Catedral de Segovia Fotografía de Adela Sánchez Santana |
PROVERBIOS, CINISMO, JUGLARES Y
CINTAS DE VÍDEO
El hombre real, el que piensa y
vive, tiene su reflejo especular en la identidad onírica, en ese ser atemporal
que protagoniza los sueños y del que se nutren algunas parábolas de Antonio
Machado. Vuelvo al magisterio del poeta con la sensación de que todavía Proverbios y cantares suenan a
cantautor. En las páginas encontramos
al poeta moralista, a la observación reflexiva que alcanza su perfil más
definido en el ideario ético de Juan de Mairena. El yo poético de Campos de Castilla (1912) difunde
concordancias y disonancias consigo mismo y con el entorno cercano, airea
preocupaciones y vuelve la vista hacia los rasgos comunes de un ser colectivo
que se expresa a través de la oralidad popular, el romancero y la fértil
tradición rural de consejas y refranes. Cada poema es síntesis, esqueje
filosófico, esperanza y escepticismo en la pautada senda que nos tiende la
realidad.
Asisto en Madrid a la
presentación del Premio de Poesía Javier Lostalé que impulsa la editorial
Polibea. Sala llena, muy buen ambiente entre los poetas y meritoria lectura de
Gema Palacios, la ganadora, presentada por Ariadna G. García. Como ocupo la
última fila y se oye mal, me levanto para seguir el acto de pie, apoyado en la
pared final. Desde allí, me llama la atención la actitud de una pareja entre el
público que se pasa la hora del evento consultando el móvil y cuchicheando; con
su actitud es difícil mantener la atención y seguir la cadencia del poema. Al
final del acto los dos aplauden con frenético entusiasmo. Jalean. Encabezan las
felicitaciones en voz alta a la poeta… El cinismo reescribe su caligrafía a
diario.
Lectura en la mañana del domingo
en una localidad segoviana. En el yermo horizonte de Castilla, reflejo de
aspereza, silencio y austeridad, la primavera dibuja una luz nueva de campos
verdecidos y brotes en árboles y arbustos. Un paisaje callado para el poema.
Volver a Castilla es un regreso
lleno de emociones dispares. Cuando retorno viaja conmigo la sensación del
trasterrado, los ojos del extraño que está fuera y no encuentra sitio dispuesto
ni en los afectos ni en el reconocimiento personal. Sé que ambas circunstancias formar el
entrelazado de intereses que hace de la vida literaria un laberinto de sombras.
Seré discreto; no diré mucho más, seré un innominado juglar sin voz, fuera de
sitio. Mostraré la cortesía correcta de esas cintas de vídeo que dan fe de una
ciudad hecha de asombro arquitectónico, sin máculas y sin calles en obras.
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