, antropóloga y el trayecto laboral dedicado a la gestión empresarial. En el discurrir biográfico ha pasado largas temporadas  como residente en  Zimbabue, Madagascar, Honduras y El Salvador. Y es protagonista de un itinerario creador que incluye las entregas de poesía Bajo qué carne nos madura (Mantis, ed. 1990), Oc (Abrapalabra, 1993), Puerto Cayo (Eskeletra, 2000),  el conjunto de ficciones breves Cuentos populares y mitos indígenas del Ecuador (Olañeta/Librimundi, 2003), el espacio de investigación etnográfica La Pasión de Jesús (Premio Ministerio de Cultura del Ecuador 2012), la muestra lírica Poemas (La Cabra, México, 2013), el volumen Deseo y Tierra (El Ángel Editor, Quito, 2013 ) y la antología en edición bilingüe Personal Anthology (Valparaíso USA, 2019) cuya traslación al inglés es de la profesora Alison Posey, investigadora literaria, traductora y docente de la Universidad de Virginia. Su poesía ha sido vertida al italiano y al inglés.
  La corriente que integra Personal Anthology recorre casi tres décadas de escritura que inicia el poemario Oc. Sus textos marcan un discurso de levedad y esencia que postula un comienzo. Así se define ese amanecer de la identidad femenina marcada por el fuego y la humedad como principios activos del ser. Detrás del proceso de construcción de cada latido hay un fuerte deseo que se convierte en voluntad e impulso innominado y sin rostro que erige mutaciones y cambios. El concepto de ser se empapa de una intensidad paradójica y extraña: “Cruzo la espesura / del ardiente animal. / Manuscrita mi lengua / descifro en su estéril lomo / la profundidad / de una crecida muerte, / el chasquido que mi silencio / sin apuro bebe”. Los poemas definen un viaje de conocimiento y búsqueda, repleto de onirismo y magia como esos libros abiertos del mito y la leyenda, núcleos centrales de la tradición antropológica. El origen cultural del término Oc como lengua provenzal en los albores de la Edad Media acrecienta la idea de un lenguaje interior y secreto que hace de las palabras una invención liberadora. Ser mujer es crear a través de la lengua, habitar las palabras, alzar vida en el vientre verbal.
  Desde su construcción dialogal, el poema “Menthos, el niño” transmite una densa sensación de soledad y desamparo, como si al mirarse en el espejo del día, solo se reflejaran líneas de soledad y ausencia de la madre. La voluntad de estar de quien ha perdido ajenos refugios y solo le quedara la experiencia interior, esa manera fuerte de reconstruir la realidad desde dentro.
  La selección integra el poemario Puerto Cayo en el que la geografía local del enclave playero ecuatoriano adquiere una contundente configuración. Quien habla desde sí mismo nos deja los indicios de una contemplación que busca armonizar pensamiento y entorno. Cada lugar invita a la dubitación y al rastreo; la playa promueve un lejano horizonte sumergido en la profundidad donde se vela la memoria de los ancestros. En el poema homónimo “Puerto Cayo” el sitio, más que espacio físico y tangible, es una superficie de representación y símbolo: “Encalla / en la irisada necedad de las olas / animal de piel negra / Esfinge / su rostro guarda el mío / su palabra mi memoria / diluvio de arena”.
   La contemplación nunca es estática. Concede al mar un impulso continuo de renovación y movimiento para que en él germine la visión de Ofelia sobre el agua, la fuerza estrepitosa de la desolación en el tsunami o el esfuerzo apagado de los náufragos. Se integra como coda final el poema “Mar” una composición dividida en seis secuencias autónomas que hace de la conjunción entre profundidad y superficie de las aguas un hilo argumental. Desde la desnudez apacible de su estar llega el recuerdo y un tumulto de sombras que guardan en su sugerencia el secreto. Los enigmas del sujeto que se adentra en su propia naturaleza.
  Las vivencias del recorrido por los refugios de la memoria se plasman en Otros lugares que aporta a esta antología personal un conjunto de poemas en prosa. Esta estrategia expresiva permite confrontar la singularidad geográfica y su fuerza de persuasión sedimentada en la memoria. Cobran vida en el poema vivencias de Itzamá, Nueva York, Manakara o Madagascar.
   El camino hacia nuevas estaciones literarias se hace luz con algunos inéditos en los que conviven la prosa poética y el verso libre. Así se clausura Personal anthology un volumen que muestra un riguroso proceso de selección para definir el ideario estético de María Aveiga del Pino. Poesía donde se expresan las rutas de la imaginación y los sustratos del itinerario vivencial. Palabras con luz de lluvia y tiempo que abren una oquedad pequeña donde cabe el mundo.

José Luis Morante     



2 comentarios:

  1. Respuestas
    1. Muchas gracias por tu afecto lector, Gino Lofredo, y comparto contigo la alegría de conocer un poco mejor el trayecto creador de María Aveiga. Un saludo cordial desde Madrid.

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