miércoles, 23 de abril de 2025

VOCES EN EL ESPEJO

Habitación de hotel
Fotografía
de
Adela Sánchez Santana

 

GENTE CONMIGO

 
   Viajo mucho a ciudades lejanas que desflecan sus encantos urbanos. Pero casi nunca abandono la habitación de hotel donde me alojo. Es una costumbre que espolea mi voluntad. Nació el día en que encontré en el espejo de mi cuarto de baño el rostro del huésped anterior. Fue él, con gesto tranquilo, quien me desveló su identidad. Tras una larga charla, cuajada de desvalimientos y olvidos, me facilitó el contacto con huéspedes encerrados en otros espejos. Todos resultan interlocutores amenos, que buscan la liberación inesperada de la confidencia. Sigo en ruta. También la soledad que absorben los espejos es una calle que espera transeúntes.

(Del libro de microrrelatos Fuera de guion, Editorial Lastura, 2024)




martes, 22 de abril de 2025

EL POEMA FELIZ

 

búsqueda
Fotografía
de
Javier Cabañero Valencia





EL POEMA FELIZ
 
Cardinal necesario,
me aplico en escribir un poema feliz,
que mire con los ojos
claros del mediodía y difunda su júbilo.
Que salga indemne,
y no contenga lastres,
o  invente los remedios
contra el galgo famélico
de cualquier decepción.
 
Que asordine la angustia
y no pierda sus pasos
en la tierra de nadie
del chantaje afectivo.
 
Que tenga la avidez
severa de  los dioses
y doblegue a su paso
toda asepsia expresiva.
 
Que soporte la ley gravitatoria
y se mantenga etéreo,
como un don disponible
que mira en el espejo
y se hace claro y bosque
y todo empieza.  
 
   
 
     (Variaciones del libro Nadar en seco, 2022)



 
 

lunes, 21 de abril de 2025

MARIO MONTALBETTI. EL PENSAMIENTO DEL POEMA

El pensamiento del poema
Mario Montalbetti
Pólvora Editorial, Marginalia Editores
Santiago, (2ª Edición) 

 

CONTORNOS TEÓRICOS

 

 Gracias al esfuerzo prometeico de Ediciones Liliputienses y al empeño de su director José María Cumbreño para enlazar la poesía en castellano de España y Latinoamérica, tuve la fortuna de conocer Lejos de mí decirles, el corpus lírico del lingüista y poeta peruano Mario Montalbetti (Callao, 1953). Fue la necesaria entrada a la complejidad de su obra literaria. Profesor universitario de Lingüística, director de QWXY, Seminario permanente de Filosofía del Lenguaje y fundador, con Mirko Lauer y Abelardo Oquendo, de la revista Hueso Húmero, es un escritor intenso y consagrado por completo a la interpretación del hecho lingüístico.
  Montalbetti inicia su trayecto creador en 1979 con la entrega Perro negro, 31 poemas. Después adviene una escisión, rota en 1995 con la obra experimental Fin desierto. Tampoco ahora el quehacer poético se hace rutina, pero en la década siguiente el trayecto se consolida con andenes como Llantos Elíseos, Cinco segundos de Horizonte, El lenguaje es un revolver para dos y Ocho cuartetas contra el caballo de paso peruano. Siempre consecuente con la percepción del lenguaje como magma exploratorio, publica en 2012 Cajas, un estudio especulativo sobre sentido y estética con sondeos nucleares sobre los espacios del poema. Esta faceta crítica aporta en 2014 la recopilación ensayística Cualquier hombre es una isla, trabajo que postula otro viaje interior a las cavidades semánticas del lenguaje, y en 2016 El más crudo invierno, monografía sobre un poema de Blanca Varela. La visión de análisis perdura con El sentido y la ceguera (2018), Epiciclos, escrito en colaboración con Marc Belderbos, y El pensamiento del poema, reeditado por segunda vez en 2024.
  En su quehacer poético, Mario Montalbetti busca la intersección y el corte, supone que el lenguaje deconstruye y no comunica. Los poemas buscan los márgenes del significado, por ello necesita símiles clarificadores para impulsar algo de luz entre el vacío y la sombra. Las claves significativas inquieren argumentos sobre la naturaleza de las palabras para no decir: “Escribo para contener / mi distancia con lo humano. / Escribo para estar solo, / para no ser poeta”.        
 Las meditaciones germinales de El pensamiento del poema remarcan una estela crítica en torno al material verbal como objeto teórico, aunque la construcción sienta, imagine o sea capaz de simbolizar. Aquí, Montalbetti parte de la propuesta analítica del filósofo francés Alain Badiou, formulada en 1988 en El ser y el acontecimiento: “El poema es una forma de pensamiento”. Desde ese enfoque Montalbetti se propone elaborar una serie de variaciones libres en torno a la formulación inductiva. No se trata de reconstruir la teoría filosófica de Badiou sino de avanzar en los caracteres ambiguos que proyectan un dibujo fragmentario sobre el poema. “El poema piensa parece un vehículo que ingresa a contramano en una calle de sentido único…”.  Sus divagaciones adquieren una cadencia discontinua, una percepción laberíntica del transitar del pensamiento. La temática se convierte en una operación sobre el lenguaje, como este axioma sobre la poesía: “Todo lo que participa del ser, sea simple o infinitamente múltiple, tiene un nombre. Lo difícil es inventarlo”.
  Aunque la sintaxis no es poetizable, queda patente la inquietud analítica, el discurrir más allá de la catalogación experimental que engloba cualquier huida de lo previsible para incorporar al poema rupturas léxicas, sustracciones sintácticas a partir del replanteamiento teórico de un poema de Trilce de César Vallejo, cuyos versos sostienen el deseo de abrir espacios y el afán de buscar puertas tras la puerta. La creación, como precisa Giorgio Agamben, se convierte en un acto de resistencia, en liberación de una potencia interna.
  En los vectores de sentido de Montalbetti las conclusiones se guardan fuera, como si pretendiera percibir el lenguaje con una cierta perspectiva de lejanía y futuro, como si se gestara desde una realidad con diferentes niveles de ficciones conceptuales. “El significado no clausura el lenguaje”; por eso “interpretar un poema es desandar el camino que quiso llevarnos fuera de él”, aunque sea atravesando una explanada de metapoesía donde se dan cita procesos lingüísticos, repletos de matices y argumentaciones.



JOSÉ LUIS MORANTE



 
 
 

domingo, 20 de abril de 2025

CASA VACÍA

Las horas lentas
Fotografía
del 
Archivo Fotocommunity

 

CASA VACÍA

 

   En esta casa ya no vive nadie, pero están todos los moradores que ocuparon sus habitaciones. Escucho una fisiología desperdigada en pasos, susurros, toses o gemidos. De cuando en cuando callan, como si se hubiesen mudado por unas horas a otro lugar. 
   Siempre regresan. Esta noche olvidaron cerrar la puerta de la entrada y apagar las luces. Alguien me despertó. No supe qué decir; me siento un extraño ocupando una casa vacía. Ellos me reconfortan y justifican mi presencia: “Alguien debe soñarlos”.

(Del libro de microrrelatos  Fuera de guion, Lastura, 2024)




sábado, 19 de abril de 2025

PIEDRA CALIZA

Disgregación
(Piedra caliza)
Fotografía del
Archivo Limestone

 

 

PIEDRA CALIZA

     (Epitafios)

 

    Debo el título a un poema de W. H. Auden;  PIEDRA CALIZA es una roca cuya aparente dureza se disgrega con facilidad.

 

 

 

He soñado con la realidad. Con qué alivio me he despertado.

                                                                                              STANISLAW  J.  LEC

 

 
La muerte no  es nada,
cuando existimos ella no existe
y cuando aparece, nosotros desaparecemos.

                                                                                       EPICURO
 
 
 I
 
En su artesana construcción del silencio,
la muerte no reconoce
ninguna otra verdad.
 
II
 
Otra noche.
Sobre mí  prosigue su labor
la luna quieta.
Carezco de otra luz.
 
III
 
Queda mi nombre
y la serenidad de este paisaje
que no sabe quien fui.
 
IV
 
Agudizo mi vocación fantasma.
Miro sin comprender
y reclamo razones para estar en la nada.
No hay respuestas;
la pureza del aire
habita el desamparo.
 
V
 
Un manto de raíces y una brizna de sol,
pero las formas se han desvanecido
en el escaso jugo de una tierra estéril.
Estoy con otras sombras y nos une
la mansa convivencia,
el aire de familia
de los que nada piden al futuro.

VI
 
Vuelven los ecos y dibujan mapas,
un recorrido de memoria y sueño
que convierte al que fui
en terco pasajero de otra ruta
que ya no identifico.
El pasado se puebla
de restos arqueológicos.
 
VII
 
Ahora vivo debajo de las cosas,
con vocación de sima.
A tientas me desplazo
sin que se marquen huellas
ni dejen una imagen
los lugares de paso.
Nada sucede aquí;
nada sucede.
 
VIII
 
Callé.
Después de todo,
cobijo la pereza.
En el silencio, nadie;
un estar sin contornos que tantea
 y mide con desgana
el transcurrir del tiempo.
 
 
IX
 
Camino dentro
de un dédalo de calles
y paisajes extraños
tras un rastro invisible.
Prosigue la deriva;
es terca voluntad
que empuja hacia otra parte.
En un tiempo sin tiempo,
ensordecido,
busco un lugar
para empezar de nuevo.
 
 
 X
 
Epitafios;
un triste empeño en seguir hablando
cuando  se consumió
mi turno de palabra.
 
 
                                   JOSÉ LUIS MORANTE
 
                                  

viernes, 18 de abril de 2025

EN CLAVE AUTOBIOGRÁFICA

Arquitectura tradicional
Fotografía
del 
Archivo Depositphotos

 
EN CLAVE AUTOBIOGRÁFICA
 
 
Yo nací (perdonadme)
con la televisión en blanco y negro.
La realidad mermada,
cobró lustre ficticio entre las vísceras
del dichoso artilugio.
Retraído el asombro,
poco tiempo después holló la luna
el ballet pintoresco del primer astronauta.
La guerra de Vietnam sembró de rojo
el miedo del monzón;
la tristeza alargó su cinta métrica
con inborrables signos,
y el niño que yo fui cruzó la calle
para desvanecerse.
 
Como soplo de aire
que aventara las ramas
con una floración de duermevelas,
devanaron los años
 una quietud insomne,
repleta de tareas.
Nada sobra al olvido.
 
Envejeció conmigo
la dudosa verdad de vuelo corto
y ahora lo vivido es una polvareda
que se oculta detrás.
La nada vuelve.
 
Sigo al borde de mí;
Soy un mapa menguante
enclavado en la espera.
Ya no quedan preguntas perentorias.
El futuro es de otros.

    (Del libro Nadar en seco, 2022)



jueves, 17 de abril de 2025

INQUISICIONES

Mario Vargas Llosa (Arequipa, 1936-Lima, 2025)

INQUISICIONES

   Tras el fallecimiento del escritor peruano Mario Vargas Llosa el día 13 de abril de 2025, he asistido a la apresurada fermentación de opiniones polarizadas. Escucho el abrazo entre pensamiento y poesía del aforismo:

. Cuánta bilis en los objetores de la inteligencia.

. ¿Los que cuestionan a quienes han leído a Mario Vargas Llosa, conocen el legado del peruano universal, o son también una mentira de la literatura?

. A distancia los chismorreos del folletín sentimental tienen la limitada consistencia de un argumento ficcional.

. Ajenos al placer lector, quienes no leen remarcan de entrada la ideología discutible, el pensar distinto.

. Tergiversar el periplo biográfico del hombre no minimiza la obra.

. Para la adhesión ideológica al partido, el respeto es un inesperado inconveniente.

. Quienes dictan sentencia creen saber lo que hay en la zona interna del sujeto y lo que no hay.

. Hay egos que suponen que el único patrón métrico son las convicciones propias.

. En los microorganismos cerebrales la pretensión risible de ridiculizar al microscopio.



(Apresuramientos y afectos)





.

miércoles, 16 de abril de 2025

MANUEL FERIA. EL RÍO DE LA PERPLEJIDAD

El río de la perplejidad
Maanuel Feria
Prólogo de Javier Recas
Apeadero de Aforistas
Sevilla, 2023

BALANCE

   Hay escritores que difunden, tras el tiempo ensimismado de la obra, una empatía natural, una lluvia en cursiva que empapa cualquier fronda. Su descubrimiento es una hendidura de alegría, que cobija la inteligencia y ocasiona gratificantes sensaciones de asombro. Así me sucede con el proyecto aforístico de Manuel Feria (La Laguna, Tenerife, 1949), Catedrático universitario de Farmacología y apasionado cultivador de la brevedad. Los fragmentos reflexivos del profesor canario nunca tuvieron prisa por visitar la imprenta. Llegan, con morosa cadencia, en plena madurez, alojados en cuatro entregas: Verlas venir (2015), En ascuas (2017) Diccionario imaginario de un irónico (2018) y Fe de vida (2023). Cada salida comparte la convivencia de la escritura mínima con las ilustraciones del artista visual Antonio Mauro García “Fanega” (La Laguna, 1952) y el cuidado molde de la diseñadora y maquetadora Irene Antón. Con el laborar común la publicación refleja singularidad y sello personal. Para el autor escribir es vivir, recuperar efímeros indicios desperdigados en el transitar. Desde la introspección, los libros sugieren un enfoque hacia las circunstancias, un estar lleno de vigilia y búsqueda, capaz de discernir la complejidad del ser humano. Su compromiso con el mapa de lo que sucede entrelaza emociones y pensamientos acumulados por la experiencia existencial.
   Sobre el balance del aforista, Javier Recas, el ensayista contemporáneo más cualificado en la teórica de lo conciso, edita y selecciona apuntes mínimos referenciales de la travesía creadora en la antología El río de la perplejidad. La compilación se incorpora al imprescindible catálogo de Apeadero de Aforistas y tiene como umbral el extenso estudio “Una radiante ironía”. Desde el comienzo de su análisis, el estudioso da solidez a la idea de que Manuel Feria es un autor a trasmano, ajeno al habitual afianzamiento de la estrategia expresiva mediante el quehacer editorial, los concursos literarios o la difusión en redes y publicaciones. La observación acerca al pensamiento el discurso fragmentado de lo que sucede. Y en ese estar tras la transparencia del cristal prevalece el detalle a contramano, el frescor del instante. Como advierte el investigador y filósofo, el recorrido interior no se disfraza de retórica cultural; no se busca la ornamentación verbal sino el vuelo alto de la intuición, las salpicaduras transparentes de la agudeza, “el río de la perplejidad”. No son rasgos únicos: el laconismo de Manuel Feria, sutil y luminoso, permite conocer un suelo argumental rico en estratos. En sus teselas se abrazan instantes evocativos y vibraciones. Alientan la simbiosis entre el oficio de vivir y la razón de escritura.
   Obviamente, el microtexto es un género cuajado de humanismo donde el sujeto siempre está presente en su doble condición temporal y metafísica. En ambas germinan temas universales como el amor, el deseo, el dolor, la vejez, el lenguaje o la muerte. Son sustantivos que se acercan a la pronunciación moralizante y al tono grave de lo solemne, como si revolotearan en ellos los pájaros de la transcendencia. Sin embargo, como apunta el prologuista, el enfoque desdeña púlpitos y busca el suelo firme de lo racional, el humor y la ironía: “A un gordo hay que conocerlo en ayunas”, “Antes del auge de la informática los ángeles ya estaban en la nube”, “Todos envejecemos, pero algunos se lo toman como algo personal”, “La incineración te dará la despedida más calurosa”. Son rasgos que potencian la mediación cercana entre hondura filosófica y calado lírico. Confieren también un posicionamiento ético, una defensa de principios y valores que tiende al compromiso y la marcada posición vital.  
  La nota a la edición explica el muestreo en la selección de cada libro. El río de la perplejidad es un botiquín básico de la obra aforística de Manuel Feria, todavía inédita en su mayor parte. Por tanto, Javier Recas, fuera de las autoediciones, nos deja la primera versión del despertar y reajusta los logros recurrentes. De este modo, la primera parte selecciona casi noventa aforismos de Verlas venir la entrega más temprana, donde se contenían las coordenadas que marcan huellas. Quien percibe interpreta una conciencia frente a la incertidumbre: “Uno no puede huir de sí mismo sin caer en el otro”, “Profundiza y discreparás”, “Para esconderse de uno mismo no hay que ir muy lejos”, “La soledad es la falta de uno mismo”. Son anotaciones que recuerdan la reconstrucción de una autobiografía con secuencias dispersas.
  Ese alguien, con aire de familia entre el escritor y el ser biográfico, aborda en el segundo conjunto aforístico Ascuas el recorrido entre luces y sombras de lo cotidiano; la expresión del entorno tiene una apariencia de grisura, pero vivir es siempre un proceso de conocimiento, una luz encendida que aleja la propia oscuridad: “Vivo en ascuas por saber si soy prueba o error”. ”Esté donde esté, sólo estoy de paso”, “El futuro suele decepcionar a la esperanza”. El cauce existencial se identifica como uno de los vértices centrales de este tramo y en su propuesta retornan recursos habituales de Feria, las fluctuaciones argumentales y lecturas irónicas de la paradoja, y la conciliación de contrarios. Los pensamientos muestran la geometría variable de un entorno que expande incertidumbres y despierta las inclinaciones subjetivas.  El destino es proclive al azar. En su dermis duerme la hermética caligrafía de lo que no tiene respuestas. Así nace una metafísica de la duda, las convicciones que apenas encuentran sistematización.
   Los aforismos de definición de Diccionario imaginario de un irónico exploran cavidades semánticas. Buscan rupturas del sema establecido y abren grietas para cobijar significados nuevos. Es el mismo propósito que alumbrara el quehacer de uno de los precursores de este formato aforístico, Ambrose Bierce; pero es también un acercamiento a nombres contemporáneos de interés como Miguel Catalán. Más que la definición precisa, interesa el vuelo del tiempo y sus versiones lúdicas. Abundan las comparaciones, metáforas, imágenes y es habitual el recurso al oxímoron. Así se logran efectos de perplejidad, dotando al decir conciso de las voces fuertes de la imaginación y lo hipotético: ”Adúltero. Alma de abeja”, “Almohada. Confidente de la otra mejilla”, “Bandera. Tela de colores representativa de los peores instintos de un colectivo”.
      Más cerca de la geografía humana de lo colectivo está la entrega Fe de vida. Sus apuntes componen un poblado testamento social, encendiendo farolas en los callejones de la convivencia. Tras conocer los propios límites, la complejidad ambiental requiere salir fuera. Airear conciencia y entendimiento. El vislumbre racional percibe la escucha del paisaje humano. Son continuas las mutaciones de la identidad que convierten al nosotros en un personaje desdoblado. Mientras las pupilas reflejan espacios habitables para la meditación y el paseo, “el buen aforismo reduce la realidad a su máxima expresión”. En Fe de vida abundan los fotogramas con mirada crítica, que buscan los relieves del dibujo final, las asimetrías del tapiz: “Los mediocres cazan en manada”, “Beberse de un trago la juventud produce resaca en la madurez”, “La masa diluye la razón”. Frente a una sociedad llena de asimetrías y crudeza se manifiesta el rumor fuerte de una filosofía crepuscular. El pensar propio ha hecho suya la idea de que el estar cotidiano se debate entre el espejoy la confrontación abierta con lo indefinido.  
   En los textos sentenciosos de El río de la perplejidad, aportados por la destreza intelectiva de Javier Recas, vislumbramos una resignificación permanente, una pluralidad de vías de sentido. Más allá del discurso cerrado  de una artificiosa realidad, emergen claves interpretativas que conforman una peripecia analítica, ese empeño continuo de dislocar los ateridos miembros de lo gregario y hablar de lo imposible; de aquello que no se puede decir. El yo afronta el destino con la incertidumbre de salir a un día de límites difusos donde es preciso rastrear la improbable destilación del devenir.
 
 
JOSÉ LUIS MORANTE
 
     https://archive.org/details/manuel-feria-el-ri-o-de-la-perplejidad
 

martes, 15 de abril de 2025

LOS QUE ESPERAN

En compañía

 

LOS QUE ESPERAN


   Llegan temprano al parque, desde algún itinerario común y desdoblado. Caminan lentos, con un rumor zanjado de desgarradura en los zapatos y los ojos adustos, clavados en el suelo. De vez en cuando relatan vidas improbables, escapes de otra identidad que ahora parece tangencial y oscura. Cuando están en el parque nada ocurre en su anatomía, pero son más ellos, suspendidos en una actitud tallada por la artesanía el tiempo. Solo esperan.

(Del libro Fuera de guion, Lastura, 2024)




lunes, 14 de abril de 2025

MARIO VARGAS LLOSA. DESPEDIDA


 

                                          AÑOS DE APRENDIZAJE
 
Los cachorros
Mario Vargas Llosa
Edición de Guadalupe Fernández Ariza
Cátedra. Letras Hispánicas
 
   La abrumadora aportación de la literatura hispanoamericana al reciente legado del español actual alcanza su momento áureo en un puñado de figuras magistrales nacido al otro lado del océano. Máximo ejemplo de integración e identidad, en el idioma no se advierten fracturas.
   Mario Vargas Llosa es uno de esos nombres que marcan senda a nuestra realidad cultural. Nacido en Arequipa (Perú) en 1936, su vocación literaria arranca temprano. Tras los cursos en la Universidad de San Marcos de Lima viaja a Europa, donde publica en 1959 su obra auroral, Los jefes, y tres años más tarde La ciudad y los perros, título que supone su consagración y le concede sitio en la emergente literatura del “Boom”, un movimiento sin definición estética unitaria que aglutina propuestas de ultramar y descubre a escritores como Carlos Fuentes, Julio Cortázar, José Donoso, José Lezama, Gabriel García Márquez o el propio Vargas Llosa, quien alcanza su madurez narrativa en La casa verde, Los cachorros y Conversaciones en la catedral.
  En casi medio siglo de escritura, el autor ha ejercido una notable labor ensayística y ha entregado otras tantas novelas con múltiples reconocimientos y premios tan importantes como el Príncipe de Asturias, el Planeta, el Cervantes y en 2010 el Premio Nobel, concedido por la Academia Sueca “por su cartografía de las estructuras del poder y sus mordaces imágenes de la resistencia individual, la revuelta y la derrota”. En tan vasta producción Los cachorros, editado por primera vez en 1967, en la colección “Palabra e imagen” de editorial Lumen, se singulariza por la originalidad de un argumento de alta carga simbólica y que, como suele ser norma en la narrativa del peruano, comparte personajes con otras ficciones. La cronología de Los cachorros abarca un periodo temporal de veinticinco años. Comienza cuando los personajes se integran en el colegio Champagnat, un microcosmos representativo del barrio limeño de Miraflores, escenario urbano habitual de la clase media peruana. Este arranque de la educación sentimental en un centro religioso supone un largo aprendizaje en el que Cuéllar es el actor central. El discurso narrativo es una crónica en la que el narrador configura, ordena y  pone distancia al airear una voz colectiva de ritmo fluido. En ella se yuxtaponen diferentes niveles lingüísticos. El código oral de la infancia, tras el aprendizaje de normas y actitudes, muda los registros; quien relata parece una emanación del grupo y participa en cada una de las identidades. El aparato crítico de la edición permite  conocer los valores semánticos de muchos términos del habla coloquial miraflorino. Se logra trasmitir un efecto de verismo contextual incorporando locuciones exclamativas, giros enfáticos y frases de gran condensación expresiva que se suceden alternando las voces sin interrupción, como si el sonido ambiente envolviera. 
  En la historia de Cuéllar y sus amigos se cumple lo que escribía Antonio Muñoz Molina:  “Las grandes novelas de Mario Vargas Llosa funcionan como laberintos constructivos que han de ir siendo descifrados gradualmente por la inteligencia y la imaginación del lector”.



JOSÉ LUIS MORANTE




domingo, 13 de abril de 2025

ITINERARIOS DE REGRESO

San Francisco (California, USA)
Fotografía
de
Adela Sánchez Santana


MÁS ALLÁ
 
 
El final de ruta añade a la topografía habitual una fotografía desenfocada del paraíso.
 
*
 
La indecisión transforma cada paso en cruce de caminos.
 
*
 
El observador comprende cuando escucha la trama argumental del paisaje.
 
*
 
Romeros digitales en el Camino de Santiago; peregrinos musculosos con equipación deportiva, publicidad en el casco y todo tipo de artilugios tecnológicos.
 
*
 
Ítaca y el impulso del viaje. No la meta sino el recorrido.
 
*
 
Se enamoró en plena escalada de la cara norte. Cota 2570. Músculos y nervios repetían que iba por buen camino.
 
*
 
Sin regreso el viaje es estéril.
 
*
 
Empleaba la lentitud del sedentarismo en diseñar rutas marítimas con olas fijas.
 
*
 
De algunos viajes vuelven otros.
 
*
 
El exilio. Un bosque de árboles trasplantados y especies exóticas.
 
*
 
“Me gusta avanzar con paso firme”. Dijo frente al silencio de los acantilados.
 
*
 
Perseguir la estela del yo. Ir más lejos. Hacia dentro.
 
*
 
Ser testigo en el viaje de una realidad proteica, con haz y envés, ajena a la senda amañada del turista.
 
*
 
Antes de partir se apunta a un taller literario sobre el arte de novelar. Los recorridos aproximan pormenores reales y ficción.
 
*
 
El trayecto largo altera la identidad. La imagen en los espejos del hotel nunca es fiel al original.
 
(Aforismos en viaje)






 
 

sábado, 12 de abril de 2025

CONVIVENCIA

Quién soy
Fotografía
de
Javier Cabañero Valencia

  

CONVIVENCIA

 

   Nunca tuve conmigo una convivencia fraternal. Solo la compañía contingente de quien se desplaza con los mismos pies. Juntos aprendemos a no huir de mí y a cubrir a diario necesidades básicas. No me doy tregua. Habito en el perfil de mi costado. Tallado por la lógica, el tiempo nos iguala con un argumento funcional: sin mí estaría más solo.


(Del libro de microrrelatos Fuera de guion, Lastura, 2024)

 

jueves, 10 de abril de 2025

ENCUENTROS

Viajeros sedentarios
José Luis Morante
Editorial La Garúa
Colección Haikus
Barcelona, 2025

 ENCUENTROS

 
  
   De entrada, la materia poética del haiku muestra aparente sencillez y una severa pauta métrica. Su consolidación se remonta hacia el siglo XVII, aunque existían precedentes en el copioso cauce de la antigua poesía japonesa. El devenir asentó con paciencia los peculiares rasgos tonales y alentó una discreta evolución en las voces que enseñaron a sentir: Matsunaga Teitoku, Nishiyama Soin, Matsuo Basho, Yosa Buson o Kobayhashi Issa. En todas, la fuerza del poema se cimenta en la modesta química de lo instantáneo. El vuelo asegura una intensidad gozosa. Pupila abierta para cobijar argumentos transparentes, más allá de la supuesta condición de lírica estacional. La carencia de artificio retórico crea la sensación de chispazo inmediato, de fruta a punto.
  El equilibrio de la estrofa se ha ido aclimatando en espacios geográficos distantes. Desde principios del siglo XX se escriben haikus en Francia, España o Italia y comienza a ser registro expresivo habitual en países latinoamericanos como México, Venezuela y Ecuador. La diversidad de intentos advierte que no hay una sola modalidad sino un transitar que fecunda surcos y recrea asuntos alejados del tradicional enfoque temporal. Además, en sus versos se pueden escuchar las pulsaciones del hablante verbal, ya exento del velado biográfico que negaba al autor sus razones de vida.
  La observación –sea interior o exterior- concede al trío versal una savia más libre, un fluir pensativo, ajeno a penumbras intelectuales e impregnado por la cercana presencia del escenario. Así nace un haiku aposado en la percepción que refleja los principios canónicos y su cadencia musical.
  Sin pretensiones dogmáticas, el poema mira el horizonte donde ascienden sensaciones que buscan el levitar del aire. Desde lo inmediato, las palabras caminan hacia una amanecida renovada a diario. Las imágenes visuales se visten de víspera, mientras preservan los registros luminosos del contraste.
  Los haikus de Viajeros sedentarios acogen el contacto con lo efímero, el suceso mínimo cotidiano y la maraña de encuentros con protagonistas y secundarios de la vida social. Suman instantáneas. Despliegan rutinas y dibujan con trazo descriptivo la dermis del tiempo. Son eclécticos. Aluden a facetas dispares del aquí en el ahora, a esa aparente acción tocada por la contingencia que ya dobla la esquina.
 
 
José Luis Morante
Prólogo del libro Viajeros sedentarios
 
Rivas, invierno de 2024
 

miércoles, 9 de abril de 2025

VIAJEROS SEDENTARIOS


 La bruma fría
traspapela la tarde.
Pies indecisos.

Quema de cerca
el aliento de sombras.
Alguien detrás.

Dueños del eco,
los sonidos castigan
el viejo oído.

(De Viajeros sedentarios, La Garúa, 2025)





martes, 8 de abril de 2025

LECTURA DE FRANZ KAFKA

Franz Kafka (1883-1924) 



KAFKA Y YO

 

 
   Leo a Kafka con frecuencia alevosa. Para entender la piel translúcida del mundo y sus agrietadas variaciones. Para entenderme yo. Sé que el absurdo forma parte de lo cotidiano. Lo respiro con sosegado conformismo. Sin apremio, sin pánico. Los desnortes de la situación política, la perpetua idiocia nacionalista y su retaguardia militante, los asesinatos y la barbarie fundamentalista, los atentados contra la dignidad y la beligerancia de quienes manosean el sentir colectivo en los medios de comunicación son atajos de sentido único. Llevan a Kafka.
   La biografía del escritor disiente de su obra. Fue un modesto judío de Praga cuyo itinerario vivencial estuvo regulado por rutinas meticulosas. Las lentas caladas de su existencia no pueden interpretarse en clave literaria. Las relaciones con los demás fueron pobres, como si permaneciera en el umbral del otro, detrás de un cristal que asegurara un íntimo confinamiento.
   Borrado en lo diario, el hombre personifica el sopor del relato sin argumento. Observa el entorno y anota solo lo que sucede fuera. Desconcierta, porque el azar  legitima el absurdo. Sobre la mesa camilla de lo cotidiano leo a Kafka y el tiempo se deshace en nubes bajas. Pongo el brazo en su hombro y nos perdemos juntos en el espacio fértil de cualquier laberinto.
 

(Del libro de microrrelatos  Fuera de guion (Lastura, 2024)


lunes, 7 de abril de 2025

EN EL CAMINO

Soledad 
Fotografía
de
Adela Sánchez Santana 


Noches y días,
viajeros sedentarios 
sin cobertizo.




 

sábado, 5 de abril de 2025

CARMEN HERNÁNDEZ MONTALBÁN. ONDAS EN EL ESTANQUE (Aforismos)

Ondas en el estanque 
(Aforismos)
Carmen Hernández Montalbán
Prólogo de José Luis Morante
Aliar Ediciones
Guadix, Granada, 2025

 DUNAS DE AGUA

   
 
El expresivo título Ondas en el estanque, de Carmen Hernández Montalbán, tan contundente y visual, recuerda de inmediato el haiku más celebrado del clásico japonés Matsuo Basho: “Un viejo estanque. / Se zambulle una rana, / ruido del agua”.  El epígrafe parece el umbral de una introspección meditativa, un deseo de profundizar en la observación y trasladar sus dibujos verbales a la escritura. Naturalmente, entre la estrofa japonesa y el decir preciso del aforismo abundan los rasgos diferenciales; pero ambas estrategias expresivas comparten el afán de desprendimiento. Mantienen la pupila alerta, a punto de ver, ante un paisaje que exige capacidad sensorial y toma de conciencia; un minucioso cotejo de las estribaciones intimistas del yo interior. 
  Esta salida a descubierta de los aforismos requiere una aproximación inmediata sobre el tiempo de plenitud que vive esta modalidad expresiva. Durante siglos ha tenido una presencia secundaria entre los géneros literarios, sobre todo entre la novela y la poesía. Se desconocía casi al completo la tradición literaria en el tiempo y la obra de sus protagonistas más celebrados. Pero las redes digitales, entre otros factores, tan proclives a la inmediatez, los asuntos cambiantes y la urgencia de titulares efímeros han rescatado al minimalismo verbal de la condición precaria del ángel caído. Carmen Hernández Montalbán se incorpora gustosa al mediodía aforístico y reúne sus textos en las páginas de Ondas en el estanque, un libro con voluntad de ser y existir que refleja, con agudeza y concisión,  un mundo cercano, fragmentario y disperso.
   Desde el comienzo de la entrega se percibe una evidente inclinación hacia lo poético, hacia lo que se ha dado en llamar “aforismo lírico”,  frente a otras modalidades como los aforismos éticos o filosóficos que alumbran una clara tendencia moralizante. La sensibilidad de la autora entrelaza en cada esqueje verbal lenguaje coloquial y sentido poético. Así se vislumbra en estos ejemplos: “Tómate un baño de brisa, así espantarás tus miedos recordando el vuelo de los pájaros”, “En el mar habitan todas las melodías del universo”. Los escuetos desarrollos verbales no hablan de instantáneas provocadas por situaciones concretas sino que alumbran ideas que reflejan el continuo vaivén del pensamiento. La mirada es vigilia. Reclama los rasgos sutiles de cada detalle, siempre alejados de cualquier afectación, vestidos de humildad y cristalina transparencia. De este modo, cada aforismo contiene sendas invisibles de exploración y conocimiento; la voz de alguien que sabe que “la respuesta ha de vestirse con el traje de la interrogación”, aunque la realidad se disfrace de objetividad y cercanía.
  En Ondas en el estanque se establece un diálogo a dos voces entre palabras e imágenes. Los collages de Carmen Hernández Montalbán son etéreas construcciones imaginarias que firman alianzas con lo simbólico; no son instantáneas decorativas sino semillas que abren surco a las palabras para que estas se conviertan en dunas de agua.
   La propuesta de Carmen Hernández Montalbán, en su aparente sencillez, resulta compacta y bien construida. En ella convive el tono meditativo de la filosofía existencial y la voz conversacional de los sentidos, aderezada con un abundante despliegue de imágenes en torno a los sentimientos. La escritora encontró la belleza de esta forma breve en las obras del poeta, pintor y filósofo libanés Kahlil Gibran, cuyos aforismos atesoran hondura emotiva y conocimiento filosófico. Aquel magisterio impulsó una obra que entiende esta forma breve como un horizonte de significación, como un puente que enlaza sabiduría y el pensamiento. Con hábito paciente, su biblioteca ha ido sumando enunciados célebres de escritores, pensadores o artistas que han dado continuidad al despliegue verbal del aforismo en las voces de Antonio Machado, Rafael Sánchez Ferlosio y contemporáneos como Andrés Trapiello, José Luis Morante, Miguel Cobo Rosa y Miguel Ángel Arcas.
   En Carmen Hernández Montalbán la síntesis del pensamiento se conjuga con la práctica del collage digital, desarrollada en el intervalo temporal de los dos últimos años, en un ejercicio de taller, capaz de enriquecer la relación  entre ideas e imágenes. Sin duda, con un gusto autodidacta, acaso fomentado por las nuevas tecnologías, que se consolidan como puertas para explorar novedosas técnicas de creación de imágenes y vídeos.
   Los enunciados sentenciosos de Ondas en el estanque hacen de la búsqueda un punto de fuga. Plantean una vigilia sensible para que afloren las voces del silencio. Mantienen en su brevedad el entusiasmo de quien sabe que las palabras siempre necesitan la libertad del vuelo de algún pétalo.
 

                                                                                            JOSÉ LUIS MORANTE 

viernes, 4 de abril de 2025

EL PARKING

Dejad, los que aquí entráis, toda esperanza
LA DIVINA COMEDIA 
Dante Alighieri

 

                                                                         EL PARKING

     La ciudad dispone de un solo parking. Es una construcción con forma de zigurat cuyo exterior apenas muestra indicios de vida. Cuatro avenidas del callejero acogen sus entradas. Son portones con largas rampas dispuestas a engullir incansables atascos. Nada presagia que el interior alumbre una cronología sin relojes. Tras ocupar la plaza, conductores y pasajeros caminan a pie por itinerarios de ida y vuelta que fosilizan la paciencia. Entre el desconcierto y las grafías publicitarias, los aleatorios recorridos se repiten. Así pasan días y noches con lentitud de invierno subterráneo. Los usuarios van y vienen despacio, o duermen en los asientos de sus autos en raras posiciones fetales. Útero inmenso, el parking hace de sus salidas espejismos fugitivos de la memoria.

Del libro Fuera de guion (casi cien microrrelatos)

Editorial Lastura, 2024






jueves, 3 de abril de 2025

LLUVIA EN LAS CALLES VACÍAS


 
UNA CALLE VACÍA
 
Hoy recorren mis pasos esa calle
que no esconde ningún itinerario.
Todas las calles fluyen dócilmente
al mar de cualquier sitio,
cierran con parsimonia una distancia;
pero ésta alarga al infinito su trazado,
pretendiendo ignorar dónde concluye.
Amo el cuello sumiso de sus verdes farolas,
los reflejos chillones de sus autos a plazos,
la cal que habitan líquenes y musgos;
y amo sus papeleras, cielos para despojos,
singulares regazos donde nada perturba
el aliento feliz de lo caduco.

     (del libro Población activa, 1994) 


miércoles, 2 de abril de 2025

MICHAEL WATERS. POEMAS ASCENDENTES

Poemas ascendentes
Michael Waters
Traducción al castellano
de
Frances Simán
Ediciones El Ángel Editor
Colección El Otro Ángel
Quito, Ecuador, 2024

 

VIVIR EN EL DESPUÉS


    Aparece en castellano, fruto del incansable quehacer de la traductora Frances Simán, el volumen Poemas ascendentes de Michael Waters (1949). Residente en Ocean (Nueva Yersey), antiguo profesor de la Universidad de Monmouth, en West Long Branch, y esposo de la poeta estadounidense de origen rumano Mihaela Moscaliuc. Michael Waters protagoniza un fecundo transitar literario en verso y prosa que aglutina el ensayo La bicicleta y el alma (2024) y catorce títulos de poesía, entre los que se integran los poemarios Darling Vulgarity (2006), The dean of Discipline (2018), Cat (2020) y Sinnerman (2023). Además, ha coeditado varias compilaciones y su taller de autor ha conseguido el apoyo de prestigiosas instituciones como la Fundación Guggenheim y el Fondo Nacional para las Artes de Estados Unidos.
    La traductora integra como umbral una breve nota “Ascendencias” que clarifica su decisión de acercarse a la sensibilidad estética de Waters a través de la antología Poemas ascendentes, donde conviven conocidas composiciones de trayecto y algunos poemas inéditos. La lírica de Michael Waters se caracteriza por su tensión narrativa y por el uso de algunos núcleos temáticos recurrentes en torno a la evocación, el asombro intacto de lo cotidiano, la genealogía de la identidad o el sedimento de las relaciones sentimentales. El poema abre la conciencia a un relato que se va construyendo desde la incertidumbre, con una palpable cadencia versal que elimina el prosaísmo y lo acerca a un entrelazado de tiempos, entre la reconstrucción ficcional del pasado y el ahora mudable. El sustrato narrativo convierte al sujeto verbal en espectador. Se preserva lo anecdótico para transcender las circunstancias y buscar respuestas existenciales. Ejemplos de este formato expresivo encontramos en “El misterio de las cuevas” , “Leyendo a Dikens” y “Covert Street”.
   La naturaleza comparte el fondo de representación de Poemas ascendentes. Es un escenario imprevisible y capaz de mantener la imaginación despierta con su luminoso lenguaje. Sus paisajes conforman un universo físico cercano, que impregna la textura sensorial y ejerce en los estados de ánimo del sujeto una acción terapéutica. De este conocimiento del entorno natural se nutren los versos del extraordinario poema “Fresno verde, arce rojo, gomero negro”, del  que rescato algunos versos iniciales: “Cuántas veces me consolaron los nombres de los árboles, / cómo repetía para mí mismo fresno verde / mientras el matrimonio se consumía en el no-hablarse, / arce rojo cuando la ternura era cualquier cosa menos eso, / luego gomero negro, gomero negro mientras yacía junto a ti / en el no-dormir, en el no-hacer el amor…”
   Para dar variedad al hilo argumental, Frances Simán recoge composiciones diversas. Conviven en este amplio enfoque de asuntos la reflexión biográfica y los poemas derivados de viajes o reflexiones en torno al arte. La escultura de Donatello “Magdalena”, por su exacta expresión de la angustia, genera una notable indagación sobre la fragilidad existencial y el inevitable olvido. En la esencia del poema, como en otras composiciones, el tema del tiempo y la travesía vital donde la madurez y senectud enlazan con el intervalo auroral de la infancia y la indefensión de quien va recorriendo un camino de erosiones y pérdidas, entre la cercanía de lo inevitable. Tramo a tramo, las composiciones desprenden la sensibilidad comunicativa de la confidencia intimista, la persistente búsqueda de situaciones con un claro enfoque evocador. En la realidad habita lo diverso; pero en el patrimonio personal de cada identidad el pensamiento preserva también el reverso de lo que se aparenta, la memoria del humo que conmueve, más allá de la escarcha, y aflora hacia el exterior mediante la escritura.
    Cada poeta crea su voz singular, acumula coordenadas propias que establecen una poética intrínseca. En la poesía de Michael Waters es palpable la conexión entre experiencia biográfica y lenguaje. El autor sabe que los libros son puertas que permiten el encuentro entre recuerdos y símbolos, las señales que detectan las zonas transitables de la condición humana. Las palabras no son sólo palabras; constatan lo que sucede fuera; hablan también de que la escritura es siempre un horizonte abierto que no precisa más final que el aliento que guía cada verso: la cercana presencia de los sentimientos.
  En Poemas ascendentes encuentra significado la experiencia vital. Se apuesta por el intimismo y la proximidad del sujeto verbal, cuya voz en el ahora refleja el cauce manso de lo cotidiano, esas fotografías lúcidas que reflexionan sobre el sentido de lo existencial. La escritura acoge hitos temáticos perdurables: el amor, la muerte, la soledad y esos impactos mínimos que resaltan la fragilidad del ser transitorio en el cauce manso de lo cotidiano. Poesía viva, sensible, con el latido de lo perdurable.


JOSÉ LUIS MORANTE



 
 

martes, 1 de abril de 2025

LA PIEL DEL CACTUS

Sequía
(cactus de Níjar)

 

SABOR ACRE

 
Se  despeña a diario por el precipicio de la inteligencia.
 
Pieles con la compleja sensibilidad de cactus.
 
Imita a los paisajes áridos de la estupidez con el talento de un explorador.
 
Nunca niego el saludo a los ausentes.
 
Unen suelo y ceniza con una raíz de bergamota.
 
En el frío del amanecer tiembla el futuro y su escasa reputación.
 
Todo muy claro, dijo, y se adentró en el túnel.

(Aforismos de gris)



 

lunes, 31 de marzo de 2025

CALLEJÓN EN SOMBRA

Invitación al miedo
Archivos fotográficos
de
Internet

 

CALLEJÓN EN SOMBRA

 
   Me angustia la certeza de que algo no va bien. Hay detalles raros. Hasta ahora mi sombra asumía mi compañía, callada y diligente. Desde hace días escucho sus quejas; la noto cansada, abstraída, distinta cuando se proyecta sobre el pavimento. Con frecuencia se pierde al cruzar los semáforos o en deshabitados callejones, lo que me obliga a vigilar mi espalda de continuo y a multiplicar trayectos que no llevan a ninguna parte.
   Cuando miré atrás, hace un instante, intuí en el difuso encuadre de la cabeza ojos de luz. Lo entiendo; tiene una decisión tomada. El recelo me impulsa a mirar otra vez; fundida en la silueta de su mano percibo una pistola. Se alza detrás, con lentitud autoritaria. Quiere asesinarme.
   Lo urgente es escapar de un acto impune. La policía no sospecha que mi sombra dispara.

(Del libro FUERA DE GUION)




 

domingo, 30 de marzo de 2025

A VISTA DE PÁJARO

Transparencia
Río Ebro, Logroño

 

  
A VISTA DE PÁJARO
 
JOSÉ LUIS MORANTE
 
                                                                                               
Todo es siempre menos
 
JRJ
 
 
Extremó la prudencia verbal; no aventura palabras si no es en presencia de su diccionario.
 
***
 
Afrontar sin amargura, sin gestos de abandono,  que lo que pensamos oculta lo que somos.
 
***
 
Su cerebro contiene dos ideas; son tan opuestas que entre ellas cabe un sistema filosófico.
 
***
 
Al florecer el día  rompe la quietud del reloj un aforismo. Sorbos cortos.
 
***
 
Basta mirar la penumbra de alrededor para saber que no estoy.
 
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El puño cerrado de quien corta rosas.
 
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Una pobreza de hospitalidad irrefutable, capaz de ofrecer su vieja cama de faquir.
 
***
 
El silencio y su fuerza de convicción. Sabe quién responde cuando nadie llama.
 
***
 
El prudente convierte en coma cualquier punto final. 


(Antología mínima)