Empapado de novedades
poéticas, 2024 da sus últimos pasos con el convencimiento de que deja en las
estanterías una fértil cosecha de nombres propios, libros y premios literarios.
Estamos lejos de aquel viejo slogan “Malos tiempos para la lírica”, que
popularizó hasta el cansancio la canción del grupo “Golpes Bajos”, a principios
de los años ochenta. La poesía es un género proclive a las quejas editoriales
por su perpetua ausencia de mercado, pero con amplio desarrollo por el
alborotado estar de sus protagonistas. Se dan la mano estratos generacionales,
editores independientes, publicaciones institucionales y profesionales del
verso que empuñan, con mano firme, la levedad etérea del poema.
Tan fluida navegación necesita ajuste de criterio y sumar los mejores
aciertos del año. En la mudanza de prestigios y reconocimientos, la cosecha de
nombres es plural; pretende mostrar las diversas líneas estéticas que conviven
en los meses del año que se despide. Entre quienes emprenden viaje al centro de
la literatura con aceptación mayoritaria, la voz lírica de
Ángeles Mora deja en
Quién
anda ahí (Tusquets Editores) más de cuatro décadas de escritura que
alientan una autobiografía ficcional y un verso emotivo, despojado y musical,
que busca sus trazosen el espejo de lo cotidiano.
Raquel Lanseros consiguió con
El
sol y las otras estrellas (Visor Poesía) el XXVI Premio de Poesía
Generación del 27 con un poemario amoroso, que aglutina cercanías y desajustes
de la convivencia en el tiempo. La incansable madurez creadora de
Rafael Soler impulsa los poemas de
Memoria y no (Huerga & Fierro), con
un lenguaje de búsqueda, entre simbólico y surrealista, rico en imágenes y
asociaciones sorprendentes, ajeno al prosaísmo figurativo de la realidad.
Karmelo C. Iribarren prosigue en
La última del domingo (Visor Poesía) un
trayecto definido por la transparencia y la desnudad expresiva, fiel y
coherente, con temas centrales como el tiempo, la existencia o las
interrogaciones de esperanzas y sueños; la decepción está ahí y es conveniente
dosificarla con un poco de ironía. Y un clásico como
Jaime Gil de Biedma retorna al primer plano de los escaparates
literarios con
Las personas del verbo
(Letras Hispánicas), una edición crítica preparada por Carme Riera, sin duda la
máxima especialista en la Generación del Medio Siglo, y Félix Pardo. Con una
poesía subjetiva y autobiográfica, que abre sus manos al yo colectivo y al
caminar del tiempo histórico, el escritor más celebrado de la Generación del
medio siglo se ha convertido en tenaz magisterio de la poesía realista y de
etiquetas esenciales de nuestra lírica, como la otra sentimentalidad y la
poesía de la experiencia.
Más
allá del marbete “poesía joven”, definido por la cronología, está el vitalismo
de la pulsión creadora, que suma al presente poético brotes expresivos que
buscan asentamiento y genealogías. Irrumpe con fuerza la nueva entrega de
Jorge Pérez Cebrián Pero nunca los huesos de las aves (Pre-Textos),
reconocida con el Premio RNE. La editorial La Isla de Siltolá impulsa la nueva
entrega de
Juan Ángel Asensio Breve tratado sobre la profundidad de los
cuerpos, un poemario complejo y visionario, que cuelga espejismos en los
ventanales del sentido. Los escenarios textuales de
Juan Bello Sánchez enmarcan una poesía evocativa, donde la
sensibilidad creadora registra los detalles invisibles de un entorno que
trasciende su aparente calma. En
Remedios
caseros (Sonámbulos Ediciones) los recuerdos adquieren voz en el silencio,
recuperan su latir para convertir la suma de instantes del ahora en un espacio
emotivo de observación y conocimiento, de desnudez y claridad.
En un mirador tan abierto, resulta complejo enumerar todos los
itinerarios posibles, pero se trata de subrayar tentativas que, a juicio de
quien escribe, han dejado una estela visible de verdad y belleza, de búsqueda y
revelación, de verdad en el tiempo.
Gerardo
Rodríguez Salas publica
Los hilos de la infamia (Valparaíso), un
libro reflexivo que enriquece el sentido del mito de Aracne para abordar
desajustes e incertidumbres de un tiempo marcado por la soledad, el
individualismo, la subjetividad como generadora de verdades inconsistentes y la
provisionalidad de valores y convicciones. La precisión sensitiva del haiku
tiene en
Aitor Francos un
persistente cultivo; el poeta deja la entrega
Estar ahora (Pre-Textos), un libro de afirmación sensorial que
guarda en sus delicadas estrofas una fuerte percepción del inasible transitar
del tiempo y un intento de objetivar la contemplación en las interrelaciones
entre sujeto y espacio natural. Con
Carreteras
que brillan en el bosque (Los versos de Cordelia), ganador del Premio
Ciudad de Salamanca,
Ramiro Gairín
alumbra una compilación poética que conecta entorno con el discurrir palpitante
de lo cotidiano; composiciones que recuerdan la aplicación estricta de un
principio ecológico: descubrir el misterio de la naturaleza obliga a cuidar.
Ana Vega Burgos sigue enlazando libros y reconocimientos con una estética intimista y cercana que intersecciona subjetividad y denuncia. Con la salida
Como la espuma sucia (Hiperión) logró el
Premio internacional de Poesía "Antonio Machado en Baeza". Consolida un enfoque estético con notables
afinidades con algunas voces del cincuenta como Jaime Gil de Biedma y Ángel
González, con Javier Egea y el intimismo realista. Una voz limpia y cercana que
entrelaza, ironía, sentido del humor y conciencia crítica frente a la niebla
desapacible del tiempo histórico.
Poeta muy vinculada al clima cultural hispano,
Piedad Bonnett (Amalfi, Antioquía, Colombia) lograba el XXXIII
Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana. Con un perfil creativo plural en
las estrategias expresivas, la escritora es narradora, dramaturga y poeta. Su propuesta
estética se define desde una voz intimista y cercana a lo cotidiano, en una
persistente búsqueda de sentido entre un espacio denso y claustrofóbico,
marcado por el desconcierto y las contradicciones de la condición humana.
El Premio Nacional de Poesía de 2024 recayó en la poeta gallega
Chus Pato (Ourense, 1955) por
Sonora, es una entrega escrita en
gallego. La escritora ha ido tejiendo en su lengua originaria un fuerte tapiz
con denso asentamiento cultural en su entorno geográfico y afectivo. Su
escritura moldea un ámbito conceptual inspirado en la tierra madre, convertido
en semilla germinal de la sensibilidad creadora.
Sonora establece sus claves escriturales lejos de una poesía
intimista y confidencial. La voz asume de inmediato una visión vanguardista y
experimental, un persistente abrazo de “lo que carece de formas y límites” para
romper lo previsible.
Se cierra el año y muestra en sus escaparates poéticos una realidad
fragmentada y diversa. En ella se perciben las ventanas abiertas de todas las
lenguas del estado y la fuerza de un globalismo que trasvasa influencias y
afinidades, sobre todo con la poesía emergente iberoamericana. La nómina del
presente deja un poblado andén de voces, un cúmulo de expectativas a la espera de fértiles itinerarios futuros.
(Los Diablos Azules de INFOLIBRE.ES JOSÉ LUIS MORANTE
Poeta y crítico, sus últimas
entregas son el ensayo
Paso Ligero. La
tradición de la brevedad en castellano Siglos XX y XXI (La Isla de Siltolá,
2024) y
Fuera de guion (casi cien
microrrelatos) (Lastura, 2024)