sábado, 31 de octubre de 2020

DEFENSA DE UN PAISAJE

Laguna del Campillo y Cortados
(Rivas Vaciamadrid, Madrid)

 

            DEFENSA DE UN PAISAJE
 
Las formas y las luces de los atardeceres,
el silencio y las calles que velan lo escondido,
las esquinas proclives al paso solitario,
el sueño que esgrimimos como razón de ser
­­(Los sueños que moldean cambiantes espejismos),
la humedad de las manos, la decepción anónima,
la rosa que lacera
y la gota de sangre,
la inercia de mirar el vuelo de los pájaros,
aquello que perdura cuando cierro los ojos,
los hechos transmutados en memoria,
las manos que no piden nada a cambio.
la casa, el pan y el verso que me busca.
 
                                     El pacto de vivir.
El párrafo en cursiva
sobre un tiempo que no es más que tiempo.









viernes, 30 de octubre de 2020

JOSÉ ANTONIO FERNÁNDEZ SÁNCHEZ. TODO ES CIELO

Todo es cielo
José Antonio Fernández Sánchez
Poesía al Albur
Sevilla, 2020
 

EFECTOS SECUNDARIOS

 

   Desde los pasos poéticos Recopilatorio de lo absurdo y Las mentiras de Platón, ambos editados en 2013, José Antonio Fernández Sánchez (Terrassa, Barcelona, 1963) conecta su voz con un intimismo realista y reflexivo, que hace de la existencia y la temporalidad vértices temáticos esenciales, y convierten la memoria en un patrimonio intacto de sensaciones. Con esos indicios escriturales ha construido un excelente itinerario personal al que ahora se suma Todo es cielo, una entrega de Poesía al Albur que toma el título de unos versos de Antonio Machado: “¡Volar sin alas / donde todo es cielo!". En este tiempo donde el pesimismo y la grisura están entre las sombras densas de lo diario, el epígrafe es una propuesta de esperanza y celebración, de efectos secundarios de plenitud.
  Así llega la amanecida del primer poema “La mirada inicial”. El entorno sensorial es epifanía y deslumbramiento, un lugar donde todo comienza a despuntar como si abordara una tarea de reconstrucción de una geografía pura y concreta. Suena fuerte la voz de la elegía, esa añoranza de un territorio lejano, pleno de sencillez y cercanía, que habla de días de infancia y de aquietamiento en el recuerdo.
   La presencia de la naturaleza es una constante en la mirada poética. Los elementos al paso no son ajenos al fluir de la conciencia y a la percepción sensorial. Dejan un mensaje cognitivo, una precisa reflexión sobre su vitalismo que es reflejo, también, de la presencia del yo y de sus actitudes porque enaltecen el laboreo testimonial del hablante lírico. El acercamiento desde la perspectiva de un lenguaje expresivo y simbólico nutre al espíritu de un conocimiento sensible, que configura la relación con el universo cercano.
  Afloran próximos los signos de vida para que se hagan verso e introspección, van y vienen buscando sitio en el poema, convencidos de que el discurrir existencial es una zona abierta al encuentro y al diálogo reflexivo en la que también encuentra sitio la certeza de la fe personal. Lo creado está ahí, deja sus migas de verdad y belleza para propiciar el vuelo de la verdad profunda, capaz de dar luz al desamparo y llenar de sentido el existir. Desde esta plenitud simbólica nacen versos con un fuerte sentido religioso: “Crecida entre la fe y sus convicciones / es la simiente / gozoso germen, satisfecho anhelo; / fruta concluida que en su álgido punto, / en su celebración es cosechada”.
  En el lento girar de lo diario, la poesía de José Antonio Fernández Sánchez suena a celebración. Todo es cielo es una ventana que certifica la plenitud de líneas de lo cercano, donde no cabe la oquedad ni el vacío, sino esas fotografías de detalle que advierten, con el austero verbo de Antonio Machado, y con el asentimiento conforme de Jorge Guillén, que el mundo abre los brazos, heterogéneo y limpio, hecho para la convivencia. Su estar nutre el espíritu con un conocimiento sensible y racional, repleto de presencias subyacentes y autónomas que hablan por cuenta propia, que muestran esa senda cuya caligrafía recuerda que escribir es celebrar el alcance estético de la contemplación.  


jueves, 29 de octubre de 2020

CONDENSACIONES

Ocaso
Imagen
de
Internet

                                                         CONDENSACIONES                                                           

La realidad, ese cambiante líquido amniótico que nos envuelve está presente siempre. También, cuando no está.

Los que se consideran diferentes se parecen mucho. Todos miran a los iguales como ejemplares únicos.

Tarea obligatoria: conciliar lo que no sé y lo que no necesito.

Apuntalaba muros para que soportaran puertas y ventanas, esos vanos de regresos y exilios que mantienen la apariencia de vida.

Deprime calcular el deterioro de lo que no poseo.

Llevo toda la noche pensando en la porosidad del agua.

(Aforismos a oscuras)


 

miércoles, 28 de octubre de 2020

ANDREA ALZATI. ANIMAL DOMÉSTICO

Animal doméstico
Andrea Alzati
Ediciones Liliputienses
Cáceres, 2020

 

HÁBITOS DE LA MATERIA

 

   Es una premisa crítica aceptada que desde el comienzo de su trayectoria, las ediciones que lanza al mercado el poeta, narrador, aforista y editor José María Cumbreño, desde las colecciones de Liliputienses, se caracterizan por el pormenorizado seguimiento del ahora poético latinoamericano, activa vanguardia de nuestro idioma, y por dar vuelo a propuestas estéticas rupturistas, tendentes a disolver epigonías y conformismos estéticos. En ese contorno poético diferencial se inserta Animal doméstico, primer paso de Andrea Alzati (Guanajuato, México, 1989), también autora de Algo tan oscuro que no tiene nombre y Todos mis quchillos.  
  En la cita prologal Roberto Calasso abre trinchera entre el mundo de los dioses y el mundo de los hombres, con un paralelismo meditativo que asocia el primer entorno a los animales salvajes y deja en el segundo a los animales domésticos. Un motivo de reflexión aleatorio, singular, que el lector debe hallar resuelto en las tres partes del poemario, “Miel”, “Huevo” y “leche”, epígrafes nutricios asociados al discurrir casero y lo rutinario. La composición de apertura “Panal” supone una fuerte declaración formal; es un poema largo sin cadencia musical, que quiebra los versos con encabalgamientos abruptos, y llena el cauce argumental de repeticiones y sendas de similar construcción sintáctica. Una poesía que hilvana en su asimétrico desarrollo un fluir libre del pensamiento, conectado a la evocación y a un lenguaje onírico y fragmentario que busca en los elementos físicos una lectura simbólica.  Desde esa idea experimental que explora en el lenguaje, no enunciados de claridad comunicativa, sino las turbulencias del sentido, el sueño se postula como una realidad alternativa que fusiona un magma sensorial y reflexivo, repleto de bifurcaciones mentales. Pero también lo sentimental aflora cercano como en esos poemas donde la madre, el recuerdo del padre, o la abuela se hacen identidades fuertes de lo habitable.
   Andrea Alzati acierta al dar presencia fuerte a las imágenes; así, concibe la memoria como un animal doméstico interno que fagocita recuerdos y tiempos, que se muestra omnipresente y a deshora para que nada se extinga por dentro y que es capaz de dictar sus propias leyes, como un animal salvaje que nunca renuncia al ejercicio de su libertad. En otros poemas se despliega el mapa del recuerdo, como en “El verano”, un retorno a la infancia y a una etapa vital de descubrimiento del cuerpo y de inmersión de sensaciones difusas que encuentra en el lenguaje la posibilidad de preservar su misterio. Pero el tiempo que prevalece en los poemas es el presente, una cronología que dispone puntos de luz en el discurrir del pensamiento. La indagación del yo traslada a los territorios del otro o nos muestra los hábitos de una materia, siempre capaz de la sorpresa y el ángulo inédito. 
  Si el primer apartado tiene una amplia suma de poemas, la sección “huevo” está formada solo por dos composiciones. “Malabarista áurea”, un poema narrativo que incorpora a su cauce argumental el tono de la letanía y un cierto sentido lúdico; el otro texto integrado “anatomía del huevo” es un ejercicio introspectivo sobre la carga conceptual del sustantivo en su quietud y en lo que sugiere como núcleo de reflexión y confesión de la materia. También la brevedad define el apartado final de “leche”, que deja en su único poema, “movimientos de la leche” una extensa fábula de iniciación y aprendizaje. Como si fuera un cuento en el que el narrador se dispone a abrir la caja del misterio: “En aquellos días / todas las fuentes / de la ciudad / escupían leche / tan blanca…”. 
   Con Animal doméstico, publicado por primera vez en México en 2017 y ahora reeditado por ediciones Liliputienses, Andrea Alzati abre una voz paradójica, que construye desde el lenguaje otra forma de realidad, un contenido de conocimiento en el que la materia dialoga aportando sus elementos vitales. La poesía se hace apelación fragmentaria al recuerdo y puente para fundirse con el entorno exterior. Las palabras postulan un nítido intento de unificación que asume sensaciones e incertidumbres, dudas que llegan para seguir latiendo en la intemperie. Al cabo la poesía es siempre un espacio en construcción; no busca, solo encuentra.



         
 

 

martes, 27 de octubre de 2020

ELOGIO DE LA POESÍA / ELOGE DE LA POESIE

Color de amanecida

 

  

ELOGIO DE LA POESÍA

              Yo que en la vida solo he conocido
             la rosa de presencia fugitiva

                 
ANA ENRIQUETA TERÁN


El poema, contra todo pronóstico,
burló el feroz asedio de la noche.
perdió en la fuga varias metonimias,
una excelsa metáfora,
fragmentos de una elipsis
y dos comparaciones ajadas por el uso.
Pero salvó, sin mácula, el misterio,
el latido tonal de la emoción
y un argumento breve, necesario,
para no aparecer como un asunto
nebuloso y hermético.
Después se tendió al sol de la mañana
y tomó nueva fuerza para el viaje
campo a través de la caligrafía.
Del futuro destino hallamos rastros
en cierta librería anticuaria,
o en los ojos de un joven que sospecha
que acaso pueda repetir la huida.

 

 Traducción al francés de MIGUEL ÁNGEL REAL

 
ELOGE DE LA POESIE
 
            Moi qui dans la vie je n’ai connu
            que la rose à la présence fugitive.
 
                        ANA ENRIQUETA TERÁN
 
Le poème, contre tout pronostic,
déjoua le siège féroce de la nuit.
Il perdit dans sa fuite plusieurs métonymies,
une métaphore admirable,
des fragments d’une ellipse
et deux comparaisons flétries par l’usage.
Mais il sauva, sans tache, le mystère,
le battement tonal de l’émotion
et un argument bref, nécessaire,
pour ne pas paraître une affaire
nébuleuse et hermétique.
Après, il s’allongea sous le soleil du matin
et il reprit des forces pour le voyage
à travers le champ de la calligraphie.
Nous retrouvâmes des traces du destin à venir
chez un certain bouquiniste,
ou dans les yeux d’un jeune homme qui présume 
qu’il pourra peut-être répéter la fuite.
 
                                (De  Causas y efectos, 1997)



lunes, 26 de octubre de 2020

DOBLE CARA

Simetrías
Archivo
de 
Internet

 

DOBLE CARA

    Dedicó su tiempo laboral a la invención de un espejo de doble cara.  Soñaba con realizar una superficie dual, en la que se reflejara el rostro de quien se mira y la visión completa de la espalda, ese conjunto de trazos desconocidos que están ahí y conforman una suposición. 
  Creía que la imagen es y no es y que el espejo yuxtapone lo evidente y lo probable, la claridad y la tiniebla, lo expuesto y lo invisible. Una luz abrazando la sombra.

(De Cuentos diminutos)



domingo, 25 de octubre de 2020

DONDE HABITA EL OLVIDO

Fondo limpio
Fotografía
Archivo general de internet


Es la lluvia que cae en el jardín
y te abre los ojos

SANDRO LUNA


Los charcos guardan
retratos movedizos,
vidas de nadie.

                       José Luis Morante



 

sábado, 24 de octubre de 2020

LUIS CERNUDA. OCNOS / VARIACIONES SOBRE TEMA MEXICANO

Ocnos / Variaciones sobre tema mexicano
LUIS CERNUDA
edición de Jenaro Talens
Cátedra, Letras Hispánicas
Madrid, 2020

LA PROSA POÉTICA DE LUIS CERNUDA

 

  En el fértil intervalo de la Edad de Plata que cobija las tres primeras décadas del siglo XX se produce una provechosa convivencia dialéctica entre experimentalismo y humanización. Está presente en todas las trayectorias del 27, promoción nucleada en torno al homenaje a Luis de Góngora. Los jóvenes poetas de los años veinte pugnan por dar solidez a un legado personal que, poco a poco, abandona el afán vanguardista para adentrarse en una rehumanización centrada en la existencia que da continuidad a la tradición.
  A comienzos de los años treinta, superados los códigos vanguardistas, se evidencia una recuperación del cauce popular y de canales expresivos que propician un mayor enfoque comunicativo y un registro más depurado. Desde este paisaje creador puede analizarse la obra de Luis Cernuda, compilada antes del exilio en el libro de libros La realidad y el deseo (1936) donde se recoge por primera vez su autobiografía poética. La producción cernudiana delinea una evolución en la que aprecian distintos momentos y mutaciones. El sesgo clasicista de amanecida se acerca sin tregua al enfoque irracional y repleto de imágenes oníricas del surrealismo; las etapas posteriores están marcadas por un cultivo de la mitología pagana que encuentra renovación en el quehacer garcilasista. Son fases secuenciadas que protagonizan un brusco giro por la tragedia de la guerra civil y por la pérdida del lugar propio que supone el exilio. A partir de ese momento la poesía estará signada por el destierro, el tono nostálgico y la reflexión sobre la pérdida.
  El quehacer analítico del poeta, profesor yensayista Jenaro Talens comienza con una tesis doctoral iniciada en 1968 que se fue completando hasta 1973. El trabajo profundiza en el fluir discursivo y la estructura interior  de dos salidas singulares, Ocnos, que amanece en 1942 y es punto de partida de la prosa poética del sevillano, y Variaciones sobre tema mexicano (1952). Entre ambos andenes el decurso existencial de Luis Cernuda vive con desoladora intensidad acontecimientos de fuerte impacto. La madurez del hombre aglutina secuencias cruciales que buscarán acomodo en la caligrafía creadora.   Jenaro Talens aborda los textos de Ocnos como un intento de recuperación de un patrimonio personal orillado en la memoria. El poeta desanda el tiempo. Retorna al etéreo espacio de la amanecida infantil para abrazar vivencias capaces de dar sentido y luz al páramo desolado del presente. Para ello crea un personaje, El Poeta, capaz de expandir la limitada biografía individual, que concibe la infancia como una costa abierta a la idealización: “Desde niño, tan lejos como vaya mi recuerdo, he buscado siempre lo que no cambia, he deseado la eternidad. Todo contribuía alrededor mío, durante mis primeros años, a mantener en mí la ilusión y la creencia de lo permanente: la casa familiar inmutable, los accidentes domésticos de mi vida. Si algo cambiaba era para volver más tarde a lo acostumbrado, sucediéndose todo como las estaciones en el ciclo del año, y tras la diversidad aparente siempre traslucía la diversidad íntima”.
 Tal concepción de la infancia propicia en la madurez la asunción de un paraíso perdido. También la idealización y la arquitectura onírica de lo ideal es parte primordial de la sensibilidad creadora que se presenta en Variaciones sobre tema mexicano, cuya primera edición ve la luz en Porrúa y Obregón, México D. F., en 1952. Los textos se van sucediendo tras conocer el poeta durante unas vacaciones universitarias, las tierras de México. Aquella luminosa geografía impacta los sentidos, se contrapone al aire gris y crepuscular de las horas inglesas. Unifica de nuevo los enlaces entre mundo exterior y geografía íntima de la memoria, como si el paisaje andaluz se hubiese duplicado y diese lugar a una fuerte sensación de renacimiento que impulsa la voz enunciativa. Lo expresa Jenaro Talens: “Variaciones es el resultado de hacer concreto y tangible el mundo utópico de Ocnos que, si allí, por el tamiz del tiempo y la inconcreción espacial, resultaba atractivo y creíble, aquí fracasa porque las coordenadas de la utopía y del mundo real no coinciden”.
   Es inevitable rescatar la cuestión del formato expresivo de ambos libros y analizar el rol que el poema en prosa desempeña en el corpus integrado en La realidad y el deseo. Luis Cernuda elige esta opción narrativa para liberarse de la cadencia del verso libre y de la versificación mecánica. También para fortalecer una evidente función discursiva que aglutina pensamientos y sensaciones sin perder su invisible textura métrica.  Las diferentes ediciones de Ocnos han modificado el texto original profundamente, esta edición de Jenaro Talens toma como base la realizada en 1942 por The Dolphin en Hertford, Inglaterra. Incluye por tanto el texto “Escrito en el agua”, suprimido en las ediciones siguientes, la segunda realizada en Madrid por Ínsula en 1949 y la tercera y definitiva, que llega en México por el impulso de la Universidad Veracruzana en 1963 y fue preparada por Luis Cernuda en el verano de ese mismo año, cuando regresa al país contratado para el curso siguiente por la Universidad de Souther de California. El fallecimiento del poeta el 5 de noviembre en casa de Concha Méndez, viuda de Manuel Altolaguirre, deja en imprenta esa edición de Ocnos que servirá de coordenada referencial a las posteriores. La andadura en prosa de ambos títulos nos deja la sensación de ser una meditación complementaria sobre el tiempo. Los textos reflexionan sobre la memoria y la fugacidad de lo vivido; el vibrar del recuerdo y la intimidad del sujeto. Se evocan las más ocultas sensaciones que resuenan enigmáticas y desoladas en el discurrir. Ponen a resguardo lo vivido en un nimbo trémulo, envuelto en la niebla de la idealización. Los escritos hacen de la existencia una memoria insistente, un canto personal y cálido que lucha contra el tiempo.
 
JOSÉ LUIS MORANTE   
 
 


viernes, 23 de octubre de 2020

ANDARSE POR LAS RAMAS

Exploraciones
Archivo general de internet

 

ANDARSE POR LAS RAMAS


Los que tantean las ramas del lenguaje suponen que la sinceridad es una fantasía retórica.

Hay sombran perennes, que se cobijan debajo de los párpados.

Dos escuelas argumentales: la que esculpe y la que escupe.

Toda amistad es un hilo de secuencias narrativas, donde el malo aparece en cualquier momento.

Quienes entran por primera vez en el bosque de la decepción, no saben que es un trayecto de senderos que se bifurcan. 

Sentido práctico. Llenaba la oquedad de su existencia con más vacío.

En la búsqueda de claros que dejen ver el bosque, los consejos suelen extraviarse.

(Aforismos del bosque)


 

jueves, 22 de octubre de 2020

POÉTICA EN DOS LENGUAS

Ahora que es tarde
Poesía 1990-2020
José Luis Morante
Prólogo de Antonio Jiménez Millán
La Garúa Editorial / Poesía
Santa Coloma de Gramenet, Barcelona, 2020

 

E-MAIL

 

               Bajo la noche solos,

               usando las palabras

               como inconscientes varas

               para tocar lo otro

 

                                IDA VITALE

 

El mensaje conciso,

sin tallo emocional,

sin hojarasca;

sólo el misterio

de la transparencia

y el hilo concesivo

del discurso coherente.

Que el teclado perciba

desnudez, eficacia,

y la respuesta fiel

del mensajero.

 

 

 

Traducción al francés de MIGUEL ÁNGEL REAL


E-MAIL

            Sous la nuit seuls,
            utilisant les paroles
            comme des bâtons inconscients
            pour toucher autre chose
 
                        IDA VITALE
 
Le message concis
sans tige émotionnelle,
sans feuillage ;
rien que le mystère
de la transparence
et le fil concessif
du discours cohérent.
Que le clavier aperçoive
la nudité, l’efficience
et la réponse fidèle
du messager.
 
 
        (De AHORA QUE ES TARDE, La Garúa Editorial, 2020)


miércoles, 21 de octubre de 2020

LOS QUE NIEGAN EL PAN Y LA SAL

El sitio exacto
Imagen
de
Archivo Pxfuel

 

                                                   

LOS QUE NIEGAN EL PAN Y LA SAL

El espejo del sueño me redime
de la edad y del tiempo

FRANCISCO DÍAZ DE CASTRO


   Hay que estudiar por qué el dichoso virus afecta a los principios matemáticos y al hecho de contar. Si se dan cifras oficiales de los fallecimientos en China son nueve o diez, cifra estupenda y creíble en un país que tiene mil trescientos millones de habitantes y una demografía transitoria y sin regular de más de doscientos millones. Si habla de puestos de trabajo futuro el presidente Sánchez augura ochocientos mil empleos, en un momento de pérdida del diez por ciento del producto interior bruto, de casi cierre de la actividad económica y de retraimiento extremo del consumo interior. Si cuentan los infectados diarios los responsables sanitarios de la Comunidad de Madrid serán cuatro o cinco - y todos en el Puente de Vallecas-, aunque el número real sobrepase los cuatro mil. Es innegable, por tanto, que la Covid desconoce el uso matemático de los números cardinales; ahora son espejismos y no elementos mentales para medir la exactitud. Oníricas cifras de quien cuenta con los dedos de la mentira.

  Una de las cicatrices más evidentes de nuestro tiempo es el rencor, ese largo garabato en el ánimo que exige la cercanía de una víctima en las aceras sociales. Encontrar un culpable ilumina el fracaso propio. Si uno es un pésimo escritor que solo deja borrones líricos, es muy fácil decir que el Premio Nobel de Louise Glück es un reconocimiento fallido. Obviamente lo que manifiesta es que su tontología verbal merece reconocimiento galáctico y no sabe por qué solo conocen sus libros el amante del cuarto y los abuelos del pueblo. Si uno falla en la gestión de la pandemia, el culpable es siempre la insólita presidenta de la comunidad de Madrid, aunque el asunto sea igual en París, Londres o Nueva York. Y si uno percibe indicios inconstitucionales en las actitudes del gobierno sobre la renovación del poder judicial, como subraya la Unión Europea,  lo mejor es pensar que el parlamento es inoperante en vez de buscar acuerdos. Y mientras, en cada amanecida, el rencor dejando su floración diaria en las aceras.

El comportamiento de muchos universitarios practicando vomitivos botellones, y de grupos sociales, desconectando su actitud de la prevención de la pandemia, evidencian que algunos hombres no descienden del mono sino que personifican el eslabón anterior, aquel que usó barro amorfo para moldear el cerebro. Muy chocante ver colegios mayores universitarios convertidos en etílicos planetas de los simios.

Con frecuencia, me asomo a muros digitales ajenos para actualizar un poco mi desconcierto. Y siempre lo consigo. Vivimos en un laberinto de cínicos, ambiguos, paternalistas e inquisidores cuya prepotencia convive con la buena gente. Pero no buscamos salidas sino tapiar vanos y puertas.

Un estallido en la conciencia: la decapitación en Francia de un profesor de historia por mostrar en las aulas las caricaturas de Mahoma, aludiendo a a la libertad de expresión como un derecho inalienable. El sueño de la religión engendra monstruos.

Tristeza; compruebo que las anotaciones de mi diario pertenecen a un sujeto deshabitado; un yo que convierte la autobiografía de Cioran en puro optimismo.

(Apuntes del diario)








martes, 20 de octubre de 2020

REVISTA CULTURAL 142, NÚM. 7, OCTUBRE-DICIEMBRE, 2020

142 Revista cultural
núm. 7, 7 Euros
Octubre-Noviembre- Diciembre 2020
Dirección: Paco González Fuentes
Ferran González
Suscripciones: revistacultural142@gmail.com

 

DESTELLOS

 

   Amanece la séptima entrega de la publicación 142 en pleno confinamiento pandémico y en un ambiente literario que muestra alarmantes síntomas de pesimismo. Es obligado, por tanto, felicitar a sus directores Ferran González y Paco González Fuentes por mantener el plazo de edición trimestral y seguir ofreciendo una propuesta cultural de excelente diseño y contenidos complementarios.
   El número concede a la poesía protagonismo vertebrador. De modo que sirve de apertura una entrevista de Ferran González al poeta, novelista, ensayista y crítico literario Toni Montesinos. El escritor ha publicado un intenso ensayo biográfico sobre Walt Whitman, circunstancia convertida en hilo central del diálogo, para comentar el periplo biográfico y el contexto histórico en el que adquirió fuerza su forma de entender el hecho literario.
   Por su parte, la conversación de Paco González Fuentes con José Luis Morante –se me disculpará que esta vez hable de mí- aborda los treinta años de escritura poética, integrados en la antología Ahora que es tarde, un volumen publicado por La Garúa editorial, al cuidado de Joan de la Vega y de la experiencia de un quehacer literario diverso que aglutina crítica, poesía y otros géneros.
   Otras entrevistas completan las indagaciones en facetas creativas como la música, la plástica visual o la narrativa. La dedicada al músico Faustino Núñez Pérez, con textos de Esther Paredes y Ferran González, recorre un trayecto profesional que busca, en su construcción progresiva” un estado de asombro y serenidad”. El diálogo entre Ricardo Benaim, creador visual, y la profesora e investigadora Daniela Pérez Larralde sondea el drástico contexto de la alarma sanitaria, su textura de soledad y la necesidad de reinventarse a través de un taller en línea, concebido como viaje para compartir sensibilidad, emociones y vivencias. La experiencia de vivir construye la conversación con Ernesto Pérez Zúñiga, poeta, narrador y autor de Escarcha, una novela de aprendizaje; lo cotidiano es solo la punta del iceberg de un territorio repleto de emociones, sentimientos e incertidumbres, en el que la infancia siempre se refugia como semilla de identidad afectiva.         
  Con su doble enfoque creador de poesía y relato, el apartado integra textos poéticos de César Rodríguez de Sepúlveda, Roxana Sánchez Seijas y Llanos Monteagudo Ródenas, completando sumario con un relato de Graziella Moreno.
  Como entreactos temáticos, los artículos breves muestran diversidad en sus hilos argumentales. Del exilio republicano y de la amplia diáspora de trasterrados se ocupa P. G. F. recordando el recorrido humano y literario de José Gaos. Por su parte, Marina Casado sondea la poesía como voz en el tiempo y cómo se hace nervio generador en Galdós y en las versiones cinematográficas. Palabras, recuerdos y paisajes conducen al pasado para mostrarnos la frágil condición del existir y la continua pérdida de nuestros refugios personales más añorados. Solo queda aspirar al tiempo de los dioses, esa forma de inmortalidad que se cobija en los mejores versos, dice la poeta que acaba de ser galardonada con el Premio de Poesía Carmen Conde.  El análisis de F. Javier Gallego Dueñas extrae uno de los temas musicales que definieron el final del franquismo y el cielo auroral de la Transición, el tema de Cecilia “Un ramito de violetas”; desde ese enfoque explora la sociología del secreto, cuya verdadera naturaleza, según su excelente definición “no es la ocultación sino la transmisión controlada” de su silencio comunicativo. Y clausura este abanico de artículos breves la mirada social de Laura Antonia Bosch Torres en “Mujeres supervivientes”, una evocación de su quehacer con mujeres víctimas de malos tratos y violencia machista. El análisis del problema requiere desterrar estereotipos  e ideas como al fragilidad femenina y su dependencia económica. Hay que impulsar procesos de liberación en el proyecto de una vida propia, expuestas en ejemplos concretos que sirven como didácticas de voluntad y superación afectiva.    
   Plural y actualizado, el escaparate de “Propuestas de Lecturas” recuerda entregas de Joan Margarit, Marcela Serrano, Joseph Roth  y Olga Tokarczuk, entre otros. La mirada a la estantería se enriquece con el análisis de Anna Miralles de la novela Las tres de la mañana de Gianrico Carofiglio, ficción sobre las relaciones paterno filiales, publicada hace unos meses por Anagrama. 
   La portada de esta séptima entrega de 142 admite una lectura simbólica; es un faro cuya silueta se refleja en el sosegado fluir de la corriente. Sería bueno pensar que, a pesar de este momento social penumbroso y de escarcha, la cultura sigue iluminando, conecta con los sentidos y la inteligencia, sigue nutriendo el engranaje emocional del yo para poner en los pasos cotidianos un poco de regreso y esperanza.





domingo, 18 de octubre de 2020

JUAN IGNACIO GONZÁLEZ. EN TIERRAS COMO ESTAS.

En tierras como estas
(Poesía reunida, 1985-2020)
Juan Ignacio González
Prólogo: José Carlos Díaz 
Epílogo: José Luis Morante

  

TESELAS DEL CAMINO

 
   En la genealogía del poema se mantiene como verdad normalizada que nunca es solo una estrategia expresiva, abierta a modulaciones y matices, sino una forma de realización personal y de asumir, hasta las últimas consecuencias, el propio destino. Desde ese ámbito de compromiso con la condición de ser amanece, desde el impulso de BajAmar Editores, la producción total de Juan Ignacio González (Mieres, 1960), profesor universitario, integrante y fundador del grupo Cálamo y editor de varias colecciones poéticas. En tierras como estas reúne un intervalo creador de treinta y cinco años, desglosado en once entregas. Permite, por tanto recrear el trayecto completo de una voz que mantiene en el tiempo un fértil ritmo de trabajo y una lealtad de fondo al ideario realista. Los sucesivos andenes alumbran influencias y magisterios y así lo manifiesta, con cercana lucidez, la apertura de José Carlos Díez, que indaga en el recorrido desde su amanecida y en los elementos biográficos que han impulsado algunas entregas. Con enfoque similar, el epílogo insiste en la unidad orgánica del trabajo, la paulatina evolución y la importancia que tienen en la arquitectura literaria los significados y experiencias de la intersección entre sujeto y tejido social; ambos se definen desde un tiempo histórico concreto que moldea arquetipos sentimentales, ideológicos y éticos.
     El amanecer literario usa como umbral  Cuaderno de aves para un príncipe (2004-2011). El escueto principio de un solo poema emplea el monólogo dramático para dar luz a una identidad desgajada. El procedimiento, como se recordará, fue muy utilizado en el despegue culturalista de los años setenta, cuando alcanza su máxima expresión la caligrafía veneciana. El recurso está presente también en composiciones de El libro de las horas, lo que propicia en la expresión directa un sesgo enunciativo, donde adquieren rango la objetivación testimonial y el sustrato anecdótico. Léase, por ejemplo, el emotivo poema “Sobre la tolerancia, 1966”, marco evocador sobre el yo autobiográfico.
   El tema amoroso se aúpa en Otros labios, acaso, donde los acordes pensados del deseo evidencian el bálsamo de luz de la belleza y el intenso erotismo de los juegos carnales. Pero el nudo argumental sugiere otras perspectivas como el inciso reflexivo del solitario o la personificación y rescate de voces del canon como J. Milton, Rimbaud, Leopardi o G. Lorca que expanden otra sensibilidad vivencial del legado emocional del sujeto. Distinto es el contexto creado en El cuaderno de la ceniza donde la idea de temporalidad y acabamiento, evocada en la voz introspectiva de Seferis, de Andrade y Valente, percibe en el fluir cúmulos de pérdida y ceniza. La culminación del estar es el despojamiento de cualquier plenitud que tantea un tiempo de memoria y olvido. Esa percepción de finitud y melancolía sobrevuela también en Cuando enero fue pasto de las llamas; en su desarrollo toma forma una rebeldía amansada por el terco latido de los días, que aleja del protagonista lírico el vuelo de los sueños. Alrededor crece la ausencia, el denso respirar de sombras y certezas que acabarán tendidas en el barro de la decepción. El tejido sentimental y las palabras salvan, sostienen con cimientos humildes un canto renacido de esperanza.
   En el puzle de J. I. González Los nombres de la herida es tesela central. Rescribe un largo paseo interior en el que afloran las cicatrices marcadas en la piel del tránsito; la veta argumental trasciende la realidad concreta del sujeto para asomarse a las grietas de un ahora convulso que atestigua en su rostro plural las marcas del camino. En esta entrega ocupa sitio el poema homónimo “En tierras como estas” que contiene las coordenadas definitorias del existir: salir al día es trazar la estala de un nomadismo que depara un contradictorio aprendizaje vivencial, y un afán de sosiego que busca sitio y raíz para quedarse. Otras anotaciones acentúan el sedimento indagatorio. Conforman percepciones crepusculares que acercan a un paisaje otoñal, hecho de soledad y dolor, en el que se van disolviendo inadvertidas las líneas que marcaron el mediodía luminoso de la infancia.
  La fortaleza expresiva del título El cuaderno de la guerra (y algunas notas sobre la paz) perfila la dimensión social de la entrega y los supuestos escenarios bélicos; pero también el tejido épico del vivir al paso, sabiendo de antemano que la realidad fuerza la previsible derrota. Queda entonces el peso del poema, su capacidad para dar voz a los desheredados o para poner nombre a las cosas, buscando sus aristas de verdad y belleza. Los versos construyen refugios de esperanza donde preservar maltrecho el intimismo; como alentara el eco fuerte de Joan Margarit: la poesía es la última casa de misericordia, una terapia para apaciguar los surcos de la herida.
  La senda renueva energías en el último tramo del camino y suma Los jardines en ruinas, un espacio verbal del romanticismo por el carácter simbólico que conecta la erosión exterior de la belleza con el ánimo interno del yo frente al paisaje. Quien escribe interroga la razón del poema; la palabra es imán que congrega emociones y pautas sensoriales, pensamientos, olvidos y regresos. El poema es también un eco fuerte de un legado cuyos versos reescriben la fuerza del amor, las crónicas del héroe o el frío entre las manos del invierno vital.
  El balance incorpora la pulpa metaliteraria en el libro Decir lo que no importa. Si los límites del lenguaje son los límites del yo, los vocablos alientan el latido de ser, miden la estatura del hombre, formulan un epitafio largo de preguntas que no buscan respuestas. Y queda como cierre del códice verbal Cuaderno del confinamiento donde un ahora de incertidumbre y miedo que constata la fragilidad y la clausura del sujeto en el envés del sueño. El silencio llama a la puerta, recuerda otros silencios de la historia que reencuentran su sitio en las palabras, y en un rincón oscuro del ocaso preserva la esperanza del regreso.
   En tierras como estas de José Ignacio González es una casa de poemas grande y espaciosa en la que se acomoda la existencia y anida la incertidumbre de ser. El diario de un viaje, sin héroes ni épica, que registra en sus versos la voz de un personaje cercano y humanista, compartiendo memoria y sueños. El afán de escritura nunca se distancia del muro frágil de lo colectivo, ese espacio que sigue buscando amanecida y abrazo, que proclama en silencio que la palabra será siempre audible melodía, la sombra en vela de algún sueño.


viernes, 16 de octubre de 2020

ACERCA DEL SUEÑO (TRADUCCIÓN DE MIGUEL ÁNGEL REAL)

Niñas en el mar
Joaquín Sorolla
(Óleo, playa de Valencia, 1909)

            

ACERCA DEL SUEÑO
                            
                      A Irene

 

Qué es el sueño, preguntas,
con la abrumadora ingenuidad
de quien me presupone una respuesta.
Y yo salvo el escollo
modulando una frase convulsa
en la retórica de los desconciertos.
Te digo: el generoso don
que la fatiga obtiene de la noche,
una brizna de luz escalando la sombra,
el envés de una historia
cotidiana y absurda;
tú misma, hija mía,
cada palabra tuya, cada gesto.
No sé si el sueño
es potestad del hombre
o comparten los sueños animales y cosas.
Ignoro de igual modo qué hilo teje
su textura de seda,
qué alzada confabula
su hermética apariencia
o qué brújula guía
la estela de sus viajes.
Sé que hay sueños tristes y gozosos,
oscuros y diáfanos,
ocasionales y obsesivos;
sé también que hay sueños tan hermosos
que el tiempo los indulta y perseveran,
y no envejecen nunca.
 

 AUTOUR DU REVE

A Irene

 

Qu’est-ce que le rêve, me demandes-tu,
avec la naïveté accablante
de celle qui présuppose ma réponse.
Et j’évite l’écueil
en modulant une phrase convulsée
dans la rhétorique des désarrois.
Je te dis : le don généreux
que la fatigue obtient de la nuit,
un brin de lumière qui gravit l’ombre,
l'envers d’une histoire
quotidienne et absurde ;
toi-même, ma fille,
chacun de tes mots, chaque geste.
Je ne sais pas si le rêve
est l’apanage de l’homme
ou si les animaux et les choses partagent les rêves.
De même, j’ignore quel fil tisse
leur texture de soie,
quelle hauteur trame
leur présence hermétique
ou quelle boussole guide
le sillage de leurs voyages.
Je sais qu’il y a des rêves tristes et joyeux,
sombres et diaphanes,
occasionnels et obsédants ;
je sais aussi qu’il y a des rêves si beaux
que le temps les gracie et ils persévèrent,
et jamais ils ne vieillissent.
 
II

 

    Para Ana


Hay sueños que una noche
consumen su existencia
y otros que se prolongan con los días.
Simulan los primeros
una especie común de lepidópteros
y acaban siendo pasto
del trastero y del polvo,
como un experimento vanguardista.
Levísimos planetas alumbran los segundos,
como estrellas fugaces que convocan
múltiples y azarosas travesías.
Ante nuestra mirada sus figuras componen
un paisaje celeste,
intangible materia en sereno reposo,
donde habita la luna del deseo.
 
 
 
II
     Pour Ana
 
Il y a des rêves qui, une nuit,
consument leur existence
et d’autres qui se prolongent avec les jours.
Les premiers ressemblent
à une espèce commune de lépidoptères
et ils finissent par être la proie
du débarras et de la poussière,
comme une expérience avant-gardiste.
Les autres éclairent de très légères planètes
comme des étoiles filantes qui convoquent
des traversées multiples et hasardeuses.
Devant notre regard leurs figures composent
un paysage céleste,
matière intangible au repos serein,
où habite la lune du désir.
 
 
                                          (De Causas y efectos, 1997)

Traducción al francés de Miguel Ángel Real