lunes, 17 de febrero de 2025

CASO CERRADO

Interrogatorio
Archivo
de
Depositphotos


CASO CERRADO
 

 
   Pregunta otra vez, con el chisporroteo del cansancio. Sin mover los labios:
-¿Edad?
-No sé ,desde qué año mi madre sospechó que esta minúscula existencia tendría algún futuro…
  Calla y suspira. Cierra otra vez los ojos. La nueva pregunta tarda en abrirse paso. Cuando llega, arrastra sílabas inaudibles…
-Tampoco hay datos de tu vida laboral.
-No los hay, claro, es inexistente aunque, de cuando en cuando, el pensamiento urgía a buscar la calle, al encuentro de un futuro oficio. No llegó nunca. Después me detenía en cualquier parque, esperando que la voluntad durmiese contraída.
   Agacha la cabeza y entreabre la boca humedecida. Se acerca un poco al empujar la voz:
-¿Sabes la fecha del suicidio?
Las palabras a oscuras responden por mí:
-Hace poco, todavía escucho los restos náufragos de una conversación al otro lado. Las dudas gotean sin enigmas ni claves. Soy un caso cerrado.

(Del libro Fuera de guion, Lastura, 2024)



domingo, 16 de febrero de 2025

LAS HORAS DE SILENCIO

Mulholland Drive (2001)
David Lynch

 LAS HORAS DE SILENCIO

Pertenezco al copioso batallón de los torpes visuales. No veo genialidad en la singular concepción estética de la película Mulholland Drive (2001). Sobra complejidada argumental y se disfrutan muchísimo algunos intervalos, cuajados de matices, como los bellísimos primeros planos de Naomi Watts y Laura Elena Harring, o la intacta rebeldía de algún personaje como el director de cine, sin duda un reflejo especular autobiográfico. La película obliga al continuo por qué, es extraña y hermética, como esas raíces nutricias del propio David Lynch.

Antes de que me convierta en un logrado epicentro de soledad voy a tener que ir completando un largo inventario de amistades diluidas, esos rastros líquidos que ya no apagan ninguna sed.

Zarandeada por la contingencia apenas lee. En uno de sus paréntesis lectores concluye la antología y cierra el libro con la mayor decepción: es una propuesta nefasta; ella no está.

La voz resentida necesita de continuo descargar la culpa en otros.

(Anotaciones del diario)






sábado, 15 de febrero de 2025

FAUSTINO LOBATO DELGADO. DONDE EL ALMA IGNORA

Donde el alma ignora
Faustino Lobato Delgado
Prólogos de  Fernando Jaén, Luis Oroz
y Sandra Martínez
Ilustraciones de Juan Manuel González
Editorial Olé Libros, Colección Poesía
Valencia, 2025

 

RESISTENCIA

   Con ilustraciones interiores y de cubierta de Juan Manuel González, Faustino Lobato Delgado (Almendralejo, Badajoz, 1952) extiende itinerario poético con Donde el alma ignora, otra vez de la mano de Olé Libros, el incansable proyecto de Toni Alcolea, donde apareció también su entrega anterior En el alfabeto del tiempo, prologada por el poeta, crítico y ensayista José Antonio Olmedo López-Amor.
   La edición de Donde el alma ignora se singulariza porque incorpora como apertura un código QR interactivo que permite, tras el escaneo, escuchar al poeta recitando sus textos, como un audiolibro. No es la única sorpresa del poemario; el título cuenta con tres prólogos, firmados por el poeta y médico Fernando Jaén, el escritor Luis Oroz y la correctora y compañera de tertulia Sandra Martínez. Los tres nombres tienen en común su relación con la experiencia temática del libro y con la emotiva dedicatoria de gratitud hacia el quehacer sanitario, siempre puente entre la fragilidad y la esperanza.
   Los prólogos también marcan, cada uno con su peculiar enfoque, el contenido de esta compilación poética y su estructura argumental.  La nueva entrega mantiene la habitual escritura figurativa del poeta extremeño, muy bien comentada en el texto introductorio de Fernando Jaén, quien analiza la vivencia del yo poético como experiencia de autoconocimiento y sanación, como apertura a un ser renacido que retorna su viaje hacia lo cotidiano sabiendo que cuerpo y mente se enlazan en la fragilidad de la existencia. Luis Oroz, desde un enfoque más íntimo y personal, se centra en el impresionismo íntimo de una voz lírica inteligente y sencilla, que trasmite sensibilidad y pensamiento filosófico ante la incertidumbre y lo efímero que marca la travesía vital. Por último, Sandra Martínez Martín explora la travesía creadora del poeta y su crónica hasta llegar al yo profundo desde el hospital como espacio del dolor, pero también como esperanza de sanación y retorno a lo diario, como apertura a lo paradójico y contradictorio. No pasa inadvertido en este tercer prólogo el sondeo en el metalenguaje y la incisiva descripción del epitelio emocional, capaz de verbalizar el dolor y la angustia de lo inesperado.
   La primera parte, “Exodo” amanece con citas de Ángela Álvarez y Karmelo C. Iribarren y convierte al hospital en espacio de representación existencial, como un lugar ajeno, en el que se cobija el naufragio y se hace tránsito para la inquietud y la conciencia de lo frágil. El paraíso se hace un lugar utópico y lejano mientras la vida adquiere la desvaída dimensión de una ofrenda, de un temblor frío, lleno de miedos e intemperie.  El poeta en este tiempo de reclusión hospitalaria escribe, junto a  las composiciones, notas clarificadoras de la experiencia vivida, como si necesitara precisar la vivencia en su justa dimensión. La soledad acoge cerca a los otros, como reflejos del singular árbol del cuerpo que solo aspira al regreso a casa, a la vuelta al hogar y a sus sonidos, a esos entrañables paisajes de la costumbre que convierten la vida en hábitos.
   Ese tramo de retorno que conforman los poemas de “Sonido” adquiere en la voz del poeta afinidad clásica con el inacabable viaje de Ulises en su vuelta a Ítaca. La identidad recupera su entorno de siempre, ese espacio concreto y personal que aglutina miradas y deseos, que encarna, con emoción y transparencia un sueño desvelado. Si hasta este apartado predominaba el poema enunciativo, el cauce abierto de la descripción directa, el poeta introduce ahora la cadencia del haiku. La estrofa japonesa se hace poesía de sensación e instante, pero también recuerdo y homenaje del quehacer literario de José Antonio Olmedo López-Amor, uno de los mejores estudiosos de la estrofa y de su implantación en la sensibilidad occidental.
   La mirada a la propia poética enaltece la sencillez y el tono natural de los versos; la voz humilde rechaza la ornamentación gratuita para esbozar una estética cercana al prosaísmo, una escritura sin relumbre pero dispuesta a cobijar el misterio de la vida diaria, esa fluencia de espacios y tiempos que busca el equilibrio entre expresión literaria y experiencia biográfica.
   La fuerte unidad interna del poemario tiene en “Temblor” su apartado de cierre. Esa sacudida interior que convulsiona pensamientos y sentimientos convierte a los otros en depositarios de autoconocimiento y extrañeza; ellos están ahí para conformar un tapiz de palabras que es, al mismo tiempo, olvido y memoria, signos que marcan los límites del propio ser, ese movimiento continuo entre el orden y el caos, el rescoldo que el tiempo poco a poco va convirtiendo en ceniza.
   Donde el alma ignora de Faustino Lobato Delgado hace de la mirada poética una crónica intimista y cercana de la fragilidad del paso existencial y de los paisajes interiores del sujeto. La poesía impregna cada uno de nuestros actos, cobija el sufrimiento y la esperanza. Enciende una luz dentro; es una senda que desvela la sensibilidad de quien alumbra miedos y certezas, asombro y voluntad para el retorno. Palabras que abren la conciencia para la sanación de un sueño en vuelo.   
 
 JOSÉ LUIS MORANTE




viernes, 14 de febrero de 2025

EL AFÁN DE PENÉLOPE


Celebración del regreso
(Londres)
Álbúm familiar

 PENÉLOPE


Antes de que la rosa de los vientos
desperdigara por la lejanía
treinta y dos direcciones,
respirabas el afán de Penélope,
ese tejer paciente que adivina
cuándo se cumple el tiempo de regreso,
la destreza de Ulises con el arco,
la roja espera de los pretendientes.


             ( Del libro La noche en blanco, 2005,
             Premio de Poesía Hermanos Argensola) 

jueves, 13 de febrero de 2025

LA TAPA DEL TARRO

Levedad
Fotografia
del archivo general
de
Internet



 EN EL BORDE DEL TARRO


   A solas, la niña busca en el ventanal del dormitorio unos gramos de luz. Desenrosca con maña inquieta la tapa del tarro. Sospecha que escapará de su interior un dragón contraído. Ya imagina en sus manos el peso abrumador. Desecha el miedo y tiene suerte. En el borde del frasco roza sus dedos el vistoso arcoíris de un colibrí.


(Del libro Fuera de guion, Lastura, 2024)



 


miércoles, 12 de febrero de 2025

GIMNASIA MENTAL

Cuerpo sano
Fotografía publicitaria
ARCHIVO DE INTERNET

A PIE DE CALLE
 

 No soporto la lluvia de anglicismos innecesarios en el mecanizado vientre del gimnasio. Sólo aunmenta mi propensión al sedentarismo de la lectura, a la humilde gimnasia mental.

Anoto una cita del poeta japonés Matshuo Basho: "No sigas el camino de los antiguos. Busca lo que ellos buscaron".

La amistad tiene la duración de un día completo, entre la amanecida y el ocaso.

Es tan evidente en el poderoso mandatario la limitación mental que en cada una de sus actuaciones, recurre al titular o al cuerpo de letra grande para que la estupidez multiplique su onda expansiva. Los buenos discursos políticos están ausentes.

La madurez es el hecho de acumular tiempo en el que no sobran las respuestas sino las preguntas.

(Notas del diario)




martes, 11 de febrero de 2025

LOS CAMINOS SIN META

Las Cogotas (Ávila)
Fotografía
de
Rubén Sánchez Santana

ABRIR LAS ALAS

 

(Aforismos)

 

 
Solo habla consigo cuando hay un intérprete disponible.
 
La impaciencia aconseja hornear semillas.
 
El toldo del tragaluz es un oxímoron.
 
Entre los misterios de la inteligencia, el empeño de ocultarse a diario.
 
Quien no sabe dónde ir  mantiene siempre un inquebrantable compromiso con el traspié.
 
La humildad cumple con mérito la función de ser nota a pie de página.
 
Rareza: una amistad sin ánimo de lucro.
 
Cuando aletea cerca, el optimismo recuerda la mínima vibración de una libélula.
 
Esas voces que visten a diario papel de lija y ganan altura cuando callan.
 
Acabé identificando su belleza con el vacío; en ella, todo es nada.
 
Es acaparador y avaro; cuando respira guarda el oxígeno y el anhídrido carbónico.
 
Qué triste la lectura volátil, la que no tiene huellas dactilares.
 
 
(José Luis Morante)
 
 
 

lunes, 10 de febrero de 2025

AFORISMOS E IDEAS LÍRICAS DE JUAN RAMÓN JIMÉNEZ

Aforismos e ideas líricas de Juan Ramón Jiménez
José Luis Morante (Edición, selección y prólogo
Edición de la Isla de Siltolá
Colección Aforismos
Sevilla, 2028

  

Los aforismos de Juan Ramón Jiménez

  

  Juan Ramón Jiménez (Moguer, 1881- Puerto Rico, 1958) es una figura clave de la literatura española contemporánea. Sobre este autor tutelar se han prodigado los estudios sistemáticos, casi siempre nucleados en torno a la poesía y, en ocasiones, sobre las complejas dimensiones biográficas que no acaban de alejar algunas sombras: el desafío permanente a la vida social desde un aislamiento casi huraño, la independencia estética, el incansable afán perfeccionista  y esa imagen de escritor aséptico, poco enlazado con el convulso paréntesis histórico que le tocó vivir. Pero lo concerniente a su producción aforística parece ocupar un segundo plano, aunque sea una pared básica del edificio alzado en el discurrir, a pesar del ejemplar rescate realizado por Antonio Sánchez Zamarreño. Tras veinte años de esfuerzo investigador, el hispanista solventó algunos obstáculos básicos como la dispersión, la multiplicidad de versiones o la temática heterogénea para dejarnos una versión canónica de la aforística  de Juan Ramón. El libro Ideolojía, volumen cuarto del corpus completo Metamórfosis, explora un territorio esencial y sirve de introducción a otras antologías como las preparadas por Andrés Trapiello y Juan Varo, que alumbran visiones parciales, ya que el escritor estuvo activo durante más de medio siglo haciendo de sus aforismos un elemento de continuidad entrelazado con su obra poética.
   Aforismos e ideas líricas selecciona entre el voluminoso despliegue lapidario –el mismo escritor cifraba en más de veinte mil sus textos breves- una muestra  fuerte, de más de ochocientos aforismos, una selección suficiente y capaz de recuperar una competente guía de argumentos, repleta de inteligencia y sensibilidad creativa. Esa maduración coherente del trabajo aforístico se distribuye en seis tramos que aglutinan un fértil quehacer extendido en el tiempo entre 1897 y 1954. En él se perciben algunas influencias de base, desde los magisterios más tempranos de Kempis, Nietzsche, Marco Aurelio, Pascal o Chamfort, hasta los derivados de su formación en la Institución Libre de Enseñanza, o de contemporáneos como Antonio Machado y Miguel de Unamuno.
   La exploración argumental es ecléctica. la perspectiva creadora evoluciona o rehabilita intereses, pero siempre se caracteriza por una relación intensa entre existencia y labor literaria. Concede a su enfoque una fuerte dimensión ética impregnada de pensamiento filosófico. Para Juan Ramón Jiménez la perfección no es un concepto abstracto sino un camino que recorre con fervor interminable hacia la plenitud: “Pensemos más con las manos”, escribió en uno de sus aforismos, como si en él la provisionalidad no tuviese sosiego y necesitase estar sometida a la inquietud y a la perenne revisión. Hechizado por la perfección, buscaba el equilibrio total de la obra, el anhelo de lo completo.

JOSÉ LUIS MORANTE



 

    

domingo, 9 de febrero de 2025

LOS MIRLOS

Los otros

 

LOS MIRLOS


Cobijada en el árbol de la terraza, la pareja de mirlos rompe el olor a silencio. Todavía en mis ojos los resignados ecos de la noche. Se queda en la mirada un cielo azul e inacabado, que cuenta despacio los primeros pasos de sol. Siento frío.

(Notas del diario)




sábado, 8 de febrero de 2025

ESCRIBIR EN RIVAS

Entrevista en casa sobre revistas literarias
Rivas Vaciamadrid (Madrid)

 

ESCRIBIR EN RIVAS

 
   Hace unos un poeta joven me pedía organizar una presentación en Rivas de una novedad poética. Respondí con cierto desánimo que la asistencia a los eventos literarios en la localidad está bajando de forma alarmante. Tal vez sea la percepción subjetiva de un hombre cansado, o acaso la competencia desleal de tantas plataformas digitales y tanto gimnasio. Hace unos años -mis álbumes de fotos lo confirman - Rivas era una localidad puntera y de avanzada que acogía cada semana una lectura poética de las mejores voces . Ahora todo tiene la cadencia del recuerdo, de ese mirar atrás que nos convierte en estatuas de sal. Queda la gratitud por lo que ha sido y agradeceré siempre la buena disposición y el clima general de colaboración de la Concejalía de Cultura y de la Universidad Popular, que han hecho posible el nacimiento de la revista Luna Llena, una iniciativa de un grupo de amigos y vecinos empeñado en que la creación literaria llegue a la inmensa mayoría, como manifestó en su día Blas de Otero. "Queremos que la poesía esté en la calle, como la rosa o el pájaro y sea un hecho medible y constatable…” Así comenzaba la presentación del  número cero de la revista Luna Llena en la ya desaparecida estructura provisional de la Universidad Popular en 1990, cuando nuestro municipio apenas contaba con unos miles de habitantes que iniciaban una nueva aventura personal, todavía por hacer. Y ese proyecto fue mi primera inmersión en el tejido asociativo de Rivas. Desde entonces han transcurrido más de treinta y cinco años, he participado en decenas de citas culturales y he escrito más de treinta libros que alternan poesía, ensayo, aforismos y autobiografía.
   Nunca he creído en la idea de un creador desgajado de su contexto. Soy un ciudadano que vive con intensidad los pormenores diarios de la calle y que intenta reflejar en la página los rasgos figurativos de un entorno común que engloba la individualidad y lo colectivo. Por eso, creé a principios de los años noventa la revista Luna llena, propuse los talleres literarios municipales, coordiné durante una década la revista gráfica y de textos Prima Littera y estuve compartiendo la primera fila de las Jornadas de Historia de Madrid, que fusionaban historia, arte y literatura, y tuve un papel activo en el ciclo Una biblioteca, un libro que trajo a la biblioteca José Saramago y al Centro Federico García Lorca a los mejores poetas y narradores del momento, convirtiendo la cita con la lectura en un hecho cotidiano. Con nosotros José Hierro, Francisco Umbral, Ángel González, Luis Mateo Díez, Almudena Grandes, Juan Manuel de Prada, Andrés Trapiello, Francisco Brines, Félix Grande, Francisca Aguirre, Clara Sánchez, Ada Salas y tantos otros que sembraron dedicatorias y abrazos, que hicieron de mi biblioteca una casa sosegada y llena de luz.  
   Aquellas iniciativas siempre tuvieron un refrendo de público notable. De hecho, muchos invitados elogiaron, una y otra vez, el peculiar carácter del público ripense y esa manera de confrontar sus versos con sensibilidades despiertas y receptivas. Y la repercusión de los eventos programados fue grande porque las revistas de información local  siempre prestaron sus páginas con generosidad a la literatura.
   Ahora, cuando la ausencia de público amenaza con segar cualquier iniciativa, Rivas se ha consolidado como municipio y ha hecho de la cultura una de sus señas de identidad. Sus instalaciones, servicios y programaciones no tienen parangón con otros municipios madrileños. Pero se corre el riesgo de que lo conseguido en tantos años de esfuerzo se volatice. Conviene, pues, estudiar otras formas de financiación, disponerse a ser generosos, aportando  ideas y recursos.
  Mi postura personal es conocida. La cultura no pertenece a ningún monopolio ideológico ni depende de la voluntad de un cargo público transitorio; es una obligación intrínseca a la persona, un derecho y un deber. Y en eso estamos, con el folio sobre la mesa, el ordenador encendido y la ilusión inalterable de seguir andando por las calles de Rivas  “verso a verso”. 



viernes, 7 de febrero de 2025

CORTAR EL TIEMPO CON LA MANO

Ávila, 1972
Estudiando COU

 

CORTAR EL TIEMPO CON LA MANO

 
 
 
El pesimista es tan clarividente que anticipa el fracaso.
 
*
 
La autobiografía convierte a otro en protagonista.
 
*
 
Ideas de saldo; necesitan un lenguaje primario, como esos productos de consumo que se adquieren en los minoristas chinos.
 
*
 
No siempre fue pasado e invisible.
 
*
 
Alza construcciones con andamios de humo.
 
*
 
Hay comportamientos que tienen la grisura de las aguas fecales, y el mismo olor.
 
*
 
La derrota es parcial si alimenta un estado de escucha; la posibilidad de gestar una existencia nueva, que tome el vacío como punto de partida.
 
*
 
Los espacios intermedios confunden márgenes y periferia y se expanden en las dos direcciones.
 
*
 
Pasan años abriendo itinerarios. Los que llegan, olvidan el trayecto de vuelta.
 
*
 
Los discursos vacíos crean vínculos estériles entre las palabras.
 
                                         
 
Cada náufrago reclama para sí la madera raída
 
*
 
No están cerca o lejos. No están.
*
 
Tomo el té a diario con mis limitaciones, para recordar quién soy.
 
*
 
Cualquier soledad está repleta de encuentros.
 
*
 
Colecciona fósiles. Quiere entender el tiempo sin la atribulada nebulosa de lo inmediato.
 
*
 
Derrumbar es ocupación de dinamiteros; reconstruir, oficio de arquitectos; y preservar, labor de artesanos.
 
*
 
Aprendizaje. Esa larga senda entre la biología y el ser cultural.
 
*
 
Percibo contornos con la precisión ambigua del miope.
 
*
 
Valoro mucho la inclinación kafkiana de su periplo personal. Suelo repetir sus itinerarios.
 
*
 
 
Las biografías ficticias enderezan existencias insensatas.
 
*
 
Certeza insoportable: sé que tengo un precio.
 
*
 
Libertad,  para sembrar amapolas en un paisaje ártico.
 
*
 
El optimista define el caos como una narración abierta.
 
*
 
Cuando se pide imaginación a la rutina, balbucea.
 
*
 
El barrio residencial de la función crítica está lleno de deudores, amigos y vecinos, que intercambian favores a diario.
 
*
 
( De  los libros Mejores días, De la Luna Libros, Mérida, 2009)
 y Motivos personales, La isla de Siltolá, Sevilla, 2015)





jueves, 6 de febrero de 2025

Entrevista a JUAN JOSÉ MARTÍN RAMOS

Juan José Martín Ramos (Madrid, 1961)
Editor de Polibea, narrador y aforista

 

1 - ¿Cómo nace la editorial Polibea? ¿En qué proporción se han cumplido aquellas expectativas iniciales?

POLIBEA nació hace cuarenta años como una editorial dedicada a la información sobre discapacidad a través de publicaciones técnicas periódicas. Nació en un momento de gran concienciación sobre el colectivo de personas con discapacidad, sobre sus derechos, sobre su reivindicación de la diferencia que hoy, desgraciadamente, se ha diluido un poco en favor de otros colectivos más mediáticos. En ese contexto hace 15 años se decidió abrir una línea editorial literaria no comercial, que empezó con la colección de poesía “El levitador”, a la que siguió la de prosa, “La espada en el ágata”; la de traducción, “Orlando Versiones”; la de poesía latinoamericana, “Toda la noche se oyeron…”; la de libros descatalogados, “Fuera de lugar”; la de literatura breve, “Pasión de lo breve” y el Premio Javier Lostalé de Poesía Joven.  

2 -  Qué momentos de esta larga trayectoria del catálogo de Polibea recuerda con más satisfacción. ¿Cuáles, también, han abierto puertas al desánimo y la frustración?

El trabajo de cualquier pequeña editorial independiente hoy es un trabajo, como he leído en una publicación sobre este asunto, que se realiza “a pulmón”. Y, siguiendo con esa metáfora deportiva, que a mí me pareció muy acertada, en esta labor hay muchos momentos de apnea que llegan verdaderamente a la asfixia total. De otro lado, el hecho de que haya muchas editoriales independientes y, por otro, muchos autores, hace que cada libro irrumpa como una gota de agua en un océano, en el que termina diluyéndose. A pesar de todo ello, la labor editorial se realiza con cierto espíritu aventurero y de descubrimiento que te anima a seguir, como cuando te llegan determinadas joyas que te sientes orgulloso de haber contribuido a su conocimiento y divulgación… Aunque, como  decía antes, todo termine diluyéndose en el océano librero. Debo suponer que al lector que haya recibido esas joyas le habrá dejado una marca más indeleble… En  eso confío. 

3 - ¿En qué modo son compatibles los papeles de editor y escritor?

 Desde el punto de vista práctico y logístico son completamente compatibles. Desde otro punto de vista, tu visión de lo editorial termina contaminando tu escritura en la medida en que si ves que ciertas joyas que has editado han pasado sin  pena ni gloria, empiezas a pensar que lo que escribes correrá inevitablemente la misma suerte y el esfuerzo termina resultándote baldío. 

4.-La lectura de poesía sigue siendo minoritaria y el número de ventas es muy reducido. Cómo responde a estos efectos secundarios que alimentan estados de ánimo crepusculares. ¿El editor está abocado al diván del psiquiatra?

El editor, por supuesto, está abocado al diván del psiquiatra. Pero decía Scott Fitzgerald que “uno debe saber ver que las cosas son absolutamente imposibles y, sin embargo, estar dispuesto a intentarlas”. 

4 – Editar concede al lector un paisaje de totalidad. Cómo definiría el momento creador presente en las distintas estrategias expresivas: poesía, novela, ensayo, aforismos…

De estos géneros que mencionas, el de aforismos parece que está viviendo un momento dulce, a pesar de que, como en todo, la proliferación conlleve a la confusión, al abuso de la fórmula, a cierta adulteración del género. La poesía, la novela, el ensayo, y también el teatro, a los niveles en que se mueven las editoriales independientes, están atravesados por el impulso poético, literario, el amor a la palabra y el pensamiento, independientemente de que luego el resultado de cada obra sea mejor o peor, eso es otra cosa. Quiero decir que debo suponer que no es lo mismo escribir sabiendo que tu libro lo van a leer dos millones de lectores que apenas unos trescientos (que muchas veces ni a eso llegan). En ese sentido digo con verdadero convencimiento que la verdadera literatura se encuentra en las editoriales independientes y, al decir eso, pienso en la distinción que hacía Juan Goytisolo entre literatura y producto editorial. 

5.- Lectura, Maquetación, Publicación, Distribución, Presentaciones… constituyen las aceras cotidianas del trabajo editorial. ¿En cuál se siente más cómodo?

Sin duda alguna, en la lectura y maquetación, porque son trabajos solitarios. 

6.- Todo proyecto cultural exige un diálogo de colaboración y cercanía, un quehacer hombro con otros en el que resultan imprescindibles las tareas de unos cuantos nombres. ¿Quiénes están en su mesa de trabajo?

Efectivamente, uno no está verdaderamente solo en esta labor, y se realiza con el concurso de amigos, como en  mi caso, los directores de algunas colecciones de nuestro catálogo, como Verónica Aranda, José Tono Martínez, Aitor Francos y Manuel Neila, o el grupo de amigos escritores que forman parte del jurado del Premio Javier Lostalé, o los amigos escritores que forman parte del catálogo con algunos de los cuales se  pueden, y de hecho así ocurre, establecer dinámicas de colaboración, intercambio de ideas, diálogo… 

7.- El plan de trabajo es siempre un recorrido pactado. Qué novedades esperan al lector de Polibea?

Más allá de los nombres, que no querría citar porque la lista es larga y no querría dejar de nombrar a nadie o que alguien se me olvidara, lo importante es que en lo que tenemos por delante, como lo que hemos hecho en estos 15 años, hay poesía y pensamiento, que son los pilares de la creación literaria sea cual sea el género de que se trate, y esperemos que cada uno de los libros que publiquemos encuentre a su lector… aunque sea uno…

8 -  Parece que papel y red digital son el Yin y el Yang, cejijuntos espacios confrontados. ¿Hasta qué punto es deseable la colaboración entre ellos?

Hoy en día las redes son más necesarias que nunca como instrumento de divulgación de la edición independiente, toda vez que los suplementos literarios de los grandes diarios han abandonado la literatura y sólo se centran en el producto editorial. Pero tampoco nos engañemos, dado el nivel masificado de publicación, una reseña tampoco hace que el libro que publicas tenga el impacto que te gustaría que tuviera… Soy muy escéptico en este asunto, de ahí que con el tiempo yo haya elegido una dinámica editorial más “doméstica”.  

9 - ¿Favorece al momento histórico de la escritura actual la gran variedad de temáticas y la facilidad para publicar o para la práctica de la autoedición?

Aunque cada libro sea una gota en el océano, el conjunto de cada una de esas gotas crea o es el propio océano. Y ese océano es el resultado de una gran variedad de miradas, sensibilidades, propuestas, que conforman la literatura. Evidentemente, y por citar a Benjamin, estamos más que nunca en la época de la gran reproductibilidad técnica, de lo que se han beneficiado las editoriales independientes y el mercado de la autoedición, que le hace cierta competencia desleal a las verdaderas editoriales, en la medida en que las obras de autoedición no pasan muchas veces un escrutinio y se publican sencillamente porque el autor paga para que se publique. Está claro que la facilidad de la reproductibilidad técnica facilita la edición masiva y la escritura se ve, de alguna manera, condicionada por esa facilidad. Hay una “edición fácil” que inevitable y desgraciadamente genera una “escritura fácil”. El tiempo pondrá a cada uno en su sitio… o no. 

10.- He vuelto e leer tus aforismos y tienen una evidente carga existencial, no exenta de ironía y escepticismo.  ¿Vivir  y escribir son la misma tarea?

Escribir es una de las muchas tareas que se pueden realizar en esta vida. No creo en el “destino literario”, como tampoco creo en la “llamada de la literatura” ni en que un escritor esté más tocado por los dioses por escribir que otro ser mortal por hacer otra cosa. Mis aforismos intentan, en ese sentido, ser una refutación del valor trascendente de las cosas y la vida, aunque sea en su manifestación pagana. Dice uno de ellos: “Nada es un  destino”. Y todo terminará cayendo en el olvido… aunque sea dentro de cinco mil millones de años cuando parece que el sol se apagará y aquí no quede nadie para dar testimonio de que un día hubo algo que llamábamos poesía. Qué le vamos a hacer…


JOSÉ LUIS MORANTE

(Madrid, febrero de 2025)


 

 

 

 

miércoles, 5 de febrero de 2025

MÁSCARAS

Figuraciones
Archivo de internet

 

Máscara
 
Reposa en el sillón, inoperante,
mi trasnochada máscara de oficio.
Por su silencio asciende
la falsedad creíble,
el material que integra
lágrimas y sonrisas,
el que elude por miedo,
el que pone la brida en el galope,
el que nos colma el vaso
de sanas intenciones
y cordiales deseos,
el que deja razones suficientes
para justificar la amanecida.
 
Su logrado artificio
oculta las estrías.
Se hizo con materiales resistentes.
Con ella se completa mi disfraz.
 
                       
                        (José Luis Morante, de Mapa de ruta) 



martes, 4 de febrero de 2025

PISOS TURÍSTICOS

Jornada Laboral
(Rivas Vaciamadrid, enero, 2025)
Fotografía
de
Adela Sánchez Santana


 GENTE DE PASO

No sé nada de la inteligencia artificial, ese inquilino ruidoso que alquila los pisos turísticos del futuro.

Habla a menudo en voz muy alta, no para tener audiencia, sino para escuchar mejor las distorsiones de mi propia voz.

Lo peor de los oportunistas en su voluntad de escalada es que consiguen llegar a la meta.

El diván aconseja disimular las quejas con una sonrisa de entretiempo, encerrarse en una habitación acolchada para no despertar entusiasmos caritativos.

Esas presencias que estuvieron alguna vez a nuestro lado y todavía no sabemos por qué.

La libertad individual es solo una reiteración de fugas malogradas.

¿Aquiles o Ulises? Ulises, claro; para caminar a la estación final no se necesitan los pies ligeros sino la prudencia de quien navega con los prejuicios atados a un mástil.

(Aforismos inéditos)
  

lunes, 3 de febrero de 2025

ANTONIO MACHADO. LIGERO DE EQUIPAJE

Antonio Machado
(Sevilla, 1875-Colliure, 1939)

 
ANTONIO MACHADO EN LA POSGUERRA
 
El poeta rescatado.
Antonio Machado y la poesía del “grupo de Escorial”
Araceli Iravedra
Biblioteca Nueva, 2001
 
   La contienda cainita de 1936 dividió la península literaria en vencedores y vencidos y condenó a los últimos a un solapamiento forzoso que no cesaría hasta el arranque de la década siguiente. Lo sufrieron Federico García Lorca, Miguel Hernández y también Antonio Machado. Pero la tradición es un continuo y desde muy temprano existen tentativas de rescate que en su mejor versión corresponden  a la dispersa poesía del exilio y en el interior a la que se denominaría “estética de la rehumanización”. Pocos meses después de la implantación del régimen franquista, existió un claro intento manipulatorio de la herencia de Antonio Machado por parte de la cultura nacionalcatólica. Lo personifican los poetas aglutinados en torno a la publicación Escorial, Dionisio Ridruejo, Luis Rosales, Leopoldo Panero y Luis Felipe Vivanco. Araceli Iravedra investiga este episodio en El poeta rescatado y analiza cómo se conforma su estética al canon oficialista en el prólogo que el director de la revista, Dionisio Ridruejo, escribe para la edición auspiciada por Espasa-Calpe en 1941. Empeñada en reconstruir la actividad creadora bajo postulados falangistas la revista Escorial deviene plataforma aglutinadora en el desolado clima de posguerra; se impone la perspectiva clásica, la vuelta de Garcilaso y los poetas del Siglo de Oro, el rigor formal y una suerte de intimismo transcendido que rechaza la deshumanización del arte. En ese contexto se produce la captación de Antonio Machado a través del artículo “El poeta rescatado” que firma Ridruejo y aparece en noviembre de 1940; el sesgado retrato borra cualquier reflexión ideológica o la enmascara bajo la hojarasca de lo sentimental.
  El magisterio de A. Machado en el discurrir de la década se consolida, junto al de otros nombres de la generación del 98, como Miguel de Unamuno. Alcanza su apogeo en el homenaje de Cuadernos Hispanoamericanos, una iniciativa de Luis Rosales que conmemora el décimo aniversario de la muerte con un número doble. Todas las colaboraciones inciden en un enfoque similar al del grupo escorialense, salvo la de Eugenio de Nora, quien reivindica al sujeto verbal machadiano como portavoz de afanes colectivos.
   La indagación aporta también cómo se concreta en el proceso evolutivo de cada trayectoria la recepción de influencias y concluye que, junto a los abundantes rasgos textuales (dedicatorias, citas, niveles léxicos e intertextualidad), Machado ejerce como modelo idóneo para el desarrollo de una lírica intimista y confesional que hace patente la dimensión existencial del lenguaje; cada verso es eco de un latido. También comparten con el maestro noventayochista la querencia por el verso que mana de lo popular, con ecos del romancero y de la tradición oral y un similar repertorio temático, sobre todo referido al tratamiento del paisaje.
  En el acontecer de la autarquía se buscan raíces y el aire de familia de los predecesores. La maniobra requiere la suma de herencias desgajadas por la guerra civil; con esa voluntad se gesta el episodio de Escorial. El ensayo de Araceli Iravedra proporciona un amplio cuadro contextual de ´la anexión del grupo a un magisterio, cuya voz es palabra en el tiempo, aguja de navegar para voces futuras.
 
                                                                  JOSÉ LUIS MORANTE

domingo, 2 de febrero de 2025

ALCANTARILLAS

Hedor
fotografía
del archivo Istockphoto

 

ALCANTARILLAS

 Hábitat de la noche.

 En la sombra dos puntos luminosos;
una rata furtiva
que no aparta su miedo
del  resplandor lineal de las linternas.
Cerca suena un golpeo monocorde
en el que cada gota
parece dejar sitio a la siguiente.
Igual que pulsaciones
de una sístole histérica.
Su percusión restalla y contagia humedad
al manchón de los muros.
 
Aquí está boca abajo la belleza;
su destello cansado
es una pausa,
provisional y torpe.
 
Llagas ocres ascienden
hasta el negro vacío
de otro túnel.
Más cables, tuberías,
excrementos...
Un denso  chapoteo
sobre el limo que engulle las pisadas.
En el hedor, continuas advertencias
de  un terco desaliño.
 
Pero nada socava
el afán de seguir;
camino a tientas.
Todavía hay un miedo
más oscuro y más hondo,
y sé dónde comienza.

    (Variaciones del libro Nadar en seco, 2022)




sábado, 1 de febrero de 2025

RUIDO DE FONDO

Desobediencia
Fotografía
del
Archivo pex els photo

 

RUIDO DE FONDO
 
   Por alguna compleja ecuación cerebral, los pensamientos le hacían cosquillas. Ver tanto desconcierto, hecho de contorsiones, muecas extrañas y risas mientras hablaba, era un espectáculo de asombro. El ruido de fondo de aquel proceder calamitoso convulsionaba también al nomadismo urbano. Era capaz de paralizar alguna arteria de la ciudad por la congregación de curiosos. Fue multado reiteradas veces por aquellas incomprensibles alteraciones de orden público.
   Incapaz de resolver la patología optó por convertir su pensamiento en un andén desierto. Su existencia enfermó entonces de nadería expresiva y fueron muchos los que lamentaron el soplo fraternal de aquel acantilado ante el vacío.
   Una tarde ocasional, satinada de lluvia, descubrieron mis ojos su mirar cansado. Él nada advirtió, como esas monedas que guardan un oscuro brillo entre la arena. Había anidado en su retina un alfiler frío, un punto ciego que llevaba su nombre.

(Del libro de microrrelatos Fuera de guion, Lastura, 2024)



viernes, 31 de enero de 2025

JOSÉ MARÍA SOUVIRÓN. OBRA POÉTICA DE VANGUARDIA

Obra poética de vanguardia
José María Souvirón
Edición de José María Barrera López
Prefacio de José María Souvirón Morenilla
Centro Cultural generación del 27, Colección Estudios del 27
Málaga, 2023


PRIMEROS LIBROS

 
     La ejemplar voluntad de rescate que protagonizan  Javier La Beira y Daniel Ramos López en torno al legado literario del malagueño José María Souvirón (1904-1973) ha hecho posible la edición de sus páginas autobiográficas en cinco volúmenes. Las anotaciones del diario abarcan desde 1953 a 1973 y permiten vislumbrar la textura humana y creadora del escritor y los distintos entornos sociales que pusieron contingencia y espacios de representación, condicionando las diversas facetas expresivas. Tras el siniestro episodio de la guerra civil,  cuando la posguerra va curando las heridas y la vida cultural poco a poco reabre itinerarios, Souviron vive en Chile, donde se había instalado, tras abandonar París en 1932. Allí consume una larga estancia, hasta su definitivo regreso a la península en 1953.
   Prepara ahora el crítico José María Barrera López la edición de Obra poética de vanguardia, un trabajo de investigación que acoge, junto al laborioso estudio introductorio, los cuatro poemarios iniciales, más composiciones dispersas en distintas publicaciones y no recogidas en libro. La compilación cuenta también con un prefacio de José María Souvirón Morenilla, sobrino del poeta, que aporta el conocimiento directo de la personalidad humana del escritor y de las persistentes vinculaciones entre discurrir existencial y los quehaceres de novelista, poeta, ensayista y estudioso.      
   A pesar de los abundantes intentos de ampliar la nómina incompleta del 27 con voces femeninas y autores olvidados por las etiquetas críticas, el núcleo central del Grupo del 27 no ha variado, casi en absoluto. En él se integran, casi de modo exclusivo, los poetas que viajaron a Sevilla para participar en el homenaje a Luis de Góngora en su tricentenario, más Vicente Aleixandre, que no asistió al reivindicativo evento del Ateneo por tu endémica mala salud. José María Souvirón es un poeta de difícil encuadre y complejo acomodo generacional. Algunos estudiosos e investigadores encuentran afinidades personales y poéticas con la generación del 36, Leopoldo Panero, Dionisio Ridruejo y Luis Rosales, pero su alejamiento del foro literario peninsular y circunstancias políticas y personales provocan una significativa ausencia de manuales y antologías.
   Su libro auroral, Gárgola (1923), escrito cuando el poeta tenía diecinueve años,  comparte ingenuidad y una sosegada celebración del modernismo tardío como ideario estético. Las composiciones celebran un sentimiento lírico del paisaje con expresión pulida y una temática juvenil, inspirada en la tradición popular. También se perciben resonancias de la obra de Federico García Lorca y claras deudas con el molde clásico del romance y con las canciones de corro y cuna. Es un libro de iniciación y aprendizaje, con dedicatorias a coétáneos como Hinojosa, Prados y Altolaguirre, con quienes el poeta vivió afinidades amicales y el mismo empeño vocacional por la poesía.
     A los ausentes en la celebración gongorina les toca conseguir un espacio propio. Al año siguiente sale Conjunto (1928) segunda entrega del malagueño, donde irrumpe un simbolismo mitigado. La voz lírica ha madurado, tiene un evidente dominio formal y se incorporan estrofas cerradas como el soneto y la décima. No es necesaria una erudita reconstrucción de la escritura del momento, pero hay una voluntad consciente de definición personal y busca sitio en las mejores revistas del momento, como “Carmen, “Verso y prosa” y “Mediodía”.
    El viaje a Paris en 1931 pone en contacto a José María Souvirón, por mediación de Manuel Altolaguirre, con el surrealismo, y con la poesía de Baudelaire y Verlaine, pero no llega a conectar con el ambiente cultural francés. Al año siguiente viaja a Hispanoamérica, contratado como profesor de la Universidad católica de Chile, y allí se editan los dos últimos libros integrados en este volumen. Fuego a bordo (1932) es la crónica personal del viaje por mar, con la búsqueda y celebración del amor como asunto central. En esta entrega se perciben abundantes ecos de Juan Ramón Jiménez, y se evidencia también la mirada del yo sentimental, con un amplio abanico de emociones, expresadas con claridad diáfana y sensibilidad neorrromántica. El intermedio del libro acoge una evocación de paisajes dormidos en la memoria; son estampas que conectan con el temblor afectivo del enamorado y entremezclan la confidencia intimista y el verso descriptivo.
   Como si el poema fuese marcando las distintas etapas de navegación, desde la salida de puerto, hasta el avistamiento de tierra, Fuego a bordo mantiene un cauce argumental en línea con un desenlace hecho de luz: “Tierra. Pronto, la tierra, / para pisar en recio, firmemente, / Para correr entre pinares altos / hasta llegar a alguna costa brava / donde encuentre otro mar como el que dejo. “
   Para completar la entrega se incluye, junto a los poemas rescatados de revistas y cuadernos, el libro Plural belleza (1936). Es una obra fragmentada en tres partes y escrita por completo en Chile, donde se refleja la plenitud de una relación amorosa y el asentamiento en un espacio geográfico cercano y humanista.  
  La guerra civil empuja al poeta a regresar y vivir la contienda sumándose al ejército de Franco, pero pronto adviene el desencanto y el mapa de la memoria se llena con un colmado equipaje de escepticismo. El viento intempestivo y la abulia ambiental impulsan la vuelta a Chile, donde continúa un fértil taller de escritura que lleva a imprenta un inacabable goteo de novedades, hasta el definitivo regreso a Málaga.
   Sobre los años de la vanguardia histórica y sus efectos en todas las parcelas del arte y la literatura, Juan Manuel Bonet escribió un libro de indispensable consulta, Diccionario de las vanguardias (Alianza Editorial, 1995, 1999, 2007). En él se precisa el término vanguardia como impulso de cambio y renovación, como empeño literario de avanzada. En este sentido, resumir el tramo poético de José María Souviron como “Poesía de vanguardia” tiene más de fantasía que de realidad conceptual. Si bien el arranque lírico del malagueño coincide en el tiempo con la eclosión experimental de los años veinte, los cuatro títulos compilados, respetando la autonomía de cada salida, se mantienen en unos parámetros bastante marcados de clasicismo, tradición y búsqueda del tejido sentimental. Todos mantienen un cuidadoso olvido de lo experimental para centrarse en los laberintos del yo, el paisaje y el declinar del tiempo. Reiteran además itinerarios formales conocidos. El poema, lejos de cualquier estridencia, alumbra sinceridad. Muestra, con la buscada constancia del diario, la mirada interior y el tejido emotivo del hombre y sus creencias.

jueves, 30 de enero de 2025

ANTOINE DE SAINT-EXUPÉRY. EL PRINCIPITO

Sombreros y elefantes
Fotografía
de
Adela Sánchez Santana

 
 ANTOINE DE SAINT- EXUPÉRY



Para mis hijas, Irene y Ana,
que ocupan en las páginas de El Principito
el lugar exacto donde estuve.

Para Aarón, Asier y Luna,
en cuyas manos caben los libros grandes
de mi biblioteca.  
 
   Pasé mi infancia y adolescencia sin la rosa de los vientos de El Principito. Un asunto trágico que, seguramente, sea causa directa de tanta patología y de mi incapacidad manifiesta para distinguir sombreros y elefantes, onirismo y realidad porque, es sabido, que lo esencial es invisible a los ojos. No fue curiosidad intelectual ni elección clandestina. En las aulas juveniles del internado fue titulo recomendado por el profesor de francés; también puso como ejercicio complementario Antígona, por si queríamos conocer cuanto antes el planeta contrahecho de la tragedia, ese lugar donde no hay rosas ni girasoles porque es de noche.
  En aquel asunto de jerarquía colegial, yo me acurruqué en el líquido amniótico de Antoine de Saint-Exupéry y desde entonces, hace más de cincuenta años, me quedé a vivir en las palabras y sus ilustraciones.
   No pienso respirar el frescor desapacible de la calle. Alguien me ha susurrado que “los adultos son gente muy extraña”
 

(De Cuentos diminutos)




miércoles, 29 de enero de 2025

ROSANA DE AZA. LIBRO DE LOS PAPELES PERDIDOS DE TAMAR DE CÓRDOBA

Libro de los papeles perdidos de Tamar de Córdoba
Rosana de Aza
Mahalta Ediciones
Colección Adivinos
Ciudad Real, 2024

 

OLOR A TIEMPO

   La lectura del prólogo “Noticia del hallazgo” que Rosana de Aza (Granada, 1958), poeta, pintora y flamenca, escribe para su entrega Libro de los papeles perdidos de Tamar de Córdoba refrenda la singular fortuna que el recurso del manuscrito encontrado ha tenido en nuestra tradición literaria. Enlazando ficción e historia, el descubrimiento del texto antiguo concede al autor verosimilitud y raíces antiguas de lo posible. La recuperación de personajes y sedimentos argumentales del pasado traslada vivencias hasta el espacio cultural del presente. La escritora tiene como norte de sus investigaciones el estudio del legado árabe y andalusí en Al-Ándalus, lo que se percibe de inmediato a la hora de transmitir una sensibilidad atemporal.  
   La escueta precisión del título que define el apartado inicial “Pergaminos” define el material poético como un conjunto de enunciados líricos, que preservan rescoldos sentimentales de otro tiempo. En los itinerarios del poema conviven dos espacios temporales, el pretérito y el ahora, con amplios espacios comunes que dan valor al tejido sentimental de cada identidad. La voz poética enriquece su condición de testigo con el tono confidencial en donde el amor  alcanza vuelo libre en ese cielo que despliegan juntas razón y locura. Pero no hay un único interlocutor; Rosana de Aza despliega otras fuentes confidenciales como Nawar, la traductora, o la voz femenina que aglutina deseos y pasiones propias del enamoramiento de Tamar. En este primer apartado resalta, junto a la reactualización del lenguaje poético, la riqueza de un vocabulario epocal que crea junto al esqueleto anecdótico,  una atmósfera de realidad.
   La lírica amorosa tradicional ha estabilizado tópicos y estereotipos al describir la relación de los amantes y la fuerza de su atracción carnal. En la segunda sección “Los papeles de Xátiva” Rosana de Aza muestra un nítido dominio del registro amoroso. Confidencial y cálido el poema mantiene la delicadeza deslumbrante de la efusión sentimental: “Äbrete para mí, Nazum, / como lo hacen las granadas / a finales de octubre… / y dame, además de noticias de Zaydun, / el jugo dulce de tus entrañas rojas.” Como breves fragmentos, los poemas recuerdan misivas verbales que acercan estados sentimentales y convierten al impulso amoroso en un árbol que necesita raíces y frutos, pero también savia fresca y riego continuo para que no se seque.
  El texto de introducción enumeraba los pequeños tesoros que contenía la gaveta, entre ellos monedas. Estos elementos sirven de aporte al apartado “Monedas y epitafios” en el que se dan cita las dos caras de las monedas de oro y plata, el dinar y el dírham mantienen anversos y reversos que alientan propuestas líricas confrontadas, pobreza y riqueza, dicha y tristeza. El apartado se completa con una selección de epitafios que marcan el umbral entre la existencia y la quietud de la despedida final. En la finitud las palabras se aferran a la permanencia, postulan una última reflexión en la que se igualan la condición del juez o del enamorado, la palabra del prócer y el habla de la vida cuando intuye que se convierte en humo y nada.
   El tramo “Palimpsestos” integra imágenes de gran fuerza expresiva para enaltecer la prestancia física de la amada, o comparar las sombras nocturnas con el luminoso momento en que llega la aurora. Las vetas argumentales son más abiertas y también la dicción expresiva mezcla campos semánticos del ayer y de ahora: “…Sótano, azotea, patio, pasadizo, / acequia mineral, parking municipal de pago… / Por todos ellos trasegó mi cuerpo / anhelando olvidarte”. Se nombra a Baudelaire, pero también a Ami Winehouse, a quien la poeta dedica una sentida elegía. Y las palabras retornan sobre sí para escribir una poética que habla de algunas certidumbres personales: la libertad de quien empuja el verso, su mirada crítica para dar voz a los que están silenciados y el sentido crítico para hacer del poema un recurso efectivo y venenoso, como la mordedura de una serpiente.    
   Los poemas que contiene el apartado “Papel blanqueado con cloro” suscriben los desajustes de la realidad y la necesidad de pensar en la indulgencia para sembrar un poco de esperanza en los azarosos laberintos existenciales. La vida es un cumplido inventario de contrastes y el balance exige comprensión  para entender tantos efectos secundarios. Ya no es Tamar quien habla, calla o siente; es un yo verbal cercano y próximo que sabe de amor y desamor y deja en las palabras la estela de una vida al paso.
   Rosana de Aza escribe en los poemas de Libro de los papeles perdidos de Tamar de Córdoba un cancionero amoroso que exalta la plenitud, el gozo y el ánimo inestable de quien está enamorado y es capaz de crear un tiempo atemporal, una cronología de descubrimientos e intemperies, un aguacero que empapa y vapulea.

JOSÉ LUIS MORANTE