Brillan hogueras
en el aire nocturno.
Fulgor de plata.
Puesta de sol.
Impacientes suburbios
y despedidas.
Manso rompiente.
El sonido del agua
vela silencios.
Negra planicie,
tan igual a sí misma
como el desierto.
Ellos ignoran
la dirección del agua.
El viento, brújula.
El haiku es para mí un poema de dos vueltas. Una para apreciar la belleza de las palabras;otra para reflexionar sobre lo dicho.
ResponderEliminarMuy bellos, José Luis.
Hermosos haikus para mirar la luna por el ojo de la herradura de la noche...
ResponderEliminarSe agredece encontrar practicantes del haiku. Muy serenos y hermosos, sí.
ResponderEliminarGracis.
Muy serenos y hermosos los haikus que colocas en el post. Uní dos ideas, disculpas. Gracias.
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