La mentira nociva Seudología XI Miguel Catalán Editorial Verbum Madrid, 2020 |
martes, 31 de agosto de 2021
MIGUEL CATALÁN. LA MENTIRA NOCIVA
lunes, 30 de agosto de 2021
CON ESPACIOS EN BLANCO
Despedida Fotografía de Adela Sánchez Santana |
(Aforismos al paso)
domingo, 29 de agosto de 2021
NUESTRO SECRETO
sábado, 28 de agosto de 2021
AL CLAREAR EL DÍA
Confidencias Fotografía de Adela Sánchez Santana |
viernes, 27 de agosto de 2021
ECUACIONES
Caligrafías imagen de Adela Sánchez Santana |
¿Por qué sostienen la nada y el vacío
fuertes vigas de carga, de lenta construcción?
¿Qué delirios distienden los músculos insomnes de mis párpados?
¿En qué mapa hallan sitio los pasos que no di?
¿Qué silencio interpela la dormida memoria del lenguaje?
¿Dónde se dan la mano los cómplices contornos de niebla y claridad?
¿Qué ausencias, vuelos, pájaros, aguantan los respaldos
de las sillas vacías?
¿Quién pregunta por mi si la mudez pronuncia el verbo decisivo?
¿Cuántos interrogantes, ecuaciones y enigmas
caben dentro
jueves, 26 de agosto de 2021
CRITERIO PROPIO
Joan Margarit ARQUITECTURAS DE LA MEMORIA Edición, selección y prólogo de José Luis Morante Letras Hispánicas, Cátedra Madrid, 2020, tercera edición |
Hay itinerarios poéticos que parecen dunas de luz. Como el de Joan Margarit, al que regreso de nuevo al abordar un ensayo para la revista Turia. En la edición crítica Arquitecturas de la memoria (Cátedra, tercera edición 2020) empleamos como cubierta una fotografía del poeta arquitecto junto a las obras de la Sagrada familia de Barcelona. A algún editor no le gusta la fotografía; a mí me parece maravillosa porque define todo el ideario estético: buscar la máxima expresión con los mínimos materiales de uso. Hay gente que hace de la cubierta de sus libros elementos florales, añadidos estéticos, bonituras perfectamente prescindibles. Yo sigo con mi criterio, la cubierta del libro es tejido esencial; compás y cartabón para sentar el trazo de la propia convicción. Sin más.
No hay que ser imprudentes con la prudencia. Firme propósito de no intervenir nunca más en una polémica digital. Los efectos secundarios son desproporcionados: cualquier analfabeto funcional mira por encima del hombro y nos nombra de golpe “ministros del ramo” Más solo. La gente entiende siempre lo que no quiero decir.
La pandemia ha reivindicado a Poncio Pilatos en la forma de impartir justicia. Ahora lavarse las manos es una estrategia judicial que prioriza los derechos individuales a la borrachera y la meada en la calle antes que la seguridad colectiva y las medidas contra la propagación del virus. No me extraña que la justicia siga con la venda en los ojos, para no ver la ineptitud de quien la imparte.
Los hábitos y la educación son hijos legítimos de la perseverancia. Las atrocidades físicas que presenciamos estos días no nacen solas. Para ese grado de salvajismo hace falta una ausencia completa de valores morales; una educación a contrapié donde el respeto, la tolerancia, el pacifismo o la total ausencia de odios son carencias familiares, materiales que ya son parte de una fosa común.
Ayer cumplí 65. Durante algunos años fui joven. Después envejecí. Ahora paseo poco a poco una voluntad juvenil, una amanecida de asombros que me acerca al niño. La edad es un escenario cambiante, un marco de representación donde sobrevuela algo de magia.
miércoles, 25 de agosto de 2021
DIECISIETE AÑOS
Diecisiete años (Ávila, 1973) |
DIECISIETE
(1973)
Si digo amanecida,
cambia de sol el tiempo,
y ocurre pleno y claro,
desprovisto de lastres.
Nada apremia
el andén de lo diario;
un ritmo natural
borra la escarcha
en las ramas desnudas.
Se despereza el júbilo
-agosto interminable-
y cumplo diecisiete.
En mis palmas convive
la lentitud del brote
pues no tengo cosecha
que compartes conmigo
el primer paso
la pulcritud del largo itinerario,
el junco fuerte
que cimbrea el futuro.
martes, 24 de agosto de 2021
SOBRE LA FELICIDAD
Equilibrios Fotografía de Javier Cabañero Valencia |
AFORISMOS SOBRE
LA FELICIDAD
lunes, 23 de agosto de 2021
DESENLACE
sábado, 21 de agosto de 2021
AUNQUE NO ESTÉS
viernes, 20 de agosto de 2021
J. R. BARAT. SI PREGUNTAN POR MÍ
Si preguntan por mí J. R. Barat Editorial Renacimiento Sevilla, 2021 |
INSTANTÁNEAS
En artículos y entrevistas, el autor insiste en la madrugadora vinculación con la poesía y recuerda lecturas iniciales de Juan Ramón Jiménez, Gustavo Adolfo Bécquer y Antonio Machado; y sorprende la sostenida lealtad a estos magisterios. Si preguntan por mí, tras la cita de Salustiano Masó, poeta semioculto en la geografía de urgencia del ahora poético, sale al día con el apartado “Sol de la infancia”. El epígrafe, de claro son machadiano, refrenda su origen recordando la orfandad de aquel verso encontrado en Colliure: “Estos días azules y este sol de la infancia”. Con modulación evocadora, el poema “Sol de la infancia” reconstruye la biografía sentimental encallada en la niñez, como nítido escenario de felicidad y esperanza. Frente a la aurora sensorial se expandía un porvenir esperanzado, propicio a los surcos de la imaginación y al laboreo entre páginas. La poesía entonces era un espacio habitable para la emoción y el pensamiento. El lector se adentraba en los transparentes versos de Machado, comprendiendo, con curiosa impaciencia, que la razón básica de la escritura es “dar cobijo al corazón de un hombre”.
El poema se aplica en levantar escenarios activos de la memoria que guardan, en el trasiego temporal, una nítida capacidad germinativa. Las secuencias focalizan una época marcada en la memoria colectiva por las últimas décadas de la dictadura. Nacen así estampas en blanco y negro sobrevolando sobre la grisura de la realidad, esa sala oscura que integraba vivencias adormecidas en la pantalla en blanco y negro del NO-DO y en los pasos inciertos de una mitología doméstica. El recuerdo alza muros, con la fragilidad de un escenario de cartón piedra que solo mantenía su equilibrio inalterable en los ojos de un niño.
En la sección “Amor y geometría” el ahora se convierte en tiempo accional y las composiciones adquieren un epitelio celebratorio en el que se define el amor como centro medular. La razón existencial resuelve cualquier situación desde la óptica de lo sentimental. El sentir a dos voces es el sonido común del nosotros y marca la identidad, más allá de la muerte, como subraya, con entralazado de truculencia y verbo irónico, el excelente poema “Prácticas forenses” que concluye: ”No sé. Quiero pensar / que en el fondo de todos los relojes, / más allá de la carne y su fulgor efímero, / cuando ya la materia es ausencia y silencio, / hay un lugar acaso, / al margen de cualquier cartografía, / de toda encrucijada y despropósito, / donde poder querernos para siempre”.
El amplio semillero temático de “Barro solo” tantea exploraciones argumentales. Algunos poemas optan por la incisión reflexiva, como el que da título al apartado, y convierten la línea argumental en un destello del pensamiento, donde se percibe la sensación de fragilidad y estar transitorio que cobija cada identidad: “Si preguntan por mí, / ya saben lo que soy: / una sombra entre sombras. / Barro solo. “. Otros verbalizan sensaciones visuales del entorno, como “Museo arqueológico”, “Besugo”, o “Taza de café”. No falta la conciencia de temporalidad que va coleccionando recuerdos en el tiempo o la mínima mirada culturalista, presente en poemas como “Hexámetros dactílicos” o en “Variaciones sobre un tema de Shakespeare”. En suma, paisajes y ángulos singulares que comparten transparencia expresiva, sentido clásico y esa capacidad intacta de desplegar cualidades líricas en ámbitos coloquiales y cercanos, que tienden sus manos a la complicidad. Así sucede en el tramo de cierre, titulado “El cuento de nunca acabar”, que inicia una propuesta dialogal de compañía y asume una filosofía vital cercana. Todos protagonizamos travesías biográficas de vuelo corto. Sumamos pasos hacia una estación final igualitaria que dejará su tacto de ceniza en los espejos. El ser efímero nos define; y solo alcanza la dicha quien sabe que cada instante es único y acaso justifica el hecho de vivir. Queda la huida hacia adelante, la quietud del que aguarda la nueva amanecida.
jueves, 19 de agosto de 2021
CAMBIOS
miércoles, 18 de agosto de 2021
JAIME GIL DE BIEDMA. LOS LÍMITES DEL YO (DIARIOS)
Jaime Gil de Biedma LOS LÍMITES DEL YO |
En la organización de la obra percibimos el deseo de un orden; un afán de simetría por trazar con veracidad los afanes de un protagonista implicado, que inicia el recorrido biográfico con Retrato del artista en 1956. Es el tramo más vitalista; en ese tiempo el escritor está trabajando en “Las afueras”, conjunto poético integrado en la obertura Compañeros de viaje y comienza su relación con la Compañía de Tabacos de Filipinas, empresa familiar en la que desarrollará todo su periplo laboral, con numerosos viajes de negocios y una agenda vital de libertad y descubrimientos.
Las anotaciones de Retrato del artista en 1956 se convierten en un atlas de geografía humana. En él emerge un yo en crecimiento con inquietudes literarias, muy cercano en lo intelectual al grupo de amigos de Barcelona, sobre todo a Carlos Barral. Dan fe de una intensa pasión por vivir. Los días en Manila muestran, sin sombras, una continua búsqueda de relaciones y encuentros sexuales, no carentes de morbo y confrontados con la moral católica. También aflora la conciencia social y la evidencia de una jerarquía asumida en la que cada vez soporta peor la prepotencia colonial, esa insólita desnudez de derechos que tiene la mano de obra indígena. Las secuencias refuerzan su rechazo a una forma de vida aristocrática que fomenta el poder económico desde la explotación de los más débiles y crea en su interior un acuciante vacío ante las severas condiciones de supervivencia de los más humildes.
Desde la distancia, la realidad política española adquiere atinada definición. Se aprecia el desarraigo interno y la ausencia de peso en la política internacional que aísla al integrismo franquista. El poeta escribe: “España es un país enfermo, enquistado en sí mismo”.
La misión de Jaime Gil de Biedma en la Compañía General de Tabacos de Filipinas se expone en el informe sobre la administración general, un texto de fuerte contraste con la perspectiva general del diario. Se trata de un trabajo técnico sobre la fisonomía de la empresa, sus activos mercantiles y el funcionamiento operativo del personal. Apenas queda sitio para el enfoque confidencial que solo retorna en el apartado “De regreso en Ítaca”, cuando la estancia en Filipinas concluye. La implicación con la geografía asiática fue intensa. Mas el poeta ampara una sensibilidad mudable y las nuevas anotaciones acogen el clima de relación, las lecturas y el afán literario. Sitio especial concede a su temporada de convalecencia en la Nava de la Asunción, un municipio próximo a Segovia, a causa de la tuberculosis. El moroso discurrir mesetario ralentiza las horas y da ocasión a un análisis del yo verdaderamente demorado que integra facetas diversas, desde la sexualidad apaciguada hasta los problemas de composición, o las acuarelas familiares que permiten conocer el retablo de presencias cercanas y su empatía.
Más que las vicisitudes del ego son los trabajos y días literarios los que rigen el enfoque tonal de Diario de “Moralidades”, segmento que abarca desde 1959 a 1965. El cauce vitalista, no exento de polémica por una sexualidad desbocada y oscura, se hace remanso sedentario para adentrarse en la conversación pausada entre biografía y escritura. Lo que se estima ahora es el apunte de taller, aunque de cuando en cuando desgrane textos que bosquejan rutinas de la casa.
En esos meses concluye varios proyectos, entre ellos un ensayo crítico sobre Jorge Guillén, publicado en 1960. Es la etapa de definición del grupo de Barcelona a través de gestos colectivos como el homenaje en Colliure a Antonio Machado, en el vigésimo aniversario de su muerte, la preparación de la antología de Josep María Castellet, o la realización de lecturas y encuentros que dan a conocer emergentes idearios estéticos.
Es el tiempo de escritura de Compañeros de viaje, su carta de presentación. Las anotaciones revelan la lenta elaboración de los textos, el pulido final y el sesgo racional de una obra que va creciendo con lentitud, muy lejos de la intuición sentimental, con un sólido trabajo de organización.
Por otra parte, los contactos con Carlos Barral, Josep María Castellet y otros poetas del medio siglo facilitan el conocimiento público de sus creaciones. Son días de cielo claro. Cuando arranca 1960 sus apuntes lectores gestan un criterio crítico pleno de solidez. En él, Antonio Machado adquiere una significación tutelar, que influye en una expresividad directa y en el sentido ético del poema; lo mismo sucede con los compañeros de viaje. Con afines supuestos estéticos forjan el catálogo de la colección Colliure, que habrá de convertirse en pórtico editorial de la lírica del grupo. También es valorado de forma positiva Luis Cernuda; en cambio cuestiona las últimas salidas de Juan Ramón Jiménez.
El periodo acogido discurre hasta 1964 y en él perduran los peculiares caracteres del ego, aunque los párrafos se hacen más esquemáticos. En ellos se alternan los estados de ánimo, las crisis físicas y amorosas, las lecturas y los avances de poemas que van adquiriendo todos los elementos de la versión final. Asimismo prosiguen los contactos promocionales y el deambular por enclaves peninsulares, con especial incidencia en la costa. La identidad del yo se asienta en claroscuros que transmiten su inestabilidad afectiva. Mientras lee a Catulo y los poemas epigramáticos de la Antología palatina que servirán para encontrar el tono de “Pandémica y Celeste”. Cuando arranca 1964, vislumbramos síntomas mudables en la persona. Se remansa su intemperancia polémica, siempre dispuesta a la confrontación, y eso permite una meteorología relacional más estable. Se consolidan ramas esenciales: Jaime Salinas, Esther Tusquets, Gabriel Ferrater, Juan Marsé… Un escogido listado de nombres propios que aglutinará esfuerzos e itinerarios editoriales comunes.
Este litoral en calma también tiene borrascas, como el fallecimiento de Joan Petit o la muerte de Luis Cernuda, cuyo legado siempre será un hito referencial. Son meses también de provechoso quehacer: los versos de “Pandémica y Celeste” pulen aristas con un sostenido afán reflexivo. De nuevo, el discurso verbal está marcado por la razón de una exigencia máxima que analiza avances y movimientos, articula secciones, evitando espejismos aleatorios con una organización interior que sostiene el desenlace.
El calmo acontecer amansa la inquietud erótica. Ahora sus desvelos sentimentales están cuajados de moderación filosófica. Sobre la mesa están las páginas abiertas de Corpus Barga, Gombrowicz, Villalonga, Sartre o Isherwood. Es un tiempo claro y benigno en el que se va gestando el libro Moralidades con calculada lentitud.
De cuando en cuando la serenidad bascula hacia la apatía. Su exigencia crítica es extrema, lo que le provoca paréntesis de desmoralización, cuando los proyectos no adquieren solidez y coherencia. Su falta de interés afecta sobre todo a los entornos literarios y a su presencia activa en foros sociales. En cambio, le gusta meditar sobre la intrahistoria colectiva: ecos de las revueltas universitarias, huelgas asturianas y el sostenido caos ideológico del franquismo que diluye las líneas de fuerza del poder político.
En el diario de 1978 la textura de la realidad ha sufrido significativas quiebras. Desde 1972, en los estertores de la dictadura, viaja al litoral porque adquirió una casa en Ultramort, en la comarca del Empordà y allí fija su retiro residencial. Se asienta la convivencia sentimental con Josep Madern, salvo algunos esporádicos encuentros ocasionales y sus preocupaciones cotidianas se mantienen, tanto en la empresa, como en el taller de autor, que acrecienta enlaces con la segunda generación poética de posguerra
De cuando en cuando, los síntomas de la enfermedad condicionan su salud o empujan a temporadas de ánimo sombrío. Pero la radiografía general de este periodo se expone con tranquila objetividad, como si fuese trazando una estela de sueños cumplidos, a pesar de su conocida inestabilidad emocional.
Poco a poco adquiere su pleno sentido un verso premonitorio: “Que la vida iba en serio uno lo empieza a comprender más tarde”. El invierno vital establece una perspectiva crepuscular en la que el sujeto adquiere razón de una travesía transitoria. Se recupera de una fatigosa bronconeumonía que acentúa su humor sombrío. Los años cumplidos comienzan a sumar erosiones. La historia del país tras la muerte de Franco entra en un interludio complejo donde no siempre se sortean los resabios franquistas. Varias notas reflejan la detención del dramaturgo Albert Boadella por la representación de la pieza teatral La torna. El director será sometido a un severo proceso judicial, tras un consejo de guerra.
Retornan los hábitos, viaja de nuevo a Filipinas y asume responsabilidades empresariales. Cada vez muestra una mayor dependencia afectiva de Josep M., pero sus vaivenes emocionales persisten. Incluso el diario se convierte en una enojosa tarea obligatoria que solo retoma en 1985, cuando se le diagnostican los primeros síntomas del sida. Las páginas autobiográficas de 1985 son la crónica del viaje final hacia ninguna parte.
El hábito del diario requiere coherencia y dejar que pase la tentación continua de embellecer el pasado. La escritura de Jaime Gil de Biedma abre los ojos con la claridad apacible de la amanecida y en ella se diluyen los límites del yo para convertirse en literatura y existencia, sin trasfondo, con la respiración ajustada de quien cumple trayecto hasta la última estación.
lunes, 16 de agosto de 2021
EN COMPAÑÍA
La buena compañía Fotografía del archivo Depositphotos |
EN COMPAÑÍA
Aquel trayecto nómada ofrecía espejismos mudables. Como no habían consumido ninguna vida imaginaban, más allá del ahora, una estimulante existencia común en las amanecidas del futuro.
domingo, 15 de agosto de 2021
CON PIEL DE DOMINGO
Comienzo Archivo general de internet |
AFORISMOS CON PIEL DE DOMINGO
Cada
náufrago reclama para sí la madera raída.
Alguien
escribe. Soy parte de la trama. Un personaje episódico.
Estoy
aquí, creo, aunque desconozco la ubicación exacta del aquí.
Los
aforismos marcan la piel del agua, como la huella frágil de una verdad.
Para la
confidencia íntima, personal, directa, un tono de voz sobrio alejado del
aspaviento.
Percibo
contornos con la precisión ambigua del miope.
Cada día
el desconcierto, la indagación sobre una realidad cambiante y fragmentaria.
Con los
años el escepticismo muda en benevolencia.
Sucede
que regresas cada vez que te nombro.
No sé
apaciguar mi obsesión por relojes y calendarios.
En la
íntima discordia entre el yo y la nada, tomo partido.
Un
nombre propio que acumula letras en minúscula. Nadie, en suma.
Mientras
busco, dejo abierta la puerta para el regreso.
(Del libro Motivos personales, La Isla de Siltolá, Sevilla, 2015)
viernes, 13 de agosto de 2021
A MEDIA LUZ
Economía doméstica Archivo general de internet |
APUNTES A OSCURAS
Alarmante subida diaria de la energía eléctrica y necesidad urgente de una severa regulación del mercado por parte del estado. Los servicios públicos esenciales no pueden estar en manos de la bulimia empresarial. No tardará en suceder lo mismo con los alimentos y combustibles. La lícita ganancia empresarial no puede ser usura o saqueo sistemático de la renta familiar. El liberalismo extremo es tan pernicioso que la gestión pública debe evitar la concentración abrumadora de la riqueza en pocas manos, mientras las demás se desplazan a la luz de una vela.
La libertad de expresión es una zapatilla despareja que cualquier demagogo no tarda en calzarse con el más insignificante motivo. Eso lo saben bien los avispados de turno para atraer a su causa y provocar un enjambre de
virus mentales. La buena gente es muy vulnerable a los espejismos bienintencionados.
El escombro ideológico del fundamentalismo excluye cualquier otra visión que no sea la propia. Este principio aplicado a la convivencia diaria es mortal. Da lugar a una violencia extrema que además no causa ningún arrepentimiento porque tiene una justificación interior, que vela los reparos de la conciencia.
Qué dificil compaginar la dependencia económica del turismo y el control sanitario del virus. Si a esto se suma el empacho alcohólico y esa sensación de que la calle es mía para la berrea juvenil, lo más razonable es sembrar vacunas en todos los sectores demográficos que eviten una propagación incontrolada. Así que una vez más, se pide un gran esfuerzo a los sanitarios, aquellos olvidados protagonistas de los cinco minutos de aplauso.
Me gusta muchísimo Yolanda Díaz, la mejor ministra del gobierno actual. Aunque disiento en la necesidad de alterar el vocabulario de uso de la palabra "patria". Los contenidos semánticos dependen del sentir del hablante. Cuando se antepone el blindaje ideológico al quehacer comunicativo el embrollo mental es de primer grado. Si digo "ciudad" no excluyo a sus moradores masculinos; si hablo de "libro" no anulo a sus lectoras. Es bueno la asunción sin más de un quehacer lingüístico regulado por la Real Academia de la Lengua y olvidar la sandez diaria y la ocurrencia de turno que tanto jugo dejan a los titulares de prensa y al adversario político. La inteligencia debe
buscar respuestas tranquilizadoras, no sembrar las aceras de guijarros
verbales.
(A media luz)
jueves, 12 de agosto de 2021
HABITAR LA NOCHE
Ventana en la noche Edward Hopper |
HABITAR LA NOCHE
Sin pasos furtivos, con
tranquila cadencia, los últimos años gravitaron buscando la
escenografía adecuada que requiere el no estar. Su efectiva firmeza ensayó un largo inventario de desapariciones,
para cuando el tronco existencial consumiera la savia. Aquel necesario aprendizaje
facilitó el final. Cerró los ojos sobre las páginas de un libro de poesía. Guardó un poco de luz para unirse a la noche.
(De Cuentos diminutos)
martes, 10 de agosto de 2021
DIONISIA GARCÍA. MIENTRAS DURE LA LUZ
Mientras dure la luz Dionisia García Editorial Renacimiento Colección Calle del Aire Sevilla, 2021 |
ATARDECIDA
El título Mientras dure la luz emplea como apertura los maravillosos versos iniciales de la Oda a Salinas, escritos por Fray Luis de León, desde la claridad transparente de la dicción clásica. Sobre este impulso se hilvana el mínimo texto de introducción escrito por Alfonso Levy, que sintetiza, con calidez precisa, el quehacer de Dionisia García: “En los poemas reunidos bajo el título Mientras dure la luz se oye la lentitud de los brotes de las plantas, la música en lo que se convierte lo que casi regresa y la luz sobre la madera, para saber que todo se torna caricia en la preparación de la palabra”.
La poeta resalta en el título la capacidad simbólica de la luz como expresión de vida y esperanza, como aliento de voluntad y despliegue existencial siempre sometido al discurrir. Así confía en la capacidad vivificadora del poema para aglutinar el sustrato informe de emoción y pensamiento donde se entremezclan el dolor, el desencanto, la soledad o la espera. Son sensaciones que definen el conjunto de poemas del primer apartado “La respuesta en nosotros”, donde alumbra la certeza que Emily Dickinson subrayó con laconismo: “es todo cuanto tengo hoy para traer. Esto y mi corazón, además…”. El excelente poema auroral “ la respuesta en nosotros”, escrito en dos tiempos, deja una indagación en los laberintos interiores del tiempo compartido y es una inmersión en el trayecto cumplido. Toca descifrar los recovecos de una travesía incierta, trazada entre la expectación y la costumbre, entre la amanecida y el estiaje final. La luz propicia compañía y nutre la tierra fértil del recuerdo. Está ahí para que la mirada no recele de lo transitorio y admita su condición perecedera: “Todo pasa por ti, no es entelequia. / Quieto en tu soledad, ni esperas ni diriges, / sencillamente estás: vemos cuerpos muy tensos / de todas las edades. Unos llegan dormidos, / otros con las heridas entreabiertas y espanto en la mirada”. (P. 17).
El discurrir y su continuo quehacer de mudanzas en el entorno es el territorio germinal de muchas composiciones del primer tramo. En ese horizonte abierto caben exilios, encuentros, presencias y enunciados que dan senda libre a la experiencia y sus claroscuros; en el transcurrir conviven la pulsión emotiva y las razones del corazón con el rescate de instantáneas de la niñez, aquel lejano paraíso siempre dispuesto a la voz del canto, abierto al ansia de existir. Toda la sección, en su aparente diversidad, presenta una epidermis reflexiva; quien comparte las líneas de escritura de la intimidad vive en la incertidumbre, se siente a sí mismo un cronista de lo que se va guardando en las manos del tiempo. Todo es recuerdo, melancolía, la columna de humo manso que asciende desde un despertar de soledad.
El breve apartado final “A Pedro Luis. In memorian” integra cuatro composiciones de sensibilidad elegíaca. La ausencia no anula la claridad posible del amanecer; el amor perdura, tantea la azarosa distancia del regreso, vivifica la mirada, y dispone vestigios de otros días que, como un campo fértil, guardan los pasos comunes; esos hechos asentados en el tiempo que ahora son clausura y gratitud, como en el poema “Tarde lo supo”: “ya no está con nosotros. / le seguí en el camino / como sombra a su espalda: / en la mañana fría / con olor a romero, / por rutas naturales, / por montes y declives”
En Mientras dure la luz deambulan las palabras en el fluir de la conciencia para reafirmar la plenitud de lo vivido. Para contemplar un itinerario en el que llegan los recuerdos de un tiempo compartido, sin rendiciones ni abandonos, preservando la levedad de una estela que guarda el resplandor callado de lo que se apaga, el rescoldo con luz de las palabras.
lunes, 9 de agosto de 2021
EL PARAGUAS
Soledad Archivo general de internet |
EL PARAGUAS
Enhiesto, como un ciprés pequeño que
buscara raíces, cada noche deja el paraguas entre la cama y la mesilla. Su
sombra vertical contrasta con la claridad de las sábanas. En el tejado frágil de sus sueños se
filtra la lluvia. Mientras duerme, siente una humedad contradictoria que
eleva la temperatura corporal. Solo el cobertor asume el desajuste.
(De Cuentos diminutos)
domingo, 8 de agosto de 2021
LAS CARTAS MARCADAS
Baraja del tiempo Imagen de Lightfield Studios |
LAS CARTAS MARCADAS
La mano aleatoria de las causas pide cartas. Sitúa sobre el tapete de la incertidumbre los futuros efectos. Yo miro en silencio mientras baraja sus naipes
marcados, empeñado en predecir las consecuencias. Pero el gesto de curiosidad no captura ningún desenlace. Desconcertado, como el sol furtivo que se oculta en las primeras horas del amanecer tras los
hombros anchos de la sierra de Gredos, parpadeo y cierro los ojos. Soy un perdedor que nunca acierta.
(De Cuentos diminutos)