sábado, 2 de agosto de 2025

LA VOZ CONCISA

Tender la mano
Florida, USA

 TENDER LA MANO


El egoísmo hace del yo apócope del nosotros.
 
Tiene una memoria prodigiosa, capaz de hacer real una mentira.
 
En el trasfondo del azar dormita un orden secreto, una simetría que pauta planteamiento, nudo y desenlace.
 
La autobiografía convierte a otro en protagonista.
 
Los minimalistas dogmáticos pueden confundir un haiku con un cantar de gesta.
 
Los cementerios de coches abundan del retorcimiento manierista.
 
Los viajes largos en los niños desperezan el pasmo; en los adultos, el cansancio.
 
El agónico vocacional tiene una visión cabizbaja de la realidad inmediata.
 
Cerca del mar todo se borra, salvo el silencio roto y el efecto emocional de la contemplación.
 
Aforismo, un zumbido de avispas.
 
 (Aforismos de la antología Concisos
 Cuadernos del Laberinto, edición de Mario Pérez Antolín, 2017)
 
 
 
 
 

 

viernes, 1 de agosto de 2025

EL REGRESO DE ADÁN

Desolación
Fotografía
de
Sabitha Rani Mukharzi

 
EL REGRESO DE ADÁN
 
   Ante el insistente empuje de la melancolía, Adán retornó una mañana al paraíso. Se adentró en sus espacios con la fuerza feliz de quien busca el lugar propio. No tardó en advertir que recorría un territorio de desposesión. Aquel sitio solo cobijaba abandono.
   En el centro del páramo se alzaba todavía el árbol del bien y del mal; miró aquella silueta y se hizo efectiva la soledad de un tronco calcinado y rijoso.
   No aguantó más. Bajó los ojos y convocó el olvido, como si el paraíso no hubiese existido nunca. Se precipitóhacia la salida. Sus pasos tropezaron con el ala inerte de algún ángel, el metal chamuscado de una espada herrumbrosa y una camisa oscura de serpiente.

(Del libro de microrrelatos de guion, Lastura, 2024)







jueves, 31 de julio de 2025

MIGUEL CATALÁN. SUMA BREVE

Suma breve
Pensamiento breve reunido (2001-2018)
Miguel Catalán
Ediciones Trea / Aforismos
Somonte Cenero, Gijón, Asturias, 2018

 

ELOGIO DE LA PARADOJA

 
   El momento cenital del aforismo como estrategia expresiva tiene en Miguel Catalán (Valencia,1958-2019) un cultivador vehemente y muy recordado, como se percibe en el ensayo de Javier Recas La vida en un trazo (2025) dedicado al aforismo filosófico. Doctor en Filosofía, profesor universitario y ensayista, su cosecha paremiológica abarca seis entregas dedicadas al género. Todas se compilan en el volumen Suma breve. El trayecto completo abarca desde 2001 hasta 2018, un intervalo conformado por las ediciones El sol de medianoche (2001), La nada griega (2013), La ventana invertida (2014) y el aporte inédito que añade tres conjuntos, que anticiparon textos en revistas: Así es imposible, El altar del olvido y Paréntesis vacío.
  El conjunto permite definir, con lúcida solvencia, el carácter ontológico del aforismo y su evolución en el discurrir. El término siempre está vinculado a un territorio de intersección entre literatura y filosofía que es base común de todas las entregas. Así lo recuerda el texto de apertura de José Montoya Sáez, quien también examina de cerca el concepto de paradoja como implosión del lugar común. A través de la paradoja se puede expresar la constante fluctuación del entorno social y humano; de esta forma adquiere un notable potencial subversivo en la contundente concisión de sus reflexiones.
  El aforismo postula la complejidad de su contenido, emprende en su decir una interpretación del sujeto y de la realidad externa, en la que sondea una continua búsqueda de sentido. Su exigencia estética se asoma a los estantes de la verdad, con lo que adquiere en su definición una cierta claridad metafísica al intentar captar la significación de la experiencia. El texto se llena de matices. De este modo, dentro del material común del género, cada libro presenta rasgos específicos, aunque estos a veces sean contradictorios o definan estados de ánimo dispares, como si en su amanecida la escritura plegara pasos a la condición de ser.
   Ya se ha comentado que el primer paso aforístico de Miguel Catalán es El Sol de medianoche. El fenómeno natural, observable en las proximidades de las geografías polares, ejemplifica bien la antítesis y los contrastes. Esa visión de lo claro en la noche que prolonga el día entre la sombra. Desde el inicio, Miguel Catalán asume el desvelo incansable del observador. Sabe que el comportamiento del yo es reflejo de las actitudes aleatorias del otro; por tanto es necesario sondear su sentido para que el aprendizaje surta efectos interiores. Nada de lo humano resulta ajeno; de ahí que la ética sea siempre un relevante proceso reconstructivo. Pero hay que evitar los juicios sumarios, revestir las opiniones de calidez y argumentar con el tacto sosegado de quien sabe, como Marcel Proust, que “cualquier idea clara tiene el mismo grado de confusión que las nuestras”.
  El corpus textual, tras la entrega epifánica, abre un largo tiempo de silencio de más de doce años, pero ese acantilado temporal no varía el paisaje y su cartografía meditativa. Como si quien escribe apostara por una senda coherente, los aforismos caminan de un asunto a otro, con un paso constante. De cuando en cuando varían los ingredientes para que nunca pierdan fuerza meditativa. O hacen del humor una ventana para que salga al día la carcajada:”ANUNCIO POR PALABRAS. Se pintan casas a domicilio”.
    Como un regalo lector se recibe el material inédito de Suma breve, cuya voz siempre en guardia otea el paisaje frente a la opinión recibida y común. Los textos, breves y lapidarios, aunque a veces con un tallo argumental que los aproxima al microrrelato, marcan linden a la experiencia en su etapa de madurez. Más allá del contraste y del juego de palabras, apuntan una unidad vertebradora que confirma la permanencia del ser frente a una realidad mudable, propicia al desmontaje. La lógica interna del yo resiste la extrañeza, abre el paraguas frente a la intemperie de la contradicción y defiende la razón como brújula para buscar el norte del sentido.
   Suma breve descubre el excelente volumen conceptual del decir fragmentario de Miguel Catalán. Apunta que la lógica no es un logro en sí sino una aspiración que se aplica en solventar las contradicciones de la existencia. sobrelleva el discurrir bajo un cielo informe de nubes y claros, que obliga a caminar bajo el paraguas desplegado de la introspección. Así nace un quehacer continuo, atomizado, fresco, que tiene la claridad del manantial, esa sensibilidad que aleja la sed y empuja a sumar sin cansancio pasos nuevos. 
 

JOSÉ LUIS MORANTE


miércoles, 30 de julio de 2025

EN FAMILIA

En otro tiempo

 

 En familia 

   En casa no nos gusta incomodar a nadie, señor comisario. Las cosas como son. No hay indicios, pero todos buscábamos algo. Mi madre buscó siempre el sosiego en la farmacia; mi padre en la mudez de un cigarrillo, convencido de que el cansancio y el frío están en las palabras, aunque son otra cosa; mi hermana, cuando niña, buscó el reclinatorio de la ermita y después la esquina más rentable del polígono sur. Yo que no busqué nada, encontré un libro y en él sigo. Vivimos juntos el abuso feliz de sentirse en familia. Repare usted que en casa los sueños nunca dieron ningún paso. 

(Del libro de microrrelatos Fuera de guion, Lastura editorial, 2024)






martes, 29 de julio de 2025

JORGE LUIS BORGES. REGRESO

Jorge Luis Borges
(Buenos Aires, 24 de agosto de 1899-Ginebra, 14 de junio de 1986)

 
JORGE LUIS BORGES. REGRESO
 
   Hoy, los ordenados libros de Borges me miraron desde la distancia de mi buhardilla con el ceño fruncido. Hace meses que no abro sus páginas. Acepto de inmediato culpa y desidia, aunque argumento, con el deje de voz de los remordimientos, que mi admiración por el escritor sobrevive tenaz. Y diseño, en pocos minutos, un plan de relectura, un cálido regreso a la casa de siempre. 
   Reconstruiré antes la personalidad del argentino con libros de Marcos Ricardo Barnatán, Alberto Manguel y con  la primera edición en castellano de Un ensayo autobiográfico, texto ilustrado con más de un centenar de fotografías. Además, en algún cajón de mi escritorio, un cuaderno manuscrito relata una evocación detallada de mi pasión por Borges, expuesta en artículos, reseñas y poemas, y alimentada por la creencia de que no existe en su literatura una página que pueda considerarse un terreno baldío.  
  Sonrío. Soy nómada lector y me espera un largo viaje en el que conviene recordar que “leer es una actividad superior a escribir, más resignada, más civil, más intelectual”.

(Apuntes del diario)




lunes, 28 de julio de 2025

MODAS LITERARIAS

Interiorismo

 

MODAS LITERARIAS
 
  Piensan que escribir haikus, microrrelatos y aforismos es un imperativo de moda literaria. Un asunto de época digital, que permite acumular nuevos libros con saldos de un vocabulario económico. Ya se sabe que proclamar estupideces es un género atemporal. Así que hay que tomar distancias y afrontar la práctica de los géneros breves con el saludable despego del buen hábito. Sin más compromisos reivindicativos que los dictados a media voz por la necesidad de la palabra justa y la voluntad propia de la exigencia formal y el variado sustrato argumental. Sin más; uno ya no está para perder el tiempo contemplando escaparates mentales entre Zara y Mango,  para disimular bostezos ante dogmáticos y transcendentes.

(Páginas del díario)


 

domingo, 27 de julio de 2025

ANTONIO MACHADO. SIEMPRE.

ANTONIO MACHADO
(SEVILLA,26 DE JULIO DE 1875-COLLIURE, 22 DE FEBRERO DE 1939 

 

ANTONIO MACHADO. SIEMPRE

  

   Antonio Machado es uno de los poetas más significativos y transcendentes de la lengua castellana. Su obra lírica no solo se contiene en el intervalo temporal que vivió el escritor, sino que enlaza con los magisterios germinales que cimentaron el milagro de su voz y con la incontinente estela de discípulos que consideran su quehacer literario un monumento lírico, pleno de relevante solidez. La esencia de su escritura muestra una lúcida conciencia de lo humano. Conocer su biografía es descubrir al yo biográfico en el sujeto poético. Las composiciones están habitadas; en ellas se perfilan las distintas etapas vitales y los devaneos existenciales gestados en su periplo vital. Como escribiera Rafael Alberti: “el poeta lírico va diciendo su autobiografía en sus versos”.  Así se define la identidad en el tiempo en los recordados versos del poema "Retrato". El poema había aparecido anteriormente suelto en el periódico El Liberal el 1 de febrero de 1908. Y Heliodoro Carpintero, uno de los mayores estudiosos del poeta, estimó que el texto fue escrito en 1906 (véase Ínsula, n.º 344-345 [1975]).

 

 RETRATO

 Mi infancia son recuerdos de un patio de Sevilla,
y un huerto claro donde madura el limonero;
mi juventud, veinte años en tierras de Castilla;
mi historia, algunos casos que recordar no quiero. 
Ni un seductor Mañara, ni un Bradomín he sido
—ya conocéis mi torpe aliño indumentario—,
mas recibí la flecha que me asignó Cupido,
y amé cuanto ellas puedan tener de hospitalario.
 

Hay en mis venas gotas de sangre jacobina,
pero mi verso brota de manantial sereno;
y, más que un hombre al uso que sabe su doctrina,
soy, en el buen sentido de la palabra, bueno.
 
Adoro la hermosura, y en la moderna estética
corté las viejas rosas del huerto de Ronsard;
mas no amo los afeites de la actual cosmética,
ni soy un ave de esas del nuevo gay-trinar.
 

Desdeño las romanzas de los tenores huecos
Y el coro de los grillos que cantan a la luna.
A distinguir me paro las voces de los ecos,
y escucho solamente, entre las voces, una.
 
¿Soy clásico o romántico? No sé. Dejar quisiera
mi verso, como deja el capitán su espada:
famosa por la mano viril que la blandiera,
no por el docto oficio del forjador preciada.
 
Converso con el hombre que siempre va conmigo
—quien habla solo espera hablar a Dios un día—;
mi soliloquio es plática con ese buen amigo
que me enseñó el secreto de la filantropía.
 
Y al cabo, nada os debo; debéisme cuanto he escrito.
A mi trabajo acudo, con mi dinero pago
el traje que me cubre y la mansión que habito,

el pan que me alimenta y el lecho en donde yago.

 
Y cuando llegue el día del último vïaje,
y esté al partir la nave que nunca ha de tornar,
me encontraréis a bordo ligero de equipaje,
casi desnudo, como los hijos de la mar.

 

   En Sevilla, la hermosa ciudad del sur nació un 26 de julio de 1875 en una extensa familia entre los ocho hijos que tuvieron Ana Ruiz y Antonio Machado Álvarez y que incorporaba también a los abuelos paternos. Gracias a su abuelo, eminente zoólogo, se trasladan a Madrid y entran en contacto con la Institución Libre de Enseñanza. Poco a poco la situación económica de la familia va empeorando hasta hacerse crítica cuando mueren el padre y el abuelo de Antonio Machado. 
   Antonio Machado y su hermano Manuel son jóvenes, casi pueden vivir del aire, y lo que les interesa de verdad es la vida nocturna y bohemia de la capital. Se entregan a ella, con preferencia por el mundo del teatro, pero enseguida les sabe a poco. Marchan los hermanos Machado a París, primero Manuel y luego Antonio donde profundizan en el conocimiento del modernismo.
   En 1902 aparece su primer libro de poesía Soledades, que luego ampliará con Soledades, Galerías y otros poemas. Es el año 1907, importante para Machado porque en él se traslada a Soria. Hay una razón de peso: ha aprobado unas oposiciones a profesor de francés en un instituto. En Soria conocerá el amor. Pronto se enamora de una mujer que es una niña aún, de hecho tiene que esperar para casarse con Leonor, a quien lleva más de quince años. También descubre la tierra, la textura de sus paisajes, del carácter… Poco a poco todo aquello va cristalizando en poemas que compondrán Campos de Castilla.
   En 1910 el matrimonio parte a París con una beca para la ampliación de estudios de Antonio Machado. En la capital estudia junto a Bergson y frecuenta a Rubén Darío. La experiencia no pudo ser más desastrosa para los recién casados. Leonor cae enferma ;y morirá a la vuelta a Soria, en 1912.
   La tristeza y el mundo se le hace insoportable al poeta que busca escapar y cambiar si no de vida, sí de escenario. Llega a Baeza donde vivirá los siguientes siete años. En esa época se concentra en el estudio de la filosofía y tiene algunos contactos muy provechosos como Federico García Lorca. Reviven, quizás gracias a esa amistad, el gusto familiar por el folclores y la música popular. 
   Su producción se renueva con el libro Nuevas canciones. Destinado como profesor de francés, Antonio Machado llega a Segovia el 25 de noviembre de 1919. Se aloja en una modesta pensión de la calle de los Desamparados, ahora convertida en Casa-Museo.  Sus habitaciones siguen preservando un aliento de época. Antes de adentrarme en la casa, he realizado fotos del busto del poeta esculpido por  Emiliano barral y he conversado largamente con César, quien regenta la pequeña librería de viejo del patio, donde he comprado algunos ejemplares. Dos o tres veces he realizado la visita guiada. Se inicia en el pasillo, donde están las fotos de la patrona, quien mira a la cámara con el orgullo de cumplir las normas de la hospitalidad ante un huésped tan ilustre. Cerca de allí, la cocina despliega un inventario de cachivaches domésticos que se completan con la inefable máquina Singer, donde las amas de casa consumían su tiempo entre labores. En la alacena, de suelos rojizos, la aceitera, los cántaros, la caja metálica para cobijar las galletas… Detalles que hablan de un ambiente muy similar en casi todas las casas castellanas. En el salón, con amplia mesa y ventana despejada se celebraban las tertulias o se esperaba con resignación el escueto refrigerio; no eran días para el agasajo.
  En las paredes fotos de la hermosa Leonor y del poeta, la partida de matrimonio, portadas de periódicos de la época donde colaboraba Machado e imágenes de los acontecimientos que saludaron la llegada de la segunda república. También primeras ediciones y algunas estanterías con los libros del poeta. La más entrañable pieza del museo es la habitación de Don Antonio: amplia cama de cabezal metálico, mesa camilla, alacena y espejo donde todavía se contempla la sombra del poeta. Empieza a anochecer cuando abandono la casa del poeta. En mis manos los nuevos libros. Abro Proverbios y cantares. Cierro los ojos y ahora estoy en el mar con el vaivén azul en la pupila y la alegría del recuerdo intacto. La casa segoviana del poeta sigue en mí, austera y en penumbra. Como siempre.

JOSÉ LUIS MORANTE




  

sábado, 26 de julio de 2025

POÉTICA DEL HAIKU


  

POÉTICA


Buscan los ojos

una ventana abierta.

Verdor. Aurora.


                                    (En el pais del haiku)





jueves, 24 de julio de 2025

ÁNGEL GUINDA. POESÍA REUNIDA 1970-2022

Vida ávida
Poesía reunida 1970-2022
Ángel Guinda
Olifante Ediciones de Poesía
Zaragoza, 2025

 
VIAJE INTERIOR


    Olifante ediciones de Poesía conmemora el XLVI aniversario de su fundación por Trinidad Ruiz Marcellán con una amplia muestra de la obra poética de Ángel Guinda (Zaragoza, 1948-Madrid, 2022). El escritor firmó en vida dieciséis títulos de poesía, algunos ensayos, varios manifiestos y un amplio compendio aforístico. Además, como traductor, versionó autores al castellano desde el inglés, el italiano, el portugués y el catalán.
    El volumen es una antología representativa de la poesía escrita entre 1970 y 2022. La minuciosa panorámica se abre con Acechante silencio, breve conjunto de los primeros poemas, fechados entre 1970 y 1979. En esta amanecida de tanteo ya se percibe una inclinación natural hacia el buceo interior a través de una lírica despojada y concisa. La voz meditativa reflexiona sobre la temporalidad del sujeto y hace del amor cráter referencial.
  El aporte se consolida con Vida ávida, salida que acoge el quehacer entre 1980 y 1990. Son textos que hacen de la identidad del yo su eje gravitatorio; buscan la razón de escritura en la caligrafía indagatoria de quien explora laberintos internos y reflejos especulares. En torno a un selecto abanico de asuntos de calado existencial se construye un sujeto poético que habrá de tener amplia continuidad. De este modo, los títulos engarzados hasta el cierre de siglo – El almendro amargo (1986), Cántico corporal (1989), Conocimiento del medio (1990-1995), La llegada del mal tiempo (1995-1996) y Biografía de la muerte (1996-2000)- no muestran quiebras ni cambios de rumbo. Configuran una etapa meditativa y compacta, una sensibilidad crepuscular donde la muerte, el discurrir y los estados de ánimo del protagonista verbal son tramas recurrentes.  
  En este intervalo Ángel Guinda aflora una de sus propuestas poéticas más conocidas: “Arquitextura”: Escribo contra la realidad, / no sobre ella. / La poesía es una rebelión. / El poema soy yo fuera de mí, / el mundo que me invade / haciéndome estallar “. Cada verso es flujo mental; un aserto autónomo, con pleno sentido, dispuesto al debate, sondeando la densidad matérica de las palabras y sus especulaciones. Conviene recordar que en el ensayo La experiencia de la poesía el poeta presenta un conjunto de textos muy personales sobre la orografía del poema. Da fe de un ideario diverso que abarca los manifiestos “Arquitextura”, “Poesía y subversión”, “Y poesía ni contracultura”, junto a otros dos ensayos breves: “Defensa de la dignidad poética” y “Emocionantismo”.
   Al adentrarse en el siglo XXI, Ángel Guinda firma dos nuevas entregas, La voz de la mirada (2000-2001) y Toda la luz del mundo (2000-2002). El primero, desde el concepto de poesía útil, moldea el poema necesario, aquel que es capaz de capturar el resplandor interior que guardan las palabras mientras aviva el misterio que persiste en lo real. Sorprende en esta salida su inquietud formal, los textos con un claro propósito vanguardista y fónico. El libro Toda la luz del mundo (2000-2002) recoge fragmentos aforísticos. Es sabido que el aforismo no se encuadra nunca en una única definición del género, pero los integrados optan por la frase limpia, despejada, directa, que imprime eficacia en el destello comunicativo y en la precisión semántica.
   También la entrega Claro interior (2002-2007) se caracteriza por su lírica humanista y ontológica. En su selección toma cuerpo la geografía profunda del poema. La indagación metaliteraria concede a las palabras la pulsión de lo perdurable; más allá de la estética, la poesía alienta un recorrido gnómico, de afirmación y conocimiento, de toma de conciencia. 
   Las premisas reunidas en Poemas para todos (2009) son un alegato contra el conformismo; los versos rechazan la asepsia textual de los que solo aceptan vivir por inercia, como acto inevitable. Si el presente vende sucedáneos que causan la debilidad del pensamiento, Ángel Guinda milita en el pensamiento crítico de búsqueda y acción del ser frente a la nada como principio activo de la palabra.  
   El poeta no encuentra mejor coartada para la felicidad que el sentimiento amoroso y a ese sentir dedica la entrega Materia del amor (2008-2009). El tema clásico se reactualiza y cobra plena vigencia.  El camino hacia el otro se hace expresión del vivir. Amar es una actitud ante la vida, una celebración de la belleza y de la libertad que convierte al sujeto verbal en un protagonista activo del deseo y la sensibilidad sensorial.
    En 2010 aparece Espectral. una escritura en prosa poética de verbo pesimista y desajustado. Ángel Guinda convierte su reflexión en un espacio fragmentado en el que anidan incertidumbres permanentes que resisten la arbitrariedad del tiempo. La escritura es una forma de entender el mundo y entenderse a sí mismo, un esbozo, una prospección, una respuesta no hallada que pugna por definirse en el magma informe de un poema no escrito.
   Más cercano a su escritura meditativa, Caja de lava (2011-2012) inquiere en la voluntad de ser desde las erosiones y la incertidumbre. Tras la autobiografía del hablante lírico está la palabra “adiós”. Quien nace avanza hacia la nada, profundiza en lo hondo, y vislumbra el vacío como monolítica dirección. No hay retorno en esa mirada al abismo. En Rigor vitae (2012-2013) las palabras formulan un brusco soliloquio fde teselas filosóficas. Con imágenes de gran impacto semántico, el sujeto verbal comparte y evoca turbulencias existenciales. La vida profunda parece asolada por la inclemencia, por un agobiante destino de sombras y desolaciones. La tempestad queda dentro y la vigilia vislumbra un transitar errático por caminos de humo. Es la hora de la soledad, del tiempo que cuestiona la inocencia y se exilia en el onirismo, la alucinación y el delirio.
   Catedral de la noche (2013-2015) cobija los latidos del desmoronamiento. La muerte habita dentro; remueve las entrañas, araña vísceras y hace del continuo cronos un exiliado que camina y tropieza, que percibe que la realidad se esfuma noche adentro. Todo se vuelve huida en el ahora. La vida se ralentiza y se hace dominio de la noche. El título abre una etapa final de inmersión y aceptamiento de la fragilidad de ser que prosigue con Los deslumbramientos y Recapitulaciones. Ambos libros cierran el lustro 2015-2020.   
   Con voz apelativa en Los deslumbramientos el sujeto verbal hace del poema un soliloquio en torno a la existencia y su continua estela de desapariciones. También lo más compacto termina disgregándose, como piedra caliza. El pasado fue y ahora se diluye en lo más íntimo, se esconde en esas hondas grietas por las que se escapa el existir hacia su última mudanza. Como si volviera los ojos hacia sí miso, el alter ego repasa los contornos del después en Recapitulaciones. No hay camino de vuelta y se acrecienta la orfandad mientras el yo dispersa por el suelo imágenes y recuerdos, su fe de vida, la confesión desnuda de quien ha vivido.
   La antología cobija como coda composiciones circunstanciales, entre la crítica y el homenaje y un libro póstumo, publicado en 2023, Aparición y otras desapariciones, con el que se completa el mapa lírico y sus itinerarios en el tiempo. Queda en Vida ávida la certeza de que más allá de la fecha de caducidad de cada cuerpo está el impulso vital de la palabra, esa masa madre de “inteligencia, armonía, belleza y claridad” con sabor a pan tierno y a soledad dormida.
 
JOSÉ LUIS MORANTE




 
  

miércoles, 23 de julio de 2025

LOS CALVOS DE TINDER


 

LOS CALVOS DE TINDER

 

  La idea encendió su llama en el silencio quieto de la tarde, cuando espiaba con aprensión el voluminoso rimero de ejemplares de su amanecida poética. Había autoeditado los poemas a un precio de saldo, pero no tenía distribuidora ni librería y no había conseguido vender ningún libro. Así que en cinco minutos más tarde del destello se apuntó a Tinder y rellenó el obligatorio formulario de la red social. También mandó una cálida fotografía del verano playero. Nerviosa y con ánimo renacido, se afanó en confirmar un copioso listado de pretendientes hasta la madrugada. Todos estaban calvos, pero aquel pedregal de alopecia sugería un atinado perfil de intelectual. Hasta el bostezo final perduró su sonrisa. Durmió con intensidad. Húmeda acariciaba la rala coronilla sobre las páginas abiertas de su libro. El poema gimió.


(Del libro Fuera de guion)




martes, 22 de julio de 2025

HETERÓNOMOS

Los dos

 

 
HETERÓNOMOS
 
Dentro de mí conviven, abocados
a una inmensa rutina sedentaria,
el yo que pienso y otro, el que parezco.
Un pacto, que firmaran con los ojos,
les conmina
a respirarse en cierta tolerancia,
y ambos han sido absueltos
de mencionar, siquiera,
cuál fue la última causa
que les diera la vida.
 
Cada uno tiene ya su enclave exacto:
el yo que pienso
habita, día y noche,
la intimidad de estas cuatro paredes.
Es semejante a un niño que olvidara crecer,
y por lo mismo
nada en el mar de una sabia ignorancia.
(“Acaso sea el invierno…
es razón suficiente para explicar el cosmos “)
Y balbucea. Ríe.
Se pierde en los espejos. Gesticula.
Colecciona recuerdos como si fueran conchas
que ha enterrado el olvido.
 
A veces llora, y viste el jersey gris
de la melancolía;
entonces toma un folio,
donde inicia el galope un sentimiento
y se hace reo de pertinaz tristeza,
hasta que traspapela la mirada
y descubre, cansado,
que afuera cae la lluvia
y mojan su perfil
unas livianas gotas de mi nube.
 
El que parezco
está en la calle de continuo.
Todos le conocéis
pues con todos comparte ese pan y esta sal
que, bajo el brazo, trae la vida;
las cotidianas dosis
de angustia existencial, trabajo y ruido.
Con él tropiezo,
una tarde cualquiera,
al doblar una esquina,
y tras justificarme torpemente
(Hallé la puerta abierta
y me aburría…”),
me despido gozoso y luego marcho
-el paso lento, sepultadas las manos
en los amplios bolsillos del vaquero-
a ver, sin más, el mundo por mis ojos.

(Del libro Rotonda con estatuas, 1990)









 
 

lunes, 21 de julio de 2025

LA AVIDEZ DEL RELOJ

 De noche resplandeces

 

AFORISMOS AZULES

 
El temperamento nihilista renuncia por principio al consuelo menor de la incertidumbre.
 
Aplaude la genialidad de sus ocurrencias. Tal amor propio crea en mí situaciones de pánico.
 
Solidez constructiva del humo.
 
Sucede que regresas cada vez que te nombro.
 
No sé apaciguar mi obsesión por los relojes y los calendarios.
 
Gotean las ubres de cristal de los carámbanos.
 
Tú: punto donde convergen todos los trazados. (Taquigrafía de cartel romántico).
 
Recolecta elogios y reconocimientos. Un trabajo de anticuarios.
 
Resplandeces cuando se pone el sol, en la noche callada.

(A PIE DE MAR)




domingo, 20 de julio de 2025

CON ÁNIMO INESTABLE (Cuestionario)


 

CON ÁNIMO INESTABLE 

(cuestionario a JOSÉ LUIS MORANTE)

 
Por LE PETIT COMITÉ
 
   Con un itinerario plural que suma poesía, crítica y aforismos, José Luis Morante (Ávila, 1956) entrelaza en las entradas de su blog el ánimo inestable de la creación, reseñas, poemas, microrrelatos…El resultado es una propuesta rica en matices que varía casi a diario.
 
Tanta actividad… ¿No se cansa?
 
JLM.- Sí, mucho; la literatura es un espacio tan amplio que recorrer sus sendas a diario aboca en el cansancio; me acuesto pronto y esas primeras horas del sueño son esenciales para recuperar fuerzas y ánimos; después me despierto con las primera claridad, madrugo, empiezo la tarea y de nuevo al despedirse el día siento los genes de un hombre cansado que repite hábitos sin variar puntos y comas.
 
En el blog “Puentes de papel” casi todos los contenidos se ven desde la poesía…
 
Intento ser variado en las entradas, pero la poesía me parece el género esencial; es el que condiciona mi propio recorrido creador  y el que regula las lecturas diarias; dedico muy poco tiempo a la novela y más al ensayo crítico, aunque los libros que dejan más felicidad entre mis manos son los de poesía.
 
¿La poesía mantiene esa identidad de ser palabra en el tiempo?
 
La definición de Antonio Machado no ha perdido vigencia; pero hay otros enfoques que no tienen fecha de caducidad y complementan la profundidad del poema: el compromiso, el canto elegíaco, la introspección, el yo solidario, el juego verbal, la imagen, la cata aforística…
 
En un ambiente tan pasajero como el tiempo de playa, ¿puede seguir con sus hábitos literarios?
 
   La playa es la verificación melancólica de que soy un “animal de costumbres”. Mis hábitos no son estacionales, sino energía en préstamo que renuevo a diario. Soy una especie de monotonía existencial. Una verificación melancólica de lo previsible y la costumbre.
 
En sus lecturas, ¿algunos títulos en especial?
 
  No soy de los lectores que buscan el panorama insólito. El tiempo ha cimentado en mí una tradición literaria en el que reinciden voces de todas las épocas. Me gustan los regresos de la relectura, volver a leer las mismas “palabras de familia tibiamente gastadas” capaces de dar a lo conocido un matiz nuevo, una formulación original.
 
El mar como escenario, ¿qué sugiere?
 
   Las imágenes del mar dibujan el panorama insólito, el encanto ideal de lo lejano, Los colores impregnan la retina, proponen un largo viaje hacia la belleza. En el litoral abundan los instantes de una realidad significativa donde el paisaje deviene experiencia estética. Su continuo vaivén nos define: somos un peso leve en un espacio de continuo fluir.
 

(Desde la orilla, Oropesa del Mar, verano de 2025)





viernes, 18 de julio de 2025

EN VOZ BAJA

Pensamientos
Fotografía
de
Javier Cabañero Valencia


 
EN VOZ BAJA
 
La decepción enseña
a pensar en voz baja.
Por eso me levanto poco a poco,
en la calma discreta de los ojos callados.
Soy la sombra borrosa
de palabras
que la mañana limpia
con precisión severa.
 
En silencio recibo
un patrimonio escaso;
esa parte de nada
que apenas cabe dentro
de aquella cicatriz que no se muestra.
 
Mi mudez precavida
usa ropa de invierno.
Le gusta pasear
con el frío de cara,
compartiendo con otros
las esperas silentes
del alumbrado público.
 
Succionados al fondo,
mis pensamientos nadan
en bóvedas nocturnas
y muestran las escamas abisales
de esos peces
que ahuyentan los abismos
y buscan superficie y claridad. 
 
                          JOSÉ LUIS MORANTE
                  (Inédito para la revista TURIA)



jueves, 17 de julio de 2025

PEREZA

Entre la noche y el día

                                             

 
 
 PEREZA

   Cuando amaneció siguió en el lecho. Ese día negó cualquier síntoma de aurora y volcó su pereza en la placidez de un largo sueño. El reloj, puntual, siguió sumando horas hasta que despuntó con frio el atardecer. Despertó  sin ganas. Percibió, con los ojos semicerrados todavía, que el afuera estaba en vela, con las mejillas pálidas de quien se asoma a un acantilado, absorto en la carencia. No pudo evitar en la boca seca un reflujo de tristeza.
  Por una grieta, como una sombra anciana, retornaba la noche.

Cuentos diminutos


 
 

miércoles, 16 de julio de 2025

FLORINDA SALINAS ALONSO. LEVE CURVA DEL VIVIR

Leve curva del vivir
Florinda Salinas Alonso
Ediciones del Orto
Madrid, 2024

INVITACIÓN A SER

 

  El universo literario de Florinda Salinas Alonso es cuajado y coherente, como una cosecha macerada por el sosiego del discurrir. Despliega vuelo desde el periodismo, al que ha dedicado una larga vida laboral en distintos medios, como las revistas Telva y Hola y como redactora-jefe del diario El Mundo. Su itinerario poético aglutina las entregas Este sueño presuroso y Las cosas que te callas. Completa el friso de su escritura el ensayo La mujer visible. Feminismo para el siglo XXI, un conjunto de espacios reflexivos en torno la identidad femenina y la particular sensibilidad de género.
  En la temperatura poética el yo está siempre entre líneas. Un yo verbal que se moldea con el verbo confidencial de la intimidad. Contenidos en el fondo de la mirada afloran los ángulos de su relación con el mundo, los cambiantes paisajes intimistas de lo cotidiano y los estratos de la experiencia. Como si esta sensación se ratificara de forma explícita en el nuevo libro de poemas, Florinda Salinas Alonso agrupa sus poemas inéditos bajo el aserto Leve curva del vivir. Es una estrategia expresiva para subrayar el hilo argumental del libro: la invitación a ser; una destilación que aborda la preocupación central del sujeto poético: el despertar febril de cada amanecida.
  La cita inicial recobra unos versos de la escritora cordobesa Elena Medel. En ellos se recupera el tono evocador de la memoria, ese retorno al origen para  respirar el clima afectivo de la madre, o la claridad abierta de la casa. Desandar el tiempo alienta la necesidad de identificar el manantial primigenio que nos conforma; concede al pasado el desvelo de una dimensión de nostalgia y asombro.
  La primera sección del poemario “Lo que aprendí sola” muestra el aula abierta de la realidad. El entorno exige una constante vigilia. Un despliegue de emociones y pensamientos donde arde la lumbre sentimental del yo pensante, con frecuencia entre claroscuros tenebrosos. De este modo, la muerte de un niño, en las playas de Lampedusa, asienta la denuncia y la crítica social: un ángel de luz yace en la arena ante la general indiferencia de los bañistas. Pero ese ejercicio de tristura convive con el recuerdo. Los sentidos evocan instantáneas de ayer, donde una niña observa curiosa el laborar doméstico de la madre, frente a un artesanal palanganero.
  El pensamiento sondea la finitud del yo, esa fecha de caducidad inscrita en el discurrir temporal, tan presente en poemas como “Cuerpos y almas”. “Los que llegaron”, “Apuntes de la libreta”, “Recuerdos” o “Ancianidad”. En ese pentagrama elegíaco, la voz poética siembra claridad expresiva para superar los efectos del tiempo y la transformación del canto en soledad y silencio. El entorno se ha renovado. Es otro. El protagonista verbal intensifica su pupila observadora en la que confluyen devaneos, inquietudes e incertidumbres. El silencio duplica el peso de las carencias y convierte el amor y el deseo en vivencias dormidas que se apagaron, aunque las presencias compartan la misma casa, como evoca el hermoso poema “Quien ama a quién”.
   Sometido al arrastre continuo del ahora, quien vive advierte alrededor la silueta desdibujada de los otros, recorre tramos de tiempo a paso lento donde la luz muestra sus reflejos gastados y la tarea pendiente. Hay en muchos poemas un claro trazo del incansable papel de la madre como centro de la convivencia diaria, iluminando un mundo. Se lee en “La mano”, “El día ha sido”, “Lo que hago con mis manos” o “Mira a esta mujer”.
  El segundo tramo “Cerca no hay nada”, comienza con una hermosa cita sensorial de los poemas esenciales de Emily Dickinson. El paisaje pasa al primer plano y va dejando sus signos en el pergamino de la vida. Las cosas están ahí, cerca, livianas y tangibles, cubiertas de aparente nadería expresiva.
  Florinda Salinas Alonso concede al discurso lírico de Leve curva del vivir un enfoque existencial. Hace de la arcilla de lo vivido y los recuerdos asideros reiterados del poema. El verso enlaza intervalos vitales, como la infancia o la adolescencia, en un claro intento de responder a las cuestiones centrales del existir. Los efectos quebradizos del trayecto hacen de erosiones y pérdidas un quehacer natural. El avance argumental, desde la imaginación y la intrahistoria, dibuja un perfil especular del hablante lírico. Abre itinerarios para sondear la voz confidencial, el testimonio silencioso de la palabra; la ceniza calcinada de lo que permanece y quema. 


JOSÉ LUIS MORANTE





martes, 15 de julio de 2025

DESPISTE

Vida laboral

DESPISTE
 
   
  Había muerto en su lecho un oscuro día del invierno pasado. No se enteró hasta hoy. Alguien, sin aspereza, comentó que sus ojos, tras el atardecer, no cabía la luna o las estrellas.
  En ese transcurso entre dos aguas labró con mano decidida el triste páramo de lo laborable. Mantuvo el silencioso estar de siempre. Igual gesto sin vida de soledad distante.
 
 

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lunes, 14 de julio de 2025

EL ÚLTIMO SIEMPRE APAGA LA LUZ

Casa sin nadie 

 

EL ÚLTIMO SIEMPRE APAGA LA LUZ

 

Quienes pasan mucho tiempo solos

terminan teniendo un oído muy fino

 

DJUNA BARNES

 

  

  Con los que oímos mal, (Y cada vez peor, como es mi caso), se pueden mantener dos actitudes: esgrimir con la voz prepotente de la hartura el “que no te enteras”, “ya te lo he dicho”, “a ver…”, “yo no hablo a voces…” y dejar en el rostro la mugre entumecida de la estupidez; o sencillamente repetir de nuevo e improvisar una explicación porque las palabras nunca necesitan agrandar carencias sino conformar rincones afectivos. Ambas actitudes, más que succionar en el ánimo de las cicatrices auditivas, definen a quien las esgrime. Los malos gestos son espejos fangosos de nuestra identidad.

   Los que aparcan las lecturas pendientes para el verano suelen pasar mucho frío en julio y agosto. 

   Los contagios ultras  se suceden y esa es una de las cualidades de la nueva cepa vírica; su increíble propagación, con dolorosos efectos efectos secundarios en la convivencia.

   Desde el cristal limpio de la responsabilidad personal también se puede colaborar al bien común:  el odio como ideología es desnudez mental.

  Se escucha a diario el conocido temblor de la ausencia. Los que faltan son un hueco que no desiste en mantener su sitio. 

 Oigo los digresivos razonamientos del inquilino de la casa blanca, dictados por el impudor de su ego y nace completa la genealogía natural de su masa encefálica: es un aplicado epígono de la estupidez.

   Son los poemas los que van sembrando indicios evidentes en el lector: una lírica despojada, esencial, que confía en su cierre en el enunciado aforístico y que incide en sus temas en el muestreo reflexivo de la peripecia existencial del sujeto verbal. En el evento digital, la propia imagen está falta de luz y la voz casi no se oye. Un desastre que los amigos disimulan con el entusiasmo del apoyo incondicional.

  Las palabras exploran, miran dentro, buscan la improvisada lección de lo diario, reconocen humedades y sombras; miden el trazo firme de las arrugas y constatan que es preferible seguir e intentar, poco a poco, la búsqueda de tierra firme.

 

(Apuntes del diario)

 

 

domingo, 13 de julio de 2025

PLANOS CORTOS: AFORISMOS Y CINE

Planos cortos. Aforismos y cine
José Luis Morante
Prólogo de Juan Varo Zafra
Editorial Trea
Asturias, 2021

 

AFORISMOS Y CINES

Cine: oficio de la luz.
 
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En la retina el epitelio oscuro del refugio; sombras chinescas que encuentran hendidura  en la pantalla.
 
*
 
Pureza extrema. Solo acaricia cuerpos visuales.
 
*
 
La proyección trastoca  planos existenciales. Todo es sueño; la realidad camina por otra ladera.
 
*
 
Valoración unánime valoración sobre lo que no somos. Las apariencias ratifican.
 
*
 
En la retina ideal se admite la vuelta atrás; una misma película con final diferente.
 
*
 
Esos días cuando el cansancio nos somete a un casting para que identidades desconocidas vivan por nosotros.
 
*
 
La cinefilia es un delta abierto: sombras alzadas, légamo y cauce.
 
*
 
Veía películas para aprender a callar.
 
*
 
En el crítico el ánimo expectante; siempre la mudez socrática.
 
*
 
Hábitos. Antes de sentarme en la butaca miro el foco de luz y recuerdo a Platón. Otra vez mudan las asimetrías rocosas de la caverna, esa realidad intuida.
 


(Del libro Planos cortos, editorial Trea, 2021)



 

sábado, 12 de julio de 2025

ALLÍ

La vida dónde


 

ALLÍ
 
Allí, donde no estoy
camina a solas
un yo parapetado
en el azul oscuro
de sí mismo.
Habita un mar revuelto,
una escala de niebla
donde nada hay detrás,
salvo el vacío
contorno de una sombra
que repta sobre el agua.
 
Su identidad carece de secretos.
Es Ulises y es Nadie.
Como todos,
necesita encontrar
dónde está allí,
la geografía donde brotan intactos
nuevos sueños.
 
                   (Variaciones)
 
JOSÉ LUIS MORANTE



viernes, 11 de julio de 2025

LUCES

A solas, conmigo


LUCES 

 

   Desde hace días en la casa no hay nadie, salvo yo. Al bajar la escalera, desde la buhardilla, una luz interior en el dormitorio se enciende sola. No recuerdo cómo accioné el interruptor. Apago y tanteo otra vez hacia la escalera. Solo sombras. Un instante después está encendida la lámpara del baño principal. En casa no hay nadie salvo yo, me repito mientras veo en el espejo a un tipo asustado que se mira a sí mismo y que hace una hora consumía un tiempo en soledad, monótono y previsible.


Del libro Fuera de guion, Lastura, 2024




 

 

 

miércoles, 9 de julio de 2025

LOUISE GLÜCK. POESÍA DEL YO

Louise Glück


ROMPER LO FRÁGIL

 


   La concesión del Premio Nobel de Literatura de la Academia Sueca genera en cada convocatoria una incontenible tormenta verbal. Suele ser más riñas de gatos y preferencias personales no fundamentadas que opiniones y vislumbres inteligentes. En 2020 eran candidatos transeúntes Adonis, Margaret Atwood, António Lobo Antunes, Anne Carson, Haruki Murakami y Javier Marías. Pero la ganadora anunciada el día 8 de octubre fue Louise Glück, poeta y ensayista norteamericana de reconocido palmarés cuyos libros están en el catálogo de Pre-textos desde hace casi dos décadas. Gracias al traductor de Ararat, el poeta Abraham Gragera conocí la poesía de Louise Glück (Nueva York, 1943) a finales de 2008. En una grata tertulia madrileña, donde intercambiamos libros, Gragera recalcó el ideario figurativo y el aire frágil de aquellos poemas donde lo autobiográfico se convertía en vigoroso argumento.
   Así que para introducirse en el faro de Louise Glück, formado por una decena de poemarios entre los que sobresalen Praderas, AraratAverno y El iris salvaje, es recomendable sondear elementos biográficos que tienen una simbiosis misteriosa con el material poético. Nacida en la metrópolis de Nueva York en 1943, pasó una ensimismada primera infancia en Long Island. Su niñez tuvo contornos sombríos, trazados por el fallecimiento de una hermana antes de que ella naciera, que disolvió la armonía familiar. Tejió silenciosamente una fuerte voluntad lectora, que creció en la adolescencia cuando se diagnosticó una anorexia incontrolada. La enfermedad exigiría un prolongado tratamiento de psicoanálisis y la interrupción de su formación académica en Columbia. En este tiempo es cuando aflora su poesía. El despertar poético supone una imitación de los modos poéticos de William Blake, T.S. Eliot y W. B. Yeats. La prolongada soledad y la terapia le permiten una indagación profunda en las secuencias vitales y un cuestionamiento del clima relacional. Esas dolorosa incisiones no se oculta tras nubes metafóricas, sino que la palabra se convierte en terapia objetiva, como escribe en la indagación crítica Educación del poeta o en el rescate evocativo de Ararat, cuya configuración explana las relaciones familiares, la extrañeza, la sensación de estar fuera de sitio, el proceso erosivo de lo cotidiano y el precipicio final. Son aspectos descritos, como subrayaba la comunicación de Anders Olsson, presidente del comité del premio Nobel, con austeridad minimalista. La poesía enuncia enfoques de grisura desde una ética muy exigente que busca trascender el intimismo emocional.
   Por tanto, la clave argumental de Ararat es la familia, grupo de cohesión donde los vínculos afectivos exigen una intensa relación, como parte del crecimiento personal. Pero la perspectiva de Louise Glück en estos poemas es el desasosiego, una relevante vigilia que revisa grietas y necesidades nunca cubiertas. El yo poético muestra una potente capacidad observadora que asimila y rechaza secuencias vitales. Así amanece un método reflexivo que cuestiona la realidad interna del núcleo familiar. Cada miembro ha sido expulsado del paraíso para afrontar sufrimientos y absorber sentimientos contradictorios. Así se gesta una identidad separada, un esqueje no exento de frustración que busca clarificar su experiencia emocional.
   Ararat propicia una imagen autobiográfica en la que el hablante lírico intenta romper su fragilidad. Su voz revisa estereotipos sin estridencias, con un lenguaje lacónico, sin la tela cálida de los adjetivos. Como ha manifestado, al comentar su estética despojada, Louise Glück hace poesía en el páramo verbal: “Me atraen las elipsis, lo no dicho, la sugerencia, el silencio elocuente y deliberado. Lo que no se dice, para mí, ejerce un gran poder: a menudo desearía poder hacer un poema completo con este vocabulario. Es análogo a lo invisible, por ejemplo, al poder de las ruinas o las obras de arte dañadas o incompletas”.
  Poesía que hace de la humildad una aspiración mística y una cicatrización, para que las palabras encuentren su lugar y su afán de conocer. Latido humano y sangre tibia que surgen de la vida y la experiencia de un yo casi siempre ubicado en el caos, que se sabe fuera de lugar y se amarra al poema y la esperanza.
   El día 13 de octubre de 2023 fallecía Louise Glück con ochenta años de edad. Dejó como despedida particular la lectura de Marigold y Rose. Una ficción, un libro en prosa poética publicado por Visor en 2023 en su colección de poesía, con edición bilingüe y versión al castellano de Andrés Catalán.
  El planteamiento argumental del libro sorprenderá de inmediato, como sorprendió a su editor habitual en USA. Dos mellizas, todavía bebés, con un expansivo mundo interior desgranan pensamientos y acciones, como si hubiesen superado las tradicionales etapas del aprendizaje y ya estuvieran respirando en la vida adulta. Marigold, aunque no sabe leer, es una lectora brillante, y está escribiendo un libro en su pensamiento aunque no conozca todavía las palabras. Vendrán después. Mientras, Rose es un ser social que disfruta participando en actividades sociales como el baño y que goza de una hermosa presencia física. Son dos identidades muy diferenciadas y, por tanto, complementarias al asomarse al mundo.
   Cada niña percibe un entorno insólito que acentúa su soledad y su asombro, que les hace mirar al mundo adulto con ese punto de recelo de quien apenas entiende lo que sucede alrededor y de lo que, antes o después, pasará a formar parte, cuando empiece la vida oficial. Mientas constatan a cada instante la dependencia de “Madre”, el continuo refugio para estar a salvo, mientras “padre” está lejos sumando o resolviendo enigmas cotidianos. A veces las dos añoran la vida adulta por su enorme cargamento de palabras.
   De las reflexiones interiores de las dos mellizas nace la casa familiar y sus pobladores con una sensibilidad irónica en ocasiones y en otras repleta de ternura al poner silueta propia a los comportamientos de Madre y Padre o al discurrir de un tiempo que camina hacia el primer año de vida.
   En algunas entrevistas de prensa Louis Glück ha definido el libro como una novela poética dividida en breves capítulos. También ha señalado que la ficción nació a partir de los vídeos de sus nietas, grabados por el padre de las mellizas en California, y a quienes no podía visitar en 2020 por la pandemia. De las visualizaciones nacieron observaciones en torno a las bebes y su capacidad de relacionarse entre sí o con los adultos.
   El mundo interior en formación concede a la escritura de Marigold y Rose una perspectiva inédita frente al misterio del tiempo, una forma de expresión sencilla y delicada que se anticipa a las palabras y ayuda a vivir. Por eso resulta paradójico que la ausencia de Louise Gluck coincida con el retorno a la infancia de su escritura, con la vuelta a ese tiempo que abre puertas y teje amanecidas, como si confirmara la presencia continua de quien ya no está. Descansa en paz, querida poeta.

José Luis Morante



    

martes, 8 de julio de 2025

MUTACIONES

Ahogar la voz

 

CICLO DEL AGUA
 
  Geografía íntima
 
    La frágil transparencia de aquel río se confundía con su piel desnuda. Era una cualidad que extremaba las sensibles respuestas a los cambios de temperatura. De madrugada, el agua era sólida; con las primeras briznas de sol se licuaba y a mediodía las altas temperaturas tejían en el cauce redecillas de niebla, en un artesanal proceso íntimo de nubosidad variable.

(Del libro Fuera de guion)