miércoles, 31 de agosto de 2022

AL SOL DE MEDIANOCHE

Itinerarios
Fotografía
de
Adela Sánchez Santana



 AL SOL DE MEDIANOCHE

Mi cuerpo envejecía indiferente
y adquirió el hábito de la senectud.
Sentaba su cansancio
ante la cristalera,
ajeno al paso asiduo de lo cotidiano.
A veces sonreía y aquel gesto
remitía de pronto a un tiempo de cerezas,
liberaba fructífera nostalgia.
Una atenta pupila
espiaba feliz el vuelo rezagado
y el rebrote puntual de los arbustos.
Ahora la casa huele
a fósforo sin lumbre
y gotea el reloj lentitud y pereza.
Los objetos domésticos
resaltan su desgaste
como si presintieran
que en aquella mirada no hay retorno.
Al sol de medianoche
hilvano estas palabras mientras duermo.

       ( De Mapa de ruta, 2010)






martes, 30 de agosto de 2022

ANTAGONISMOS






 ANTAGONISMOS


Pide disculpas por razonar, sabe que es del todo inútil.

La pereza percibe en las nimiedades del día prendas al sol.

Me gustan los dedos callosos de la voluntad, ese tacto que guarda lisuras, grietas y pinzas.

En la mudez de las fachadas, boca abajo en el tendedero, los contornos oscuros de los sueños, los secretos de alcoba.

Hace menú del pensamiento débil y negligente, que sorbe como sopa cualquier distorsión.

Después de tantos meses de destrucción y muerte, su sordidez tribal respalda todavía el pacifismo del  invasor.

Ella sospecha que nuestra masa encefálica está en el pene.

Más que humanismo, voluntad e inteligencia, tenía abreviaturas.

No me cuesta separarme de mí, no me gustan mis antagonismos. 

Aforismos autobiográficos



lunes, 29 de agosto de 2022

EL MIEDO

Sellar el frío
Imagen
del 
Archivo digital de internet



EL MIEDO

                  A Dolores Leis Parra,
                  artesana y narradora,
que buscó armonía en el poema

El miedo a los seis años
era un cuarto lejano,
un recinto sellado y tenebrista
con prestigio de infierno,
y un viejo sin edad 
que dormitaba junto a un perro agónico,
bajo los soportales.
A los doce su miedo
habitaba en los libros,
igual que fotogramas de holocaustos.
El miedo en la veintena
fue aquel tiempo confuso
de amarse bajo el cielo,
ese rumor de trenes que enlazaba
la ausencia y el deseo.
A los cuarenta y ocho fue su miedo
un espacio interior, claudicaciones...

Tuvo más miedos: al cumplir cincuenta,
a los sesenta y tantos,
cuando no tuvo edad
y en una larga noche,
asmática y feroz,
apareció en la sombra encanecido
aquel miedo inasible de seis años.

       (De la antología Mapa de ruta)






sábado, 27 de agosto de 2022

DAVID DELFÍN. EQUÍVOCOS ÁRBOLES CALIGRAFÍAS PERSONAS

Equívocos Árboles
Caligrafías Personas
David Delfín
Prólogo de Jesús Aguado
Epílogo de Agustín Fernández Mallo
Editorial Maclein y Parker
Colección Mirto / Poesía
Dos Hermanas, Sevilla, 2022

 
DESPLAZAMIENTO CONTINUO
 
  El cuestionado trabajo crítico se asocia, muchas veces, con el activo trajinar de un expendedor de etiquetas. Alguien que se afana en poner orden y colocar el ideario poético de cada autor en la estantería correspondiente. Esta forma de valorar el quehacer lector, que busca explicaciones y refrenda opiniones sobre un producto cultural, suele dar buenos resultados en la escritura “normal”, la que prodiga saltos con red y completa desplazamientos marcados por la geografía de lo previsible. Pero apenas sirve para moldear una impresión directa sobre propuestas heterodoxas y descatalogadas, ajenas a modas, que cultivan la originalidad a partir de un cuestionamiento del lenguaje y que son expresión del verbo individual en sentido estricto. El largo itinerario de David Delfín (Málaga, 1968), iniciado en los primeros años noventa con el paso auroral Nombrar el silencio, es búsqueda de un reseñable afán de singularidad y coherencia, de comprenderse a sí mismo desde las asimetrías del relieve verbal y sus estratos más profundos. En este propósito se integra también la edición de Equívocos Árboles Caligrafías Personas impulsada por Maclein y Parker en su colección de poesía Mirto.
  La diligente cartografía de Jesús Aguado, poeta, traductor, ensayista y editor, anuda al libro un bello texto fragmentado, “De la fragilidad. Siete aproximaciones a David Delfín”, donde multiplica hilos de luz en el empeño de seguir indicios de sentido, signos y rastros, para apuntar la siguiente sensación lectora sobre la entrega: “Una escritura (como esta de Equívocos Árboles Caligrafías Personas) que no produce enunciados ni mensajes, sino energías, atmósferas, anfractuosidades, indeterminaciones, sesgos, roturas. Una escritura porosa, contrabandista. Una escritura que, cuando está a punto de llegar a una conclusión (a establecer un silogismo, a apuntar y apuntalar una idea central, a subrayar una ley universal o particular), cambia el paso, es decir, nos coge con el paso cambiado…”
 El autor suma a este umbral un mínimo preámbulo, hecho “instinto y razón de armonizar” y dos sólidas citas de Juan Ramón Jiménez y Jorge Luis Borges, que predisponen al itinerario sin brújula, a ese núcleo de tanteo que entrelazan onirismo y realidad en sus zonas de intersección, cuando la realidad transciende límites y convierte lo onírico en habitación con vistas.
 La obra descubre su esquema argumental en la yuxtaposición de estos cuatro nombres, correspondientes a cada uno de los conjuntos integrados. ”Equívocos” comienza como una crónica de espacios, vivencias y recuerdos simultáneos y sin conexión, llegados como referentes germinales. Aluden a mínimos recuerdos fragmentados, acaso perdidos en los repliegues de la memoria. De este modo, el devenir parece una burbuja repleta de ilusiones ópticas que transforma al sujeto en un afanoso espectador, zarandeado por paradojas y equívocos.
   El tramo “Árboles” indaga sobre el cumplido horizonte lector, pero también sobre la textura caótica de un entorno que se empeña, con esfuerzo fallido, en restaurar ideales y sueños. De nuevo se impone una desbordante imaginación lingüística que acumula rastros y teselas, no con el propósito de concluir ningún mosaico sino de empapar el lenguaje de asuntos, sin ataduras visibles, como manchas o fotogramas aleatorios.
  La sección “Caligrafías” parece elegir un núcleo metaliterario como impulso expresivo. Recurre a la sombra creadora de Antonio Muñoz Quintana y a una fecha emblemática en el calendario del libro: 1984, cuando Julio Cortázar fallece en Paris y es enterrado en el cementerio de Montmartre, veintidós años después de que publicara su novela cumbre Rayuela y pusiera en pie la historia de amor entre Oliveira y la Maga, en un París de encuentros y jazz. Es también el año que Orwell elige para dibujar un futuro distópico, deshumanizado y asentado en una áspera fragilidad.
  La tinta china del último apartado “Personas” ratifica el fondo semántico de sombras. Quien asocia la claridad poética con el convencionalismo dogmático del BOE, y el unamuniano abrazo de siente el pensamiento y piensa el sentimiento con una proclama futbolera, conecta la escritura con una nueva máquina de coplas capaz de producir “lírica en piel, piel en máscara, máscara cuando todo es ficción, ficción en personas, persona; érase una vez dioses”.
  El libro añade también una coda reflexiva firmada por el escritor Agustín Fernández Mallo, un ensayista proclive a los cuestionamientos múltiples y a rastrear las partes sueltas del mundo y sus flujos secretos y define la metáfora como radical mecanismo de construcción del mundo: “Porque eso es lo que hace esta poesía: fundar un verdadero cosmos, dotado de su inicio, su evolución, sus sorprendentes leyes, sus extraños azares, sus nuevas clasificaciones y su imaginativo inventario”. El recorrido creador de Equívocos Árboles Caligrafías Personas establece un callejero sin plano. Al modo de Julio Cortázar y el mágico laberinto de Rayuela, y de los desplazamientos con el paso cambiado de J. Joyce, Ezra Pound, Rafael Pérez Estrada o el admirado Muñoz Quintana, David Delfín alza deconstrucciones, recorridos babélicos, espacios para cronopios y márgenes, acantilados y cornisas que hacen de su sentido final un proceso de conocimiento fallido, una posibilidad, un derrumbe, un continuo descreer  que la realidad tiene un orden. El caos redacta sus propias leyes naturales y para descubrir las ramificaciones de sus células, moléculas y tejidos no necesita mapas. Solo las palabras en vuelo con libertad de elegir su raíz, la captación discreta del entorno desde la imaginación,  la frágil evidencia de unir lo disímil. Poesía conceptual, que busca otra dimensión al entorno con luz de las palabras, ese lugar que afirma que el mundo no está fuera sino en la rendija, casi a punto de ser. 

 

JOSÉ LUIS MORANTE


 

viernes, 26 de agosto de 2022

PISAR EL AIRE

Fachadas con luz
(Oporto, 2022)
Fotografía
de
Javier Cabañero Valencia


PISAR EL AIRE
 

Los argumentos que se dejan ir pisan el aire.

El laborar de la utopía convierte escenarios de agua en tierra firme.

La voluntad de rodar; fértil simbiosis de mirada, pensamiento y poesía.

Habitamos dentro de un cuarto oscuro; cada voluntad petrifica su película.

Dudas. Síntomas de madurez cuyos fotogramas balbucean de continuo.

Un secundario tan insulso que para ganar visibilidad plantó en el jardín un árbol genealógico.

Planos cortos. Aforismos y cine


 

jueves, 25 de agosto de 2022

LOS AÑOS SIN RETORNO

Vivir al paso
José Luis Morante, Rivas, Madrid
Fotografía
de
Javier Cabañero Valencia



MEDIANOCHE

                    (Cumpleaños)

Mi cuerpo envejecía indiferente
y adquirió el hábito de la senectud.
Sentaba su cansancio ante la cristalera
ajeno al paso asiduo de lo cotidiano.
A veces sonreía y aquel gesto
remitía de pronto a un tiempo de cerezas,
liberaba fructífera nostalgia.
Una atenta pupila
espiaba feliz el vuelo rezagado,
el rebrote puntual de los arbustos.
Ahora la casa huele
a fósforo sin lumbre
y gotea el reloj lentitud y pereza.
Los objetos domésticos
resaltan su desgaste
como si presintieran
que en aquella mirada no hay retorno.
Al sol de medianoche
hilvano estas palabras mientras duermo.

    (De Mapa de ruta, Granada, 2010)





miércoles, 24 de agosto de 2022

PERIFERIAS SIN CENTRO

Graffitis
Fotografía
de
Javier Cabañero Valencia



 ENCUADRES


No hay periferia sin centro.

Más que respuestas, recorro inmediaciones.

Cuando descubrió que le causaba irritación la felicidad ajena empezó a hablarse en voz baja.

Los predecibles carecemos de presente; somos antes y después.

Quienes escriben poesía con el paso cambiado del caos, más que crítica culta, necesitan la tarjeta de visita de un psiquiatra.

Al despertarme, la sensación de ser un actor novel, que protagoniza su primer papel.

Aforismos de periferia


 

martes, 23 de agosto de 2022

LOS QUE ESPERAN

Espera


 LOS QUE ESPERAN

   Llegan temprano , desde algún itinerario común y desdoblado, y se detienen frente al mar. Respiran lentos, con un rumor zanjado de desgarradura en los zapatos y los ojos adustos, clavados en el suelo. De vez en cuando relatan vidas improbables, escapes de otra identidad que ahora parece tangencial y oscura. Cuando están nada ocurre en su anatomía. Solo el tiempo alarga los huesos. Ellos esperan.


(De Cuentos diminutos)



lunes, 22 de agosto de 2022

LA ESCRITURA Y SUS DEMONIOS

Playa de la Concha
Oropesa del Mar, Castellón
Fotografía
de
Oficina de Información Turística

 

LA ESCRITURA Y SUS DEMONIOS

 
MARIA PAZ G. SANTANA.

   La biografía profesional de José Luis Morante (El Bohodón, Ávila, 1956) integra casi cuatro décadas de dedicación a la docencia y una prolija cosecha literaria que multiplica géneros y publicaciones. Con el poeta abulense hablamos en su retiro de Oropesa del Mar, en Castellón, donde continúa con los hábitos de siempre: lecturas, reseñas críticas y creación personal, mientras completa sus compromisos literarios de otoño.
 
¿El escritor vive de espaldas a lo diario?
 
Lo cotidiano es el gran escaparate que surte la despensa creadora del escritor. Por tanto, congeniar con lo contingente es una tarea ineludible, que no admite excusas. Quien habita el taller literario no es un misterioso ectoplasma, es una presencia que está dentro de lo real y lo doméstico constituye su medio natural, su casa.
 
¿Qué impulsa a escribir?
 
Se me disculpará esta enumeración caótica. Vivencias, lecturas, emociones, imágenes, audiciones musicales, obsesiones, carencias y estados de ánimo. Un semillero tan fértil que a diario multiplica su onda expansiva.
 
¿Hay cárceles de tinta?
 
Claro, la literatura también tiene sus callejones sin salida. Hay que saber escapar de la prepotencia intelectual, a la que nos tienen tan acostumbrados los erasmus del dogmatismo y los multipredicadores domésticos; y hay que buscar salidas de urgencia al plagio y al autoplagio, que es una forma extrema y lastimosa de la reiteración. La crecida digital ha multiplicado otras trampas: la manipulación ideológica, la desinformación laberíntica y la codificación de un pensamiento único, uniforme, aséptico, de digestión apresurada.
 
¿Qué queda por aprender, tras una trayectoria tan poblada?
 
Casi todo, no se debe renunciar jamás al aula abierta del aprendizaje; la realidad está llena de recovecos inexplorados y guarda dentro un paisaje transcendido que integra otros itinerarios insólitos. Así que el nomadismo es condición natural de quien escribe.
 
¿Indicios de nuevos proyectos?
 
El tiempo de otoño añade una nutrida página de novedades; hay algunas ediciones a punto de salir, en noviembre sale un nuevo poemario en Puerto Rico y conspiro para que una antología vea pronto estación de llegada en una editorial madrileña. En fin, el sosiego de los termómetros otoñales será necesario para afrontar tantas tareas pendientes.
 
Gracias por buscar un hueco a mis preguntas en este lugar que solo invita a mirar las olas

El diálogo con el mar siempre es compatible con las palabras. El tiempo vacacional cambia las localizaciones, pero preserva los hábitos y yo, como afirmara G. K. Chesterton, “Nunca he tomado en serio mis libros, pero tomo muy en serio mis opiniones”. Muchas gracias por la buena salud de las preguntas.




 

domingo, 21 de agosto de 2022

JESÚS MONTIEL. UN PALACIO SUFICIENTE

Un palacio suficiente
Jesús Montiel
La Veleta, Poesía
Granada, 2022

 

VOCACIÓN DE BONSÁI


  El reconocido deambular creador de Jesús Montiel (Granada, 1984), Doctor en Filología Hispánica, traductor de la obra poética de Christian Bobin y profesor de Lengua y Literatura en la Universidad de Granada, explora un nítido horizonte metaliterario. Una y otra vez indaga sobre el sentido humanista de la escritura, argumentando epitelios y razones del poema. La entrega Un palacio suficiente ubica como liminar una nota de autor, enaltece como eje orbital de la palabra un discurso lírico confidencial e intimista, donde la desnudez biográfica del sujeto verbal aflora con vocación de bonsái, según sugiere con cálido acierto el poeta. El prólogo añade también cierta saturación expresiva en el manejo del verso libre y un muy probable futuro de contenidos en prosa, al expresar los itinerarios del pensamiento: “Llegó un momento en el que el verso, la métrica, me supuso un verdadero estorbo, y comencé a escribir en prosa. Fue un proceso natural, sin cálculo. Sabía y sé que la poesía puede vivir en otros ecosistemas formales, sin necesidad de los versos”.
  El callejero del breve poemario ensaya un proceso de autoconocimiento y captación discreta del entorno y sus leyes naturales. Crea una senda reflexiva que interrelaciona sujeto y espacio hiperreal, y concede a los ciclos estacionales una lectura simbólica. El devenir constata nudos vivenciales que entrelazan amanecida y crepúsculo, pasos germinales y acabamientos; muestra en sus cercanías la frágil evidencia de cada destino. La composición prologal “Preparativos” hilvana una meditación sobre el gregarismo convivencial que, poco a poco, erosiona esperanzas y convierte el ser en una propuesta de anunciado naufragio, buscando sitio en la última costa: “Cada uno de los dos / anticipa la ausencia/ del otro, la prepara como un viaje. / Sus vidas son el prólogo de un hueco”. Esas imágenes al contraluz entre la vida y la muerte se asientan también en otras composiciones como “Vecino”, donde la levedad anecdótica alza vuelo con la contundencia del verso final, uno de los mejores aciertos expresivos de Jesús Montiel, junto a la economía de recursos que, no pocas veces, viste a su poesía con una sensibilidad aforística, o tendente a la escueta armonía del haiku, ese trébol verbal que cuenta en nuestro país magisterios luminosos como Susana Benet.
   El tono sosegado de quien testifica a media voz los mínimos relieves del tiempo laboral, se rompe en ocasiones con el desapacible grito de la crítica social. En “Los imbéciles” fulmina el cortocircuito presencial de los que perseveran en dibujar sombras y explorar grietas para airear desajustes. A veces, el estilete crítico se sustituye por la ironía para desvelar los trampantojos de la actualidad y sus enunciados caóticos, o para percibir, con un toque de humor y no poca ternura, las contingencias domésticas que convierten las dimensiones del despertar en un planeta doméstico, con vistas a la felicidad: “El día es un palacio suficiente. / No hay nada que ambicione / aquí sentado, secreto para el mundo. / En unos cuantos metros / sucede de una vida lo que nunca se muere”.
   Jesús Montiel cultiva, sea cual sea el formato, el apunte contemplativo, esa captación discreta que busca capturar con su caligrafía un ámbito de sugestión. Convierte el trasegar de la retina en resistencia, para guardar las cosas como fueron, al modo de Eloy Sánchez Rosillo; las percepciones anidan por dentro, perduran en los estantes interiores de la conciencia, para que mantengan vivas su fuerza evocadora, el surco abierto a la fértil espera, al afán de ser pájaros.
 
JOSÉ LUIS MORANTE


sábado, 20 de agosto de 2022

ZONA DE NO FUMADORES

No fumadores
Archivo general
de 
Internet

 
ZONA DE NO FUMADORES

Tenía una belleza subyugante,
uno de esos perfiles cincelados
que indulta la memoria largo tiempo
para que nuestro insomnio rememore
difusas citas con su perfección.
Con un timbre sutil, tentacular,
relató expectativas laborales
de un novio paranoico -pero fiel-
y suspiró elogiando en la parada 
la grata y comprensiva compañía.
Después, la glosolalia del silencio.
Oprimido por una tos antigua,
seguí con ojos tristes su misterio.
Fui el contable que en horas de servicio
resuelve los balances calculando
la soledad que cabe en un vagón.

       (De la antología Mapa de ruta, 2010)



viernes, 19 de agosto de 2022

TESTIGOS DE LO REAL

Adosados
Fotografía
de
Javier Cabañero Valencia



TESTIGOS DE LO REAL


En el final de trayecto del verano, como extraños adosados sin nadie, las ausencias.

Respira tras el rostro de siempre, pero es otro.

La literatura es raíz; siembra frutos por dentro.

Ser testigos de lo real exige cerrar los ojos.

Era muy escrupuloso con la buena educación. La esquivaba de continuo.

Las mejores certezas pocas veces son verdad, pero siempre son nómadas.

En la lupa analítica conviven la pulga y el rinoceronte.

Hay deseos que siempre son prólogo.

Me gusta caminar por el fondo porque la superficie nunca hace pie.


Aforismos de arena



jueves, 18 de agosto de 2022

JOSÉ LUIS MORANTE. A PUNTO DE VER

A punto de ver
José Luis Morante
Prólogo de Susana Benet
Editorial Polibea
Colección El Levitador
Madrid, 2019

 

 
Si lograse dejar
ese fuego encendido por siempre en un poema
no habría de importarme callar eternamente.
 
Hölderlin
 
 
NOTA DE AUTOR
 
   Advierto aquí del doble contenido de A punto de ver. Junto al centenar de haikus, escrito desde 2014 hasta finales de 2018, conviven  las piezas breves aforísticas integradas en el epílogo “Anotaciones”.
   Haikus y aforismos fueron amaneciendo juntos y me parecía una obligación no desgajar el habla de su camino argumental. Ambos se empeñan en no abrir más ventanas que la sugerencia y cierran los ojos frente a lo explícito.
   Concluyo; el decir breve exige un proceder sensato: que esta nota de autor no se convierta en una novela.

José Luis Morante



 
 

miércoles, 17 de agosto de 2022

LUIS BRAVO. LAS HORAS GRISES

Las horas grises
Luis Bravo
La Veleta, Poesía
Granada, 2022

 

LA EDAD JUSTA

 

 
  La entrega Las horas grises de Luis Bravo (Madrid, 1994), autor del poemario Triestino (Cántico, 2021), parece acoger un discurso lírico confidencial e intimista, aunque vela la desnudez biográfica del sujeto verbal mediante un objetivismo perceptivo. El recurso pone en los itinerarios del pensamiento, como sugiere la cita de John Keats, una distancia clásica: “Aquel que se entristece / al pensar en su propia ociosidad no puede estar ocioso, / y está despierto quien se cree dormido.  Estar supone ser consciente de la convivencia alrededor de una realidad paradójica, hecha de contrastes e incertidumbres.
  El trazado del libro abre un proceso de autoconocimiento. Crea una senda reflexiva que interrelaciona con el entorno y concede a sus elementos una lectura simbólica. Así se constata en el poema ”Gabarras en el río”, al que pertenecen estos versos: “¿Quién volverá a podar estos juncos, / a bañarse en estas aguas, / cuando se corten sus tablas / y en silencio naveguen solas / y se varen quienes fuimos”.
  Otros poemas buscan el impulso germinal en la lectura y adquieren así el paso relacional del homenaje. Ocurre en la composición “La Quinta”, que toma el título de una novela del poeta, narrador y ensayista Miguel Sánchez-Ostiz. A lo largo del libro se dispersan otros referentes culturales. El conocido verso de T. S. Eliot que da comienzo a La Tierra Baldía sirve de pauta para el texto “Contra T. S. Eliot”, cuyo estrato base es el amor y sus circunstancias. Y el legado cultural también integra otros nombres de fuerte temperatura poética: Vladimir Holan Lee, Antonio Colinas, Jaroslav Seifert, Pavel Hrádok, Shelley...
   Luis Bravo no opta por el verso enunciativo; fuerza la sintaxis para moldear un ámbito de sugestión. Esa mirada impresionista deja excelentes composiciones como “Otoñales” : ”Merecemos el desánimo, los día sombríos. / No serían lo mismo sin la ayuda del cavilar / y la sugestión, sin previo aviso, que nos pesan / cuando regresamos…”. Todo invita a la especulación de la memoria y al desempolvar de huellas y recuerdos como legado del tiempo y sus inclemencias. Esta refutación del tiempo y su mirada crepuscular, que deja en el aire una sensación temporalista, contagia también al credo estético del modernismo y sus recursos expresivos, ahora convertido por el poeta en pétalo seco de la historia literaria, oculto tras el desencanto, acaso enfermo de melancolía. La existencia parece un respirar de sombras, un callado yuxtaponer de horas grises: “Hay algo peor, decía Foxá, que las conversaciones huesudas / o los días tediosos. No lo sé. / Más callado últimamente, / dispongo como emblemas los polvos y resortes / de una melodía gastada. Teniendo estas bazas del novecientos / seguiré escribiendo. ¿Feliz? No lo sé. “
   Como un paseante en busca de lo inesperado, el poeta hace acopo de percepciones y pausas reflexivas, esas hendiduras en las que se cobija el ánimo ante una realidad en apariencia insulsa y crepuscular. Lo ideal adquiere siempre la distancia de una meta lejana e inalcanzable que exige una ascesis, una peregrinación hasta el lejano jardín de lo literario, ese lugar enaltecido por los dones de la tradición, que tiene un intangible olor a tiempo, que galvaniza la piel precaria de las horas más grises. 


JOSÉ LUIS MORANTE



martes, 16 de agosto de 2022

OBJETOS DOMÉSTICOS

Los Cortados
Rivas Vaciamadrid (Madrid)



 

OBJETOS DOMÉSTICOS

Están hechos de reiteración y cercanía,
de un esplendor sencillo, de una nimia ternura.
Nos son imprescindibles al paso de los años.
Permanecen morosos, perennes, vegetales.
Diseñan una decoración reparadora
que en cada sitio ofrenda serviciales regazos.
No discuten razones, fracasos, esperanzas.
Compartimos con ellos esas gotas de júbilo
que dan a lo vivido momentos memorables.
Dialogan con palabras de sonidos armónicos.
Suenan a persuasivas, a dulces cantinelas.
Sus materiales unen pretérito y doméstico;
saltan hacia adelante, más allá de los riesgos,
como fuertes cornisas que soportan los brazos.
Si alguna vez nos faltan, sentimos la impostura
de ese desconocido que vive por nosotros.

                  (De la antología Mapa de ruta, 2010)




lunes, 15 de agosto de 2022

INDECISIONES

Indecisiones
(Morro de Gos, Oropesa del Mar)
Fotografía
de
Adela Sánchez Santana

 

INDECISIONES

 

 
Es tan singular, que cuando corre a solas siempre llega segundo.
 
Para la confianza el desierto es también un refugio seguro.
 
Busca aguaceros que asciendan.
 
El paso sereno hace señas al abismo para que se aparte.
 
Tolerancia, respeto, solidaridad, coherencia… Esos conceptos que llegan sin resuello a la primera sílaba.
 
Duerme fuera, para cobijar la fragilidad de la noche entre sus brazos.
 
Narciso busca en los espejos un confinamiento estable.

Aforismos nómadas



 

domingo, 14 de agosto de 2022

LA HUMILDAD DE LO GRANDE

Miiradas
Oropesa del Mar, 2022
Fotografía
de
Javier Cabañero Valencia


LA HUMILDAD DE LO GRANDE

En una entrevista, a toda plana, el aplaudido poeta denomina a la biblioteca "cementerio de la cultura". El aserto carboniza. Son palabras de un escribidor recién llegado, de un avispado impulsor de estridencias verbales o, cabe en lo posible, de un majadero con la inteligencia de vacaciones; pero nunca de un poeta.

En la poesía intimista el yo poético no es un punto de partida en el itinerario del verso sino un espacio moldeado en el recorrido, una construcción que mantiene el aire de familia con el yo biográfico, tras una larga senda de lecturas y sólidos cimientos en equilibrio entre la experiencia vital y el diccionario.

La humildad de lo grande. Junto a su madre, un niño mira el mar. Queda sumido en el silencio plácido de su belleza, mientras alguien convierte aquel instante en la luz tenue de una fotografía inolvidable, que se queda conmigo, para que aflore dentro de un poema.  

Salman Rushdie con un hilo de vida, acuchillado por el fanatismo. Qué sucias las manos de los dioses manchadas de sangre. Qué sordidez negando su existencia.

Los dos mantenemos una amistad apócrifa. Nosotros ya no somos nosotros.

Apuntes del diario, agosto, Navadijos, 2022





sábado, 13 de agosto de 2022

LOS POTRILLOS

Agua a los sueños
Navadijos, Sierra de Gredos
Fotografía
de
Adela Sánchez Santana

 

LOS POTRILLOS


   Sabe dar agua al sueño. Mientras duerme, palpa impaciente una constelación de posibilidades para que al día siguiente, al despertar, en el primer escalofrío auroral encuentre el atajo de sus horas grises. Hoy la mano dormida acarició el lomo de seda de un potrillo.

(Del libro Cuentos diminutos




viernes, 12 de agosto de 2022

CON TRAJE DE CRISTAL

Desde dentro
Fotografía
de internet





 CON TRAJE DE CRISTAL

El caos es un orden por descifrar

JOSÉ SARAMAGO

Afrontar la mudez exige espíritus osados y una fuerza oculta, capaz de controlar su repertorio de recursos técnicos.

Mirar laberintos envejece, aunque tengan trajes de cristal.

La nada; mansa oquedad, enferma de bulimia.

En el zumbido de los materiales autobiográficos nunca es ajena la reconstrucción.

Poco a poco la resistencia de la verdad se hizo anecdótica, casi un acto de fe.

Sólo tiene nociones realistas del sueño.

Aforismos en la Sierra de Gredos



jueves, 11 de agosto de 2022

TAREAS A SOLAS

Piornos en la Sierra de Gredos
San Bartolomé
Fotografía
de
Aurora Lozano



TAREAS A SOLAS


Apilar las palabras
sobre el lomo manchado de la sombra;
habitar la insistencia
de una música dentro,
en cuyo pentagrama busquen sitio
la grieta, la fisura y el aplomo distante
de lo desvanecido.
Encajar los piornos
en la paciencia yerma del paisaje
y en el lecho horadado de las rocas,
donde piden respuestas
las cursivas preguntas de la lluvia.
Mientras la luz transcurre
y se hace forma,
mirar a cielo abierto cómo empujan
los dedos del poema.


                           (Inédito)

miércoles, 10 de agosto de 2022

MECÁNICA ESTIVAL

Regreso
Fotografía
de
Adela Sánchez Santana


MECÁNICA ESTIVAL

Más que nunca, en cada regreso se percibe el tanteante deambular del tiempo. Aquí las horas se dilatan, bostezan, balbucean. Carecen de una duración uniforme.

Vuelvo al libro cuya lectura me desconcertó, para descubrir apéndices en su organismo. El conjunto de fragmentos reflexivos conforma lo pensado, construye una obra desatinada, provocadora, rupturista (aquí la incontinencia de epítetos es variable, a gusto del entusiasmo y la carencia de sentido común), con la validación expresa de los chamanes del sinsentido.

Precisiones terminológicas: un libro de poemas sin una sola fibra de poesía; otro de aforismos sin un solo aforismo. Libros volátiles, escritos por oposición, que hacen de la lectura un suplicio.

Qué metódicos e incontinentes los exploradores del absurdo.

Posibilidades para una cita. Fechas, lugares, comensales. No iré; los encuentros de tres congregan multitud.

Apuntes en el patio




martes, 9 de agosto de 2022

AFORISMOS EN LA SIERRA DE GREDOS

El rumor de la fuente
Fotografía
de
Javier Cabañero Valencia 


 

AFORISMOS SERRANOS


Esa energía de quien se levanta de la cama y cuando toca suelo ve en su pie desnudo el vértice de una revolución pendiente.
 
*
 
Aforismos con ego desplegado. Sostienen la mirada de la religión para criticar su estrechez de miras.
 
*
 
Tras el estupor, más allá del derrumbe dos gestos: quien se queda mirando las ruinas y quien busca senderos  para el regreso.
 
*
 
Oscar Wilde añadía a la escritura la tarea de librarse de fantasmas. Así que alquilo sitio – me enseñó Julio Ramón Ribeyro- para que sus apariciones tengan una imagen veraz.

Mínima selección



lunes, 8 de agosto de 2022

EN EL BORDE DEL TARRO

En vuelo
Enciclopedia Natura

                                             

                                                        EN EL BORDE DEL TARRO 

 

   A solas, la niña busca en el ventanal del dormitorio unos gramos de luz. Desenrosca con maña inquieta la tapa del tarro. Sospecha que escapará de su interior un dragón contraído e imagina en sus manos el peso abrumador. Desecha el miedo y tiene suerte. En el borde del frasco roza sus dedos el vistoso arcoíris de un colibrí.


(De Cuentos diminutos)




domingo, 7 de agosto de 2022

CON LUZ DE AGOSTO

Por tierras de La Moraña
Fotografía
de
Javier Pérez


 CON LUZ DE AGOSTO

El enfado conmigo mismo, por olvidar el móvil y los artilugios adecuados para unos días fuera de casa, nada sostiene y a nada da forma. Sonrío. Aceptación de lo precario: soy el único responsable de mis carencias y además no tengo remedio.

Desde la autovía que enlaza Ávila y Salamanca se percibe la llanada de oro de la Moraña, tras la recolección. La tierra cuajada de cereales me recuerda los días de infancia en El Bohodón, el municipio donde nací. He sometido las imágenes de aquel tiempo a una mitificación permanente. Todo fue muy hermoso, aunque sucediera de otro modo.

Aquí tampoco falta la banalización extrema de las opiniones y el socavón mental de quien tiene razón siempre.

Leo porque los libros sosiegan el incendio, ofrecen una visión más lúcida de la soledad y aceptan el yo múltiple, donde se cobijan incertidumbres, tristezas y fracturas.

Apuntes de verano



sábado, 6 de agosto de 2022

TRAMPANTOJOS

Aparejos de cetrería
Christoffel Pierson
Museo Thyssen-Bornemisza (Madrid)

 

BODEGÓN

 

   Marcia busca en un sueño los besos que no dio, y llena de humedad su piel dormida. En medio de un silencio claustrofóbico, Lena cuenta avalanchas de pasos y exilia la memoria inadvertida. Impregnada de polvo, la moneda perdida reclama en el rincón la mano abierta que resucite el vuelo a cara o cruz. Una araña descifra el agujero que reabre la sombra en la pared.  Son tercos trampantojos que pintan jeroglíficos en la retina abierta de los días. Pliegues de un bodegón que exigen cuando llega la luz tenue una porción exacta de asombro y extrañeza.

(De Cuentos diminutos)





 

viernes, 5 de agosto de 2022

TEORÍA DEL SUEÑO

Espera
Fotografía
de
Adela Sánchez Santana



 TEORÍA DEL SUEÑO

Todo sueño cumplido es prematuro.
Su tácita presencia pone en duda
que hasta ayer mismo fuera
objeto de un afán cuyo rescoldo
no se apagara nunca.
La posesión no acalla
esa voz inquietante
que aspirara a lograrlo
ni da paso a la tregua que permite el sosiego.
Intangible y fugaz
como el vuelo de un ángel,
los perfiles del sueño no conocen
la hondura hospitalaria del espejo
ni el peso de la luz.

    (De Mapa de ruta, 2010)



jueves, 4 de agosto de 2022

LECTURAS DE VERANO (Entrevista)

Desayunos en la hierba
Fotografía
de
Adela Sánchez Santana

 

Una conversación con  José Luis Morante

Tasio Luna

 Agosto comienza senda en este verano de normalidad y regreso a los hábitos de siempre, tras el paréntesis pandémico, y el móvil permite una conversación sosegada con el poeta y crítico abulense que pasa unos días familiares junto al mar, aunque mantiene activo su blog “Puentes de papel” ese escaparate de novedades al paso.

  ¿Cómo vive este tiempo de desasosiego general, con derecho a queja continua?
 
La idea de Jorge Manrique sigue en alza. Parece que cualquier tiempo pasado fue mejor; pero problematizar la realidad solo lleva a la saturación informativa y a la intemperie de la depresión; en lo personal, aunque no soy ajeno a las contingencias que zarandean nuestro presente, siempre procuro percibir el entorno con retina optimista, que aloje unos hilos de luz.
 
 
 Sin embargo, los titulares informativos descabezan cualquier optimismo, son empeños diarios en dibujar sombras.
 
Hay secuencias reiterativas que son de obligatorio consumo: la guerra de Ucrania por la infame voluntad expansiva del dictador ruso, los incendios forestales, que son sumas de ineficacia en la gestión ambiental y en la prevención a largo plazo y que tienen un incomprensible componente humano en los pirómanos, esos seres abyectos de cerebro enfermo. Pero el fluir existencial también arrastra claridad y transparencia, esas aguas de la convivencia sentimental, la cultura y el ocio. Hay que seguir nadando, incluso a contracorriente.
 
Hace poco leía un aforismo suyo en “Puentes de papel” que me encantó. Percibía el tiempo como una pautada transición entre sombrillas y paraguas…
 
Muy agradecido por ese recuerdo; esa imagen nació de una de mis lecturas de verano, del libro Diario de K. 2010-2022, de Karmelo C. Iribarren; es un poeta excelente y además un gran pensador desde la estela mínima del aforismo; en sus poemas el paraguas es un elemento de uso común, como lo son el mar, la lluvia, la soledad o la mesa del bar frente a un café que actúa como aquella magdalena de Proust que invita a la recuperación del tiempo perdido.
 
¿Qué otras lecturas comparten sitio a pie de mar?
 
Por un trabajo profesional pendiente, me acompaña una selecta colección de libros de la poesía más joven, la que se editó en 2021. Desde mis primeros años de crítico literario, me ha parecido una tarea fundamental oír la respiración poética del presente, ver cómo se renueva la creación incorporando rupturas y matices; así que  el menú principal son los poemarios más recientes y sus actores de reparto.
 
 
¿Sólo poesía a diario?

Aunque así fuera, no sería ninguna monotonía ni abriría callejones de sombra al aburrimiento; leer poesía es el sustrato natural de mis tareas desde hace más de treinta años. Pero también he traído algunas revistas literarias (Turia, Paraíso y 143), cuyo paisaje plural fortalece el conocimiento de otros géneros. La literatura tiene una identidad múltiple y es una suma de protagonistas y secundarios.
 
Los que suponen la inutilidad de la poesía, critican en las redes sociales su condición elitista y minoritaria, incapaz de conectar con los intereses del público. Asocian las preocupaciones literarias al elitismo intelectual o, sin más, al postureo vanidoso. Algo que decir al respecto…
 
Claro que sí. Hay demasiada gente empeñada en decirnos cómo debemos pensar, cómo debemos ser, qué temas son prioritarios. Y a mí el gregarismo del grupo y el asentimiento a sus voceros me parece la razón más sólida para hacer exactamente lo contrario, lo que me dicta mi forma de estar en lo diario, Así que pleno empeño en ser yo, una labor difícil que exige no perder ni dos segundos en demostrar nada a nadie, salvo a la buena gente que entiende la poesía al modo de Fernando Pessoa: como una manera de estar solo.  
 
Tasio Luna
 
Oropesa del Mar, Castellón, agosto de 2022
 

 

miércoles, 3 de agosto de 2022

JUAN DOMINGO AGUILAR. ANTICINE

Anticine
Juan Domingo Aguilar
Editorial Universidad de Almería
Colección Librería del desierto
Almería, 2022


 

SESIÓN CONTINUA

  

   Aunque nació en Jaén en 1993, el trayecto literario de Juan Domingo Aguilar se vincula a Córdoba, como morador temporal de la Fundación Antonio Gala; también al municipio portugués de Óbidos, donde disfrutó, en 2019, una beca Unesco como creador residente, y, por último, al pujante clima literario de Granada, como estudiante universitario, promotor de eventos y escritor integrado en el catálogo de Ediciones Esdrújula. Allí ha preparado la antología Algo se ha movido, 25 jóvenes poetas andaluces que certifica una auténtica eclosión de amanecidas poéticas, también refrendada en la compilación Piel fina: poesía joven española. El poeta añade como rasgos propios la coordinación en la revista Zenda de la sección “Versátiles”, y un quehacer poético que marca sus primeras amanecidas con el libro La chica de amarillo Nosotros, tierra de nadie, reconocido con el XXXIII Premio de Poesía Villa de Peligros.
   El trayecto prosigue con la entrega Anticine, galardonada con el Premio Facultad de poesía de José Ángel Valente, en su quinta edición. En esta nueva ventana expresiva, el espacio poético se convierte en una visión esencialista del cine como expresión artística ligada al itinerario vital. La pantalla grande transforma la poesía de Juan Domingo Aguilar en un cálido inventario de símbolos, dispuesto a interpretar la sentimentalidad del yo poético. Los actores de reparto, al transitar lo laborable, comparten una herencia común: “todos son figurantes de una tierra ajena / en la que aprenden a amar con subtítulos”
  Tan hermosa lectura de la costumbre alienta el despliegue de una percepción reflexiva que plantea diferentes encuadres en lo vivido. El yo ficticio se mira a sí mismo en el poema, utiliza el lenguaje cotidiano como soliloquio confidencial que comparte secuencias. Esa expresión cercana adquiere un tono conversacional que reserva sitio a la evocación y el paso autobiográfico. La confidencia remueve el tiempo; vislumbra en él un fondo de ausencias que confirma la fragilidad del estar y el paso transitorio. Enlaza cada identidad con un paréntesis, más o menos, cerrado por el gregario transitar de los años.
  Esta visión, que aflora en la manera de entender la poesía, analiza también el tiempo histórico generacional. Indaga en el sustrato ideológico que sostiene un estar colectivo marcado por los contratos de formación, las habitaciones compartidas y el culebrón continuo del sustento propio. Hay que buscar en la oferta de empleo un puesto de trabajo que haga posible la independencia personal y el nacimiento de proyectos a largo plazo. Tan prosaica oferta vivencial se enuncia con fuerza en poemas como “Psicosis” al que pertenecen estos versos: “Nuestra vida juntos en un telefilme / basado en hechos reales / una sesión continua / en un cine de provincias / con escenas repetidas / y actores aburridos de sus personajes”.
  La idealización del ahora, marcada por  las condiciones precarias, languidece y se hace depositaria de una felicidad impostada. Nunca se salda la persistente distancia que separa el conflicto cernudiano entre realidad y deseo. Se trata de encontrar un mínimo sendero que preserve luces como el amor, el deseo y esa transformación de la rutina en esperanza.
   En el avance del libro hay una excelente atmósfera unitaria. Los poemas construyen un itinerario, una fotografía de trayecto, casi un continuo quehacer de focalización, que acerca y aleja la contingencia con los movimientos de cámara del poema. En la sección “Travelling“ la posición poética se acerca a lo colectivo: la guerra de los Balcanes, las consecuencias de una globalización que ha multiplicado políticas comunes en los contaminantes espacios del mercado o el aleatorio campo de minas de las relaciones internacionales que siembra inquietud y desasosiego en los ciudadanos más vulnerables.
   Un prolijo listado de películas sirve de excusa argumental para esas teselas visuales que albergan los poemas, siempre hechos desde la intensidad y la emoción. La poesía refleja la vida y alienta una actitud de resistencia y épica cotidiana frente a los hechos reales. Lo subraya con claridad luminosa la composición “Regreso al futuro”: “Mira Marty el futuro es esto / núcleos de población / con ventanas encendidas a media noche / mujeres que corren porque un lobo las persigue / en la oscuridad de los polígonos”. En las aguas claras de lo biográfico no hay distancias inalcanzables entre habitaciones privadas y pertenencias colectivas; todo forma un ovillo complejo de fusiones y entrelazados construyendo una realidad que evidencia derrumbes y erosiones. Que genera, por ello, incontables preguntas y reflexiones con las que alentar los renglones de una autobiografía ficcional. Los poemas de Anticine surgen en el cuarto de estar de la cercanía. Postulan el enfoque subjetivo y la manera personal de afrontar el road movie existencial y reflexionar sobre ella la evidencia de que todos somos secundarios que buscan cancelar un buen guion.

                                                      JOSÉ LUIS MORANTE