viernes, 28 de febrero de 2025

TRADUCCIÓN AL ITALIANO


 

AFORISMOS  DE  JOSÉ LUIS MORANTE

Traducción al italiano de GIULIANA CALABRESE

 

 Minucia interna; no encuentro en mi interior nadie en quien confiar.

Minuzia interna: dentro di me non trovo nessuno di cui fidarmi.

 

Si miras con atención el lugar que ocupas, donde estás no hay nadie.

Se osservi con attenzione il posto che occupi, dove sei tu non c’è nessuno.

 

 En el apagado discurrir del tiempo, adanes primigenios que aguardan todavía una manzana.

Nel placido scorrere del tempo, adami primigeni che attendono serbano ancora una mela.

  

En la madeja de la gratitud se apelmazan los hilos sueltos.

Nella matassa della gratitudine si addensano i fili sciolti.

  

En la poesía bucólica, espontánea colaboración de una coral ecológica: piedras, juncos, pájaros y nubes…

Nella poesia bucolica, spontanea collaborazione di una corale ecologica: sassi, giunchi, uccelli e nuvole...


Carne tranquila. Senectud.

Carne tranquilla. Vecchiaia.

 

 En las conversaciones con desconocidos los intermediarios más eficaces son la elusión y el silencio. 

Nelle conversazioni con gli sconosciuti gli intermediari più efficaci sono l’elusività e il silenzio.

  

La poesía es un yo caligráfico, angustiado por su propia identidad.

La poesia è un io calligrafico angosciato dalla sua stessa identità.

 

La autonomía imaginativa del sueño requiere folios blancos por su inclinación a lo imposible.

L’autonomia immaginativa del sogno necessita di fogli bianchi per la sua inclinazione all’impossibile.

  

El subconsciente poético confía en el potencial de los precursores.

L’inconscio poetico confida nel potenziale di chi ci precede.

 

 Punto de fuga. Nostalgia de un lugar que no existe.

Punto di fuga. Nostalgia di un luogo che non esiste.


(Selección breve de aforismos)






miércoles, 26 de febrero de 2025

LUIS FELIPE COMENDADOR. NO ESTAR COMPLICA EL IRSE

No estar complica el irse
Luis Felipe Comendador
IV Premio Nacional de Poesía Ciudad de Lucena Lara Cantizani
Editorial Reino de Cordelia
Madrid, 2025

 

PARNASILLO PARTICULAR

 
 
  Un título en apariencia henchido de humorismo paradójico No estar complica el irse compila los poemas más recientes de Luis Felipe Comendador (Béjar, Salamanca, 1957), reconocidos el 10 de enero de 2025 con el IV Premio Nacional de Poesía Ciudad de Lucena Lara Cantizani. El poeta bejarano conseguía un certamen muy joven, convocado por la Concejalía de Cultura del ayuntamiento cordobés, que sirve de homenaje y recuerdo al desaparecido profesor, poeta y gestor cultural Manuel Lara Cantizani.
  La insistente voluntad creadora de Luis Felipe Comendador impulsa un taller literario polivalente, cuya trashumancia expresiva aglutina literatura breve, artículos de prensa, quehacer narrativo y un intenso recorrido poético que se ha hecho acreedor de abundantes premios, con títulos conocidos como Paraísos del suicida (2001), Con la muerte en los talones (2004), Mañana no será nunca (2017), o La alfombra vejada del gran Lebowski (2024). Son obras que ratifican una estética habitual, un credo lírico que entrelaza reflexión existencial, dicción introspectiva y un fuerte sentido crítico de la peripecia vital y las relaciones sociales hechas de corrección política y gregarismo, de conformidad y asimetrías. De ese mapa de signos personales también participa la salida No estar complica el irse, un logro poético que conforma una relevante nómina del parnasillo particular del poeta. Comendador habla con verbo apasionado y luz inteligente con la esencia central de la poesía.
   Con la primera luz de la mañana, el sujeto poético moldea la singularidad estética de presencias centrales de la biblioteca para construir  soliloquios y monólogos dramáticos que trascienden el perfil literario de cada protagonista y desnuda su sensibilidad humanista y los claroscuros interiores. De este modo, en el primer poema ”Pere Gimferrer se confiesa con el agente provocador en Barcelona”, Luis Felipe Comendador dibuja al poeta novísimo como un ser frágil y cansado, invadido por el habitual lastre de decepciones y grietas que aloja el discurrir existencial; un cuerpo desmadejado y roto, como un cristal opaco, invadido por gotas de sombra y emboscado entre la incontinente fauna humana de la ciudad que recorre las calles hacia no sé dónde. Otro novísimo, Antonio Martínez Sarrión confabula en su diario íntimo el hartazgo de la etiqueta y la decisión de buscar a solas en la hondura de un bar deshabitado de Albacete esa conversación a solas con la finitud. Más allá del centro inaccesible del ego personal, lo vivido es un patrimonio gravoso. Hay que buscar la callada concordia del silencio en la experiencia biográfica, las sencillas respuestas del silencio final.
   Comendador anima la ruptura de la monotonía argumental dando sitio también al poema apelativo, al que busca en el tú un interlocutor que escuche los deseos más sensuales. Así sucede con el estimulante estar de Ana Rossetti, cuyo libro Indicios vehementes es infusión de fiebre para la química del deseo. El murmullo de lo pasional fragua turbación y cercanía; zarandea el pensamiento desvelado de quien duerme despierto por las voces de la inconsciencia.
  Las presencias convocadas tienen un incansable tensión del legado de la tradición cultural. Se dan cita en las composiciones, lejos de los ángulos intimistas de poetas amigos y compañeros generacionales, los habitantes de un prestigioso municipio literario en el que son vecinos Julio Cortázar, Severo Sarduy, Oliverio Girondo, Norah Lange, Paul Verlaine, Juan Gelman, Octavio Paz, César Vallejo o el mismo Luis Alberto de Cuenca… Un entorno literario germinal donde cada poema busca adaptarse a las peculiaridades literarias de cada protagonista y aprenden las costumbres de ser sombras ausentes: casi todos los convocados al plano inclinado del pensaminto ya no están. Y en ese hueco de su cuerpo solo las palabras se hacen permanencia, ponen un farol débil al fondo de la noche.
   En este catálogo de nombres propios tan significativos, la mirada poética de Luis Felipe Comendador se hace espejo. Recupera secuencias de instantes significativos de la vida diaria para no claudicar en la áspera lucha contra el tiempo. Desde esa distancia inacabable retorna al trasluz del presente la poesía con rostro humano, el inspirado aliento de caminos antiguos que ponen en su seno los pasos conocidos; las voces y los ecos. Como escribe el poeta, las composiciones son sentidos en alerta: “pupilas” que utilizan las mías para verme y hacerme ver en ellas, para abrir en la densa espesura del bosque el necesario claro.
  Aunque predomina el poema en verso libre, el escritor explora otros moldes expresivos como el haiku, sin duda, un hermoso guiño al quehacer afectivo de Manuel Lara Cantizani. El desaparecido poeta y amigo contribuyó, como pocos, a la aclimatación de la estrofa en el discurrir literario del presente, mediante talleres, ediciones de libros de gran belleza plástica y aciertos expresivos de primer nivel como la introducción en las aulas de Educación Secundaria del formato japonés. Otro poema que nos parece de gran interés es “Gabriel Ferrater se empeña en perecer”, donde se percibe una precisa poética personal: “Busco el desahogo de la discrepancia / la batalla hueca de la suficiencia, la precavida virtud de la edad,  / el usufructo de mis hipotecas, / la arbitrariedad de equivocarme…” . Son enumeraciones yuxtapuestas que parecen dibujar al escritor frente a sí mismo, en el confinamiento claustral de su taller en vela.
   Los lectores de la entrega anterior de Luis Felipe Comendador, La alfombra vejada del gran Lebowski percibirán entre ambos libros una clara continuidad, ese empeño de transcender la propia identidad y su geografía de emociones y sentimientos para habitar otra conciencia, para rescatar en el silencio la palabra del otro. Pero el acierto literario de Luis Felipe Comendador es excelente. Fragua un manojo de poemas que busca equilibrio entre el homenaje y la erudición de quien construye puentes con otras identidades. Son presencias convocadas con coordenadas de regreso en el paisaje interior de cada poema. Versos que despliegan su mapa comunicativo y convierten la tradición en sustrato germinal para dar solidez a un "muro de incontinencia y suelo mismo".
   No estar complica el irse llega desde la madurez expresiva del autor, desde una mirada que contiene una intensa voluntad de lectura; sus composiciones proyectan un árbol de luz que intercala recuerdos y olvidos, que tiende amarras al pasado para escuchar su voz. Poesía que busca la claridad gozosa del encuentro con quien aprende a ser sombra, sin la materia frágil de algún cuerpo.



JOSÉ LUIS  MORANTE




martes, 25 de febrero de 2025

EL LECHO DE LOS SUEÑOS


 
Acerca del sueño
 
                               a mi hija Irene
 
I     
 
Qué es el sueño, preguntas,
con la abrumadora ingenuidad
de quien me presupone una respuesta.
Y yo salvo el escollo
modulando una frase convulsa
en la retórica de los desconciertos.
Te digo: el generoso don
que la fatiga obtiene de la noche,
una brizna de luz escalando la sombra,
el envés de una historia
cotidiana y absurda;
tú misma, hija mía,
cada palabra tuya, cada gesto.
No sé si el sueño
es potestad del hombre
o comparten los sueños animales y cosas.
Ignoro de igual modo qué hilo teje
su textura de seda,
qué alzada confabula
su hermética apariencia
o qué brújula guía
la estela de sus viajes.
Sé que hay sueños tristes y gozosos,
oscuros y diáfanos,
ocasionales y obsesivos;
sé también que hay sueños tan hermosos
que el tiempo los indulta y perseveran,
y no envejecen nunca.
 
II

        A mi hija Ana
 
 
Hay sueños que una noche
consumen su existencia
y otros que se prolongan con los días.
Simulan los primeros
una especie común de lepidópteros
y acaban siendo pasto
del trastero y del polvo,
como un experimento vanguardista.
Levísimos planetas alumbran los segundos,
como estrellas fugaces que convocan
múltiples y azarosas travesías.
Ante nuestra mirada sus figuras componen
un paisaje celeste,
intangible materia en sereno reposo,
donde habita la luna del deseo.

        (De la antología Mapa de ruta, 2010)






 
 
 

lunes, 24 de febrero de 2025

EL BIÓGRAFO DE BORGES

Jorge Luis Borges
(Buenos Aires-Ginebra)

EL BIÓGRAFO DE BORGES
 
 
   Labró durante una década, con monolítico afán, una biografía de Jorge Luis Borges. Se encerró en la buhardilla, ahuyentó compromisos, propició un divorcio, y consultó casi toda la incontinencia escrita sobre el argentino universal: ensayos, cuentos, poemarios, reseñas, tesis, reescrituras y panegíricos circunstanciales. Tras la enésima corrección de pruebas, se editó la obra. En las librerías aquella novedad tuvo una presencia discreta y el cansancio aliviado de su autor nunca más hurgó en los esteros de las trabajosas páginas.
   Nadie percibió la única errata, una azarosa paradoja. Al completar el paréntesis vital confundió fechas. Anticipó la muerte en Ginebra ochenta y siete años antes del nacimiento en Buenos Aires. Son señales de humo de un lapsus que hubiera entusiasmado al mismo Borges.



(Del libro "Fuera de guion, Lastura, 2024)






 

domingo, 23 de febrero de 2025

ANTONIO MACHADO. ELEGÍA

Una conversación con Don Antonio Machado
Casa Museo del Poeta, Segovia
Fotografía
de
Adela Sánchez Santana

 
ANTONIO MACHADO. ELEGÍA
 
 
   Antonio Machado es uno de los poetas más significativos y transcendentes de la lengua castellana; su poesía no se contiene en el intervalo temporal que vivió el escritor, sino que enlaza con los magisterios germinales que cimentaron el milagro de su voz insomne y con la incontinente estela de discípulos que considera su obra un monumento lírico, pleno de relevante permanencia. La esencia de su escritura muestra una lúcida conciencia de lo humano. Conocer su biografía es descubrir al yo sentimental, con sus emociones y pensamientos, en el perfil exacto del sujeto poético. Las composiciones de Antonio Machado están habitadas; en ellas se perfilan las distintas etapas vitales y los devaneos existenciales que gestaron su periplo vital. Como escribiera Rafael Alberti: “el poeta lírico va diciendo su autobiografía en sus versos”.
 
(Poema “Retrato)

 
Mi infancia son recuerdos de un patio de Sevilla,
y un huerto claro donde madura el limonero;
mi juventud, veinte años en tierras de Castilla;
mi historia, algunos casos que recordar no quiero.
 
Ni un seductor Mañara, ni un Bradomín he sido
—ya conocéis mi torpe aliño indumentario—,
mas recibí la flecha que me asignó Cupido,
y amé cuanto ellas puedan tener de hospitalario.
 
Hay en mis venas gotas de sangre jacobina,
pero mi verso brota de manantial sereno;
y, más que un hombre al uso que sabe su doctrina,
soy, en el buen sentido de la palabra, bueno.
 
Adoro la hermosura, y en la moderna estética
corté las viejas rosas del huerto de Ronsard;
mas no amo los afeites de la actual cosmética,
ni soy un ave de esas del nuevo gay-trinar.
 
Desdeño las romanzas de los tenores huecos
y el coro de los grillos que cantan a la luna.
A distinguir me paro las voces de los ecos,
y escucho solamente, entre las voces, una.
 
¿Soy clásico o romántico? No sé. Dejar quisiera
mi verso, como deja el capitán su espada:
famosa por la mano viril que la blandiera,
no por el docto oficio del forjador preciada.
 
Converso con el hombre que siempre va conmigo
—quien habla solo espera hablar a Dios un día—;
mi soliloquio es plática con ese buen amigo
que me enseñó el secreto de la filantropía.
 
Y al cabo, nada os debo; debéisme cuanto he escrito.
A mi trabajo acudo, con mi dinero pago
el traje que me cubre y la mansión que habito,
el pan que me alimenta y el lecho en donde yago.
 
Y cuando llegue el día del último vïaje,
y esté al partir la nave que nunca ha de tornar,
me encontraréis a bordo ligero de equipaje,
casi desnudo, como los hijos de la mar.
 

   El poema se habrá de convertir en una memorable acuarela poética, aprendida de memoria por muchos lectores, y utilizada como inagotable paratexto de cuadernos, libros y antologías. Había aparecido suelto en el periódico El Liberal, el 1 de febrero de 1908. Heliodoro Carpintero, uno de los más tempranos estudiosos del legado poético machadiano, estimó que el texto fue escrito en 1906 (véase Ínsula, n.º 344-345 [1975]). 
 El poeta nació un 26 de julio de 1875 en Sevilla, en una extensa familia de ocho hijos. Los padres, Ana Ruiz y Antonio Machado Álvarez, conviván también con los abuelos paternos, quienes eran una fuente de ayuda permanente y un notable respaldo económico para el matrimonio. Gracias a su abuelo, eminente zoólogo, se trasladan a Madrid y entran en contacto con la Institución Libre de Enseñanza, un estilo de enseñanza que solidificará los mejores valores del poeta. Poco a poco la situación económica de la familia se deteriora hasta hacerse crítica, cuando mueren tanto el padre como el abuelo de Antonio Machado, las dos fuentes económicas que sostenían el hogar. Pero Antonio Machado y su hermano Manuel son jóvenes y todavía no tienen constancia del compromiso convivencial y de la urgencia de incorporarse al mercado laboral. Tienen una cierta inconsciencia utópica, y sólo aspiran a conocer desde dentro la farra celebratoria y bohemia de la capital. Se entregan a ella, con preferencia por el ambiente especular del teatro, pero enseguida aquel ámbito, lleno de tipos humanos extraños, les lleva a buscar otras aspiraciones artísticas. Marchan a París, primero Manuel y luego Antonio, donde profundizan en el conocimiento del modernismo que, desde primeros de siglo, se consolida como la tendencia estética más representativa.
   En 1902 aparece la amanecida poética de Antonio Machado, Soledades, conjunto de composiciones líricas que aglutina después Soledades, Galerías y otros poemas. Es el año 1907, iAntonio Machado busca independencia económica como enseñante y se traslada a Soria, tras aprobar unas oposiciones a profesor de francés en un instituto. En Soria su vida sentimental conoce un tiempo de emotiva plenitud. En la contenida ciudad castellana se enamora de una joven que apenas acaba de superar la adolescencia. La amada es una niña aún, y el enamorado profesor tiene que esperar para casarse con Leonor, a quien lleva más de quince años. También queda marcado por la geografía del lugar, un entorno físico que convierte en paisaje interior y que moldea su sensibilidad estética… Aquel amplio horizonte de emociones y sentimientos, poco a poco, va haciéndose poesía. Las composiciones compondrán Campos de Castilla.
   En 1910 el matrimonio parte a París con una beca para la ampliación de estudios de Antonio Machado. En la capital estudia junto a Bergson y frecuenta a Rubén Darío. La experiencia no pudo ser más desastrosa. Su mujer Leonor cae enferma y morirá a la vuelta a Soria, en 1912. La soledad se le hace insoportable. El poeta busca escapar y cambiar si no de vida, sí de escenario. Llega a Baeza donde vivirá los siguientes siete años. En esa época se concentra en el estudio de la filosofía y por lo que respecta a la poesía, conocerá al poeta de Granada Federico García Lorca. Revive en él, quizá gracias a esa amistad, el gusto familiar por el folclores y la música popular. Su producción se renueva con el libro Nuevas canciones. 
   Destinado como profesor de francés, Antonio Machado llega a Segovia el 25 de noviembre de 1919. Se aloja en una modesta pensión de la calle de los Desamparados, ahora convertida en Casa-Museo. Hoy recorro sus habitaciones que siguen preservando un aliento de época. Antes de adentrarme en la casa, he realizado fotos del busto del poeta esculpido por  Emiliano barral y he conversado largamente con César, quien regenta la pequeña librería de viejo del patio, donde he comprado algunos ejemplares.
La visita guida se inicia en el pasillo, donde están las fotos de la patrona, quien mira a la cámara con el orgullo de cumplir las normas de la hospitalidad ante un huésped tan ilustre. Cerca de allí, la cocina despliega un inventario de cachivaches domésticos que se completan con la inefable máquina Singer, donde las amas de casa consumían su tiempo entre labores. En la alacena, de suelos rojizos, la aceitera, los cántaros, la caja metálica para cobijar las galletas… detalles que hablan de un ambiente muy similar en casi todas las casas castellanas.
   En el salón, con amplia mesa y ventana despejada se celebraban las tertulias o se esperaba con resignación el escueto refrigerio; no eran días para el agasajo. En las paredes fotos de la hermosa Leonor y del poeta, la partida de matrimonio, portadas de periódicos de la época donde colaboraba Machado e imágenes de los acontecimientos que saludaron la llegada de la segunda república. También primeras ediciones y algunas estanterías con los libros del poeta. La más entrañable pieza del museo es la habitación de Don Antonio: amplia cama de cabezal metálico, mesa camilla, alacena y espejo donde todavía se contempla la sombra del poeta.
  Empieza a anochecer cuando abandono la casa del poeta. En mis manos los nuevos libros. Abro Proverbios y cantares.


sábado, 22 de febrero de 2025

RESACA (Fonollosa en la mesilla de noche)

José María Fonollosa
(1922-1991)


RESACA

                                (Fonollosa en la mesilla de noche)

Soy un tedio vulgar lleno de libros.
Petrifico mis horas
entre conspiraciones de salón.
Me gusta escuchar jazz
por el temblor desnudo
que sostiene su música.
Tengo un amigo o dos;
qué multitud formamos
si compartimos juntos
algún desdén festivo y amarillo.
Adquirí la costumbre
de prodigar latidos
como si repartiera recompensas.
En otra vida amé
y un leve roce me trastocaba la fisiología.
Aparento deseos
cuajados de grandiosa intensidad.
Son raros los difuntos que acreditan
tanta fulguración y lozanía.
Soy un muerto ejemplar:
no merece la pena suicidarse.

      ( La noche en blanco, Premio Hermanos Argensola, 2005)



  
 

viernes, 21 de febrero de 2025

ABRIR LAS ALAS


 

ABRIR LAS ALAS
 
(Aforismos)
 
 
Solo habla consigo cuando hay un intérprete disponible.
 
La impaciencia aconseja hornear semillas.
 
El toldo del tragaluz es un oxímoron.
 
Entre los misterios de la inteligencia, el empeño de ocultarse a diario.
 
Quien no sabe dónde ir  mantiene siempre un inquebrantable compromiso con el traspiés.
 
La humildad cumple con mérito la función de ser nota a pie de página.
 
Rareza: una amistad sin ánimo de lucro.
 
Cuando aletea cerca, el optimismo recuerda la mínima vibración de una libélula.
 
Esas voces que visten a diario papel de lija y ganan altura cuando callan.
 
Acabé identificando su belleza con el vacío; en ella, todo es nada.
 
Es acaparador y avaro; cuando respira guarda el oxígeno y el anhídrido carbónico.
 
Qué triste la lectura volátil, la que no tiene huellas dactilares.
 
 
(José Luis Morante)
 
 




 
 

jueves, 20 de febrero de 2025

OSCAR WILDE. PERFIL DEL GENIO

Oscar Wilde
(Dublín, 1854-París, 1900)

PERFIL DE UN GENIO 

 Siempre que escucho el sustantivo "genio" pienso de inmediato en Oscar Wilde, aunque recuerde su obra de modo difuso y fragmentario, con mucha menos nitidez que las sobrecogedoras incidencias biográficas que convirtieron al escritor en víctima de la intolerancia, la oscuridad mental, el desprecio social y la hipocresía.
   Oscar Wilde personifica una contundente paradoja: la derrota total y el espejo roto de la biografía como necesario umbral de la victoria contra el tiempo. El irlandés moldeó una inteligencia subversiva, inclinada de continuo a la confrontación con el poder establecido. Su personalidad delinea al esteta total que quiso convertir su vida en arquetipo de belleza, al margen de convenciones sociales, empeñado en vivir una existencia discorde, de placer y ludismo. Fue un temperamento transgresor que asumió para si la inevitable presencia del fatum, el aliento mortal de un destino crepuscular y decadente que implicó la ruptura total con el entorno y la soledad más absoluta en el útimo viaje hacia la nada.

(Anotaciones del diario))



miércoles, 19 de febrero de 2025

EQUIPAJE




EQUIPAJE

Estas palabras son el equipaje,
el reclamo de una falsa grandeza,
de un terco deambular que viaja solo
en el vientre de un tren equivocado.
Y recelan mirar por la ventana
porque guardan su ayer en la retina
y saben que si cruzan el cristal
verán muy diferente orografía.
Fueron la intrepidez que se desplaza
a dominios ignotos del planeta.
Dejó el regreso abiertas cicatrices,
hechas de laberintos y distancias,
que otros celebrarán desde el asombro.
Mi desamparo arrojará al silencio
que fue cada estación una renuncia,
un paso dado hacia ninguna parte.

    (Antología "Mapa de ruta", Granada, 2010)







martes, 18 de febrero de 2025

MARÍA PILAR CONN. LA SOMBRA QUE CARGAMOS

La sombra que cargamos
María Pilar Conn
Prólogo de Manuel Madrid García
Cuadranta Ediciones
Murcia, 2024

 

HACIA EL CREPÚSCULO


 
   Un recorrido por el quehacer creador de María Pilar Conn (Indianápolis, USA, 1968) muestra de inmediato la convivencia de facetas como la poesía, la narrativa –centrada casi siempre en la ficción gótica- y la ilustración. La autora, con domicilio desde hace décadas en Murcia, ciudad donde estudió Artes y Oficios, colabora habitualmente en cuadernos ilustrados y publicaciones digitales, mientras impulsa un camino poético que ya ha dejado en las estanterías las entregas La almendra y el maíz (2019) y Paseando con Schopenhauer (2020). En el taller de la escritora la poesía sigue marcando pasos firmes, como se hace palpable en la nueva salida La sombra que cargamos (2024), cuya cubierta, cargada de onirismo, es de la propia autora.
   María Pilar Conn sedimenta su poemario en el canon y deja sitio a citas de clásicos como Séneca, Miguel Hernández y Carmen Conde. Añade además un liminar, claro y sosegado, de Manuel Madrid García, cuyo título es “Ansias de profundidad en la poesía”. En él se indaga el ideario estético recordando que cualquier tema es poético si consigue transcender lo cotidiano y ajustar la exacta dimensión de verdad y belleza, esa capacidad silente de “buscar el misterio de la vida” detrás de las palabras. El fluir lírico se hace testigo para comprender los azarosos itinerarios de emociones y sentimientos mediante la elegancia de estilo, la riqueza imaginativa, y la lograda expresividad de un léxico intimista y reflexivo, con un denso sustrato de lecturas filosóficas.
  Tras el sondeo del texto introductorio, la poeta añade su mirada al espejo del verso con una interpretación reflexiva en torno al sentido del poemario. La escritura germina entre la incertidumbre y la confidencia compartida. Se interroga a sí misma sobre el milagro de existir en un universo “vasto y asombroso” en el que nuestro cuerpo percibe que la existencia es perecedera y vulnerable, un continuo proceso impulsado por el conflictivo convivir entre realidades y sueños.
  Desde el comienzo de La sombra que cargamos, junto a la riqueza de imágenes, emplea una expresión coloquial que lleva en su semántica un claro sustrato de resignación. Se escucha el empeño de la voz poética de habitar las composiciones con el recuerdo de presencias cercanas que abrieron el camino del tiempo hasta el presente. La evocación recobra la claridad azul de los que dejaron entre las manos las respuestas sobre el transitar de la temporalidad. La inexorable marcha de los días desprende una continua sensación de despojamiento. Va recortando sueños y creencias para perfilar la esencia del estar, la lumbre cálida de lo que de verdad importa porque da claridad a los enigmas de la travesía vital: “No hay droga que calme el clamor que hay en mi interior. / Contemplo el valle oscuro desplegado frente a mí. / Termino las noches de insomnio / observando la nebulosa que gira en el cielo. / Mi conciencia, una venganza / que no me deja libertad para huir.”.
   El avance del libro llena de mutaciones la existencia. El sujeto, como espectador de su cauce vital, advierte cómo el tiempo abre etapas sucesivas que nos llevan hacia la madurez y más tarde hasta la senectud. El envejecimiento es inevitable y solo deja entre las manos soledad y silencio, un entorno decrépito de erosiones que acercan hacia un territorio que solo deja sitio a las evocaciones y recuerdos. El amanecer cotidiano reescribe la caligrafía gris de una melancolía anunciada; llena las pupilas de ensimismamiento y soledad, mientras todo alrededor se desvanece. La vejez difunde la sensación de que todo está lejos. Se hace necesario ceder la palabra a los recuerdos para que recuperen vivencias e instantáneas que pudieron haber sido alguna vez. La luz crepuscular extiende sobre las cosas la piel envejecida de la resignación. Se deshilacha la mente, mientras las horas dejan su latido con la pereza de lo rutinario. El vacío va colonizando cada rincón de la casa y la conciencia hace suya la sensación de que cada existencia es un paréntesis cerrado de finitud, un cuarto oscuro y triste que pone a cada sensación una etiqueta de material perecedero que un día dejará de existir.
   En las composiciones finales perdura el enfoque crepuscular de quien se siente una difusa mota de polvo perdida en la profundidad del universo. La insignificancia no deshace lo evidente; el cuerpo es un caminar polvoriento hacia el vacío mientras la nostalgia copa casi por completo la conciencia de ser.
  Los poemas finales buscan líneas argumentales que subrayan la sombra: “La nada”, “El hombre mayor”, “La espera” y “El jubilado” muestran un existir zarandeado por el cansancio que siente cerca el aliento de nieve de la muerte. Cuando el viaje existencial parece acercarse al último andén, no queda nada por hacer salvo esperar y aceptar los parámetros de caducidad. Las palabras vislumbran el viaje hasta la sombra. Quien hace balance del tiempo personal cobija un patrimonio inevitable de equivocaciones y errores, de decisiones que alejaron el corto vuelo de los sueños cumplidos. Otra vez la tristeza parece ser un centro orbital en la poesía de Maria Pilar Conn. La escritora deja un recorrido poco complaciente con el transitar del yo profundo, como si la tristeza fuera el auténtico reflejo natural de lo cotidiano, como si el viaje interior por la conciencia nos mostrara un equilibrio aleatorio entre la sombra y el fulgor, entre el pesimismo y la creencia personal. Mantener un alba de esperanza requiere una verdad sólida y perenne, una chispa encendida para que, más allá de las sombras que cargamos, el párpado descubra una sonrisa, la sanación cercana de lo transcendente,  la claridad solar del universo.  



JOSÉ LUIS MORANTE




lunes, 17 de febrero de 2025

CASO CERRADO

Interrogatorio
Archivo
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CASO CERRADO
 

 
   Pregunta otra vez, con el chisporroteo del cansancio. Sin mover los labios:
-¿Edad?
-No sé ,desde qué año mi madre sospechó que esta minúscula existencia tendría algún futuro…
  Calla y suspira. Cierra otra vez los ojos. La nueva pregunta tarda en abrirse paso. Cuando llega, arrastra sílabas inaudibles…
-Tampoco hay datos de tu vida laboral.
-No los hay, claro, es inexistente aunque, de cuando en cuando, el pensamiento urgía a buscar la calle, al encuentro de un futuro oficio. No llegó nunca. Después me detenía en cualquier parque, esperando que la voluntad durmiese contraída.
   Agacha la cabeza y entreabre la boca humedecida. Se acerca un poco al empujar la voz:
-¿Sabes la fecha del suicidio?
Las palabras a oscuras responden por mí:
-Hace poco, todavía escucho los restos náufragos de una conversación al otro lado. Las dudas gotean sin enigmas ni claves. Soy un caso cerrado.

(Del libro Fuera de guion, Lastura, 2024)



domingo, 16 de febrero de 2025

LAS HORAS DE SILENCIO

Mulholland Drive (2001)
David Lynch

 LAS HORAS DE SILENCIO

Pertenezco al copioso batallón de los torpes visuales. No veo genialidad en la singular concepción estética de la película Mulholland Drive (2001). Sobra complejidada argumental y se disfrutan muchísimo algunos intervalos, cuajados de matices, como los bellísimos primeros planos de Naomi Watts y Laura Elena Harring, o la intacta rebeldía de algún personaje como el director de cine, sin duda un reflejo especular autobiográfico. La película obliga al continuo por qué, es extraña y hermética, como esas raíces nutricias del propio David Lynch.

Antes de que me convierta en un logrado epicentro de soledad voy a tener que ir completando un largo inventario de amistades diluidas, esos rastros líquidos que ya no apagan ninguna sed.

Zarandeada por la contingencia apenas lee. En uno de sus paréntesis lectores concluye la antología y cierra el libro con la mayor decepción: es una propuesta nefasta; ella no está.

La voz resentida necesita de continuo descargar la culpa en otros.

(Anotaciones del diario)






sábado, 15 de febrero de 2025

FAUSTINO LOBATO DELGADO. DONDE EL ALMA IGNORA

Donde el alma ignora
Faustino Lobato Delgado
Prólogos de  Fernando Jaén, Luis Oroz
y Sandra Martínez
Ilustraciones de Juan Manuel González
Editorial Olé Libros, Colección Poesía
Valencia, 2025

 

RESISTENCIA

   Con ilustraciones interiores y de cubierta de Juan Manuel González, Faustino Lobato Delgado (Almendralejo, Badajoz, 1952) extiende itinerario poético con Donde el alma ignora, otra vez de la mano de Olé Libros, el incansable proyecto de Toni Alcolea, donde apareció también su entrega anterior En el alfabeto del tiempo, prologada por el poeta, crítico y ensayista José Antonio Olmedo López-Amor.
   La edición de Donde el alma ignora se singulariza porque incorpora como apertura un código QR interactivo que permite, tras el escaneo, escuchar al poeta recitando sus textos, como un audiolibro. No es la única sorpresa del poemario; el título cuenta con tres prólogos, firmados por el poeta y médico Fernando Jaén, el escritor Luis Oroz y la correctora y compañera de tertulia Sandra Martínez. Los tres nombres tienen en común su relación con la experiencia temática del libro y con la emotiva dedicatoria de gratitud hacia el quehacer sanitario, siempre puente entre la fragilidad y la esperanza.
   Los prólogos también marcan, cada uno con su peculiar enfoque, el contenido de esta compilación poética y su estructura argumental.  La nueva entrega mantiene la habitual escritura figurativa del poeta extremeño, muy bien comentada en el texto introductorio de Fernando Jaén, quien analiza la vivencia del yo poético como experiencia de autoconocimiento y sanación, como apertura a un ser renacido que retorna su viaje hacia lo cotidiano sabiendo que cuerpo y mente se enlazan en la fragilidad de la existencia. Luis Oroz, desde un enfoque más íntimo y personal, se centra en el impresionismo íntimo de una voz lírica inteligente y sencilla, que trasmite sensibilidad y pensamiento filosófico ante la incertidumbre y lo efímero que marca la travesía vital. Por último, Sandra Martínez Martín explora la travesía creadora del poeta y su crónica hasta llegar al yo profundo desde el hospital como espacio del dolor, pero también como esperanza de sanación y retorno a lo diario, como apertura a lo paradójico y contradictorio. No pasa inadvertido en este tercer prólogo el sondeo en el metalenguaje y la incisiva descripción del epitelio emocional, capaz de verbalizar el dolor y la angustia de lo inesperado.
   La primera parte, “Exodo” amanece con citas de Ángela Álvarez y Karmelo C. Iribarren y convierte al hospital en espacio de representación existencial, como un lugar ajeno, en el que se cobija el naufragio y se hace tránsito para la inquietud y la conciencia de lo frágil. El paraíso se hace un lugar utópico y lejano mientras la vida adquiere la desvaída dimensión de una ofrenda, de un temblor frío, lleno de miedos e intemperie.  El poeta en este tiempo de reclusión hospitalaria escribe, junto a  las composiciones, notas clarificadoras de la experiencia vivida, como si necesitara precisar la vivencia en su justa dimensión. La soledad acoge cerca a los otros, como reflejos del singular árbol del cuerpo que solo aspira al regreso a casa, a la vuelta al hogar y a sus sonidos, a esos entrañables paisajes de la costumbre que convierten la vida en hábitos.
   Ese tramo de retorno que conforman los poemas de “Sonido” adquiere en la voz del poeta afinidad clásica con el inacabable viaje de Ulises en su vuelta a Ítaca. La identidad recupera su entorno de siempre, ese espacio concreto y personal que aglutina miradas y deseos, que encarna, con emoción y transparencia un sueño desvelado. Si hasta este apartado predominaba el poema enunciativo, el cauce abierto de la descripción directa, el poeta introduce ahora la cadencia del haiku. La estrofa japonesa se hace poesía de sensación e instante, pero también recuerdo y homenaje del quehacer literario de José Antonio Olmedo López-Amor, uno de los mejores estudiosos de la estrofa y de su implantación en la sensibilidad occidental.
   La mirada a la propia poética enaltece la sencillez y el tono natural de los versos; la voz humilde rechaza la ornamentación gratuita para esbozar una estética cercana al prosaísmo, una escritura sin relumbre pero dispuesta a cobijar el misterio de la vida diaria, esa fluencia de espacios y tiempos que busca el equilibrio entre expresión literaria y experiencia biográfica.
   La fuerte unidad interna del poemario tiene en “Temblor” su apartado de cierre. Esa sacudida interior que convulsiona pensamientos y sentimientos convierte a los otros en depositarios de autoconocimiento y extrañeza; ellos están ahí para conformar un tapiz de palabras que es, al mismo tiempo, olvido y memoria, signos que marcan los límites del propio ser, ese movimiento continuo entre el orden y el caos, el rescoldo que el tiempo poco a poco va convirtiendo en ceniza.
   Donde el alma ignora de Faustino Lobato Delgado hace de la mirada poética una crónica intimista y cercana de la fragilidad del paso existencial y de los paisajes interiores del sujeto. La poesía impregna cada uno de nuestros actos, cobija el sufrimiento y la esperanza. Enciende una luz dentro; es una senda que desvela la sensibilidad de quien alumbra miedos y certezas, asombro y voluntad para el retorno. Palabras que abren la conciencia para la sanación de un sueño en vuelo.   
 
 JOSÉ LUIS MORANTE




viernes, 14 de febrero de 2025

EL AFÁN DE PENÉLOPE


Celebración del regreso
(Londres)
Álbúm familiar

 PENÉLOPE


Antes de que la rosa de los vientos
desperdigara por la lejanía
treinta y dos direcciones,
respirabas el afán de Penélope,
ese tejer paciente que adivina
cuándo se cumple el tiempo de regreso,
la destreza de Ulises con el arco,
la roja espera de los pretendientes.


             ( Del libro La noche en blanco, 2005,
             Premio de Poesía Hermanos Argensola) 

jueves, 13 de febrero de 2025

LA TAPA DEL TARRO

Levedad
Fotografia
del archivo general
de
Internet



 EN EL BORDE DEL TARRO


   A solas, la niña busca en el ventanal del dormitorio unos gramos de luz. Desenrosca con maña inquieta la tapa del tarro. Sospecha que escapará de su interior un dragón contraído. Ya imagina en sus manos el peso abrumador. Desecha el miedo y tiene suerte. En el borde del frasco roza sus dedos el vistoso arcoíris de un colibrí.


(Del libro Fuera de guion, Lastura, 2024)



 


miércoles, 12 de febrero de 2025

GIMNASIA MENTAL

Cuerpo sano
Fotografía publicitaria
ARCHIVO DE INTERNET

A PIE DE CALLE
 

 No soporto la lluvia de anglicismos innecesarios en el mecanizado vientre del gimnasio. Sólo aunmenta mi propensión al sedentarismo de la lectura, a la humilde gimnasia mental.

Anoto una cita del poeta japonés Matshuo Basho: "No sigas el camino de los antiguos. Busca lo que ellos buscaron".

La amistad tiene la duración de un día completo, entre la amanecida y el ocaso.

Es tan evidente en el poderoso mandatario la limitación mental que en cada una de sus actuaciones, recurre al titular o al cuerpo de letra grande para que la estupidez multiplique su onda expansiva. Los buenos discursos políticos están ausentes.

La madurez es el hecho de acumular tiempo en el que no sobran las respuestas sino las preguntas.

(Notas del diario)




martes, 11 de febrero de 2025

LOS CAMINOS SIN META

Las Cogotas (Ávila)
Fotografía
de
Rubén Sánchez Santana

ABRIR LAS ALAS

 

(Aforismos)

 

 
Solo habla consigo cuando hay un intérprete disponible.
 
La impaciencia aconseja hornear semillas.
 
El toldo del tragaluz es un oxímoron.
 
Entre los misterios de la inteligencia, el empeño de ocultarse a diario.
 
Quien no sabe dónde ir  mantiene siempre un inquebrantable compromiso con el traspié.
 
La humildad cumple con mérito la función de ser nota a pie de página.
 
Rareza: una amistad sin ánimo de lucro.
 
Cuando aletea cerca, el optimismo recuerda la mínima vibración de una libélula.
 
Esas voces que visten a diario papel de lija y ganan altura cuando callan.
 
Acabé identificando su belleza con el vacío; en ella, todo es nada.
 
Es acaparador y avaro; cuando respira guarda el oxígeno y el anhídrido carbónico.
 
Qué triste la lectura volátil, la que no tiene huellas dactilares.
 
 
(José Luis Morante)
 
 
 

lunes, 10 de febrero de 2025

AFORISMOS E IDEAS LÍRICAS DE JUAN RAMÓN JIMÉNEZ

Aforismos e ideas líricas de Juan Ramón Jiménez
José Luis Morante (Edición, selección y prólogo
Edición de la Isla de Siltolá
Colección Aforismos
Sevilla, 2028

  

Los aforismos de Juan Ramón Jiménez

  

  Juan Ramón Jiménez (Moguer, 1881- Puerto Rico, 1958) es una figura clave de la literatura española contemporánea. Sobre este autor tutelar se han prodigado los estudios sistemáticos, casi siempre nucleados en torno a la poesía y, en ocasiones, sobre las complejas dimensiones biográficas que no acaban de alejar algunas sombras: el desafío permanente a la vida social desde un aislamiento casi huraño, la independencia estética, el incansable afán perfeccionista  y esa imagen de escritor aséptico, poco enlazado con el convulso paréntesis histórico que le tocó vivir. Pero lo concerniente a su producción aforística parece ocupar un segundo plano, aunque sea una pared básica del edificio alzado en el discurrir, a pesar del ejemplar rescate realizado por Antonio Sánchez Zamarreño. Tras veinte años de esfuerzo investigador, el hispanista solventó algunos obstáculos básicos como la dispersión, la multiplicidad de versiones o la temática heterogénea para dejarnos una versión canónica de la aforística  de Juan Ramón. El libro Ideolojía, volumen cuarto del corpus completo Metamórfosis, explora un territorio esencial y sirve de introducción a otras antologías como las preparadas por Andrés Trapiello y Juan Varo, que alumbran visiones parciales, ya que el escritor estuvo activo durante más de medio siglo haciendo de sus aforismos un elemento de continuidad entrelazado con su obra poética.
   Aforismos e ideas líricas selecciona entre el voluminoso despliegue lapidario –el mismo escritor cifraba en más de veinte mil sus textos breves- una muestra  fuerte, de más de ochocientos aforismos, una selección suficiente y capaz de recuperar una competente guía de argumentos, repleta de inteligencia y sensibilidad creativa. Esa maduración coherente del trabajo aforístico se distribuye en seis tramos que aglutinan un fértil quehacer extendido en el tiempo entre 1897 y 1954. En él se perciben algunas influencias de base, desde los magisterios más tempranos de Kempis, Nietzsche, Marco Aurelio, Pascal o Chamfort, hasta los derivados de su formación en la Institución Libre de Enseñanza, o de contemporáneos como Antonio Machado y Miguel de Unamuno.
   La exploración argumental es ecléctica. la perspectiva creadora evoluciona o rehabilita intereses, pero siempre se caracteriza por una relación intensa entre existencia y labor literaria. Concede a su enfoque una fuerte dimensión ética impregnada de pensamiento filosófico. Para Juan Ramón Jiménez la perfección no es un concepto abstracto sino un camino que recorre con fervor interminable hacia la plenitud: “Pensemos más con las manos”, escribió en uno de sus aforismos, como si en él la provisionalidad no tuviese sosiego y necesitase estar sometida a la inquietud y a la perenne revisión. Hechizado por la perfección, buscaba el equilibrio total de la obra, el anhelo de lo completo.

JOSÉ LUIS MORANTE



 

    

domingo, 9 de febrero de 2025

LOS MIRLOS

Los otros

 

LOS MIRLOS


Cobijada en el árbol de la terraza, la pareja de mirlos rompe el olor a silencio. Todavía en mis ojos los resignados ecos de la noche. Se queda en la mirada un cielo azul e inacabado, que cuenta despacio los primeros pasos de sol. Siento frío.

(Notas del diario)




sábado, 8 de febrero de 2025

ESCRIBIR EN RIVAS

Entrevista en casa sobre revistas literarias
Rivas Vaciamadrid (Madrid)

 

ESCRIBIR EN RIVAS

 
   Hace unos un poeta joven me pedía organizar una presentación en Rivas de una novedad poética. Respondí con cierto desánimo que la asistencia a los eventos literarios en la localidad está bajando de forma alarmante. Tal vez sea la percepción subjetiva de un hombre cansado, o acaso la competencia desleal de tantas plataformas digitales y tanto gimnasio. Hace unos años -mis álbumes de fotos lo confirman - Rivas era una localidad puntera y de avanzada que acogía cada semana una lectura poética de las mejores voces . Ahora todo tiene la cadencia del recuerdo, de ese mirar atrás que nos convierte en estatuas de sal. Queda la gratitud por lo que ha sido y agradeceré siempre la buena disposición y el clima general de colaboración de la Concejalía de Cultura y de la Universidad Popular, que han hecho posible el nacimiento de la revista Luna Llena, una iniciativa de un grupo de amigos y vecinos empeñado en que la creación literaria llegue a la inmensa mayoría, como manifestó en su día Blas de Otero. "Queremos que la poesía esté en la calle, como la rosa o el pájaro y sea un hecho medible y constatable…” Así comenzaba la presentación del  número cero de la revista Luna Llena en la ya desaparecida estructura provisional de la Universidad Popular en 1990, cuando nuestro municipio apenas contaba con unos miles de habitantes que iniciaban una nueva aventura personal, todavía por hacer. Y ese proyecto fue mi primera inmersión en el tejido asociativo de Rivas. Desde entonces han transcurrido más de treinta y cinco años, he participado en decenas de citas culturales y he escrito más de treinta libros que alternan poesía, ensayo, aforismos y autobiografía.
   Nunca he creído en la idea de un creador desgajado de su contexto. Soy un ciudadano que vive con intensidad los pormenores diarios de la calle y que intenta reflejar en la página los rasgos figurativos de un entorno común que engloba la individualidad y lo colectivo. Por eso, creé a principios de los años noventa la revista Luna llena, propuse los talleres literarios municipales, coordiné durante una década la revista gráfica y de textos Prima Littera y estuve compartiendo la primera fila de las Jornadas de Historia de Madrid, que fusionaban historia, arte y literatura, y tuve un papel activo en el ciclo Una biblioteca, un libro que trajo a la biblioteca José Saramago y al Centro Federico García Lorca a los mejores poetas y narradores del momento, convirtiendo la cita con la lectura en un hecho cotidiano. Con nosotros José Hierro, Francisco Umbral, Ángel González, Luis Mateo Díez, Almudena Grandes, Juan Manuel de Prada, Andrés Trapiello, Francisco Brines, Félix Grande, Francisca Aguirre, Clara Sánchez, Ada Salas y tantos otros que sembraron dedicatorias y abrazos, que hicieron de mi biblioteca una casa sosegada y llena de luz.  
   Aquellas iniciativas siempre tuvieron un refrendo de público notable. De hecho, muchos invitados elogiaron, una y otra vez, el peculiar carácter del público ripense y esa manera de confrontar sus versos con sensibilidades despiertas y receptivas. Y la repercusión de los eventos programados fue grande porque las revistas de información local  siempre prestaron sus páginas con generosidad a la literatura.
   Ahora, cuando la ausencia de público amenaza con segar cualquier iniciativa, Rivas se ha consolidado como municipio y ha hecho de la cultura una de sus señas de identidad. Sus instalaciones, servicios y programaciones no tienen parangón con otros municipios madrileños. Pero se corre el riesgo de que lo conseguido en tantos años de esfuerzo se volatice. Conviene, pues, estudiar otras formas de financiación, disponerse a ser generosos, aportando  ideas y recursos.
  Mi postura personal es conocida. La cultura no pertenece a ningún monopolio ideológico ni depende de la voluntad de un cargo público transitorio; es una obligación intrínseca a la persona, un derecho y un deber. Y en eso estamos, con el folio sobre la mesa, el ordenador encendido y la ilusión inalterable de seguir andando por las calles de Rivas  “verso a verso”. 



viernes, 7 de febrero de 2025

CORTAR EL TIEMPO CON LA MANO

Ávila, 1972
Estudiando COU

 

CORTAR EL TIEMPO CON LA MANO

 
 
 
El pesimista es tan clarividente que anticipa el fracaso.
 
*
 
La autobiografía convierte a otro en protagonista.
 
*
 
Ideas de saldo; necesitan un lenguaje primario, como esos productos de consumo que se adquieren en los minoristas chinos.
 
*
 
No siempre fue pasado e invisible.
 
*
 
Alza construcciones con andamios de humo.
 
*
 
Hay comportamientos que tienen la grisura de las aguas fecales, y el mismo olor.
 
*
 
La derrota es parcial si alimenta un estado de escucha; la posibilidad de gestar una existencia nueva, que tome el vacío como punto de partida.
 
*
 
Los espacios intermedios confunden márgenes y periferia y se expanden en las dos direcciones.
 
*
 
Pasan años abriendo itinerarios. Los que llegan, olvidan el trayecto de vuelta.
 
*
 
Los discursos vacíos crean vínculos estériles entre las palabras.
 
                                         
 
Cada náufrago reclama para sí la madera raída
 
*
 
No están cerca o lejos. No están.
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Tomo el té a diario con mis limitaciones, para recordar quién soy.
 
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Cualquier soledad está repleta de encuentros.
 
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Colecciona fósiles. Quiere entender el tiempo sin la atribulada nebulosa de lo inmediato.
 
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Derrumbar es ocupación de dinamiteros; reconstruir, oficio de arquitectos; y preservar, labor de artesanos.
 
*
 
Aprendizaje. Esa larga senda entre la biología y el ser cultural.
 
*
 
Percibo contornos con la precisión ambigua del miope.
 
*
 
Valoro mucho la inclinación kafkiana de su periplo personal. Suelo repetir sus itinerarios.
 
*
 
 
Las biografías ficticias enderezan existencias insensatas.
 
*
 
Certeza insoportable: sé que tengo un precio.
 
*
 
Libertad,  para sembrar amapolas en un paisaje ártico.
 
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El optimista define el caos como una narración abierta.
 
*
 
Cuando se pide imaginación a la rutina, balbucea.
 
*
 
El barrio residencial de la función crítica está lleno de deudores, amigos y vecinos, que intercambian favores a diario.
 
*
 
( De  los libros Mejores días, De la Luna Libros, Mérida, 2009)
 y Motivos personales, La isla de Siltolá, Sevilla, 2015)





jueves, 6 de febrero de 2025

Entrevista a JUAN JOSÉ MARTÍN RAMOS

Juan José Martín Ramos (Madrid, 1961)
Editor de Polibea, narrador y aforista

 

1 - ¿Cómo nace la editorial Polibea? ¿En qué proporción se han cumplido aquellas expectativas iniciales?

POLIBEA nació hace cuarenta años como una editorial dedicada a la información sobre discapacidad a través de publicaciones técnicas periódicas. Nació en un momento de gran concienciación sobre el colectivo de personas con discapacidad, sobre sus derechos, sobre su reivindicación de la diferencia que hoy, desgraciadamente, se ha diluido un poco en favor de otros colectivos más mediáticos. En ese contexto hace 15 años se decidió abrir una línea editorial literaria no comercial, que empezó con la colección de poesía “El levitador”, a la que siguió la de prosa, “La espada en el ágata”; la de traducción, “Orlando Versiones”; la de poesía latinoamericana, “Toda la noche se oyeron…”; la de libros descatalogados, “Fuera de lugar”; la de literatura breve, “Pasión de lo breve” y el Premio Javier Lostalé de Poesía Joven.  

2 -  Qué momentos de esta larga trayectoria del catálogo de Polibea recuerda con más satisfacción. ¿Cuáles, también, han abierto puertas al desánimo y la frustración?

El trabajo de cualquier pequeña editorial independiente hoy es un trabajo, como he leído en una publicación sobre este asunto, que se realiza “a pulmón”. Y, siguiendo con esa metáfora deportiva, que a mí me pareció muy acertada, en esta labor hay muchos momentos de apnea que llegan verdaderamente a la asfixia total. De otro lado, el hecho de que haya muchas editoriales independientes y, por otro, muchos autores, hace que cada libro irrumpa como una gota de agua en un océano, en el que termina diluyéndose. A pesar de todo ello, la labor editorial se realiza con cierto espíritu aventurero y de descubrimiento que te anima a seguir, como cuando te llegan determinadas joyas que te sientes orgulloso de haber contribuido a su conocimiento y divulgación… Aunque, como  decía antes, todo termine diluyéndose en el océano librero. Debo suponer que al lector que haya recibido esas joyas le habrá dejado una marca más indeleble… En  eso confío. 

3 - ¿En qué modo son compatibles los papeles de editor y escritor?

 Desde el punto de vista práctico y logístico son completamente compatibles. Desde otro punto de vista, tu visión de lo editorial termina contaminando tu escritura en la medida en que si ves que ciertas joyas que has editado han pasado sin  pena ni gloria, empiezas a pensar que lo que escribes correrá inevitablemente la misma suerte y el esfuerzo termina resultándote baldío. 

4.-La lectura de poesía sigue siendo minoritaria y el número de ventas es muy reducido. Cómo responde a estos efectos secundarios que alimentan estados de ánimo crepusculares. ¿El editor está abocado al diván del psiquiatra?

El editor, por supuesto, está abocado al diván del psiquiatra. Pero decía Scott Fitzgerald que “uno debe saber ver que las cosas son absolutamente imposibles y, sin embargo, estar dispuesto a intentarlas”. 

4 – Editar concede al lector un paisaje de totalidad. Cómo definiría el momento creador presente en las distintas estrategias expresivas: poesía, novela, ensayo, aforismos…

De estos géneros que mencionas, el de aforismos parece que está viviendo un momento dulce, a pesar de que, como en todo, la proliferación conlleve a la confusión, al abuso de la fórmula, a cierta adulteración del género. La poesía, la novela, el ensayo, y también el teatro, a los niveles en que se mueven las editoriales independientes, están atravesados por el impulso poético, literario, el amor a la palabra y el pensamiento, independientemente de que luego el resultado de cada obra sea mejor o peor, eso es otra cosa. Quiero decir que debo suponer que no es lo mismo escribir sabiendo que tu libro lo van a leer dos millones de lectores que apenas unos trescientos (que muchas veces ni a eso llegan). En ese sentido digo con verdadero convencimiento que la verdadera literatura se encuentra en las editoriales independientes y, al decir eso, pienso en la distinción que hacía Juan Goytisolo entre literatura y producto editorial. 

5.- Lectura, Maquetación, Publicación, Distribución, Presentaciones… constituyen las aceras cotidianas del trabajo editorial. ¿En cuál se siente más cómodo?

Sin duda alguna, en la lectura y maquetación, porque son trabajos solitarios. 

6.- Todo proyecto cultural exige un diálogo de colaboración y cercanía, un quehacer hombro con otros en el que resultan imprescindibles las tareas de unos cuantos nombres. ¿Quiénes están en su mesa de trabajo?

Efectivamente, uno no está verdaderamente solo en esta labor, y se realiza con el concurso de amigos, como en  mi caso, los directores de algunas colecciones de nuestro catálogo, como Verónica Aranda, José Tono Martínez, Aitor Francos y Manuel Neila, o el grupo de amigos escritores que forman parte del jurado del Premio Javier Lostalé, o los amigos escritores que forman parte del catálogo con algunos de los cuales se  pueden, y de hecho así ocurre, establecer dinámicas de colaboración, intercambio de ideas, diálogo… 

7.- El plan de trabajo es siempre un recorrido pactado. Qué novedades esperan al lector de Polibea?

Más allá de los nombres, que no querría citar porque la lista es larga y no querría dejar de nombrar a nadie o que alguien se me olvidara, lo importante es que en lo que tenemos por delante, como lo que hemos hecho en estos 15 años, hay poesía y pensamiento, que son los pilares de la creación literaria sea cual sea el género de que se trate, y esperemos que cada uno de los libros que publiquemos encuentre a su lector… aunque sea uno…

8 -  Parece que papel y red digital son el Yin y el Yang, cejijuntos espacios confrontados. ¿Hasta qué punto es deseable la colaboración entre ellos?

Hoy en día las redes son más necesarias que nunca como instrumento de divulgación de la edición independiente, toda vez que los suplementos literarios de los grandes diarios han abandonado la literatura y sólo se centran en el producto editorial. Pero tampoco nos engañemos, dado el nivel masificado de publicación, una reseña tampoco hace que el libro que publicas tenga el impacto que te gustaría que tuviera… Soy muy escéptico en este asunto, de ahí que con el tiempo yo haya elegido una dinámica editorial más “doméstica”.  

9 - ¿Favorece al momento histórico de la escritura actual la gran variedad de temáticas y la facilidad para publicar o para la práctica de la autoedición?

Aunque cada libro sea una gota en el océano, el conjunto de cada una de esas gotas crea o es el propio océano. Y ese océano es el resultado de una gran variedad de miradas, sensibilidades, propuestas, que conforman la literatura. Evidentemente, y por citar a Benjamin, estamos más que nunca en la época de la gran reproductibilidad técnica, de lo que se han beneficiado las editoriales independientes y el mercado de la autoedición, que le hace cierta competencia desleal a las verdaderas editoriales, en la medida en que las obras de autoedición no pasan muchas veces un escrutinio y se publican sencillamente porque el autor paga para que se publique. Está claro que la facilidad de la reproductibilidad técnica facilita la edición masiva y la escritura se ve, de alguna manera, condicionada por esa facilidad. Hay una “edición fácil” que inevitable y desgraciadamente genera una “escritura fácil”. El tiempo pondrá a cada uno en su sitio… o no. 

10.- He vuelto e leer tus aforismos y tienen una evidente carga existencial, no exenta de ironía y escepticismo.  ¿Vivir  y escribir son la misma tarea?

Escribir es una de las muchas tareas que se pueden realizar en esta vida. No creo en el “destino literario”, como tampoco creo en la “llamada de la literatura” ni en que un escritor esté más tocado por los dioses por escribir que otro ser mortal por hacer otra cosa. Mis aforismos intentan, en ese sentido, ser una refutación del valor trascendente de las cosas y la vida, aunque sea en su manifestación pagana. Dice uno de ellos: “Nada es un  destino”. Y todo terminará cayendo en el olvido… aunque sea dentro de cinco mil millones de años cuando parece que el sol se apagará y aquí no quede nadie para dar testimonio de que un día hubo algo que llamábamos poesía. Qué le vamos a hacer…


JOSÉ LUIS MORANTE

(Madrid, febrero de 2025)